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viernes, 5 de julio de 2024

DD - Capítulo 336

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Capítulo 336
Aroma a Anémona (VI)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Llamé a la puerta de Laura, pero no hubo respuesta. Anunciar mi nombre aquí podría provocarle un espasmo. La vergüenza y la culpa son las 2 mayores emociones que corroen el corazón de las personas. En ese momento, Laura se aferraba a ambas emociones al mismo tiempo. El nombre “Dantalian” era la amalgama misma de esas emociones aglutinadas... Abrí la puerta sin decir palabra y enseguida me vi envuelto por el shock. - ... Laura no se dio cuenta de que la puerta se había abierto. Sus ojos oscuros y desenfocados miraban a la nada mientras murmuraba para sí misma sin parar. Susurraba en voz tan baja que no pude distinguir ninguna de sus palabras. Esto era un claro signo de un problema mental severo, pero ese no era el problema ahora. - ¡Laura! Corrí hacia ella y la agarré por la muñeca. La sangre corría por su muñeca. Laura había estado rasgando con las uñas el lugar donde está la vena. Rápidamente saqué una poción y se la eché en la muñeca. - ¿Señor...? Los ojos de Laura volvieron a concentrarse. Sin embargo, todavía estaban lejos de ser claros de alguna manera. Sus ojos parecían completamente apagados. La muñeca que había agarrado también estaba débil como una ramita. Pensé que estaba volviendo a la normalidad, pero me equivoqué. De repente, Laura se aferró a mi cintura y empezó a llorar. Apretó fuertemente su cara contra mi ropa. - Lo siento... Lo siento... Lo siento... Lo siento, Señor... Lo siento... Fue en ese momento cuando me di cuenta. Las palabras indiscernibles que Laura murmuraba desde el momento en que entré en su habitación. Me estaba pidiendo disculpas sin parar. Sentí que se me ponían los pelos de punta mientras la agarraba fuertemente por los hombros. - ¡Laura! ¡Laura de Farnese! - Lo siento...lo siento...lo siento... Mis palabras no entraron en ella. Sentí un escalofrío en la espalda. Estaba sufriendo un colapso mental y además se estaba haciendo daño a sí misma. Me di cuenta de la gravedad de la situación. Creí con optimismo que Laura estaría al menos en un estado en el que yo podría hablar con ella. Ella es más fuerte y brilla más que nadie... Por eso era optimista. Apreté los dientes. Endurecí mi corazón mientras le golpeaba la mejilla con una fuerza moderada. Fue sólo después de 2 o 3 golpes que su mirada finalmente se enfocó. - ¿Qué pasa con este vergonzoso estado? ¿Dónde se ha metido la niña que me aconsejó confiadamente que siguiera el camino de un Señor Demonio, el camino del infierno, allá en las Montañas Negras? ¿Adónde se ha ido la niña que intentó morderse la lengua cuando le pregunté por qué no se había suicidado todavía? Los hombros de Laura temblaron mientras se encogía hacia atrás. Esta reacción me entristeció y me enfadó a la vez. Antes de llegar al terreno del amor, ¿no sería más apropiado llamar a nuestra relación cercana a la de la amistad? No algo podrido como el amor, donde ambas partes están encadenadas la una a la otra, ¿no somos 2 individuos completos capaces de mirar juntos en la misma dirección? - Respóndeme, Laura. ¿Todo eso no fue más que un momento de tu infancia? ¿Nuestras espaldas se han doblado hasta el punto de que ya no puedes soportar el peso de tu promesa? - Ah, ahh... Laura sacudió débilmente su rostro empapado en lágrimas en señal de negación. Era como una débil cría de pájaro que no podía volar con sus propias alas y se acobardaba para ocultar su cuerpo. Me di cuenta de algo cuando vi esto. En cierto momento, Laura empezó a mirarme solo a mí. La salvé de una vida como esclava sexual. Le otorgué a esta chica, que sólo había residido dentro de una pequeña burbuja como aristócrata, la vida de una general. Entonces tenía 16 años. Le di una identidad durante la época en que era más sensible e inestable. ‘Ya veo... En el juego original, Laura había recorrido sola el camino de una general. Fue ella quien se aseguró esa identidad. La diferencia entre un adulto y un niño es si su identidad le fue impuesta o si la aseguró por sí mismo. Ella era igual. Se sacudió su identidad de esclava sexual y noble. Por eso Laura de Farnese se aferraba con tanta insistencia a su título de Ministra de Asuntos Militares. Sin embargo, en este mundo, yo era quien se lo daba todo a ella. Para Laura, probablemente yo era literalmente su dueño. No pensaba demasiado en ello porque creía que, de todos modos, estaba destinada a convertirse en una general. Creía que yo sólo había hecho que su destino ocurriera un poco antes. Qué tonto fui... No salvé a Laura del destino de convertirse en una esclava sexual. Le había grabado un sello de esclava diferente. Puede que el cuerpo de la Laura original fuera el de una esclava, pero su mente seguía siendo suya. Me había apoderado de su mente... El detonante decisivo fue probablemente cuando rompí el límite de los 99 puntos de afecto. Ella había renunciado a su orgullo como noble, pero yo se lo había devuelto regalándole la bandera de la Familia Farnese. Yo había aliviado el resentimiento que sentía debido a la opresión que sufrió como hija ilegítima. Así, todos los papeles que tuvo y tendrá en el futuro proceden de mí. Lo soy todo para Laura. No tenía sentido un mundo sin mí y un mundo en el que me hieran debe ser destruido. Debería haberme dado cuenta antes. Cuando Gamigin se obsesionó conmigo y cuando Ivar renunció por completo a su identidad... debería haberme dado cuenta de que el sistema de puntos de afecto no siempre era algo bueno. La arruiné... El responsable está claro. En ese caso, también está claro lo que debo hacer.’ - Laura. En silencio atraje a Laura hacia mis brazos. Su pequeño cuerpo entró en mi abrazo. Borré toda la urgencia de mi voz mientras susurraba en un tono suave, haciendo parecer que la perdonaría por todo. - ¿Señor...? ‘¿Podía darse cuenta instintivamente de que el ambiente a mi alrededor había cambiado?’ Laura me miró con ojos temblorosos y ansiosos. Parecía un animal delicado mirando a su madre. ‘Tranquila. No hay nada que temer.’ Le dediqué una sonrisa tranquilizadora. - No has hecho nada malo, Laura. - Te azotaron... por mi culpa... - No. Lo hice a pesar de saber cuánta angustia sentirías. Pero Laura, eres alguien a quien aprecio mucho. Nunca te haría daño. ‘Como hice con Ivar. Y también con Paimon.’ Le susurré a Laura suavemente. - Entonces, ¿por qué...? Como si estuviera cantando un hechizo. Como si estuviera cantando una maldición. Pronuncié palabras dulces y diabólicas. - Porque hay otros mirando. Laura, debes entender que, por desgracia, no sólo tengo un lado personal, sino también un lado público. No tuve más remedio que castigarte porque habías violado la ley muy públicamente. El problema fue lo excesivamente que llevaste a cabo tu tortura. Tu ejecución habría sido la única forma de cubrir ese crimen. Pero te lo dije, ¿no? Eres alguien a quien aprecio mucho. De ninguna manera dejaría que te ejecutaran... - ¡Como pensaba, te azotaron por mi culpa! - No. No fue por tu culpa, Laura. Planté mis palabras en su corazón. Las palabras que ella desesperadamente más quería oír. - Fue “por” ti, Laura. Con el fin de hacerla verter su corazón en criar sólo estas palabras. La semilla se comerá sus emociones y eventualmente florecerá, permitiendo que una flor negra florezca sobre el sacrificio de sus sentimientos y creencias originales. - Al igual que tú me dedicas tu vida, es natural que yo también te dedique la mía. Al fin y al cabo, somos un solo cuerpo y una sola alma. No hay nada raro en esto... ¿verdad? - Ah... Capturar el corazón de una chica debilitada es increíblemente sencillo. Mis palabras se convirtieron en una cuerda mientras Laura se aferraba a ella desesperadamente. Se abrazó fuertemente a mi cintura mientras lloraba. Increíblemente fuerte. - Todo lo que hace esta joven es por tu bien... ¡No me importa nada mientras estés a salvo! - Así es, Laura. El vínculo que nos une está a otro nivel en comparación con las masas de todo el mundo. Tu vida es la mía y mi vida es la tuya. - ¡Sí, Señor... Sí...! Pasé los dedos por el pelo de Laura como si la estuviera peinando. ‘Laura. Si la razón por la que te consumían tus emociones era por tu amor hacia mí, si el culpable que te había dado ese amor no era otro que yo, entonces con gusto cargaría con todo lo que tienes. Sea tu creencia y voluntad, Laura de Farnese, cargaré con todo lo que te compone de principio a fin. No tienes que disculparte por nada de lo que hagas en el futuro. No tienes que culparte a ti misma, ni siquiera responsabilizarte. Después de todo, me lo has dejado todo a mí. Tus crímenes, arrepentimientos y errores, yo los asumiré todos en tu lugar.’ - Entonces hagamos un contrato, Laura. Jura que me confiarás tu fe. Apreté mis labios contra su pálida frente. Había lágrimas brotando alrededor de sus ojos. - ¿Un contrato...? - A partir de ahora, debes encontrar todo el sentido en mí. Eres mi espada. Debes seguir mis órdenes. Masacra y mata a mis enemigos si yo te lo ordeno. Por mi bien. A cambio, te daré amor. Le sequé las lágrimas con el dedo. Incluso su cara llorosa era hermosa. Lo más probable es que no se haya lavado en varios días, pero ni siquiera eso fue capaz de arruinar su belleza natural. - Señor... - Amor eterno. Un amor al que ninguna duda puede acercarse. Laura me miró con ojos brumosos. Abrió la boca sin dudar un instante. - Sí, Señor... ¡Lo juro! ¡Juro que sólo usaré mi vida por tu bien! Si usted no quiere algo, esta joven tampoco lo querrá. Si usted no me da una orden, ¡entonces esta jovencita tampoco se moverá! - Estoy encantado de oír eso. Sonreí alegremente. Así es. La gente tiene que asumir toda la responsabilidad de las cosas que hace. Los juegos de palabras como fingir y mentir tienen poco peso. Se realiza una acción y, por tanto, debe seguir la responsabilidad. Ante esta obligación absoluta, todo lo demás se vuelve vano. Si no tienes la determinación de asumir la responsabilidad hasta el final, entonces no deberías haber empezado. Tengo que seguir firmemente con las cosas que he empezado. - Como pensaba, sólo tengo a Laura. Si no fuera por ti, entonces ya estaría muerto. No temo a Elizabeth ni a Henrietta. Sólo te necesito a ti, Laura. La cara de Laura se iluminó. Bromeando, le di un golpecito en la frente. - Pero Laura, sólo eres competente en asuntos militares. Necesitas seriamente la ayuda de los demás. Por ejemplo, Lapis tiene habilidades que tú no tienes. Entiendes esto, ¿verdad? - Sí... La gente que tú necesitas es la gente que yo necesito también. - Así es. Por el bien de nuestro amor eterno. La respiración de Laura se estabilizó notablemente. Parecía que todas las lágrimas que había derramado habían empapado mi ropa. ‘Ahora, el último clavo.’ - Así que, por favor, no castigues a los demás irreflexivamente. Tampoco debes ponerte celosa. Esto sólo me entristecerá... Deberías poder soportarlo mientras recuerdes que eres mi número uno. - De acuerdo, Señor. Te lo juro. Laura sonrió. Su sonrisa era tan hermosa como un cerezo en flor. ‘Ahh. Te amo, Laura. Te quiero de verdad.’

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DD - Capítulo 335

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Capítulo 335
Aroma a Anémona (V)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
- ¡Por favor, no me obligues a hacer algo así otra vez! ¡Lo digo en serio! Este fue el primer regaño que escuché en cuanto recuperé la consciencia. Pregunté cuántos días llevaba inconsciente y me dijeron que 3. Bromeando dije que eso no era mucho comparado con antes, pero Jeremi me fulminó con la mirada. Jeremi se llevó la mano a la frente al recordar su temida experiencia. - ¿Sabes lo difícil que ha sido para mí? Pensé que se me saldrían los ojos tratando a esa discípula mía, la ministra y a Su Alteza. Los 3 estaban medio muertos... lo que no facilitó las cosas. - Sí, sí. Tú lo hiciste bien. ¿Las otras 2 están bien? - Su Alteza estaba en las peores condiciones. Nadie podría compararse a su estado cercano a la muerte. Tus dientes estaban todos astillados y tus músculos eran un desastre. Sólo lograste sobrevivir porque eres un Señor Demonio. Según Jeremi, tuvo que usar todas las hierbas preciosas y raras, que había estado guardando, para tratarnos a los 3. Tratar las heridas no fue un problema. El problema era tratar nuestros cuerpos de forma que no quedaran cicatrices. Deshacerse de las cicatrices en cuerpos plagados de heridas no era diferente de llevar a cabo una operación quirúrgica. Se encendían velas para prevenir el tétanos y se utilizaban instrumentos quirúrgicos y diversas pociones para restaurar la piel. La cirugía se complicaba si las heridas se cerraban, por lo que tuvo que reestructurar apresuradamente nuestra carne al tiempo que llevaba a cabo nuestro tratamiento. Jeremi tuvo que trabajar durante 3 días seguidos. Realizó cirugías ella sola durante 40 horas. Su estrés era comprensible. ¿Qué otra cosa podía hacer yo? Me comporté como un paciente y escuché en silencio las quejas de Jeremi. - Las cicatrices son como medallas para los hombres, ¿verdad? Por eso traté a Su Alteza al final. - Espera, pero aún soy un Señor Demonio... Jeremi arremetió contra mí con una cara llena de cansancio. - Si eres un Señor Demonio, entonces por favor actúa como tal. De ahí que intencionalmente te haya dejado 2 cicatrices. Probablemente Jeremi me estaba pidiendo que reflexionara sobre mí mismo. - Ugh. Pensé que había respondido a la situación bastante bien. ¿No es así? - Bueno, como gobernante fue la mejor respuesta, pero como persona fue la peor. Jeremi sacó una pipa y empezó a fumar alguna hierba desconocida. - Oh, dame un poco a mí también. - Ni sueñes con fumar hasta que tus heridas estén curadas. ‘Qué mujer tan malvada.’ - ¿Sabes que la Canciller de Asuntos de Estado está actualmente absteniéndose de comer y beber? No ha comido nada en los últimos 3 días. Pero eso es lo mejor. La Ministra de Asuntos Militares ha estado mirando fijamente al aire como una lunática. Esa discípula mía... parecía estar perfectamente bien, pero siempre ha sido un caso anormal. En otras palabras, mi Castillo del Señor Demonio era como un velatorio. Sin rodeos respondí con un: “¿Es así?”. Y ella me dio una mirada en blanco. - Lo has hecho bien. Ahora puedes volver y descansar. - ¿No teme a la muerte, Su Alteza? - Nunca esperé que una asesina me preguntara eso. Me quedé mirando al techo. - Sí la temo. Sin embargo, estaba seguro de que no moriría. - Eres seriamente incontrolable. Jeremi sacudió la cabeza. A continuación, procedió a empaquetar sus herramientas de cirugía y velas antes de salir de la habitación. No olvidé decirle que me trajera a Lapis. Poco después, entró en mi habitación. Antes de que pudiera saludarla, Lapis se postró inmediatamente. - Lapis, ven aquí. Lapis agachó la cabeza mientras se levantaba. Se acercó unos pasos antes de volver a postrarse. Su terquedad era palpable al negarse a mirarme a la cara. Sonreí con amargura. - Más cerca. Se desató una infantil batalla de nervios. Lapis se acercaba cada vez que le decía que se acercara, pero volvía a postrarse a los pocos pasos. Esto se repitió una y otra vez hasta que finalmente llegó frente a mí. - Más cerca. Lapis finalmente estaba de pie justo al lado de mi cama. No podía ver su expresión porque estaba bajando la cabeza, pero no importaba. Podía decir fácilmente lo que estaba pensando. Claramente pensaba que todo esto era su responsabilidad. “¿Por qué no detuvo a Laura antes? ¿Por qué no salvó a Daisy? Si se hubiera ocupado del asunto un poco antes, entonces su señor no habría tenido que resultar herido.” Sin embargo, no podía disculparse. No podía decir que lo sentía. Todo porque ella entendió la resolución que tomé para cargar con ese castigo. ‘No indagues más sobre este incidente. Esta es mi responsabilidad. Asigné el castigo con esta intención en mente.’ Si Lapis se disculpa aquí, entonces me estaría quitando esa responsabilidad. Estaría negando mi determinación y mis heridas. Por eso ella sabía que no debía hacerlo. Aunque se sintiera atormentada por la culpa, no podría disculparse para respetar mi voluntad. Por eso la cogí de la mano en silencio. Podía sentir el dorso huesudo de su mano. ‘Ella había estado absteniéndose de alimentos y agua durante los últimos días, ¿verdad?’ - Lo siento, Lapis. - ... - Lo siento. No me disculpo con la gente. Eso es porque las disculpas vienen de relaciones bidireccionales. “Es mi culpa. Perdóname. Perdóname. Dame otra oportunidad. No volveré a hacerlo.”. En otras palabras, estas palabras encierran la expectativa de “seguir” juntos... La dinámica de la disculpa y el perdón no puede establecerse si la otra parte está muerta. Esto se debe, obviamente, a que no puedes pasar tu futuro junto a alguien que ya está muerto. No puedes disculparte ni ser perdonado. Disculparse en esta situación sólo sería una expresión verbal. Nadie puede vivir mi vida en mi lugar. Del mismo modo, nadie puede morir en lugar de otra persona y disculparse. Esto era extremadamente obvio... La única excepción a esta regla es Lapis. Ella me dio la oportunidad de triunfar, me ayudó, tramó conmigo una forma de hacer que el continente cayera en la desesperación, y continuó a mi lado después. Se hizo un largo silencio. Lapis levantó la cabeza. Parecía más demacrada que de costumbre, pero seguía siendo Lapis la que estaba frente a mí. Sus ojos azules que siempre miraban a la gente con claridad, aunque sin expresión. Eran unos ojos que me gustaban de verdad. - Me aseguraré de que algo así no vuelva a suceder. - Sí. Yo tampoco volveré a recurrir a este tipo de método. - Eso es una promesa, Su Alteza. Con mucho gusto acepté esa promesa.
* * *
Me recuperé de mis heridas comparativamente más rápido que de costumbre y me levanté de la cama. La Santa sospechará si no aparezco por mucho tiempo. No sólo ella. Tengo la atención del continente puesta en mí. Puede que aún no los hayan encontrado, pero hay numerosos espías plantados por todo mi territorio. Rumores extraños se formularían si me quedo confinado en casa por mucho tiempo. Era especialmente malo desde que me fui durante el festival. En otras palabras, todo el mundo me vigilaba en ese momento. Existía el riesgo de que se crearan rumores infundados. No podía quedarme postrado en cama aunque estuviera herido. Este era el destino de los humanos. Jeremi se aferró a mí con bastante insistencia. - ¿De verdad estás bien? ¿De verdad? - Ah, ya estoy mejor. ¿Te mentiría? - Sí. - ... Una respuesta inmediata. Un señor en el que apenas confiaban sus vasallos estaba aquí mismo. - Te lo diré inmediatamente si pasa algo raro, así que déjame ir por ahora. ¿De acuerdo? Finalmente logré persuadir a Jeremi. ‘...Para ser honesto, todavía no podía sentir mi espalda.’ Sentía como si todos los nervios de mi espalda hubieran muerto, ya que era el único lugar que apenas podía sentir. Experimenté clavándome una aguja afilada en la espalda, pero sólo sentí como una uña desafilada. Mi cuerpo se había recuperado, así que probablemente se trataba de un problema psicológico. Las discapacidades mentales son todo un problema. No estoy seguro de si se trata de una secuela, pero a veces me despierto sintiendo el mismo dolor intenso que sentí mientras me azotaban. Ese dolor a veces se fundía con mis pesadillas. Esos momentos eran terribles. Las 3 horas de sueño habituales se habían reducido aún más, ya que ahora dormía entre 4 y 5 horas cada 2 días. Pero seguía siendo suficiente. Puede que nunca antes me hubiera dado las gracias a mí mismo, pero he estado dando las gracias a mi cuerpo docenas de veces cada día. Después de ir al ayuntamiento del pueblo para presumir ante mi gente de que seguía vivito y coleando, fui a visitar a Daisy. Naturalmente, ella estaba descansando en su habitación y no en esa maldita prisión subterránea. Daisy se giró para mirarme cuando abrí la puerta y entré en su habitación. Luego volvió a leer su libro. No se levantó a pesar de que su Señor la había visitado. Una esclava descarada, como siempre. - ¿Todavía estás descansando? Qué niña tan perezosa. Daisy respondió sin apartar la vista de su libro. - A diferencia de ti, Padre, no soy más que una humana normal. Aún me duele todo el cuerpo, así que no puedo reunir fuerzas para recibirte como es debido. Espero tu comprensión. - Es imposible que una niña normal lea un libro así. Sonreí satisfecho mientras cogía el libro de las manos de Daisy. “Reglas para la dirección de la mente” estaba escrito en la portada en la lengua del Imperio Antiguo. Ella entrecerró los ojos y me fulminó con la mirada después de que le quitaran el libro de repente. - Por favor, devuélveme el libro. Estaba en una parte interesante. - No me malinterpretes. No he cargado con el castigo por tu bien. Si perdono las acciones de la Ministra de Asuntos Militares, entonces te convertirías simplemente en una lamentable víctima. Las víctimas son los que tienen razón. Yo simplemente no quería dejarte tomar la posición correcta. Mis palabras fueron completamente espontáneas, pero aun así fue suficiente para que Daisy cerrara la boca. - ...Lo sé. Ahhh. ¿Cómo no iba a conocer tus intenciones, padre? - Entonces, ¿por qué estabas leyendo? No intentes engañar a mis ojos. Leer cuando estás solo es simplemente leer, pero leer cuando alguien te ha visitado es escapismo. Te resulta difícil enfrentarte a mí como es debido. Por eso has intentado evitarme. Debes sentirte en deuda conmigo. Dime si me equivoco. Daisy frunció el ceño. - Los humanos no sólo tienen cabeza. También tienen corazón. Aunque supiera lo que piensas, padre, ¿cómo podría borrar también mi corazón humano? - Tu lógica es tan insignificante que da risa. En otras palabras, sigues careciendo de ella. No te estoy diciendo que elimines tu corazón humano. Te estoy diciendo que no lo reveles a los demás. Hay 2 razones por las que la gente revela su corazón a los demás. Una es para presumir de su fuerza y la otra es para pedir simpatía. La gente que muestra su fuerza sin pensar crea enemigos innecesarios, y la gente que pide simpatía acaba compadeciéndose de sí misma. En cualquier caso, ¡ambas opciones sólo las hacen los payasos! ¿Es eso en lo que pretendes convertirte? Tiré el libro al suelo mientras hablaba. - ... Daisy apretó los dientes. No refutó mis palabras, así que probablemente tenía razón. Levanté las comisuras de los labios. - He oído que has cortado los lazos con tu familia. Lo siento un poco por ti. Al menos alabaré el hecho de que hayas sido capaz de ocultármelo durante 2 años. - ... Era el segundo elogio que le hacía, pero no pareció complacerle en absoluto. Como siempre, qué niña tan poco agraciada. Golpeé burlonamente la frente de Daisy antes de darme la vuelta. - La ministra de Asuntos Militares vendrá a pedirte disculpas. No la perdones. Pude sentir la confusión de Daisy desde detrás de mí. - ¿Y eso por qué? ¿No es una de tus preciadas concubinas? - No tengo ninguna concubina. Laura se debilitó temporalmente por mi culpa; sin embargo, eso no cambia el hecho de que sigue siendo un gran individuo que no tiene que disculparse ante los demás para que le dejen vivir. Laura es fuerte. Empecé a alejarme después de decir estas palabras. - Y tiene que hacerse más fuerte. Con un ruido sordo, cerré la puerta tras de mí. Mi siguiente destino era el cuarto de Laura.

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DD - Capítulo 334

A+
A-
Capítulo 334
Aroma a Anémona (IV)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Un silencio sofocante cayó sobre la prisión subterránea. Una grieta se había formado incluso en la expresión de Jeremi. Ella se congeló como una estatua después de recibir el látigo de mi parte. Pude sentir débilmente una emoción de ella. “No quiero... quiero negarme...” Para una asesina que incluso cometería suicidio si se lo ordenara la persona a la que sirve, esto mostraba lo renuente que era a hacer esto. Miré fijamente a Jeremi. - Cumpla su orden inmediatamente, Capitana. - No puedo dañar a su... - No seas tonta. ¡¿Tengo que repetirle darle una orden directa a un demonio?! Jeremi se estremeció en el momento en que le grité. La mitad de su cara estaba quemada, pero sus emociones estaban siendo puestas a flor de piel en este momento. - Ha pasado menos de medio mes desde que te recuperaste de tu enfermedad. Le pido esto a Su Alteza no como capitán, sino como médico de la corte. 60 latigazos es demasiado severo. No se lo aconsejo como su leal vasallo, sino como su farmacéutico y médico. Por favor, reconsidere... Me volví más frío. - Si me contestas una vez más, usaré mis demonios. - ... - Si pierdo el conocimiento, entonces me despertarás con agua fría. No debes mostrar piedad mientras llevas a cabo la tarea rápidamente. Hazme exactamente lo mismo que le hiciste a la criminal. ¡Es una orden! Cada vez que el castigo sea detenido o intervenido, recibiré 10 latigazos adicionales. Nadie puede detenernos. Jeremi bajó lentamente la cabeza. - Como órdenes. Me desabroché el manto y lo dejé caer al suelo. Llevaba un atuendo innecesariamente formal porque tenía que reunirme con un enviado del Reino Teutón. Me quité el pañuelo rojo que Gamigin me había regalado personalmente. Era como si estuviera exponiendo mis capas defectuosas. Finalmente, la parte superior de mi cuerpo quedó al descubierto. Me senté tranquilamente en el suelo. Pude sentir que Jeremi se me acercaba por detrás. - ¿Debo proceder ahora? - Sí. No olvides tu deber ni por un segundo. Mordí un trozo de goma. La saliva fluía por mi garganta. Mi piel hormigueaba como si estuviera prediciendo el dolor que iba a sentir. Cerré los ojos. Normalmente, lo correcto sería ejecutar a Laura porque había infringido la ley. En otras palabras, este castigo sustituía a una ejecución. Jeremi pidió misericordia, pero eso era absurdo. Esto ya era suficientemente misericordioso ya que estaba sustituyendo una ejecución por un castigo. Primero, Lapis fue castigada como representante de los vasallos, el castigo de Laura siguió después, y ahora era el castigo para mí. Laura compartía su castigo con su señor y la canciller, individuos cuyos cargos eran ambos superiores al suyo. Esto fue apenas suficiente para evitar una sentencia de muerte. Por supuesto, era una incógnita si mi cuerpo podría soportar este castigo o no. Siempre he estado fuera de forma y, literalmente, volví de entre los muertos hace poco. Sin embargo, estas cosas no importaban. Teniendo en cuenta que este castigo se supone que está a la par con una sentencia de muerte, esto es natural. Este deber natural simplemente se está llevando a cabo. Eso es todo. Y entonces... el dolor golpeó mi espalda. - ¡Uuuuh...! Mis ojos se abrieron de golpe. Un inmenso dolor recorrió mi espalda. El chasquido del látigo y la sensación de mi carne desgarrada se armonizaron. Apreté la mandíbula. Si no estuviera mordiendo la goma, sentía que mis dientes se habrían roto al quinto golpe. Segundo golpe. Fue increíblemente doloroso. Ser azotado sólo por segunda vez ya era mucho más doloroso que la vez que una flecha atravesó mi muslo y cuando me corté mis propios dedos. Sentí algo burbujeando en mi espalda. Probablemente era mi sangre. Tercer golpe. Cuarto golpe. Quinto golpe... Sentí que se me iban a salir los ojos. Se me hizo un nudo en la garganta al sentir que algo fluía hacia arriba. Luché por respirar. Intenté desesperadamente respirar entre cada latigazo. Mis dientes debieron morderme la lengua porque el interior de mi boca también sabía a sangre. Sabía asqueroso. - ¿Se... ñor? ‘¿Se despertó por el sonido del látigo?’ Laura, que estaba encadenada al techo por los brazos, se esforzó por abrir los párpados. Desde su lado de la habitación, me miraba distraída. No la miré porque mi visión se había nublado por completo. Incluida Laura, todo me parecía borroso. Ella parecía que aún no había recuperado el sentido. Su cara parecía como si no pudiera entender lo que estaba sucediendo ante ella. No fue una sorpresa ya que mi castigo comenzó después de que ella se desmayara. Su cara tardó menos de 10 segundos en llenarse de shock. Mi cuerpo empujó hacia delante. Hacía todo lo posible por mantener mi posición sentada, pero mis brazos ya temblaban como locos. Esta vez ni siquiera solté un grito. Un jadeo seco me subió por la garganta. - Ah. ¿eh...? ¿Hm...? La expresión de Laura se desmoronó. El séptimo azote me golpeó sin piedad, independientemente del estado de Laura. Mis entrañas gritaron. No era una simple sensación de dolor en mi carne. Mis músculos y huesos también estallaban de dolor. Un precio sin sacrificio no puede existir. Si se permite un castigo a medias, entonces la administración del gobierno se oxidará sin hacer ruido. Si no se hacen sacrificios, se sacrificarán los cimientos del propio Estado. Así es la política. Lo más probable es que mis vasallos también se den cuenta de esto una vez que se tranquilicen más tarde. - ¡Ah, ahhhhhh, ahhhhhh! Los ojos verdes de Laura se abrieron de par en par. ¿Ahora entendía lo que estaba pasando? Abrió la boca, sin embargo, sólo pudo exprimir los pulmones como un animal debido a la repentina conmoción. Y entonces, el octavo golpe. - ¡Ahhhh! ¿Qué le estáis haciendo a Su Señoría? Laura sacudió su cuerpo. Las cadenas sujetas al techo se sacudieron con fuerza. Abrió mucho los ojos y forcejeó tan desesperadamente que no se diría que hacía un momento había recibido 30 latigazos. - ¡Para! ¡Deténgase ahora mismo! ¡Señorita Jeremi! ¡Deténgase, por favor, deténgase...! Noveno golpe. - ¡Ahhh! ¡Cómo te atreves! ¿¡Qué le estás haciendo a mi señor!? ¡Te voy a matar! ¡Si no te detienes en este mismo instante, te mataré, Capitana! ¡No es demasiado tarde! ¡Si te detienes ahora...! Décimo golpe. Undécimo golpe. Duodécimo golpe. Me desmayé por un momento debido al dolor. Era como si mi conciencia hubiera sido forzosamente desconectada. ¿A esto se le llama diente por diente y ojo por ojo? El inmenso dolor que sentía en la espalda me obligó a recuperar el conocimiento. Era un dolor completamente distinto al que había experimentado hasta ahora. El agua fría corría por mis heridas abiertas. Dejé caer la cabeza. Sentí que me desmayaba mientras me mantenía sentado en posición vertical. Caían gotas al suelo. Algo fluía de mi boca, así que pensé que era mi saliva, pero pude ver débilmente que el líquido era rojo. Jeremi contaba los latigazos en voz alta antes de cada golpe. Gracias a esto supe que estábamos en el decimotercer golpe. ‘Si ahora estábamos en el golpe 13, entonces ¿cuánto faltaba para el 60? No puedo hacer las cuentas. Todo lo que podía concluir era que aún estábamos increíblemente lejos de terminar.’ La sangre fluyó por mi barbilla y cayó al suelo de la caverna. Por alguna razón, no sentía los dientes. Sólo sentía dolor. - Por favor, Señor... lo haré mejor... así que por favor detén esto... Laura estaba llorando. Una vez que se produjo el decimocuarto golpe, el llanto cambió inmediatamente a gritos. Gritó algo terrible, pero no pude distinguir sus palabras. Sentía la cabeza mareada. El olor a vómito y sangre se mezclaba y asaltaba mi cerebro. Me costaba respirar. ‘Le había hecho algo malo a Laura. Sé por qué torturó a Daisy. Entiendo su razonamiento. Lo más probable es que estuviera tan preocupada que no pudiera controlarse. Incapaz de controlar sus desbocadas emociones, su afecto se vio distorsionado por la rabia y tuvo que desatarla sobre alguien.’ - No, Su Señoría, no quiero esto... Basta... No lo volveré a hacer, por favor... Esta era mi responsabilidad. Laura originalmente no era alguien que se dejara llevar por sus emociones. Incluso durante su último momento antes de saltar desde una rampa, levantó la barbilla y miró fijamente al héroe. Esta era la clase de persona en la que se suponía que debía convertirse. ‘Porque se dejó llevar por una persona como yo. Esa hermosa niña. Yo arruiné a Laura.’ - Ah, uuaa, ahh... Alto... No... no... Señor... Señor... El conteo continuó después. Fue alrededor del trigésimo golpe cuando de repente se hizo un silencio larguísimo. Me encontré desplomado en el suelo. Levanté sólo la parte superior de mi cuerpo y me gire para mirar a Jeremi. El rostro pálido de Jeremi entró en mi visión. El interior de mi boca estaba lleno de sangre. Quería escupirla, pero no tenía fuerzas para hacerlo. Lo mejor que podía hacer era abrir ligeramente la boca y dejar que saliera de forma natural. Hice suficiente espacio para mover la lengua. -¿Cuántos? - Estamos en el... 32, Su Alteza. Silenciosamente la fulminé con la mirada. “¿Por qué no sigues?” Esto era lo que decían mis ojos. Jeremi vaciló. - Su Alteza no puede soportar más que esto... No sentí la necesidad de darle una respuesta verbal mientras continuaba mirándola en silencio. Jeremi apretó los dientes mientras levantaba lentamente el látigo. ‘Bien, eso es lo que deberías estar haciendo. Estás cumpliendo tu papel más que de sobra con esto.’ Le hice un gesto de aprobación con la cabeza antes de volver a apoyar la parte superior del cuerpo en el suelo. Quería sentarme erguido, pero ya no tenía fuerzas para hacerlo. Grité al recibir el trigésimo tercer golpe. Al parecer, la goma de mi boca se había caído mientras estaba desmayado. Esto significaba que no tenía fuerzas ni siquiera para los dientes. No importaría si intentaba morderla de nuevo. Laura parecía haberse agotado mientras lloraba ya que su boca sólo podía abrirse y cerrarse ahora. Era un resultado natural puesto que su cuerpo ya era un desastre debido al castigo que también había recibido. Sin embargo, las lágrimas seguían brotando de sus ojos. Acabé desmayándome cada 3 azotes, así que el castigo duró mucho más de lo esperado. Ivar no podía seguir mirando y provocó un alboroto. Parsi la detuvo, pero fue inútil Se añadieron 10 latigazos más a mi castigo. Una vez que eso ocurrió, Ivar tenía una mirada de desesperación mientras retrocedía. Jeremi se negó con vehemencia a añadir los azotes adicionales, pero yo me mantuve firme con la orden que había dado. Al final, 10 se sumaron a los 60 y acabé soportando 70 azotes. - ...Setenta. Jeremi habló como si estuviera dando su último aliento. De principio a fin, no soltó el látigo. Esto por sí solo era suficiente para merecer elogios. La hubiera elogiado por un trabajo bien hecho si me fuera posible hablar. Todo había terminado. Con esto, la disciplina dentro de mi ejército de Señor Demonio fue establecida. Esto probablemente nunca volverá a suceder. Fue tan doloroso que pensé que iba a morir, pero no fue así. Esto fue suficiente. Exprimí las fuerzas que me quedaban para hablar. - Casti... go... comple... to. Perdí el conocimiento antes de terminar de hablar. Fue alrededor del cuadragésimo golpe cuando no pude distinguir entre consciencia e inconsciencia, así que sería más preciso decir que cerré los ojos ya que no había necesidad de permanecer consciente. Estaba bien seguir cerrando los ojos. Nunca pensé que esto sería una bendición tan grande. El sonido de varias personas gritando “¡Alteza!” resonó a mí alrededor. El sonido provenía de justo a mi lado, pero sonaban muy lejanos. Me envolvió la oscuridad... y me permití descender al fondo absoluto del vacío. Todo mientras pensaba que estaría bien si permanecía sumergido en esta oscuridad para siempre.

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DD - Capítulo 333

A+
A-
Capítulo 333
Aroma a Anémona (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
No confiaba en mi capacidad para mantener la expresión. Todavía no se me notaba la ira en la cara, pero no sabía cuánto tiempo más podría contenerla. Lo más probable es que mi gente se diera cuenta de mi enfado y empezara a sentirse incómoda, cosa que esa Santa con cara de perro se olería a la legua. Salir de aquí era mi mayor prioridad. - Llévame a donde está Daisy. - Sí. Lapis no podía levantar la cabeza. No fue hasta que bajé mi enfado y le di un golpecito en el hombro a ella que por fin levantó la cara. Salimos del vestíbulo y nos dirigimos a mi castillo. Algunos de mis ejecutivos se fijaron en nosotros e intentaron seguirnos, pero levanté la mano y los detuve. Todo fue bien hasta que llegamos al castillo. El problema vino después. Íbamos al piso 9 y no al piso 10, que era donde estaban los dormitorios de los ejecutivos. Fruncí el ceño. - Daisy no tiene una habitación aquí. - ... ‘Ya veo. ¿Así que también estaba aislada de su propia habitación? No me dieron ni un solo informe sobre cómo Daisy fue sometida a esto. Nos acercábamos al clímax.’ Se alcanzó el clímax cuando Lapis se detuvo. - Estamos aquí, Su Alteza. Miré hacia delante en silencio. Lapis se había detenido frente a una puerta de barrotes de hierro. Era obvio que este lugar fue hecho a medias por los trabajadores de la construcción, ya que las paredes parecían toscas. No era diferente de una caverna. La prisión subterránea. - ¡Cómo... cómo...! Crují los dientes sin darme cuenta. Las venas me sobresalían del cuello. Abrí la puerta de una patada en cuanto Lapis la desbloqueó. Me apresuré a entrar en la prisión. El agua corría sin cesar por las paredes y el aire de la prisión era insoportablemente sofocante. Daisy estaba retenida aquí. De su cuerpo emanaba un hedor a sangre que inducía al vómito. - ... Estaba tan enfadado que no podía pronunciar ninguna palabra. Las extremidades de Daisy estaban atadas a la pared como si colgara de una cruz. Parecía inconsciente mientras su cabeza colgaba hacia abajo. No tenía ni un trozo de tela para cubrir su cuerpo. Tenía heridas horripilantes por toda su blanca piel. No eran sólo una o dos heridas. Había claros rastros que demostraban que había sido azotada cientos de veces. Algunas heridas se habían convertido en costras sangrantes mientras que otras aún sangraban abiertamente. Parecía más un harapo que una humana. - ...Explícate, Lapis. Lapis se arrodilló frente a mí. - Una parte de los ejecutivos sugirió que la Doncella Principal podría haber estado tramando asesinar a Su Alteza. - ¡Di sus nombres! Mi voz golpeó las paredes de la prisión. Estaba potenciada por el poder mágico de un Señor Demonio, por lo que fácilmente hizo temblar las paredes. Lapis bajó aún más la cabeza. - Fueron la Ministra de Asuntos Militares Laura de Farnese y la Sirvienta Ivar Lodbrok. La Ministra de Asuntos Militares insistió especialmente en que la Doncella Principal debía haber manipulado el veneno durante el traslado. Por lo tanto, anunció que castigaría personalmente a la Doncella mientras Su Alteza estaba inconsciente... - ¡Cómo se atreven! ¡Cómo se atreve la jefa del ejército a castigar personalmente a un miembro de la corte! Lapis hablaba cada vez más rápido. Parecía que intentaba contarme todo lo que podía antes de que yo montara en cólera. - Llamó en secreto a Daisy que cuidaba de la Santa y la confinó en algún lugar de Amstel. Después, Laura la trasladó al Castillo del Señor Demonio y la encarceló allí. Luego la torturó de varias maneras, como azotándola y marcándola. Laura pidió a los otros ejecutivos que lo mantuvieran en secreto, diciendo que ella asumiría toda la responsabilidad. Por favor, mátame. - ¡Laura! La niña que era mi hija adoptiva y también la Doncella Principal estaba medio muerta y colgando de la pared como un trapo. La vasalla a la que más aprecio en este mundo estaba de rodillas y suplicándome que la matara. Y por último, la general en quien más confiaba, la leal criada que nunca había traicionado mi confianza, me había engañado. Estaba a punto de perder la cabeza. Sentí que los ojos se me iban a salir. - ¡Trae aquí a todos mis vasallos! ¡Excluyendo a Luke! ¡Trae hasta la última persona aunque no esté involucrada en esto! Lapis salió de la prisión. Iba a sacar una poción y curar las heridas de Daisy, pero me di cuenta de que no debía dejar que los demás la vieran después de curada. Tenía que mostrarles su miserable estado en su totalidad. ¿Fue porque me había acercado a ella? Daisy se retorció ligeramente. - ¿Pa... dre...? Fue más un grito ahogado que una palabra. Apreté la mandíbula. - Idiota. ¿Hasta qué punto sacaste de quicio a los demás ejecutivos para que ninguno de ellos estuviera dispuesto a apoyarte? Estarías muerta si hasta la Canciller decidiera quedarse callada. - Esto no... es mucho. ‘¿Intentas hacerte la dura cuando estás cubierta de moratones? Qué ridícula.’ Daisy levantó la cabeza para mirarme. Parecía que incluso ese pequeño movimiento le resultaba difícil, ya que le temblaban la cabeza y el cuello. Estaba terriblemente demacrada. Sus iris negros estaban borrosos y de sus labios manaba sangre. - ¡Maldita sea! Maldita sea... Las maldiciones salieron por si solas. ‘No quería convertir a Daisy en una noble víctima. Toda la malicia que se dirigió a Daisy debería haber sido sólo mía. Se suponía que esta chica era mi obra de arte. ¡Se suponía que se convertiría en una flor de malicia nacida de mis manos! ¡La malicia que Daisy tiene en el mundo debería ser sólo su malicia hacia mí! Yo soy el único que puede entrar en su mundo... ¡Así es como debería haber sido! ¡Esta niña es mía! Después de hacer que me mire sólo a mí, que me odie sólo a mí, y que aprenda lo que es la venganza sólo de mí, ¡podré entonces ser enteramente reconocido o rechazado por ella! ¡Esta niña es mi testigo viviente, mi única abogada, mi única juez, y finalmente, mi sustituto! ¿Cómo se atreve alguien...? ¡Hacer lo que quiera con mi noble testigo!’ - ... Daisy se esforzó por mirarme mientras yo hervía en silencio. Dejó escapar una pequeña carcajada. Cuando la fulminé con la mirada y le pregunté qué le hacía tanta gracia, movió lentamente los labios como un pez al que han sacado del agua. - Es... tan obvio... lo que estás pensando... Padre... - ... - Es gracioso... porque puedo entender... todo eso... sin ninguna palabra... Silenciosamente cubrí la boca de Daisy con mi mano. - Vengarme es mi trabajo, así que seré yo quien lo lleve a cabo. Daisy dejó escapar una bocanada de aire que sonó tanto como una risa normal como una risa burlona antes de que su cabeza volviera a caer. Le tomé el pulso por si acaso. ‘Esta bien. Se había desmayado.’ Daisy pasó por una operación mucho más dolorosa que ésta. Todavía quedaba tiempo. Poco después. Mis ejecutivos entraron en la prisión uno por uno. Entre ellos, había ejecutivos que dejaban escapar jadeos tras ver a Daisy y otros que sólo fruncían el ceño como si ya lo supieran. No estoy seguro de si debería decir que fue afortunado o desafortunado, pero sólo una persona había hecho lo segundo. Hablé una vez que todos habían llegado. - Todos. Arrodíllense. Todos se postraron en el momento en que les di la orden. Lapis, Laura, Parsi, Jeremi, e Ivar, un total de 5 personas. Blingy y las hadas nos observaban nerviosas desde la distancia. - Lapis. - Sí, Su Alteza. - Levanta la cabeza. Lapis levantó lentamente la cabeza. Entonces la abofeteé sin dudarlo. Un claro sonido resonó mientras caía impotente al suelo. La propia Lapis no lanzó ningún grito, pero la gente que la observaba contuvo la respiración conmocionada. Es bien sabido que Lapis recibe casi todo mi afecto; sin embargo, yo había golpeado a esa misma persona. Los demás vasallos no pudieron emitir sonido alguno mientras bajaban aún más la cabeza. - De pie. Lapis se levantó. Inmediatamente la abofeteé. Lapis se tambaleó. Continué ordenándole con tono frío. - De pie. Y repetí. Lapis no emitió ni un solo sonido y yo no dije nada más allá de mis frías órdenes. Sólo el sonido de la brutalidad resonó por toda la prisión. Retiré la mano después de haberla golpeado exactamente 30 veces. No fui suave con ella. Había puesto todo mi empeño en golpearla. Esto era evidente por la forma en que sus hombros temblaban en silencio después de cada golpe. - A pesar de que, como Canciller, se suponía que tenías que haber supervisado minuciosamente cada departamento y asegurarte de que nadie se extralimitara en sus funciones, descuidaste tu deber. El delito de no detener la acción dogmática de la Ministro de Asuntos Militares es grave. Voy a deducir sus estipendios por 2 años. - Muchas gracias... por el misericordioso castigo. Lapis se inclinó con su cuerpo tembloroso. Sus piernas ya no podían sostener su cuerpo mientras se desplomaba. El silencio y el miedo se cernían sobre la prisión. Pronuncié el nombre de una persona de la forma más fría que había hecho nunca. - Laura de Farnese. - Sí, Su Señoría. - Le permitiré dar una defensa final. Laura apretó la frente contra el suelo. - Esta dama de humilde cuna ha cometido un gran crimen. - Muy bien, entonces. Asentí. Esto significaba que no tenía excusa. - Jeremi, ata al criminal a las cadenas del techo. - Sí, Su Alteza. El tono de Jeremi era diferente al habitual, ya que no tenía ni una pizca de jocosidad. Era una asesina cuya expresión, tono, gestos y emociones eran como los de una asesina experimentada. Inmediatamente se puso de pie y ató las manos de Laura con cadenas. Entonces fue colgada del techo como un trozo de carne de una carnicería. - La Ministra de Asuntos Militares decidió tomar el asunto en sus propias manos y castigó a la Doncella Principal por un crimen del que ni siquiera la culpo. Se han violado las leyes ya que esto tampoco se hizo mediante un juicio justo, fue en contra de sus deberes como vasalla al decidir algo por su cuenta, y se han distorsionado los cimientos del estado al haber castigado a la jefa de otro departamento. Agarré el látigo que estaba colocado a un lado de la prisión. - Por lo tanto, Laura de Farnese será destituida de su cargo de Ministra de Asuntos Militares y servirá en la guerra como plebeya. Además, recibirá 30 golpes de látigo. - ¡Su Alteza! Parsi gritó en pánico. Él era la única persona aquí que no estaba lo suficientemente relacionada con este incidente como para no tener que pedir permiso para hablar. Esto se debía a que estaba en una posición separada de los otros ejecutivos, ya que tenía que gestionar el territorio. Parsi, que por lo general siempre me hablaba como a un amigo, estaba actuando como un hombre diferente al seguir la etiqueta. - ¡Sería difícil para una jovencita soportar 30 golpes de látigo! En lugar de eso, ¡por favor, castíganos a todos por igual! - Al resto de ustedes se les reducirá el sueldo medio año. Sin embargo, la sentencia del criminal no puede ser reducida. - ¡Su Alteza! Parsi levantó la cabeza. Y luego se congeló en el momento en que nuestras miradas se encontraron. Su rostro canoso se llenó de asombro, como si hubiera visto algo que no debía. Parsi me miró fijamente a los ojos por un momento antes de bajar la cabeza. Apreté con más fuerza el látigo. - Revélame la espalda de la criminal. - Entendido. Jeremi le quitó la blusa a Laura, revelando su pálida espalda. El cuerpo de la chica con la que había hecho el amor innumerables veces estaba ante mí. El látigo restalló en el aire mientras resonaba el sonido de la carne siendo desgarrada. Laura gritó. No le di ni un momento para descansar mientras seguía blandiendo el látigo. Su piel ya estaba completamente desgarrada al segundo golpe. La sangre se esparcía por el aire con cada golpe del látigo. Recibí esa sangre en la cara mientras balanceaba el brazo. Laura se desmayó alrededor del noveno golpe. Miré a Jeremi. - Despiértala. Jeremi vertió agua fría sobre ella. El agua se filtró en sus heridas. Laura recobró el conocimiento debido al dolor agudo. Volví a blandir el látigo. Otra vez. Y otra vez. Laura se desmayó un total de 7 veces. Los músculos de su espalda se habían desgarrado. La sangre bañaba a la chica mientras fluía hacia el suelo. Respiré con dificultad. Mi resistencia se había agotado después de castigar a Lapis y a Laura sucesivamente. Hasta ese punto me negaba a mostrar piedad. Hablé jadeando. - La responsabilidad del crimen de un vasallo recae en su señor. Yo, Dantalian, había nombrado a la persona equivocada como mi canciller, no me di cuenta de que uno de mis ministros había cometido un crimen, y no me di cuenta de que la doncella principal había sido torturada. Debo decidir mi propio castigo. Capitán de la Milicia Civil, a partir de este momento, me darás 60 latigazos.

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jueves, 4 de julio de 2024

DH - Capítulo 134

A+
A-
Capítulo 134
Los Forasteros (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Su, que se movía rápidamente por la cima de la montaña, enderezó ligeramente su cuerpo, y ésta fue la escena que vio. Frunció ligeramente el ceño. Parecía que, independientemente de si eran misiles o proyectiles de artillería ordinarios los que lanzaba el bando del Escorpión Azul, todas las municiones poseían la capacidad de detectar la vida. De lo contrario, sería imposible hacer llover los explosivos con sensores inteligentes sobre las cabezas de los soldados de Roxland. Su inclinó su cuerpo hacia abajo y empezó a tomar prestada la cobertura de la montaña con mayor vigilancia. El disparo de la Barrett que sonó en ese momento fortaleció aún más la confianza de Su. Recordó antes de salir de Ciudad Péndulo que no debía haber nadie que usara una Barrett anticuada. Les gustaba más usar los rifles de francotirador de la serie RF de la nueva era. En la cima de una montaña, Li se arrojó a una cueva poco profunda como un saco roto. Li Gaolei parecía casi pegarse a Li al entrar también, pero tras ajustar su peso en torno a su talón, giró sobre sí mismo y entró en la cueva. El cuerpo de Li se levantó de repente, usando su brazo para detener la espalda de Li Gaolei y ayudarle a detenerse de forma estable. Li Gaolei llevaba una pistola de tiro rápido en cada mano. Su cuerpo se inclinó hacia atrás, apoyándose completamente en la mano de Li. Ambas manos apuntaron hacia delante, ¡y entonces disparo rápidamente! La boca de la cueva se iluminó continuamente, ¡y las balas anti infantería de sensor inteligente fueron todas despedazadas en el aire! Aunque había 10 metros entre la entrada de la cueva y ellos, la explosión envió bastantes fragmentos al cuerpo de Li Gaolei. Parecía completamente inafectado, su par de fuertes brazos eran tan firmes como rocas mientras disparaba continuamente. Sólo cuando ya no quedaban señales de las minas rastreadoras bajó sus armas. Li Gaolei se deshizo de las gruesas, pesadas y mugrientas ropas de cuero. Cuando miró la decena de agujeros de los que manaba sangre negra, sus labios esbozaron una sonrisa y, como si no pareciera importarle en absoluto, dijo. - Estas cositas parecen ser bastante peligrosas. Li tiró de la cremallera de la ceñida ropa de combate. Aparte de las tiras de tela que servían para apretarle el pecho, no había nada más superfluo. Sacó una hoja cónica de 10 centímetros de largo sin filo y la puso en la mano de Li Gaolei, luego dijo. - Ponte aquí. Li Gaolei guardó inmediatamente las pistolas. De pie frente a Li, sonrió y dijo. - Hazlo rápido, no tienes que preocuparte por mi dolor. - ¿Quién te crees que eres? Li habló mientras sacaba un trozo de metal de forma casi brusca. Cuando ella hizo el corte, a pesar de que Li Gaolei hacía tiempo que había hecho sus preparativos, todavía aspiró un aliento frío por el dolor. No pudo evitar gritar. - Realmente eres jodidamente feroz... ¡Oh! Espera, aguarda... ¡Ahhh! Li parecía no haber oído el miserable grito de Li Gaolei mientras la hoja en su mano danzaba y arrancaba todos los trozos de metralla uno tras otro. Sin embargo, al observarla más de cerca, la hoja se movía con bastante destreza. Los cortes parecían bastante grandes por fuera, pero todos los cortes se hacían en las fibras musculares, evitando las venas y los nervios principales. Por eso, aunque parecía que Li Gaolei había perdido bastante sangre, con su físico, estaría bien al cabo de 2 días más o menos. - Quítate los pantalones. ¿O necesitas que te ayude? Li enderezó su cuerpo y habló fríamente. El sudor caía continuamente de su frente, haciendo que su corto pelo granate se le pegara a la frente. Después de dudar un momento, Li Gaolei se quitó los gruesos pantalones de cuero, dejando al descubierto los grandes pantalones cortos de playa de colores brillantes. Sus piernas gruesas y peludas combinaban bastante bien con los pantalones cortos. El centro de los pantalones se elevaba hacia arriba. Era majestuoso, grueso y sólido, como un estratégico altiplano a la espera de enemigos por los que luchar. Unos destellos de luz parpadearon ante los ojos de Li, y la espada sin mango cortó ferozmente hacia el punto más alto de los pantalones cortos, asustando a Li Gaolei. Gritó alarmado. - ¿Qué intentas...? Lanzó un estremecedor y miserable grito, y todo su cuerpo saltó. Su cabeza se estrelló contra el techo de la cueva y cayó. A pesar de que se golpeó la cabeza tan fuerte que se sentía mareado, todavía sostenía la parte inferior de su cuerpo mientras se tambaleaba hacia atrás unas cuantas veces. Sólo cuando su espalda chocó fuertemente contra la pared de la cueva no tuvo más remedio que detenerse. Li estaba allí de pie mientras mostraba una sonrisa diabólica. El filo de la espada tenía un trozo de metralla girando sobre él. Sólo ahora Li Gaolei aflojó los brazos y bajó la cabeza para mirarse la herida. Vio aparecer en su muslo otro agujero ensangrentado que en ese momento sangraba, tiñendo de rojo gran parte del pantalón corto de playa. Después de todo, todavía había un par de pantalones cortos de playa separando a Li de él, por lo que la herida se hizo un poco más grande. Sin embargo, la parte vital no estaba herida, lo que permitió a Li Gaolei soltar un suspiro de alivio. Sólo que, después de asustarse así, el punto alto original era ahora bajo. - ¡Ponte aquí! Li Gaolei se acercó a Li de una manera algo reacia. Sus muslos peludos y oscuros empezaron a temblar de forma poco natural. Era una persona valiente, pero el susto que le acababan de dar era algo que ni siquiera un hombre viril podría soportar. Li le arrancó los pantaloncillos de playa con un solo movimiento y lanzó su espada por los aires. En dos minutos, extrajo más de diez trozos de metralla de las piernas y el bajo vientre de Li Gaolei. Estos trozos de metralla de minas terrestres anti infantería contenían una radiación mortal, por lo que no se podía permitir que permanecieran dentro del cuerpo durante mucho tiempo. Aunque fueran usuarios de habilidades, no podrían intentar defenderse mientras estuvieran dentro de sus cuerpos. Li sacó un spray de la mochila que llevaba detrás y lo roció sobre las heridas de Li Gaolei, concluyendo así el tratamiento temporal. Aunque no era experta en medicina ni en cirugía, Li, que era adepta al Dominio del Combate, era experta en el uso del cuchillo. Desde cierto punto de vista, la cirugía y el asesinato contenían habilidades universales. - Ya he terminado. Deberías sentirte afortunado. Estuviste así de cerca de dejar de ser un hombre. Li se levantó, con la cara cubierta de sudor. Tanto su frente como su nariz estaban empapadas de sudor, y su rostro parecía tener una palidez antinatural. Lanzó la espada a Li Gaolei y se quitó la chaqueta, mostrándole su poderosa espalda. - Tengo tres trozos en la espalda. Ayúdame a desenterrarlos. En su piel de color canela, había 3 agujeros pequeños pero profundos. La herida ya se había hinchado hacía tiempo, impidiendo que la sangre fluyera hacia fuera. Cuando Li Gaolei pensó en el tiempo que había pasado desde que la golpearon, su expresión sonriente desapareció y empezó a usar la espada. Su habilidad residía principalmente en el control de las armas, por lo que sus manos eran bastante ágiles. Así, en apenas un minuto, extrajo los 3 trozos de metralla de la espalda de Li y luego limpió brevemente sus heridas. Ella no emitió ni un solo gemido durante todo el proceso. Aunque no había pasado mucho tiempo, ahora sudaba como una loca. Además, un hilo de sangre manaba de su frente. Inmediatamente se limpió la mancha de sangre y dijo con voz débil. - Estoy bien. Li volvió a vestirse. Abrió un ordenador táctico portátil, y la pantalla mostró el terreno de la región actual. Los puntos que representaban a los soldados de Roxland parpadeaban continuamente, indicando que estaban en continuo movimiento. En la parte superior de la pantalla había una cruz roja que indicaba la ruta de avance de Escorpión Azul. Mientras tanto, la posición actual de Li y Li Gaolei resultaba estar frente a la ruta de avance del Escorpión Azul. Li pulsó varias veces en la pantalla, trazando un cambio de ruta para los soldados y dando órdenes a corto plazo, determinando su destino y posición de ataque. En ese momento, en el exterior de la cueva se oyó un leve estruendo, como si un trueno retumbara continuamente. Un grupo de puntos parpadeó unas cuantas veces en la pantalla antes de desaparecer. Un atisbo de tristeza y furia pasó por los ojos de Li. De repente, maldijo. - ¡Maldita sea! ¿De dónde han salido estos cabrones? - No lo sé, pero puedo garantizar que estos tipos no tienen nada que ver con los Jinetes de Dragón Negro. Maldición, su equipo es demasiado bueno, básicamente del mismo nivel que el de los Jinetes de Dragón Negro. Mientras Li Gaolei hablaba, abrió un bolso negro de nylon. De su interior sacó más de 10 armas de fuego de distintas apariencias. Primero seleccionó 2 pistolas con mayor potencia de fuego y se las introdujo en la espalda, luego se colgó un mini subfusil bajo la axila. Sacó 2 granadas de mano y le lanzó una a Li. En un tono bastante significativo, dijo. - ¡Agárrala! Sin embargo, espero que no tengamos que usarlas. Li aceptó la granada y la guardó en silencio en el bolsillo de su pantalón. Sabía a qué se refería. Si eran derrotados y hechos prisioneros, esta granada era un arma para provocar la destrucción mutua. Con la buena apariencia de Li, si la hacían prisionera, ocurrirían cosas extremadamente desagradables, y ella no era el tipo de persona dispuesta a hacer cualquier cosa para sobrevivir. Los preparativos de Li eran diferentes a los de Li Gaolei. Hizo continuamente más de 10 movimientos, estirando su cuerpo y sus extremidades. Una hoja militar de diente de sierra de veinte centímetros de largo bailaba continuamente entre sus dedos. Al ver que Li Gaolei terminaba sus preparativos, Li guardó cuidadosamente la espada militar. Luego, colocó una lona de lluvia de combate en el suelo y se acostó sobre ella mientras llevaba una tosca Barrett. Li Gaolei la miró y, con el ceño fruncido, dijo. - Va a ser una lucha caótica más tarde, así que llevar a ese tipo de arma no te ayudará. ¿Vas a usarlo como una barra de metal? Li se quedó sin palabras. Obviamente sabía que llevar un rifle de francotirador cerca de ella durante una lucha caótica no le proporcionaría ninguna utilidad, pero de alguna manera no estaba dispuesta a dejar escapar a este Barrett. - Toma esto, lo he traído para ti. Esta arma debería satisfacer tus gustos, y además es bastante potente. Recuerda disparar a los cerebros de esos tipos. Aunque no puedas atravesar sus caparazones, puedes dejarlos inconscientes. Este tipo tiene 5 balas, que deberían ser suficientes. Lo que Li Gaolei lanzó hacia Li era una Magnum de 5 balas. La expresión de Li era un poco complicada. Cuando recibió la Magnum, tiró silenciosamente la Barrett a un lado. Luego se acostó sobre la lona y se envolvió en ella. Li Gaolei tiró las armas que no iba a utilizar en un rincón de la cueva. A continuación, colocó una lona junto a Li, se acostó y se envolvió con ella. Los dos individuos ralentizaron su respiración y redujeron la actividad de sus cuerpos. Entraron lentamente en un estado de quietud similar a la hibernación. La cueva temblaba suavemente mientras el tanque se arrastraba colina arriba. Fuera de la cueva, se oyó un intenso sonido de disparos y explosiones, y a lo lejos se escucharon varios gritos miserables antes de morir. Por la fuente del sonido, parecía que la mayoría de estos gritos miserables pertenecían a soldados de Roxland. Los hombres de Escorpión Azul sólo lanzaron un único grito de dolor. El temblor de la cueva se hizo cada vez más violento. Parecía que el segundo tanque también comenzaba su ascenso, y el primero ya había llegado a la mitad del camino. De repente, Li dijo en voz baja. - Pronto nos precipitaremos en medio de ellos para luchar a muerte. Puede que tengamos que usar esas 2 granadas. ¿Tienes miedo? Li Gaolei soltó unas risitas y dijo. - ¿Quién no tiene miedo a morir? Yo, naturalmente, no soy una excepción. Sin embargo, ya que tienes agallas para luchar hasta el final, entonces sólo puedo seguirte. Li se sumió en un silencio momentáneo. Con un suspiro, dijo. - Parece que siempre te meto en problemas. Li Gaolei le contesto sin pensar. - Ya estoy acostumbrado... Sin embargo, si nos deshacemos de estos tipos, podemos llevarnos todo su equipo. Son cosas muy buenas. No sólo podemos usarlo nosotros, sino que podemos vendérselo a los Jinetes de Dragón Negro. Je je, lo hicimos a lo grande. No importa, deberíamos poder cambiarlo por al menos 2 habilidades de quinto nivel, ¿verdad? ¡Una por cada uno! Sin embargo, tenemos que dejar algo claro primero. ¡Esta vez, voy a elegir primero una de las dos!

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DH - Capítulo 135

A+
A-
Capítulo 135
Los Forasteros (IV)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Li Gaolei parecía como si ya hubiera triunfado, mientras Li soltaba un suspiro. Ante un equipo tan avanzado, los soldados de infantería a sus órdenes eran como ovejas. Aunque eran valientes, no podían sobrevivir ni a un solo golpe. Tras pagar el precio de 100 hombres, sólo recibieron a cambio la muerte de 6 enemigos. Este tipo de situación se debía principalmente a que el blindaje de los tanques del Escorpión Azul era avanzado. Prácticamente todas las armas de Roxland eran inútiles contra estos tanques, e incluso si esos soldados eran alcanzados por la bala de un francotirador, mientras cayera sobre su blindaje, sólo resultarían heridos y no muertos. Li parecía haber agotado toda su capacidad mientras conducía a los Escorpiones Azules a sus emboscadas una tras otra con gran dificultad. Sin embargo, si la conclusión de esta batalla fue traída por los Escorpiones Azules, o si Roxland puede contraatacar con éxito, todavía era desconocido. Al menos hasta ahora, los soldados de los Escorpiones Azules se basaban en sus armas que eran toda una era más avanzadas para afirmar su dominio sobre Roxland y no revelaban ninguna habilidad destacada en el combate cuerpo a cuerpo. Sin embargo, esto no significaba que fueran gente corriente sin ninguna habilidad en el dominio del combate. Cuando primaba la potencia de fuego, poca gente elegiría entablar una lucha física, y este era el mismo concepto cuando Roxland se enfrentaba a las turbas en el desierto. La diferencia entre eras tecnológicas no era algo que se pudiera superar únicamente con habilidades. A pesar de que Li poseía cuarto nivel de habilidad en el Dominio del Combate y era competente en la lucha cuerpo a cuerpo, la lucha mortal que seguía sólo apuntaba hacia el desastre. Después de un periodo de silencio, fue Li Gaolei quien habló esta vez. - Ya ha pasado tanto tiempo. Quiero preguntarte, ¿por qué piensas constantemente en Su? Por supuesto, si no quieres hablar de ello, puedes elegir no hacerlo. - ¿Su? Ya me olvidé de él hace mucho tiempo... De acuerdo, aún me acuerdo de él. Tampoco sé por qué. Si hay algo bueno que decir de él, es que folló durante una hora entera e hizo que esta vieja se sintiera bastante bien, hasta el punto de que incluso ahora, cada vez que veo a otro hombre, no siento nada. Li Gaolei se rio un par de veces y dijo. - Ja ja ja ja ¿Una hora? ¡Incluso yo puedo hacer algo tan fácil como eso! ¿Has visto lo magnífico que acabo de hacer? Li soltó un bufido y dijo. - Muy bien, si puedes hacerlo, entonces ven ahora mismo. Te prometo que no tomaré represalias. Li Gaolei soltó inmediatamente unas risas huecas antes de decir. - Ah, esto... ¿Qué tal si lo hablamos después de luchar? Aunque su físico era robusto, después de que la parte inferior de su cuerpo sufriera continuamente más de 10 cortes, no podía darle poder sin importar lo que se dijera. Li también tenía muy claro este punto. El temblor en la cueva se hizo más feroz. Li de repente soltó un ligero suspiro y dijo. - Si no morimos después de luchar, entonces hagámoslo una vez. - ¡Bien, bien! ¡Sólo por esto, no moriré! Un soldado del Escorpión Azul utilizó un sistema de detección de vida para explorar la colina. En un radio de 100 metros, sólo había 2 señales extremadamente débiles de formas de vida. El soldado que estaba junto a este individuo echó un vistazo a la pantalla y dijo. - No te preocupes, aquí lanzamos balas anti infantería. Estos 2 son sólo algunos compañeros que aún no han muerto del todo. Parece que pueden morir en cualquier momento, ¡así que ni siquiera tienen valor como cautivos! El que usaba el detector de vida expresó su acuerdo. Tras guardar el aparato de sondeo, se dirigió hacia la colina mientras hacía señas al tanque que tenía detrás. El tanque retumbó antes de continuar su ascenso, y los demás soldados del Escorpión Azul lo siguieron. Comenzaron a consolidar su formación para evitar que les disparasen al llegar a la cima. Aunque su armadura podía protegerles de la bala de un rifle de francotirador, recibir un disparo seguía sin ser una buena sensación, sobre todo en lugares como los brazos y las piernas, donde no había protección. Si no tenían suerte, podían recibir un disparo en el cuello como el que estaba envuelto en la bolsa de cadáveres. Un luchador de Escorpión Azul subió a la cima y observó la escena. Antes de que pudiera inspeccionarla por completo, de una cueva situada a varios metros de distancia salió disparada una débil figura que se precipitaba rápidamente hacia él. Li se estrelló contra el pecho del Escorpión Azul, y la tremenda fuerza le hizo volar a varios metros de distancia. La mano izquierda de Li agarró con fuerza su cuello, y los 2 individuos quedaron estrechamente pegados. Mientras tanto, la espada corta de su mano derecha ya atravesaba los resquicios de la armadura, entrando por las costillas del soldado del Escorpión Azul y retorciéndose ferozmente. Li soltó a este soldado poco después. Su pelo corto voló mientras corría de nuevo hacia el grupo de soldados del Escorpión Azul, a unos 10 metros de distancia. Detrás de ella, el combatiente del Escorpión Azul seguía de pie con expresión estupefacta. Apretaba con fuerza la herida de sus costillas, con la boca abierta pero incapaz de decir nada. Li Gaolei apareció entonces en lo alto de la colina, con el subfusil en la mano aullando mientras enviaba una lluvia de balas sobre las cabezas de los soldados del Escorpión Azul. Las balas parecían rozar el cuerpo de Li, pero ni una sola de ellas le causó el más mínimo daño. Sin embargo, la potencia del arma de fuego ligera era realmente limitada, y sólo 2 soldados enemigos recibieron heridas leves. Al parecer, no sólo la armadura del vehículo, sino también el uniforme militar que llevaban contenían bastante capacidad defensiva. Li parecía haberse estrellado directamente contra los soldados del Escorpión Azul. De repente, se lanzó sobre el cuerpo de un soldado, estampándolo contra el suelo. Tras dar varias vueltas, Li rebotó como un leopardo, mientras el soldado rodaba por el suelo. Sus manos apretaban fuertemente su garganta, y la sangre salía continuamente de entre sus dedos. Li Gaolei tiró a un lado el arma de fuego ligera que se había quedado sin munición y, mientras corría hacia delante, sacó las pistolas de alta potencia. Ambas pistolas rugieron simultáneamente, y la tremenda potencia del arma hizo volar hacia un lado a uno de los soldados del Escorpión Azul que estaba golpeando a Li con la culata de su arma. Sin embargo, de sus 2 rápidos disparos, uno aterrizó en su armadura de hombro, y el otro en su casco. Aunque saltaron chispas por todas partes, el luchador del Escorpión Azul sólo se debatió un poco en el suelo antes de arrastrarse hacia arriba. Li derribó a otro oponente, pero había recibido una patada en la cintura por parte de un oponente que claramente poseía altos niveles de habilidad de combate. La fuerza de esta patada fue enorme, ¡haciendo volar su cuerpo a varios metros de distancia! Li Gaolei rugió, y mientras corría, las pistolas que llevaba en las manos disparaban continuamente hacia delante. 2 de los soldados que intentaron rodear a Li cayeron. Sin embargo, no tuvo tiempo suficiente para detener a uno de los soldados del Escorpión Azul que descargó la culata de su arma sobre la cara de Li. En ese momento, Li Gaolei ya estaba ignorando por completo el negro y oscuro cañón con el que le apuntaba un soldado del Escorpión Azul. ¡Bang bang bang bang! Se oyeron sucesivos disparos tan concentrados como un torrente de fuego. La culata del arma que el soldado Escorpión Azul estaba disparando estaba a sólo 10 centímetros de la cara de Li, y en ese momento, las comisuras de sus labios revelaron una sonrisa especialmente siniestra. Lo que más le gustaba eran las chicas con la cara cubierta de sangre, y este ataque la dejaría directamente inconsciente. ¿Y la granada en sus manos? Este tipo de cosas inútiles de la vieja era tenía un tiempo de detonación de 3 segundos, así que tenía tiempo más que suficiente para lanzarla a 10 metros de distancia. Sin embargo, de repente sintió como si le aplastara por la espalda un tanque a toda velocidad, y su cuerpo no pudo evitar salir volando hacia el exterior. En su campo de visión, se podían ver varios trozos de fragmentos azul oscuro. A medida que su conciencia se ralentizaba rápidamente, este soldado descubrió con dificultad que estos fragmentos le resultaban bastante familiares, como si fueran iguales que su propia armadura. Sólo después de bajar lentamente la cabeza se dio cuenta de un agujero aterrador que tenía más de 10 centímetros de profundidad. Su coraza estaba completamente destrozada, y en el borde de la armadura había fragmentos de los que colgaban sus propios órganos internos. ‘¿Qué es esto? ¿Cómo ha podido atravesar siquiera un chaleco antibalas?’ Este fue el último pensamiento que pasó por su conciencia. El cuerpo del soldado que había apuntado a Li Gaolei tembló de repente, ¡y su cabeza abandonó repentinamente su cuerpo! Una expresión de estupefacción extrema se congeló en su rostro. El disparo alcanzó su casco, y en el momento en que la bala cayó, el casco se deformó. En realidad, ¡no había sido penetrado! Sin embargo, la tremenda fuerza no era algo que sus débiles huesos del cuello pudieran soportar. La sangre salpicó un Escorpión Azul tras otro. Mientras la increíblemente poderosa bala cayera, incluso si impactaba directamente en la armadura, atravesaría sus cuerpos junto con la armadura. Si la bala impactaba en sus brazos o piernas, esta zona se separaría aún más directamente de su cuerpo. Mientras tanto, los 2 tanques se encendieron con furiosas llamas azules. La temperatura de este tipo de llamas químicas era especialmente alta. Aunque la cantidad de tiempo que ardieron no fue tan larga, ya era suficiente para convertir el interior del tanque en un lugar no apto para la vida humana. Como mínimo, los soldados del interior estaban claramente aterrorizados. El cañón se movió al azar para encontrar al francotirador escondido. Aunque vacilaba un poco entre la línea de la vida y la muerte, Li Gaolei no parecía estar especialmente excitado. Inesperadamente, incluso tuvo tiempo de aflojar los hombros y maldecir. - ¡Maldición! Resulta que hasta los filetes bien hechos pueden volar.

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miércoles, 3 de julio de 2024

CCG - Capítulo 274


Capítulo 274
¡Defecar Mientras se Viaja en la Espalda de Alguien!
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
El scooter se tambaleó hacia casa, llevando al Venerable Blanco y a Song Shuhang... De camino a casa, el Venerable Blanco no usó ninguna formación para aumentar su velocidad. En primer lugar, el Venerable Blanco solo montó el scooter por curiosidad, solo quería experimentarlo un poco. En segundo lugar, el viaje de regreso fue bastante corto, en total fue una distancia de seis paradas de autobús. Por lo tanto, no había absolutamente ninguna necesidad de volver corriendo. Cuando llegaron a casa, Mamá Song parecía estar haciendo recados y, por lo tanto, no estaba en casa. El Venerable Blanco y Song Shuhang regresaron a la habitación. —Iré a buscar a Doudou y al pequeño monje, y trataré de recuperarlos para el final de mañana. —El Venerable Blanco comenzó a ordenar su teléfono y sacó la Espada Meteoro. Después de eso, le dijo a Song Shuhang: —Shuhang, dame la mano. Song Shuhang extendió su mano desconcertado. El Venerable Blanco usó su dedo para dibujar en su muñeca con su energía espiritual; muy rápidamente, un bonito dibujo en 3D de un Hermano Calabaza apareció en la muñeca de Song Shuhang. Este dibujo parecía muy familiar. —¿La Técnica de Escape Voladora de Diez Mil Kilómetros? —Song Shuhang preguntó por curiosidad. —No, esto actúa como coordenadas. Con él, no importa en qué parte del mundo te encuentres, siempre que nadie haya utilizado ningún método especial para ocultarlo, puedo localizar dónde te encuentras. Después de encontrar a Doudou y al pequeño monje, te llamaré. Entonces, usaré la espada desechable para llevarlos volando hacia ti —explicó el Venerable Blanco. ¿Enviarlos con una espada voladora desechable? ¡Es una buena idea! —¡Increíble! —Song Shuhang levantó el pulgar—. Además, Superior Blanco, le sugiero encarecidamente que establezca la velocidad de la espada voladora desechable que se usa para enviar al pequeño monje a 4 veces la velocidad normal, y la que se usa para enviar a Doudou, por otro lado, podría establecerse en 50 veces la velocidad, ¡ni siquiera sería demasiado! ¡Déjelos experimentar una descarga de adrenalina! —No hay problema. —El Venerable Blanco asintió. —Cierto, Superior, me gustaría pedirle un favor más. —Song Shuhang recordó algo. Luego, sacó el sable preciado Tirano Roto y lo puso frente al Venerable Blanco, diciendo: —Superior, ¿puede dibujar una formación en Tirano Roto para volverlo invisible, de modo que los seres humanos comunes no puedan verlo? Si fuera de viaje a la isla turística del Mar de China Oriental, le resultaría mucho más fácil sacarlo discretamente si fuera invisible. —Claro, eso es fácil —respondió el Venerable Blanco. Extendió su dedo nuevamente y dibujó una formación de invisibilidad en Tirano Roto, una formación de condensación espiritual y una formación anti-detección. Así, aparte del Venerable Blanco y Song Shuhang, los seres humanos comunes no serían capaces de ver al sable preciado Tirano Roto. Por supuesto, esta formación solo fue dibujada casualmente por el Venerable Blanco: los cultivadores aún podrían ver el sable Tirano Roto. —En ese caso, saldré a buscar a Doudou. Espere a que me comunique contigo —dijo el Venerable Blanco. Si pudiera encontrar a Doudou antes del final de mañana, sería genial... Sin embargo, tampoco importaba si encontraba a Doudou bastante tarde, ya que el Superior Blanco ya había establecido las coordenadas en el cuerpo de Song Shuhang. En ese momento, después de que Song Shuhang hubiera llegado al destino, su espada voladora podría correr directamente al lado de Song Shuhang, siguiendo las coordenadas.
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El Venerable Blanco pisó la Espada Meteoro y se disparó hacia el cielo. Con el Superior Blanco buscando a Doudou y al pequeño monje, Song Shuhang pudo estar tranquilo.
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En la cena. Por curiosidad, Mamá Song le preguntó a Shuhang: —Eh, Shuhang, ¿tu amigo elocuente ya se fue? —Ah, va a recoger a un mocoso de la familia de su amigo; podría necesitar un par de días antes de regresar —respondió Song Shuhang. —Oh, cielos, antes estaba bastante animado con tantos invitados alrededor, pero no esperaba que se fueran uno por uno —dijo Mamá Song con pesar. Ella era una persona a la que le gustaba un ambiente animado. Hablando de eso, si no fuera por la implementación tardía de la política de dos hijos, ella y Papá Song tendrían otro hijo. Durante los últimos años, de lo que más se quejó Mamá Song fue la política de los dos hijos; deseaba tanto que la política se implementara diez años antes. Quizás Song Shuhang ya habría tenido una linda hermana menor. —Jeje, espera un par de días, Song Bai traerá al niño de vuelta y estará animado de nuevo. —Song Shuhang terminó la sopa en el tazón y sonrió, diciendo—. Oh, sí, mamá, el amigo de mi compañero de dormitorio Gao Moumou quiere invitarnos a un resort en una isla en el Mar Oriental de China, y nos vamos en dos días. Nuestro viaje dura unos diez días en total. Los ojos de Mamá Song se iluminaron y preguntó: —¿Vas a ir con la joven llamada Yu Rouzi? —Jajaja, Yu Rouzi tiene otras cosas que hacer. Pero dijo que, si podía terminar sus cosas a tiempo, iría. Papá Song tragó lentamente su comida y preguntó: —¿Tienes suficiente dinero? —Sí, a veces ayudo a los estudiantes de último año en la escuela y obtengo una remuneración a cambio. —Song Shuhang se rio, a pesar de que su forma de obtener la remuneración era bastante violenta. Papá Song asintió en silencio.
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China, en medio del cielo. Un pequinés enorme yacía sobre un avión civil que se dirigía a Beijing... Dentro del pelaje del enorme pequinés, un pequeño monje se acurrucó en una bola, envolviéndose en su pelaje. De hecho, eran Doudou y el pequeño monje Guoguo. Los dos sujetos hacían autostop en el avión, ¿por qué harían eso? Era porque no tenían dinero. El resto del dinero que el pequeño monje ganó al venderse se gastó en un teléfono de pantalla ancha hecho en China... —Superior Doudou, ¿está realmente bien que escapemos a Beijing? —Preguntó ansioso el pequeño monje Guoguo. Siempre que pensara en el Abad Principio Profundo enviando un 😊 y un 🔪 en el Grupo Número Uno de las Nueve Provincias, se sentiría muy asustado. ¡El abad se enojó hasta el punto de enviar el emoji de un cuchillo! ¿Significaba que el Abad Principio Profundo tenía la intención de usar el cuchillo para cortarlo? Incluso si no usara el cuchillo para cortarlo, tal vez no podría escapar de una buena paliza. Doudou dijo con alegría: —No te preocupes, no te asustes. Según mis muchos años de experiencia huyendo de casa, al principio, la gente de tu familia se enojará mucho. ¡Al igual que Shuhang ahora mismo, amenazando con darte una paliza! Pero hay un dicho, ¡los sentimientos humanos son fáciles de explotar! Comenzó a transmitir su propio ❮Sutra del Corazón de Huir de Casa❯. —Después de correr por un largo período sin poder encontrarte, ¡empezarán a entrar en pánico! Para entonces, su ira se convertiría en “preocupación”. Después de eso, cuando finalmente te encuentren con mucha dificultad, te mimarán y adorarán como a un bebé. —¿Es realmente así? —Preguntó el pequeño monje Guoguo con anticipación, pero aún mantuvo su rostro solemne. —No te preocupes, te lo puedo garantizar. El estúpido Montaña Amarilla también es así. Cada vez que me escapaba de casa, él actuaba como si estuviera muy enojado. Pero al final, cuando no pudo encontrarme durante 10 o 15 días, no se enojaría en lo más mínimo, solo se preocuparía y se preguntaría por qué no volvía a casa. Después de encontrarme con mucha dificultad, me convertiría en el amo de la familia. ¡Me darían toda la buena comida y bebida que quisiera! —Doudou estaba muy satisfecho de sí mismo. ... Lo único malo de este truco es que no se puede utilizar con demasiada frecuencia. Después de usarlo con demasiada frecuencia, el maldito estúpido Montaña Amarilla ahora se ha vuelto insensible y no está preocupado en absoluto. ¡Maldita sea, realmente quiero morderlo! Después de que Doudou le lavara el cerebro, el pequeño monje se sintió mucho mejor. —Entonces, ¿el Hermano Mayor Shuhang vendrá a buscarnos? —Preguntó el pequeño monje. —Definitivamente lo hará; con su personalidad de buen chico, definitivamente estaría buscándonos en todos los rincones de la tierra. El pequeño monje asintió en silencio. Su corazón se sentía cálido, parecía entender por qué al Superior Doudou le gustaba tanto huir de casa. —¡Achoo, achoo! ¿Eh? Qué extraño, ¿por qué de repente tengo una mala premonición? —Doudou estornudó un par de veces mientras estaba acostado en la parte superior del avión. Usó su garra para frotarse la nariz, justo cuando estaba hablando de cómo “Song Shuhang debería estar buscando en cada rincón de la tierra para encontrarnos”, sin ninguna razón aparente, sus instintos lo hicieron estar en guardia. ¡Este era el hiper instinto de los perros! ¿Podría ser que el bueno de Shuhang todavía esté enojado? Se ha dicho que cuando esas personas se enojan, pueden dar mucho miedo. Mientras Doudou estaba sumido en sus pensamientos, de repente, el avión debajo de su cuerpo comenzó a temblar violentamente. Los gritos de los pasajeros se escucharon uno tras otro. La escena estaba en completo desorden. Durante su vuelo, el avión experimentó de repente una fuerte turbulencia... —¿Una fuerte turbulencia repentina? Guau~ un accidente de aviación no sucedería, ¿cierto? —Doudou se lamentó. Solo estaba haciendo autostop en el avión, eso es todo. Olvídenlo... En caso de un accidente, haré todo lo posible para salvar a algunos de los pasajeros. Basado en la capacidad de Doudou, todavía no podía cambiar el impacto de las fuertes turbulencias en el avión, como mucho podría salvar a algunas personas.
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Por suerte, la turbulencia solo duró un corto período de tiempo. Después de que se restableció la paz, las asistentas de vuelo comenzaron a consolar a los pasajeros conmocionados. Los pasajeros parecían haber escapado de una muerte por poco; algunos de ellos incluso lloraron lágrimas de alegría. —Sanos y salvos, y no tengo que hacer nada. —Doudou sacó la lengua y se volvió a acostar. En ese momento, el pequeño monje en su cuerpo se veía muy rígido, su rostro mostraba que estaba muy angustiado. —¿Guoguo? —Doudou preguntó por curiosidad. Al mismo tiempo, la aguda nariz de Doudou olía algo mal... —Superior Doudou... ¡Me hice en los pantalones! —Dijo el pequeño monje con voz débil. ... ¿Quizás fue por su tratamiento de hemorroides durante los últimos tres días, lo que requirió que siguieran insertando el aparato médico en su trasero? ¿O quizás, después de que se curó de las hemorroides, tal vez no se haya acostumbrado? En cualquier caso, siguió sintiendo que su ano no estaba lo suficientemente apretado durante los últimos dos días. Esta mañana tenían prisa por irse y, por lo tanto, no tuvo tiempo suficiente para hacer su necesidad. Durante su viaje, sintió la necesidad de aliviarse, pero trató de aguantar. Sin embargo, cuando el avión comenzó a temblar, no tuvo cuidado solo un poco y accidentalmente se hizo en los pantalones. Doudou se quedó sin habla. Si se hizo caca en los pantalones, que así sea. Además, el pequeño monje tenía sólo seis años; ocasionalmente, hacerse en los pantalones era perdonable. Después de todo, era muy joven. Pero, el problema era que… El pequeño monje estaba acostado sobre su cuerpo, y su piel lo mantenía caliente. ¡Se hizo mientras estaba acostado sobre su espalda! —Superior Doudou... No lo hice a propósito. —El rostro severo del pequeño monje se encogió con tanta fuerza que empezó a verse como masa frita. —No tienes que decir nada. —Doudou suspiró profundamente y dijo—. Busquemos un lugar para lidiar con la situación de tu ropa interior. ¿Qué más pudo haber hecho? El pequeño monje era todavía muy joven, no podía reprenderlo severamente, ¿cierto? Incluso si lo reprendía, ¿y qué? ¿No terminará el pequeño monje llorando en voz alta porque se sintió ofendido? Y todavía tendría que terminar limpiando su caca en su ropa interior de todos modos. Después de suspirar profundamente, Doudou usó sus garras para agarrar al pequeño monje con firmeza y saltó del avión. Hablando de eso... Como un perro monstruoso digno, ¿por qué terminó aterrizando en tal situación en la que tuvo que cambiar la ropa interior de un pequeño mocoso? Doudou de repente comenzó a sospechar si acceder a la solicitud del pequeño monje y llevarlo a jugar un juego de huir de casa fue una buena opción...

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CCG - Capítulo 272


Capítulo 272
¡Tu Amigo Es Muy Halagador!
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Cuando el Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas aprendió los caracteres chinos, el pinyin ni siquiera existía. Por lo tanto, cuando les enseñó a los nativos a leer y escribir caracteres chinos, simplemente les enseñó lo que aprendió en ese entonces. Desde el principio, nunca pensó en algo como el pinyin, y los nativos tuvieron la suerte de que no se les enseñaran los caracteres chinos tradicionales.

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas:
Sin embargo... Ahora que pienso en enseñarles pinyin a estos nativos, me siento muy inquieto. Lo intentaré primero, y si no funciona, esperaré a que Sol Borracho, no, quiero decir, el compañero daoísta Luna Borracha envíe un profesor de idiomas.
Después de terminar su oración, pareció haber recordado algo de repente y añadió:

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas:
Cierto, si no puede encontrar un profesor de idiomas, envíate a mí, pequeño amigo Shuhang. Trae contigo el Cristal Divino de Sangre cuando vengas. De esa manera, podremos completar nuestro trato y tú también puedes ayudarme a enseñarles pinyin a estos nativos, ¿no es genial?
Song Shuhang se quedó atónito. ¿Dije algo malo? ¿Por qué se siente como si me hubiera cavado un hoyo por alguna razón? Pero desde el principio hasta el final, solo estaba sugiriéndole amablemente al Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas que usara pinyin para enseñarles a los nativos los caracteres chinos, ¿cierto? Esto no es bueno, debo salvarme. ¿Y si el Superior Estrella Borracha no pudiera encontrar un profesor de idiomas adecuado? Por lo que sabía, el Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas realmente podría volar durante varios días sin detenerse solo para encontrarlo y envolverlo en una manta antes de llevárselo a una isla aislada en medio del vasto océano para enseñarles chino a los nativos. En cuanto al Superior Blanco que estaba a su lado, no esperaba su mano amiga... Por lo que sabía, podría terminar pensando que era divertido y finalmente acompañarlo a la isla aislada. Song Shuhang sintió que esta posibilidad era demasiado grande, y solo pensar en eso era lo suficientemente aterrador. Especialmente cuando accidentalmente giró la cabeza para mirar al Superior Blanco, podría haber sido su percepción errónea, pero cuando el Superior Blanco vio las palabras isla aislada y nativos, sus ojos parecían estar radiantes de interés. ¡De ninguna manera, debo salvarme! Song Shuhang se devanó los sesos con frenesí y, de repente, una idea le vino a la mente.

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Estresado Por Una Montaña de Libros:
Superior Siete Vidas, tengo un truco ingenioso para enseñar pinyin. Puede buscarlo en Internet... ¡Deberías poder encontrar la Canción del alfabeto Hanyu Pinyin!
En ese momento, solo tiene que seguir tocando la canción una y otra vez, por la mañana, por la noche, a la hora de comer, incluso cuando van al baño. Haga esto durante aproximadamente una o dos semanas, ¡y los nativos deberían poder dominar el hanyu pinyin para entonces!
No solo eso, recuerdo que a las personas que llevan un estilo de vida tribal primitivo les gusta mucho bailar. Superior Siete Vidas, puede buscar alguna coreografía de baile en línea que sea fácil de aprender y convertir la Canción del alfabeto Hanyu Pinyin en un baile y hacer que canten y bailen todas las mañanas. ¡Ya que requiere que salten, puede despertar su interés más fácilmente!
Después de que terminó de escribir las palabras anteriores de una sola vez, Song Shuhang suspiró en secreto. Me disculpo, mis hermanos nativos... Pero las canciones de lavado de cerebro no son exactamente malas, si escuchan más de ellas, pueden aumentar sus conocimientos. Además de acompañarlo con un baile, incluso pueden hacer un baile masivo en la plaza pública, ¡qué avanzado! Es muy popular entre las mujeres mayores en toda China. Los ojos del Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas se iluminaron de inmediato.

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas:
¡Ooooh, incluso hay un truco así! 😯 ¡Increíble! En comparación con el aprendizaje de memoria, las canciones son mucho más pegadizas, ¡facilita que la gente las recuerde!
Song Shuhang quería golpear mientras el hierro estaba caliente y dijo:

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Estresado Por Una Montaña de Libros:
Después de que el superior les haya enseñado pinyin a los nativos, aprender los caracteres chinos sería una tarea fácil. Además, creo que, al enseñarles a estos nativos, no debe usar ciegamente métodos estrictos de disciplina, como golpear sus palmas o colgarlos y luego golpearlos. Necesitamos hacer una distinción entre recompensa y castigo. Tiene que haber tanto castigos como recompensas. ¡Esa sería la mejor manera de motivar a estos nativos a aprender!
En realidad, Shuhang sintió que llamarlos nativos no era del todo adecuado, pero al mismo tiempo, no podía pensar en un término mejor para sustituirlo.

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas:
¿Trazar una distinción clara entre recompensa y castigo? ¡Tienes razón! El pequeño amigo Shuhang es realmente un joven, tu forma de pensar es muy flexible.
El Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas quedó profundamente impresionado por las palabras de Song Shuhang y sintió que su idea era muy genial. Al mismo tiempo, preguntó.

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas:
En cuanto a cómo establecer una distinción entre recompensa y castigo, pequeño amigo Shuhang, ¿podrías explicarlo más claramente?

Estresado Por Una Montaña de Libros:
Déjeme darle una analogía. Por ejemplo, puede recompensar a los pocos estudiantes que dominan el pinyin o los caracteres chinos más rápido con algunas de las cosas que les gustan a los nativos. ¿Quizás armas decentes? ¿Artículos para pescar? ¿Quizás un par de objetos modernos como un encendedor?
Y para aquellos que son más lentos o se están quedando atrás, puede considerar otros métodos de castigo, como hacerles saltar una comida o algo. En comparación con ser colgado y golpeado, ¿quizás pasar hambre es algo que asusta aún más a estos nativos? No se limite a golpearles las palmas a ciegas o colgarlos y golpearlos; si utiliza los mismos métodos de castigo durante demasiado tiempo, su efectividad será cada vez menor.
Como nunca había conocido a ningún nativo... Esto es lo máximo que puedo hacer para ayudar. Espero que mi sugerencia pueda ayudarlos a reducir los sufrimientos físicos en el futuro. Si se compara a pasar hambre con ser colgado y golpeado, pasar hambre debería ser más fácil de tolerar, ¿cierto?

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas:
Has hecho un punto válido; puedo intentarlo.
Además, puedo darles exámenes: una pequeña prueba cada tres días y un examen el quinto día. Los que lo hicieran mal se morirán de hambre, y los que lo hicieran bien recibirán todo tipo de recompensas. En el futuro, incluso puedo hacer que escriban ensayos; los que lo hagan mal serán colgados y golpeados. Tsk tsk, ¡qué increíble!
El Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas asintió en secreto. Al mismo tiempo, dedujo muchas cosas de ese ejemplo. La comisura de la boca de Song Shuhang se crispó, y su mente se llenó con la imagen de un grupo de tíos negros con ropa hecha con piel de animal, descansando la parte superior del cuerpo sobre la mesa, abordando un ❮examen de fin de curso de primaria❯ que el Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas tomó y copió de Internet, o el tema del ensayo ❮Si yo fuera una cebolla verde❯, mientras se veían ansiosos y escribían a gran velocidad. Nunca esperó que el Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas pensara siquiera en cosas como exámenes o tareas. ¿Aumenté sin querer el nivel de sufrimiento de los nativos? ¿No me digan que hice algo malo por buena voluntad otra vez?

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas:
Se siente muy bien; lo probaré de inmediato con los nativos. Les dejaré escuchar diez días de canciones del alfabeto de Hanyu Pinyin primero. Pequeño amigo Shuhang, cuando haya algunos resultados, ¡me pondré en contacto contigo de nuevo! 👋🏼
Después de terminar su oración, se desconectó rápidamente. Después de esperar a que el Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas se desconectara, el Cultivador Libre del Río del Norte apareció y dijo:

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Cultivador Libre del Río del Norte:
😅 Hoy en día, no puedes ser feliz ni siquiera en un lugar alejado de la agitación del mundo.

Hada Lichi:
Además, hay otro gran problema... La última vez, ¿recibieron la carta que envió ese compañero daoísta Siete Vidas? Su profesión es un Maestro de Talismanes, está acostumbrado a escribir palabras con una caligrafía indescifrable. En ese momento, cuando intenté identificar las palabras que escribió en la carta, lo pasé muy mal. Si les enseñara a leer a los aborígenes y al mismo tiempo usara esa letra para mostrarles... ¿Pueden pensar en el trauma psicológico al que serían sometidos?

Maestro de la Medicina:
¡Sí que no es fácil para los aborígenes!

Rey del Darma de la Creación:
¡Académico Estrella Sobria, debes encontrar un buen profesor de idiomas para los aborígenes!

Académico Luna Borracha:
¿Estrella Sobria?… No es Estrella Sobria; ¡es Luna Borracha! La última vez solo te equivocaste en una palabra, ¡ahora recordaste ambas palabras incorrectamente! 😓

Rey del Darma de la Creación:
Me disculpo, Compañero Daoísta Luna Borracha. En realidad, tengo una sugerencia, ¿por qué no cambias tu nombre dao? ¿Qué tal si te llamas Sol Borracho? Creo que todos definitivamente serían capaces de recordarlo.

Hada Lichi:
Capaz de recordar Sol Borracho +1

Maestro de la Medicina:
Capaz de recordar Sol Borracho +2
Si solo se trataba de copiar y pegar, la velocidad del Maestro de la Medicina era bastante rápida.

Grupo Número Uno de las Nueve Provincias
Monarca Verdadero Montaña Amarilla:
Capaz de recordar Sol Borracho +3
A continuación, una línea de superiores dentro del grupo de chat siguió su ejemplo. El Académico Luna Borracha suspiró suavemente. ¡Realmente quería atar 10,000 toneladas de metal a todas las personas en el grupo de chat y lanzarlos al Océano Pacífico!
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Las comisuras de la boca de Song Shuhang se crisparon y cerró el Grupo Número Uno de las Nueve Provincias. Después de eso, suspiró en secreto y dijo: —Ojalá el método que le enseñé al Superior Siete Vidas sea efectivo. Por su parte, el Venerable Blanco se rio felizmente y dijo: —Ya sea que sea efectivo o no, no hay problema. En realidad, quiero ver cómo Siete Vidas les enseña caracteres chinos a los nativos. También estoy bastante interesado en esa isla aislada. ¡El Superior Blanco de hecho desarrolló algún tipo de interés extraño! —¡Superior Blanco! Tengo un lugar en mente que es mucho más divertido. Dos días después… Tengo un amigo que nos invitó a un viaje a un resort en una isla en el Mar de China Oriental, ¡incluso hay un crucero de lujo de 5 días! Superior, ¿está interesado? —Song Shuhang le proporcionó al Venerable Blanco un nuevo objetivo. ¡De lo contrario, tenía mucho miedo de que el Superior Blanco lo llevara y montara en la espada voladora hasta el lugar del Maestro de Palacio Talismán de Siete Vidas esta noche! De hecho, cuando el Superior Blanco escuchó las palabras isla turística y crucero de lujo, su interés se despertó. —Si es un resort en una isla, ¿hay atracciones de montañas rusas? ¿Con unas diez inversiones? ¿Turbo Caída? ¿Barco Pirata? ¿Rueda de la Fortuna? —El Superior Blanco comenzó a enumerar varias atracciones emocionantes. ¿Por qué las atracciones que el Superior Blanco enumeró eran las que podían hacer que a una persona se le suavizaran las rodillas? —¡Sí, lo tienen ahí! ¡Lo tienen todo! —Song Shuhang se llevó la mano al pecho y le aseguró; ¡deben tenerlo! —¡Entonces vámonos de inmediato! —El Superior Blanco entrecerró los ojos. —Superior Blanco, no hay necesidad de apresurarse. Partamos dos días después... Además, también tenemos que esperar a que Doudou y el pequeño monje regresen primero —respondió Song Shuhang. —¿Doudou y el pequeño monje? —Preguntó Superior Blanco antes de decir—. Oh, mencionaste antes que Doudou se escapó de casa nuevamente. —Sí. —Song Shuhang suspiró. —Muy bien, esperemos dos días. —El Venerable Blanco aceptó de mala gana. —Así quedamos entonces, Superior Blanco. Primero desayunemos. Y luego, dado que hoy tenemos tiempo, lo llevaré a la Montaña Yuyu, que está cerca de la Ciudad de Wenzhou. Este período de tiempo aún debería ser la temporada de cosecha de las fresas chinas, hay una campaña en curso en la que puede entrar a recoger y comer al mismo tiempo, puedes comer hasta hartarse. —Song Shuhang recomendó. —¡Muy bien! —Los ojos del Venerable Blanco se volvieron brillantes.
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Song Shuhang y el Venerable Blanco charlaban mientras caminaban hacia la cocina. Querían ver si Mamá Song les había preparado algún desayuno. En la cocina. Mamá Song estaba envolviendo bolas de masa cuando escuchó pasos detrás de ella. Por lo tanto, giró la cabeza. —Buenos días, Mamá. ¿Comeremos bolas de masa por la mañana? —Dijo Song Shuhang. —Sí, acabo de envolverlas. No sabía a qué hora despertarían, así que aún no he comenzado a cocinarlas. Song Bai, también estás despierto. Hoy despertaste muy temprano. Qué raro. —Mamá Song bromeó. El Venerable Blanco asintió levemente y respondió: —Sí, buenos días, joven dama. Usted debe ser la madre del pequeño amigo Shuhang. ¡De hecho, hoy me desperté muy temprano! ¿Joven dama? ¡¿Cómo me llamó?! Mamá Song inicialmente se quedó estupefacta, y luego sonrió levemente y dijo: —Shuhang, tu amigo sí que tiene una boca dulce. Song Shuhang permaneció en silencio. El rostro del Venerable Blanco parecía perplejo: —¿? ¿Acabo de decir algo malo? El Venerable Blanco se cuestionó a sí mismo.

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