Capítulo 360
La Segunda Guerra del Crisantemo (I)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
El Imperio organizó un ejército de 30.000 soldados como fuerza expedicionaria. En lugar de decir que fueron organizados, probablemente sería más exacto decir que fueron contratados. No iba a enviar ni un solo miembro del Ejército de los Señores Demonio a esta guerra. Mi intención era ir a la guerra usando sólo mercenarios.
Los mercenarios extrañamente dan la impresión de que son de menor calidad que los soldados nacionales, pero la verdad es exactamente lo contrario. La mayoría de la gente de esta época son granjeros. Como dice el refrán que sólo “los que tienen experiencia saben”, los mercenarios que viven de la lucha son naturalmente mejores que los granjeros que cultivan todo el año. Sin embargo... los mercenarios son caros. Extremadamente caros.
Es diferente según el país, pero un soldado mercenario normal recibe un salario de 500 monedas de oro al año. No 50 monedas de oro. 500 monedas de oro. Supongamos que contrataras una unidad mercenaria de 1.000 soldados compuesta únicamente por soldados rasos... ¡eso supondría la enorme suma de 500.000 monedas de oro al año! 10.000 soldados supondrían una sangría de 5 millones de monedas de oro. Llegados a este punto, estarías haciendo la guerra con dinero y no con soldados. Además, los soldados de caballería son mucho más caros que los de a pie. En pocas palabras, suelen costar el doble. Ahora bien, hagamos cuentas.
Quiero contratar 20.000 soldados de infantería y 7.000 soldados de caballería para llevar a cabo esta guerra. 500 monedas de oro por soldado de infantería y 1.000 monedas de oro por soldado de caballería. Es decir, 20.000×500 y 7.000×1.000. En conclusión, tendría que pagar 17 millones de monedas de oro en honorarios de mercenarios cada año.
- Eso es demasiado caro.
Lapis dio una respuesta corta. Consulté con ella cómo íbamos a procesar esta enorme suma de dinero. Podría haber contado con la experta economista Ivar, pero en ese momento estaba ocupada intentando organizar todo el dinero que habíamos recaudado de los archiduques. Me sentí mal por ello, así que llamé a Lapis en su lugar.
- Tenemos 90 millones de monedas de oro por ocuparnos de esos archiduques, así que con esto debería estar bien...
Lapis movió fríamente las cuentas de un ábaco.
- Ese es el dinero que utilizarás para administrar el Imperio. Sería mejor ahorrar todo lo posible. Según mis cálculos, podemos bajar el coste de los soldados rasos a 300 monedas de oro.
- ¿Eh? ¿Cómo?
- Contratando a la mayoría de nuestros mercenarios de Helvética.
Ladeé la cabeza.
- ¿No son los mercenarios de Helvética los más caros?
Helvética es una federación de otras razas. Los elfos y los enanos, temiendo la persecución de los humanos, se refugiaron en las montañas y establecieron allí su base. Con el tiempo, perfeccionaron sus habilidades y empezaron a crear fuerzas mercenarias altamente entrenadas, que se convirtieron en su principal fuente de ingreso. Como resultado, toda la nación se transformó en una enorme compañía de mercenarios.
Los enanos son luchadores físicamente capaces, mientras que los elfos son cazadores por naturaleza. Los mercenarios de Helvética son conocidos como los mejores mercenarios gracias a su superior poder de combate, su alta moral y, lo que es más importante, su lealtad a su empleador.
Lapis entrecerró los ojos y se giró hacia mí.
- Realmente eres un ignorante cuando se trata de dinero, Señor Dantalian. ¿Es la estructura de su cerebro diferente a la de la gente normal? Usted es sorprendentemente excelente cuando se trata de ciertas áreas, pero me cuesta entender por qué está tan por debajo de la media cuando se trata de economía.
- ...
Lapis es probablemente la única persona en el mundo que me llamaría idiota... Hice un puchero.
- Sí, soy un idiota. En cualquier caso, ¿qué clase de truco de magia hay que hacer para bajarlo a 300 monedas de oro?
- ¿Acaso la Federación Helvética no se sometió voluntariamente a nosotros después de que diéramos ejemplo purgando a esos archiduques? Actualmente temen que intentéis purgarlos a ellos también.
- ¡Ah¡ ¡Se sometieron a nosotros, así que puedo decirles que demuestren su lealtad!
- Por supuesto, si no ofreces ninguna paga, entonces habrá reacción violenta. Sin embargo, no debería haber ningún problema en contratarlos por una tarifa razonablemente baja.
- Y por eso dijiste 300 monedas de oro...
Lapis asintió.
- He investigado este asunto. En Habsburgo y Teutón, se pueden contratar soldados rasos por aproximadamente 500 monedas de oro. En el Reino de Castilla, oscila entre 450 y 475 monedas de oro. En Batavia, 300 monedas de oro es el precio común.
- ¿Eh?
Batavia era sorprendentemente barata. Una vez que le di a Lapis una mirada curiosa, ella inmediatamente me dio una respuesta.
- Es porque el método de pago es diferente. Batavia exige que su paga se entregue en efectivo cada 10 días. En cambio, las otras naciones suelen recibir su paga a crédito al cabo de 3 a 6 meses.
- Ya veo. Así que es una cuestión de confianza...
Ahora lo entiendo. Batavia es un país rico, así que dan su paga en los momentos adecuados. “Trabaja y serás recompensado”, esta era su forma de confianza. En comparación con ellos, las otras naciones corrían el riesgo de no ser pagadas incluso después de arriesgar tu vida. Naturalmente, los mercenarios querrían ser contratados en Batavia. Por eso se les podía contratar por un precio tan bajo.
Los ojos azules de Lapis brillaron.
- Por lo tanto, 300 monedas de oro es la cantidad más baja reconocible. Aunque no hay mucha confianza entre tú y la República de Batavia, aún tienes derecho a hacerles demostrar su lealtad. Estoy seguro de que Helvética también lo entenderá.
- ¡De acuerdo! ¡Lapis, ve a tener un encuentro con los líderes de la Federación Helvética! Te daré el sello del Emperador, así que úsalo como mejor te parezca.
- Como ordene.
Al día siguiente, Lapis fue nombrada agente universal del Emperador de Habsburgo. Fue enviada a la Federación Helvética y logró resolver todos los contratos en una semana. No conozco los detalles, pero consiguió contratar soldados de infantería por 300 monedas de oro por soldado, y soldados de caballería por 600 monedas de oro por soldado. Esto ya era suficiente para recibir una felicitación, pero no fue lo único que consiguió.
No tengo ni idea de cómo les amenazó, pero los líderes de Helvética debían de estar aterrorizados, ¡ya que llegaron a prometer que ellos mismos pagarían los salarios de 2.000 soldados de caballería! Ahora sólo tenía que pagar a 5.000 soldados de caballería de los 7.000 que contratamos. Así, el gasto que potencialmente podría haber sido de 17 millones de monedas de oro fue reducido con éxito a solo 9 millones de monedas de oro. Básicamente, ¡había reducido el coste a la mitad!
Es cierto. Tengo que ser modesto y reconocerlo aquí. En comparación con ella, no soy más que una luciérnaga bajo la luna. Un mero niño recitando un poema ante Charles Pierre Baudelaire. Un novato haciendo nigromancia ante Barbatos. Debí parecer un idiota a punto de malgastar 8 millones de monedas de oro ante los ojos de Lapis. ¡Alabada sea Lapislázuli, la súcubo azul!
Salí corriendo descalzo en cuanto Lapis volvió de Helvética y la abracé. Lo de descalzo no era una frase hecha. Estaba literalmente descalzo. No llevaba zapatos porque acababa de acostarme con Gamigin.
- ¡Lapis! ¡Eres la mejor! ¡De verdad, he nombrado a la mejor persona como mi primer ministro! Nadie más puede compararse. Lapis es la mejor.
Lapis dio una respuesta cortante mientras era sostenida en mis brazos.
- ...Señor Dantalian, este es el palacio imperial donde se valora mucho la etiqueta adecuada.
- ¡El Imperio es una extensión de mí, así que está bien ignorar ese tipo de etiqueta!
- Las criadas están mirando. Esto es vergonzoso.
Su tono era contundente, sin ni siquiera una pizca de vergüenza. Estaba dispuesto a subirla a mi espalda y dar una vuelta alrededor del palacio, pero me contuve porque me miró como si fuera un pedazo de desperdicio de comida. Esa mirada me hizo comprender por qué los líderes de Helvética debían de estar aterrorizados. Lapis es una chica aterradora...
- Debe haber sido agotador ir y volver de Helvética, ¿verdad? ¿Quieres un poco de vino refrescante?
- Mi viaje se llevó a cabo a través de la magia de teletransportación. No tengo fatiga alguna.
- ¡Ah... es cierto! Entonces, ¿qué tal un masaje en la espalda? A pesar de mi apariencia, soy alguien cuyas habilidades para dar masajes fueron elogiadas ya que incluso Barbatos sugirió que debería dejar de ser un Señor Demonio y convertirme en masajista.
- Estoy bien. Además, Su Excelencia no te estaba alabando, estaba siendo sarcástica, Señor Dantalian.
Estaba tan orgulloso de Lapis por habernos ahorrado 8 millones de monedas de oro que quería hacer algo por ella.
De repente sentí una mirada. Me di la vuelta y vi a Daisy mirándome de reojo con una mirada sombría. Era casi como si hubiera presenciado algo que no debía. Borré la expresión de mi cara mientras la encaraba.
- ¿Qué estás mirando? ¿Hay algo que quieras decir?
- ...Nada.
Daisy habló con una expresión que parecía como si estuviera conteniendo un suspiro.
- ¿Le traigo vino del almacén, padre?
- Es un alivio saber que al menos te queda algo de tacto en el cerebro. Si no lo hubieras sugerido, habría empezado a sospechar si tu cabeza contenía un cráneo o un cubo. Deja de perder el tiempo y ve a buscar el vino.
Entonces me giré para hablarle cariñosamente a Lapis.
- Ahora que lo pienso, aún no te he dado vacaciones. ¿Qué tal si te tomas unas ahora? Llevas más de 5 años trabajando sin parar, así que ya es hora de que te tomes un descanso. De hecho, mandé construir una mansión en Niflheim, y estaría más que encantado de prestártela como casa de vacaciones.
- Aaah.
Oí a Daisy soltar un suspiro detrás de mí. Esa chica es una niña sombría de todos modos. Probablemente volvió a sentir la irracionalidad de la vida. No me importaba si se desesperaba por esa irracionalidad o no, así que la ignoré.
Gracias a la excelente actuación de Lapis, pude reducir considerablemente nuestros gastos. Sintiéndome vigorizado, ordené a nuestras tropas que avanzaran. Con una fuerza militar total de 27.000, y Laura de Farnese como comandante en jefe. Eran los mejores mercenarios dirigidos por el mejor comandante.
* * *
- Su Excelencia Cónsul, el ejército imperial se ha puesto en marcha para la guerra.
Kurtz Schleiermacher no tardó en dar su informe tras entrar en el despacho. Elizabeth dio un sorbo a su bebida con vinagre antes de formular una pregunta.
- Esto llega más tarde de lo previsto. ¿Su número?
- Calculamos que entre 20 y 40mil.
Elizabeth frunció el ceño.
- Ese rango es demasiado amplio. 20 y 40 mil son comparables al cielo y la tierra, General Schleiermacher.
- Estoy avergonzado. Enviamos tantos espías cómo fue posible, así que deberíamos poder obtener un número más preciso... Además, hay una razón por la que ha sido difícil estimar su número.
- ¿Una razón?
Kurtz asintió con la cabeza.
- La Alianza Creciente no se ha reunido. Ya sea Barbatos o las tropas bajo su mando, ninguno de ellos se ha movido. Su Excelencia, parece que el Imperio pretende ir a la guerra sólo con mercenarios.
- Hmm...
- Todavía no sabemos por qué han decidido hacer esto. Por muy fáciles de usar que sean los mercenarios, no se pueden comparar con un ejército de demonios.
Elizabeth se sumió en un largo silencio cuando Kurtz terminó de hablar. Siguió pensando con el vaso contra los labios incluso después de terminar su vaso de agua con vinagre.
- Ya veo. Está intentando obtener la buena voluntad de otras naciones, Kurtz. Dantalian está prestando atención a su reputación diplomática.
- ¿Su reputación diplomática?
Elizabeth se pasó el pelo plateado por detrás de la oreja.
- No están reuniendo a sus propios ciudadanos para ir a la guerra. Sólo utilizan mercenarios. Esto no es una guerra total entre el Imperio de Habsburgo y Cerdeña. Se trata simplemente de un duelo entre nobles en el que sólo están en juego su honor y su dinero... Está intentando dar esa impresión.
Kurtz pensó mientras se acariciaba la barbilla.
- Entonces eso significa que Dantalian está utilizando una enorme suma para contratar mercenarios, todo por mejorar su imagen. ¿Tendría esto realmente tanto efecto?
- Piénsalo. ¿Cuál es la justificación de esta guerra? Es para preservar el honor de Laura de Farnese como noble. Si el Emperador va a la guerra después de contratar personalmente sólo mercenarios, entonces esto haría que él está manteniendo su honor, mientras que no obliga a su pueblo a sacrificarse. En todos los aspectos, esto aparecerá como un duelo honorable... Ahhh. Su justificación no queda como tal y apoya sustancialmente sus acciones. Sin duda, la justificación de Habsburgo se hará más fuerte. Además, esto también tiene el efecto de evitar preventivamente que sean criticados por la diplomacia internacional.
- Críticas de la diplomacia internacional, ¿verdad?
Su tez se ensombreció.
- Si hubieran movilizado al Ejército de los Señores Demonio, entonces podríamos haber adornado esto como otra invasión demoníaca. Esto también habría dado al Reino de Cerdeña una justificación. Dantalian impidió que esto sucediera... Un hombre meticuloso hasta la médula.
- Pero también estamos bien preparados, Su Excelencia.
Elizabeth se levantó de su silla.
- En efecto. Es nuestro turno de movernos, Kurtz. Que nuestras tropas estén preparadas en la frontera. Lo más probable es que no tengamos que esperar mucho.
- Sí, como ordene, Su Excelencia.
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