DH - Capítulo 436

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Capítulo 436

Caminando Sobre Hielo (VI)

Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord

Todos los movimientos de Su fluían como el agua, naturales y suaves, además de increíblemente rápidos. Después de volarle la cabeza al oficial, el rifle de asalto automático que tenía en las manos disparó varias veces seguidas, derribando a todos los soldados de Puerta de Acero que le apuntaban con sus armas. Lo que lo sorprendió un poco fue que los soldados rasos de Puerta de Acero tuvieran una voluntad tan firme, ¡y que siguieran oponiéndose ferozmente después de verlo acabar él solo con las armaduras móviles! Como un pez en el agua, se abrió paso entre la lluvia de balas, sin que el fuego concentrado le hiciera ni un solo rasguño. Mientras tanto, el rifle de asalto en sus manos disparaba a un ritmo constante, derribando a sus objetivos uno tras otro. Aunque la represalia de estos soldados rasos era conmovedora, estaba condenada al fracaso. Su, equipado con una Visión Panorámica y una serie de habilidades de alto nivel, no era alguien a quien estos soldados pudieran derrotar simplemente con su número. Un agudo silbido resonó en el aire. Un proyectil de artillería explotó entre los soldados de Puerta de Acero, enviando a 10 de ellos al otro mundo. Este proyectil de artillería fue como la gota que colmó el vaso, recordando a esos soldados lo aterrador que era el enemigo al que se enfrentaban. Se oyeron disparos concentrados desde un lado; Li lideraba a varias docenas de soldados desde ese lado. Los soldados restantes de Puerta de Acero finalmente perdieron la voluntad de luchar y todos se rindieron. Lo que siguió fue una limpieza del campo de batalla y el manejo de los prisioneros. Después de esta batalla, solo un centenar de soldados de Puerta de Acero fueron tomados como prisioneros, la mitad de ellos gravemente heridos, y el resto murió en la batalla. Este era un ejército con mucha convicción, pero fue precisamente eso lo que provocó su destrucción. Si uno no tenía la confianza de hacer que el enemigo obedeciera después de rendirse, era mejor simplemente matarlo. Su definitivamente no dejaría atrás un ejército que tuviera la posibilidad de desertar en cualquier momento. En esta época, la violencia era la forma más sencilla, así como la más eficaz, de mantener la lealtad, al igual que cuando se trataba con esas turbas. Si se quería hacer rendir a alguien con convicción, se necesitaba tiempo y energía. Su no tenía ninguna de las 2 cosas. Esta batalla era inevitable, y la muerte de Schneider también lo era. Esto no le dejó a Su una buena sensación en absoluto, pero si volvieran a hacer las cosas, él seguiría tomando la misma decisión. Su no participó en la limpieza del campo de batalla, ya que bastaba con dejar estos asuntos en manos de sus subordinados. Él mismo eligió un lugar relativamente más elevado y se sentó en silencio. Las recompensas de esta batalla fueron extremadamente abundantes. Aparte de las armas y municiones, las varias docenas de camiones de carga también eran una riqueza poco común. Sin embargo, su mente no se detuvo en estos asuntos, ya que sus intereses nunca habían estado en la riqueza o la influencia. Quizás porque estaba a punto de dirigirse al norte, Su sintió de repente que su estado de ánimo era extremadamente tranquilo, tan tranquilo que rayaba en la melancolía y la desesperación. Si se pudiera decir que lo que cubría este mundo era una oscuridad fangosa, Su sentía que él mismo era un rayo de luz que iluminaba a quienes estaban a su lado. Él quería que más personas entraran en su resplandor, pero esta luz era extremadamente débil y solo podía cubrir a unas pocas personas bajo sus alas. - ¿En qué piensas? Le preguntó Madeline, que sin saberlo había aparecido detrás de Su, con su peculiar voz gélida. - Después de acabar con el último ejército de Puerta de Acero y ocupar su ciudad y sus fábricas, debería dirigirme al Trono Congelado. Esta ruta no es fácil. ¿Tendré que atravesar esta gélida cordillera? Su ya había decidido que, a partir de ese día, fuera donde fuera, llevaría a Madeline consigo. Solo a su lado podría protegerla y cuidarla de inmediato. Madeline parecía haber esperado en cierta medida la decisión de Su. No se detectó ninguna expresión especial en su pequeño rostro. Solo que, de repente, miró la mano de Su que aún descansaba sobre su cabeza y, de pronto, ¡la mordió! Fue un mordisco feroz y fuerte, que atacó como un rayo y sin ningún aviso. Su no pudo reaccionar a tiempo, ni siquiera con su agilidad, y, como resultado, quedó rígido por el mordisco. Parecía bastante tierno y suave, pero su carne ya era más que resistente. Sin embargo, a pesar de ello, su mano seguía doliéndole después de que Madeline la mordiera. Miró a la chica con sorpresa, pero vio que las comisuras de sus labios se curvaban hacia arriba, sonriendo como si tuviera motivos ocultos. Cuando esta chica sonreía, todo el mundo parecía iluminarse.

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