Capítulo 412
El que Controla el Continente (I)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Amaneció el Año Nuevo de 1513. Han pasado 8 años desde que llegue a este mundo. Me ha parecido un tiempo increíblemente largo, pero también sorprendentemente corto. ¿Será por lo ocupados que han estado mis días...?
- Padrino, aquí está su té negro.
- Ah, gracias, Luke.
Luke puso el té negro en la mesa. Él era un poco torpe en comparación con Daisy, pero todavía estaba bastante sereno. Él renunció a su cargo como vice-capitán de la milicia civil. Con Jeremi al mando de la milicia civil, era natural que renunciara. En cambio, a Luke se le dio el nuevo papel de mayordomo.
- ¿Te has acostumbrado a los deberes de un mayordomo?
- Todavía soy inexperto, pero de alguna manera me las apaño gracias a la jefa de las doncellas.
Luke sonrió con confianza. Vestido con un uniforme negro de mayordomo, Luke emitía una vibra completamente diferente ahora. Antes era un joven alegre e inocente, pero ahora sus ojos albergaban una profunda tristeza y pesar. Su lenguaje corporal exudaba una perpetua sensación de pesadumbre.
Las doncellas de mi territorio celebraban por el Luke transformado. Apreciaban al Luke vivaz, pero, como el vino añejo que exuda un rico aroma, también admiraban al Luke maduro. A pesar de la entusiasta respuesta de quienes le rodeaban, puso fin abruptamente a su caótica y tumultuosa vida amorosa.
- Típicamente, el mayordomo principal tiene una posición más alta que la doncella principal. Sin embargo, como Daisy lleva ya un tiempo haciendo las veces de mayordomo y criada, es tu superior en muchos aspectos. Esfuérzate por aprender de ella. Tengo grandes expectativas puestas en ustedes.
- Sí, Padrino.
Luke respondió con una sonrisa algo melancólica.
‘Ahh, que gran sentimiento.’
A propósito hablé mucho de Daisy delante de Luke. Él parecía triste cada vez que lo hacía, pero estaba haciendo todo lo posible para no llevar sus emociones en la manga. Esto lo hacía parecer aún más patético, divirtiéndome mucho.
‘Supongo que si hablas del diablo, aparecerá.’
- Padre.
Daisy entró en mi despacho y se inclinó cortésmente. Miró de reojo a Luke antes de apartar suavemente la mirada como si no hubiera visto nada. Este se estremeció ante su mirada indiferente.
‘Ah, qué espectáculo tan espléndido.’
Últimamente, mis ganas de seguir adelante se han visto reforzadas por estos hermanos. Daisy, mostrando una frialdad hacia Luke que rayaba en el exceso, y Luke, visiblemente atormentado por su hermana pero incapaz de expresar su angustia. En efecto, qué espectáculo tan fascinante. Ojalá albergaran entre ellos un amor prohibido. Tal unión prohibida haría este espectáculo aún más cautivador.
- ¿Qué ocurre, mi querida hija?
Le dirigí a Daisy una sonrisa genuinamente refrescante. Su expresión se agrió momentáneamente, pero rápidamente se recompuso y me entregó una carta con rostro indiferente.
- Una carta de las regiones meridionales del Imperio Franco.
- Hmm. Del Duque Marsella, tal vez.
Rompí el sello y leí la carta. La cual estaba escrita con pulcra caligrafía y transmitida con un tono sumamente cortés. Comenzaba con la frase: “El ilustre pilar del gran Imperio, el más poderoso Conde Palatino del Imperio, el singular y firme puente entre la humanidad y la raza demoniaca, el marqués Custos, espero que se encuentre bien”. Fue tan excesivamente halagador que sentí que se me caería el recto si exageraban más.
- Parece que están teniendo problemas para reprimir la rebelión.
El Imperio Franco se sumía en el caos según lo previsto. Earl Bercy, el Fiscal General, exigía la “formación voluntaria del Estado” a todas las ciudades del país. Era una política basada en una especie de contrato social, que permitía a las ciudades decidir por sí mismas si querían pertenecer al Imperio Franco. El significado subyacente detrás de esto era bastante significativo.
- Hmm.
Doblé la carta y miré a los hermanos.
‘¿Pongo a prueba las habilidades de estos dos? Por supuesto, Daisy probablemente sería abrumadoramente superior, pero era sólo un poco de entretenimiento para mí.’
- Luke, ¿eres consciente de que Bercy, el Fiscal General del Imperio Franco, ha exigido lealtad voluntaria de las ciudades?
- Sí, Padrino.
Luke estaba evidentemente tenso.
- ¿Por qué crees que el Fiscal General Bercy de repente exigió lealtad ahora?
- Bueno...el Imperio Franco, actualmente hay muchas ciudades que no están pagando impuestos. Creo que esta demanda es una manera formal de reprenderlas...
Luke respondió cautelosamente mientras elegía sus palabras con cuidado. Sonreí suavemente. Su respuesta estaba casi al nivel de un niño. Aunque podría ser perdonable para el vicecapitán de la milicia civil, mi mayordomo necesita tener perspicacia política. Si no pueden pasar este nivel de prueba, no son aptos para el papel de mayordomo.
- Daisy. ¿Qué piensas?
- Es un procedimiento para reconocer implícitamente el nacimiento de una república.
Ella respondió con prontitud. ¿Ni siquiera consideró esta respuesta? Luke abrió los ojos y la miró fijamente. Luego se dio la vuelta rápidamente, claramente nervioso.
- Interesante. ¿Puedes explicarme por qué?
- En primer lugar, los nobles o las ciudades no juraban lealtad al gobierno franco. Juraban lealtad al Emperador. Por lo tanto, cuando proporcionaban impuestos o apoyo militar, no era al “gobierno” sino al “Emperador” del Imperio Franco. Ahora, al jurar lealtad al gobierno en ausencia del Emperador... se está reconociendo tácitamente que “el Imperio ya no necesita un Emperador”. En otras palabras, es el nacimiento de una república.
Asentí.
- Bien hecho, Daisy. Como has dicho, es la formación de un nuevo tipo de gobierno.
Luke bajó la cabeza cuando elogié a Daisy. Desde que asumió el papel de mayordomo, Luke había llegado a reconocer las extraordinarias capacidades de su hermana menor. Daisy no sólo gestionaba las innumerables responsabilidades dentro del Castillo del Señor Demonio, sino que también participaba ocasionalmente en el gobierno del territorio. Luke no podía deshacerse de la sensación de inadecuación en comparación, dado que sus esfuerzos anteriores se habían limitado a perfeccionar su habilidad con la espada durante su estancia en la milicia civil.
- La mayoría de las ciudades acogieron de buen grado la política del conde Bercy. El Imperio Franco ya había sufrido 3 emperadores incompetentes consecutivos. Están hartos de ellos.
También era un problema que no hubiera nobles capaces de desempeñar con realismo las funciones del emperador. La reina Henrietta había exterminado a la familia imperial tan a fondo que no quedaba ni un solo heredero legítimo. Ni siquiera de una línea lateral. Incluso las familias nobles con lazos de sangre con la familia imperial fueron completamente aniquiladas. Esto condujo finalmente a que no quedaran familias que reclamaran el trono. Por supuesto, si rastreabas el linaje lo suficiente, podías encontrar varias familias, pero tenían muy poco poder...
Era obvio. La razón por la que sobrevivieron fue porque Henrietta los ignoró, pensando “No hay necesidad de pisotear incluso a estas personas”. Por ejemplo, la bisnieta del cuarto hijo de una concubina de un emperador hace 7 generaciones... Nadie contaría con la legitimidad de alguien así.
- En tales circunstancias, la figura más influyente es la Emperatriz Viuda.
La emperatriz viuda era el único miembro superviviente de la familia imperial y mantuvo su dignidad y orgullo durante toda la guerra civil. Cuando el emperador ordenó la masacre, corrió a palacio en ropa de dormir, llorando y suplicando que perdonara al pueblo. Tales acciones le granaron la simpatía de los plebeyos.
- Y la Emperatriz Viuda apoya fervientemente la política del Conde Bercy. El Fiscal General ha hecho una apuesta que es muy probable que gane. Bueno, al final, las ciudades del sur no participaron...
Ahora, a la segunda prueba. Esperemos que no me decepcionen. Especialmente tú, Daisy. Declaraste tan confiadamente que me matarías, pero será imposible hacerlo si fallas en una prueba tan simple como esta. Tendrás que demostrar una perspicacia política muy superior al menos a Elizabeth. Si es que alguien como tú es capaz de eso.
- Como ambos saben, los nobles que residen en las regiones del sur del Imperio Franco se han rebelado contra el conde Bercy, rechazando incondicionalmente la lealtad al nuevo gobierno. Este desafío les ha concedido un grado de autonomía equivalente a la independencia.
El problema es que, a cambio de su autonomía, pierden la oportunidad de presenciar la liberación de su población esclavizada. El Imperio de Habsburgo y el continente demoniaco asistieron a una emancipación masiva de sus esclavos, que fueron repatriados a sus tierras de origen sin condiciones. Sin embargo, a las regiones meridionales del Imperio Franco se les negó este privilegio al no estar formalmente bajo la jurisdicción del gobierno franco.
Como consecuencia, estallaron disturbios en la región de Cerdeña ocupada por los nobles francos del sur durante la guerra anterior. Los sardos habían visto cómo se llevaban a sus familias y vecinos como esclavos durante la guerra. Naturalmente, se alegraron ante la perspectiva de que sus seres queridos y vecinos regresaran. Fue en este ambiente cuando los nobles del sur lanzaron un órdago.
“Devuelvan a nuestros familiares y amigos”, gritaban los sardos mientras protestaban contra los nobles, reclamando el regreso de sus seres queridos. Sin embargo, durante las protestas, 3 representantes de los sardos fueron asesinados. Aunque no se identificó a los culpables, los sardos se enfurecieron, creyendo sin lugar a dudas que se trataba de los actos de los nobles francos. Como ya estaban descontentos con la dominación extranjera, los sardos no tardaron en rebelarse...
Es bastante coincidente, ¿no? ¿Por qué 3 representantes de Cerdeña fueron asesinados en ese momento? El hecho de que Jeremi y los asesinos bajo mi mando desaparecieran de mis tierras al mismo tiempo es algo que nunca se revelará.
- Y esta carta. Los nobles del sur están sintiendo los límites de su capacidad para reprimir la rebelión por sí solos. Se rebelaron contra el gobierno franco no hace mucho, así que sería una desvergüenza pedirles ayuda. Al final, acudieron a mí, el gobernante de facto del Ducado de Farnese, y me pidieron ayuda militar.
Me giré para mirar primero a Luke.
- Luke, ¿cuál crees que sería el mejor curso de acción para nosotros? ¿Deberíamos aceptar su petición y reprimir la rebelión? ¿O deberíamos sentarnos y observar?
Luke dio una respuesta inmediata esta vez.
- Naturalmente, deberíamos ponernos del lado de Cerdeña. Los sardos están siendo gobernados irrazonablemente por una potencia extranjera. Creo que esta rebelión es justa. Sería justo proporcionarles todo el apoyo que podamos para ayudarles a conseguir la independencia.
- Mm.
Asentí con la cabeza.
‘Como pensaba, Luke es un idiota.’
- Daisy, ¿y tú?
- Deberíamos quedarnos mirando la rebelión.
- ¡Daisy...!
Luke se volvió para mirar a Daisy sorprendido. Sin embargo, Daisy no se encontró con su mirada.
- Si Padre mueve su ejército ahora, eso pondría a la gente excesivamente en alerta. Padre ya ha ganado una cantidad abrumadora de méritos militares durante la última guerra. Ni siquiera ha pasado un año desde que terminó la guerra. Por lo tanto, si volviera a reunir a sus tropas, los otros altos nobles empezarían a cuestionar sus motivos.
- ¿Así que sería mejor sentarse y observar?
- El destino de los sardos no nos importa de todos modos.
La reacción de Luke ante la serena respuesta de Daisy fue de evidente conmoción. Murmuró “De ninguna manera”. Sonreí y ordené a Luke que saliera de la habitación.
- Deseo hablar a solas con Daisy un momento. Luke, ¿podrías salir un momento?
- Sí, Padrino.
Luke inclinó la cabeza y salió del despacho. En cuanto confirmé que la puerta estaba cerrada, borré la sonrisa de mi cara. Hablé fríamente.
Quítate la blusa y date la vuelta.
- ...
Daisy se desnudó en silencio y me dio la espalda. Saqué un látigo de cuero que estaba en un cajón. Sin dudarlo, azoté la espalda de Daisy.
- ¡Uf...!
Daisy ahogó un gemido y arqueó el torso de dolor.
- Tonta. ¿Qué harás si los sardos logran rebelarse y nosotros nos quedamos de brazos cruzados? Eso haría que todo el derramamiento de sangre que causamos durante la guerra se fuera al diablo. ¿Es esa la mejor solución que tu débil mente puede generar? ¡Si no podemos movilizar a nuestras tropas, entonces podemos movilizar al ejército de Bretaña! Ya no les queda reputación que perder. ¿Eres incapaz de pensar en algo tan simple como esto?
Con un áspero chasquido, el látigo enrojeció la piel de Daisy.
- Pero... si sus enemigos nacionales, el ejército de Bretaña, causan el caos, la gente del sur del Imperio Franco se descontentaría...
- ¡Por eso debemos utilizar aún más al ejército de Bretaña! ¡Los sardos tendrán sus quejas, y los francos las suyas! Al final, los nobles del sur perderán su autoridad. Mientras tanto, la autoridad del Fiscal General Bercy sólo se fortalecerá
Sin piedad, la golpeé por tercera vez. Daisy no pudo reprimir sus gemidos esta vez.
Después de asestar el golpe final, arrojé el látigo al suelo. El cuerpo de Daisy temblaba por la repentina conmoción.
- Puede que hables con palabras grandilocuentes, pero tu juicio práctico se queda corto. ¿Cómo voy a esperar algo de ti? Patético. Ahora, vete.
- ...Sí, padre.
Daisy se vistió con manos temblorosas, me hizo una reverencia y salió del despacho.
Saqué mi pipa, encendí la punta y di una profunda calada.
‘¿Cómo espera matar a alguien estando así? Aún le queda mucho camino por recorrer.’
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