Capítulo 301
El Asesinato del Emperador (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Daisy se fue a algún lugar con el mensajero. Probablemente era donde se encontraba la Señor Demonio Agares. Me puse en contacto e informé a Vassago, Gamigin, Barbatos, Beleth y Sitri sobre el asunto a través del orbe de comunicación. Todos los principales combatientes del ejército de los Señor Demonio participaron en la cacería. No había futuro para Agares.
- Señor, están corriendo hacia los muros interiores.
- Déjalos correr. Eso no es más que su último esfuerzo. Ah, sí. Da la orden de matar a todos los que vengan a rendirse.
Ya que sabíamos que la Reina Henrietta tenía la intención de rendirse ante nosotros, lo mejor sería matar a los prisioneros. Al hacerlo, incluso si se rinden, el ejército bretaño volvería a casa con pocos o ningún soldado.
- ¿Y si luchan más desesperadamente por eso?
- Yo le doy la bienvenida. En todo caso, deseo que luchen con fervor hasta su último aliento.
El ejército bretaño se retiró a las murallas interiores. La resistencia en la ciudad había cesado. Todo lo que nos quedaba por hacer era limpiar. Nuestro ejército saqueó y masacró sin piedad. Ordené a todos que no tocaran a los niños, los ancianos o las mujeres. En otras palabras, significaba que podían masacrar a todos los hombres.
Habían pasado 5 horas desde que comenzamos el asedio. Un humo negro salía de la ciudad. Juzgamos que la limpieza había terminado en su mayor parte y entramos por las puertas con el resto de nuestras tropas que estaban en la reserva. Varias zonas de la ciudad se habían convertido en ruinas, como si las hubiera atravesado una excavadora. Había soldados en formación en una zona que había quedado luego de que un edificio se derrumbara. Cuando Laura y yo entramos a caballo, los soldados abrieron los brazos y nos dieron la bienvenida en cuanto nos reconocieron.
- ¡Gloria a la General Farnese!
Su moral era increíblemente alta desde que les permitimos saquear prácticamente todo lo que quisieron. Los monstruos comían carne humana hasta saciarse y se llenaban los bolsillos con todo lo que encontraban que pareciera remotamente caro. No tuvimos ni una sola batalla campal, que era el tipo de combate más peligroso para los soldados de infantería. Desde su perspectiva, esta guerra estaba llena de matanzas y saqueos. En otras palabras, había poco peligro y sólo ganancias. Laura de Farnese era como una heroína de guerra para ellos.
- Qué espléndidos gritos.
Hoy iba a ser, sin duda, el día en que el nombre de Laura pasara a la historia. Esta chica de 20 años lideró una alianza de demonios y humanos por primera vez en la historia y aplastó al ejército bretaño que estaba casi a punto de reinar sobre el continente como fuerza dominante...
Más que nada, Laura no tenía ningún interés en los bienes saqueados. Normalmente, era costumbre ofrecer los bienes saqueados a la cadena de mando hasta llegar a la comandante. Laura recibía esas ofrendas, pero después las repartía entre la gente que estaba por debajo de ella.
- Los soldados son los protagonistas que pisaron los campos de batalla con sus propios pies, sostuvieron sus lanzas y empuñaron sus armas mientras estaban unidos en corazón y mente. Todos han contribuido a nuestra victoria.
Era modesta y cuidaba de sus subordinados. Los soldados se referían a Laura como “la general bendecida por las diosas”.
- ¿Cómo te sientes? Creo que esta emoción debe ser nueva para ti.
- Mmm. Es genial cuanto más se idolatra a la comandante en un ejército.
Como era de esperar de mi vasalla, Laura respondió con total desvergüenza.
- Los soldados creerán en su comandante y resistirán incluso cuando su derrota parezca segura, y si su victoria parece segura, entonces creerán que han ganado gracias a su comandante. Afortunadamente, esta joven también tiene bastante buen aspecto. ¿No soy la persona perfecta para ser idolatrada?
- ¿Eso lo dices tú? Quién me iba a decir a mí que mi primera vasalla tendría el síndrome de la princesa. Debí de tener bastante karma en mi vida pasada.
- Como mínimo, puede que no hayas sido el héroe que salvó la tierra, pero estás junto a una dama tan hermosa como yo. Esto no sería posible salvando sólo 1 o 2 países.
‘En serio. Realmente fui un héroe que salvó la tierra.’
Llegamos a la plaza en medio de la ciudad. Los comandantes de las unidades estaban todos reunidos aquí. Había gente como Barbatos, que estaba cubierta de sangre, y Señores Demonio que parecían completamente limpios, como si no hubieran participado en ningún tipo de combate, como Paimon. Un Señor Demonio estaba arrodillado entre ellos. Todo el cuerpo de Agares estaba atado. Estaba realmente sorprendido porque nunca pensé que capturarían a Agares viva.
- Impresionante. Pensar que la incomparable Agares sería capturada así.
- Aunque perdí mi brazo derecho de nuevo por esto.
El Hermano Beleth se encogió de hombros. Tal como había dicho, sólo tenía un brazo. Aparte de él, Sitri también había perdido un brazo, y no había lugar en el cuerpo de Barbatos que no estuviera herida. Vassago, que era todo seguridad y confianza, perdió también a su Rey Espíritu del Agua a pesar de haber sacado al Rey Espíritu de la Oscuridad. Sólo Gamigin parecía estar completamente bien, con una brillante sonrisa en su rostro, ya que había estado apoyando a todos desde atrás.
Barbatos se rio.
- Es una suerte que ya estuviera cubierta de heridas. Parece que esos mocosos bretaños se cebaron con ella con bastante insistencia. Aunque tu hija fue la que dio el golpe decisivo.
- ¿Ah, sí?
Miré a Daisy y vi que tenía la cara cubierta de sangre.
- Sí. La mocosa se coló por detrás de Agares mientras la distraíamos. Ella también se dio cuenta, pero probablemente no esperaba que la mocosa estuviera usando la espada de Baal. Gracias a eso... Se las arregló para cortar la alabarda de Agares junto con su mano. Ese fue el golpe decisivo. Puede que sea una loca demente, pero ¿qué puede hacer cuando todos nos abalanzamos sobre ella? Jeje.
Barbatos parecía bastante satisfecha de capturar a Agares. Ella la jodió mucho durante la última guerra civil. Probablemente piensa que se vengó. Aunque en realidad fue Barbatos quien le hizo daño primero, yo sólo sonreí.
- Buen trabajo, Daisy. Lo hiciste bien.
- ...
Saqué mi pañuelo y limpié la sangre de las mejillas de Daisy. Ella me miró fijamente con sus pupilas de obsidiana.
- Has participado en la derrota tanto de Baal como de Agares, así que ahora eres una humana con una parte justa de responsabilidad. Tu rostro es mi rostro y tus logros son mis logros. No olvides cuidar tu comportamiento en todo momento.
Guardé el pañuelo empapado en sangre en el bolsillo. Daisy abrió un poco la boca antes de cerrarla. Parecía que estaba meditando cómo responder.
- ...Entendido, padre.
¿Era porque estaba cansada? La voz de Daisy sonaba más débil que de costumbre. No era improbable ya que tuvo que enfrentarse a Agares. Podría regañarla por sonar tan débil frente a todos estos Señores Demonio, pero, bueno. Lo pasé por alto por su contribución de hoy.
Me giré hacia Laura.
- Subcomandante, el cabecilla enemigo, Agares, está aquí. Los otros comandantes esperan tu decisión. ¿Cómo la castigarás?
Laura habló para que todos a nuestro alrededor pudieran oírla.
- Traidora Agares. Traicionaste a tus aliados en busca de tu propio beneficio personal cuando deberíamos habernos unido bajo una misma causa. Después, cogiste a tus tropas y huiste al continente humano sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento. Sin duda eres un eje del mal que crea división y traición, ya sea dentro del continente demoniaco o del humano.
- ...
Agares levantó ligeramente la cabeza. Su rostro estaba harapiento debido a su piel desgarrada. Su pelo, que solía brillar, era ahora un desastre cubierto de sangre coagulada. Sus ojos eran lo único que seguía brillando con frialdad.
El tono de Laura era despreocupado, como si la mirada de Agares no la intimidara lo más mínimo.
- La pena de muerte es el único castigo adecuado. Aquí no hay lugar para reconsideraciones. Sin embargo, Agares, la Señor Demonio de rango 2, ha habido docenas de ocasiones en las que has actuado por el bien de tus congéneres a lo largo de los últimos miles de años y la reputación que te has labrado no es para nada pequeña. Señor Demonio Agares, le pido esto como representante de Su Excelencia Rudolf von Habsburg, el Comandante Supremo de nuestra alianza.
- ...
- ¿Tienes alguna intención de arrepentirte de tus crímenes y servir a nuestro ejército como un plebeyo? Si es así, tus crímenes serán perdonados si te cortas los cuernos que demuestran que eres un Señor Demonio.
Los cuernos de un Señor Demonio eran un símbolo de su orgullo. Los cuernos demostraban su condición de Señor Demonio ante toda la raza demoniaca y, en algunos casos, también servían para concentrar maná. Renunciar a los cuernos era lo mismo que renunciar al honor como Señor Demonio. Aunque con el tiempo volverían a crecer.
Hubo un momento de silencio. Los hombros de Agares empezaron a temblar mientras todos los Señores Demonio observaban con ojos interesados. Resulta que se reía en voz baja.
- Jajaja...jaja, jajaja...
Agares parecía no poder contener la risa. Tampoco parecía que se estuviera riendo deliberadamente para ridiculizarla. Su expresión parecía como si simplemente estuviera dejando salir la risa desde lo más profundo de sus pulmones. Agares miró lentamente a su alrededor y preguntó.
- ¿Es esto? Ustedes, esclavos que una vez lloraron por su orgullo. ¿Es así como termina la Alianza Creciente? En aras de la victoria, se ponen máscaras humanas y se esconden en la retaguardia. Crean un cargo tan ridículo como el de “Regente del Imperio” y engañan a la gente... Para colmo, incluso dejan que una humana dirija sus ejércitos. Qué olor tan apestoso. Los Señores Demonio fueron una vez considerados dioses. Y sin embargo, se han convertido en plebeyos y ahora son esclavos. Es un final tan desagradable que no puedo evitar reírme...
- Eso no es algo que debas decir, Agares. Cuando Barbatos sugirió la persecución del enemigo en Vindobona, te negaste. Después de la guerra civil, buscaste asilo con la gobernante de Bretaña. ¿De qué orgullo de Señor Demonio estás hablando?
- ...
Todo lo que Agares tenía eran excusas y traiciones. Todos se sentían así. Si ella fuera realmente una Señor Demonio, entonces se habría retirado tranquilamente cuando perdió contra Barbatos. Habría tenido alguna justificación si la lucha hubiera terminado allí. Sin embargo, Agares no aceptó el resultado de la batalla y buscó asilo...
- Al final, tú también fuiste traicionada por la gobernante de Bretaña. El fin de una traidora es ser traicionada. ¿No es una excelente conclusión?
Agares rechinó los dientes. Su piel desgarrada puso sus dientes en plena exhibición.
- ...No fui traicionada. Iba a utilizar al gobernante humano para acabar con ustedes antes de matar a Henrietta después. Mis planes no cambiaron, pero Henrietta intentó rendirse ante ustedes. No podía perdonarla, así que ataqué primero...
‘Ya veo. Así que fue Agares quien causó la discordia, no Henrietta. Ella probablemente sugirió que Agares se rindiera con ellos. Eso la empujó al límite. Agares los atacó de repente y Henrietta se vio forzada a un apuro repentino debido al ataque, de ahí el caos que se extendió por la ciudad...’
Sonreí satisfecho.
- Entonces eres realmente una tonta, Agares.
- ¿Qué?
- Henrietta nunca traiciona a sus camaradas. Puede que sea una gobernante fría y cruel, pero, al menos, es extremadamente generosa con su pueblo y sus camaradas. Si Henrietta hubiera querido, podría haberte asesinado fácilmente y haberse rendido a nosotros pacíficamente.
- ...
Y sin embargo, Henrietta te dio una oportunidad. Una oportunidad de huir o rendirse juntas.
- El momento en que causaste discordia diciendo que no podías perdonarlos fue el momento en que tiraste por la borda cualquier orgullo que te quedara como guerrera. No eres una guerrera. No eres más que un animal obsesionado con la victoria.
- ...
Me giré para mirar a los otros Señores Demonio.
- Mis queridos camaradas. Como todos pueden ver, la traidora, Agares, no muestra indicios de estar arrepentida. La mayoría de los Señores Demonio están presentes en este momento. Yo, Dantalian, sugiero que votemos si ejecutamos a Agares.
Se celebró una votación en el acto. Hubo 32 votos a favor de ejecutar a Agares. No hubo votos en contra. La sentencia de muerte fue acordada por unanimidad. Recibí la espada de Baal de manos de Daisy y se la entregué a Laura. Ella asintió y se acercó a Agares. La cual parecía haber aceptado su destino ya que estaba cerrando los ojos.
- Agares, ¿tienes unas últimas palabras?
- ...
Sin respuesta. Esa era probablemente su respuesta. Laura blandió la espada hacia abajo sin dudarlo. El sonido de algo siendo cortado resonó en el aire antes de que un objeto con algo de peso rodara por el suelo. La suciedad lo cubrió todo.
La Señor Demonio Agares que una vez hizo temblar los cielos sólo con su fuerza llegó a su fin, así como así.
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