Capítulo 280
La Gran Coalición (VIII)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
- ¿¡Qué están haciendo!? ¡Uno de ustedes, monstruos malvados, debería salir y recibir mi espada!
El caballero gritó desde el lomo de su caballo.
‘Parecía bastante joven. ¿Tendría unos 17 años?’
No sólo era muy probable que murieran los que se batían en duelos uno contra uno, sino que hacía falta mucho valor para presentarse y gritar ante 4.000 soldados enemigos. Sin duda era un joven valiente.
- Qué tonto. Viendo que no ha mencionado su apellido, debe de ser como mucho un combatiente de segundo grado. ¿Intenta enfrentarse a nuestro ejército con sus lamentables habilidades? Convocaré inmediatamente a un rey espíritu y le mostraré la diferencia entre nuestras fuerzas.
- Un momento, Su Alteza. Por favor, espere.
Vassago frunció las cejas. Obviamente estaba impaciente, ya que todo su cuerpo emitía maná de color azul.
- Ya le he dicho antes que estaré al mando del ejército.
- No, ¿no te parece extraño? Su ejército es así de grande. Lo más probable es que tengan al menos un maestro de la espada, y sin embargo decidieron no sacarlos. ¿No crees que tienen un motivo oculto?
- ...
Su maná azul disminuyó gradualmente.
- ¿Motivo oculto? ¿Estás diciendo que los humanos intentan perder deliberadamente?
- ¡Así es! Están intentando perder intencionadamente.
- ¿Qué?
Vassago entrecerró las cejas mientras dejaba escapar un sonido ronco. Cada expresión de su rostro era noble.
- “Perder un duelo sólo les bajaría la moral. No hay razón para que pierdan intencionadamente”, es lo que Su Alteza seguramente está pensando.
- ...
- Pero piénsalo al revés. Hay algo que el enemigo puede ganar que vale la pena soportar una pérdida.
- Maldita sea. Payaso, elabora.
- Es sencillo. Como sabes, afirmamos estar apoyando a un ejército humano.
Las masas son sensibles a los rumores. Batavia y una gran parte de las ciudades libres se han unido a nuestra causa. No había manera de que esta causa no estuviera afectada a las fuerzas enemigas de alguna manera. Desde su perspectiva, en realidad podríamos ser un ejército humano. Debe haber una red de incertidumbre envuelta alrededor de ellos.
- Esta es la situación en la que nos encontramos. ¿Qué crees que pasaría si enviáramos a un demonio en este duelo? ¿Cómo lo percibiría el enemigo? “Ah, no son un ejército humano, sino un ejército de los Señores Demonio.” ¿Por qué dudamos de esto...? Definitivamente así es como lo percibirían.
Sonreí alegremente.
- Su Alteza, ese caballero es un cordero de sacrificio.
- ...
- Si enviamos a un poderoso demonio a matar a ese caballero, entonces el comandante enemigo gritaría inmediatamente. “¡Miren! Son el ejército de los Señores Demonio. A pesar de esto, estábamos divididos y dudábamos unos de otros. Sacrificamos a un camarada. Ahora, levántense. Venguemos a nuestro camarada... “
Sacrificar a una persona para levantar la moral era una estrategia bastante común. Hwarang Gwanchang era un buen ejemplo de esto. El caballero que había salido también era joven. Una persona joven era probablemente el mejor sacrificio posible.
- No hay razón para que sigamos esta obvia estrategia suya.
- ¿Y? ¿Qué dices que debemos hacer si no vamos a enviar a un demonio?
Vassago se tragó su frustración.
- ¿Deberíamos evitar el duelo? Eso nos bajaría la moral.
- Mmm casualmente, había preparado algo por si ocurría algo así.
Aplaudí ligeramente.
- Daisy.
Ella caminó frente a nosotros y se arrodilló. La chica de pelo negro como el carbón llevaba un uniforme de sirvienta como de costumbre. Me había estado atendiendo como criada. Si excluías la espada y la daga que llevaba en la cintura, parecía una criada espléndida.
Sonreí burlonamente.
- Eres una pedazo de basura cuyo cerebro consiste en aguas residuales. Una absoluta imbécil irremediable. No obstante, al menos deberías entender nuestra situación actual.
- Sí, padre.
Daisy respondió tranquilamente con la cabeza agachada.
- Los cerdos fueron expulsados de sus corrales, pero se olvidaron de su lugar y están haciendo un escándalo en medio de la llanura. Son animales que se conformarían con volver a sus corrales. Se calmarán si les echas algo de agua.
Dejé escapar una carcajada. Daisy estaba creciendo espléndidamente.
- Jaja. Así es, cerda. Tú serías la más apropiada para tratar con tu pariente el cerdo. ¿Te gustaría intentarlo?
- Necesitaré un artefacto de amplificación de voz.
Saqué un artefacto collar de mi bolsillo y lo lancé. El collar aterrizó en la hierba. Daisy trató de recogerlo cortésmente, pero yo hablé.
- Recógelo con la boca.
- ...
Daisy se detuvo un momento, pero pronto obedeció mi orden y se inclinó hacia abajo. Agarró el collar entre los dientes. Ella estaba clavando la cara en el suelo como un perro delante de Vassago y los demás oficiales. Asentí satisfecho.
- Esa posición es la que más te conviene, esclava arrogante.
Daisy acababa de compararlos con cerdos. Era sólo un poco, pero se estaba comportando como una engreída. “¿Cómo se atreve una esclava a actuar así?” Se lo señalé y Daisy debió entenderlo porque obedeció obedientemente mi orden.
- Ve.
- Sí, padre.
Daisy se alejó lentamente con el collar. Vassago me habló una vez que ella comenzó a dirigirse a las llanuras.
- Esto es sorprendente. Es la primera vez que te veo emocionado. ¿No dijiste que era tu hija adoptiva?
- Hay algunas circunstancias. Tiene talento, pero es una niña que muerde la mano de su dueño siempre que puede. Tiene tendencia a escarbar en mis sentimientos si bajo la guardia.
Sonreí irónicamente.
- La gente es malvada, así que tiende a olvidar sus rencores si se la trata con amabilidad. Si quieres mantener una relación transparente, entonces debes tener el corazón frío.
- Hmm. Qué opinión más horrible.
La conversación terminó ahí. Observamos en silencio el frente de batalla. Una vez que una niña con uniforme de sirvienta salió a la llanura, las tropas de ambos bandos empezaron a murmurar. Y se escuchaba claramente que decían cosas como “¿Por qué una niña con uniforme de doncella se presentaba a un duelo sagrado?”.
El caballero franco estaba obviamente perplejo. Abrió las manos y empezó a gritar algo mientras veía acercarse a Daisy. Probablemente le estaba diciendo que no tenía intención de luchar contra una niña pequeña como ella. Por otro lado, Daisy siguió avanzando en silencio, como si no oyera nada. Finalmente alcanzó al caballero.
Un solo golpe. Todo lo que había hecho era desenvainar su espada hacia arriba y la cabeza del caballo cayó al suelo poco después. El caballero perdió el equilibrio y se cayó. Daisy saltó rápidamente y desenvainó su daga. Luego la clavó con precisión en la axila del caballero que caía.
Una cortina de silencio cayó sobre ambos ejércitos.
El caballero sólo tardó 3 segundos en morir. Una fuente de sangre brotó del caballo decapitado. La chica recibió despreocupadamente la sangre como si fuera agua de lluvia. Era un espectáculo tan surrealista que resultaba casi sensual. Se llevó el artefacto de amplificación de voz a la boca antes de hablar.
- Soy una franca nacida en Laelia.
Su voz cubrió la llanura. Hablaba en un dialecto franco del norte. Era un dialecto increíblemente familiar para las tropas enemigas, que procedían en su mayoría del noroeste del país.
- Mi madre y mi padre eran aldeanos de tala y quema. Las montañas eran el hogar de nuestra aldea. Sin embargo, como está predestinado para todos los demás aldeanos de tala y quema, todos murieron tras ser atacados por una horda de goblins.
- ...
- Cuando mi madre gemía de dolor mientras sus entrañas se derramaban, nadie vino a salvarnos. Cuando decapitaron a mi padre mientras me sostenía en brazos... tampoco nadie nos ayudó entonces.
Daisy miró fijamente al ejército humano. Una presión desconocida emanaba de la muchacha.
- Yo no sabía lo que era la justicia porque era tonta. Sin embargo, sé que si se permite que un Señor Demonio se establezca en el centro del continente, entonces volverá a ocurrir lo mismo que me ocurrió a mí, no, seguirá ocurriendo sin cesar. Los monstruos prosperaran mientras los humanos morirán. No hay manera de que esto sea justicia.
- ...
- Compatriotas, no les guardo rencor. No obstante, si pretenden quedarse de brazos cruzados mientras se cultiva una tragedia en nuestra tierra, si se refieren a esto como justicia, entonces blandiré mi espada sin dudarlo.
Daisy se dio la vuelta y blandió su espada. La sangre salpicó y el caballero fue decapitado. Daisy recogió la cabeza y volvió a donde estaba. Todos en la llanura se quedaron mudos por la intensidad de la chica. Excepto una persona.
- ¡Jajaja! ¡Mire eso, Su Alteza! ¿No es la niña bastante formidable? ¡Al menos tiene que ser capaz de hacer eso para ser considerada mi hija adoptiva!
Obviamente me refería a mí mismo. La aplaudí.
- Un orgulloso caballero del imperio fue decapitado por una simple doncella. No hay nada más humillante que esto. ¡Casi me dan ganas de ir y encargarle a un bardo que haga una comedia de esto! No, ¿qué están haciendo? ¡Deberían estar aplaudiendo a nuestra chica que hizo una actuación tan asombrosa!
- ¡Ah, sí!
Los oficiales demoníacos volvieron en sí. Comenzaron a aplaudir juntos. Los aplausos se extendieron rápidamente entre los soldados antes de que, finalmente, todo nuestro ejército de 4.000 tropas estuviera aplaudiendo.
Esto debería disminuir drásticamente la moral del enemigo. Fueron completamente derrotados en un duelo por una chica joven. Además, la chica no era un demonio, sino una humana. Esto básicamente aseguró nuestra posición como ejército humano. El ejército franco perdió su orgullo y su causa.
Que desafortunados, generales del Imperio Franco. Planeaban enviar un sacrificio para que su ejército se uniera firmemente, pero tenemos un arma humana absurda conocida como la candidata a heroína. Ese tipo de trucos no funcionarán contra ese monstruo.
- Padre.
Daisy caminó delante de mí y se arrodilló. Me presentó la cabeza del caballero entre sus manos.
- Excelente. Tu actuación ha sido fabulosa.
Me revolví del caballo y le di unas palmaditas en la cabeza. Daisy agachó la cabeza en silencio.
- Pero realmente eres una basura. Usaste los nombres de tus propios padres para conseguir tu objetivo. Te subestimé.
- ...
- En el pasado, hiciste todo lo posible para proteger a tu familia, pero ahora los usas como quieres sin ninguna culpa. Sólo puedo decir que eres increíble. Eres una basura increíble, Daisy. Sin duda, tu amante en casa también estará feliz.
Daisy levantó la cabeza. El odio y la humillación se reflejaban en sus ojos. El “amante en casa” se refería a su hermano, Luke. Satisfecho con su reacción, me reí entre dientes.
- Traicionaste a tu familia y a la humanidad. No tienes adónde volver. Buen trabajo. Puedes volver y descansar en tus aposentos.
Daisy se mordió los labios. La sangre goteaba por sus suaves labios. El sonido de su ira contenida se filtró entre sus dientes.
- Sí, padre.
La chica caminó hacia la tienda detrás de nosotros. Nuestros soldados demoníacos la recibieron con gritos de celebración, pero ella caminó en silencio, sin mostrar emociones en su rostro. La vi marcharse con una sonrisa de satisfacción antes de darme la vuelta.
- Ahora sí, Alteza. ¡Ahora es la oportunidad! La moral del enemigo ha caído en picado y ahora tienen dudas sobre esta batalla. Sólo perderíamos prestigio si no nos aprovechamos de un ejército así. Por favor, da la orden de atacar.
Por alguna razón, Vassago me dirigió una mirada aguda. Luego murmuró como si soltara un suspiro. Parecía como si se hubiera decidido.
- De tal palo, tal astilla. ¿Evitarías la mierda porque le tienes miedo? La evitas porque es sucia.
- ¿Perdón?
- No importa... Todos los soldados. Al ataque.
Ese día, nuestra vanguardia salió victoriosa contra el ejército del Imperio Franco. Alrededor de 600 de los 3.000 soldados del enemigo cayeron en la batalla. Sorprendentemente no hubo muchas muertes, pero no fue porque pelearan bien. Fue porque la mayoría de ellos huyeron en cuanto comenzó la batalla. Gracias a eso, sólo perdimos unos 100 hombres. No hubo dudas al respecto. Fue nuestra victoria completa.
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