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jueves, 10 de abril de 2025

DH - Capítulo 287

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Capítulo 287
Al Amanecer (I)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
El laboratorio, por lo general bien iluminado, estaba oscuro y lúgubre. Sólo un haz de luz iluminaba la mesa de experimentos frente a Helen, y el resto de fuentes de luz procedían de tubos de ensayo y aparatos de cultivo. Todos estos líquidos que brillaban con diferentes colores tenían algún tipo de tejido de forma grotesca creciendo en su interior. Ella se sentó tranquilamente y se frotó ligeramente la frente para aliviar el dolor que había aparecido. Después de descansar unos minutos, sacó unos cuantos archivos del sistema de inteligencia y los analizó y comparó cuidadosamente. Todos ellos eran informes de análisis de esperma extremadamente inusuales. Se agolpaban todo tipo de indicadores, que superaban los 1000. Estos informes que a una persona normal le llevaría un día entero leerlos, al cerebro anormal de Helen sólo le llevó unos segundos leerlos, y luego empleó menos de 10 segundos en terminar de compararlo todo. Estos informes de examen eran, por supuesto de Su. Ahora mismo, se había convertido prácticamente en el centro de la vida de Helen. A veces, ella incluso empezaba a dudar, entre ella y Perséfone, quién exactamente prestaba más atención a Su. Por supuesto, la definición de “prestar atención” de estas 2 mujeres era definitivamente diferente, o al menos, cuando se trataba del cuerpo de Su. Obtener su esperma no fue difícil. Olvídese del hecho de que acababa de completar una serie de cirugías importantes que podría decirse que le habían dado un nuevo cuerpo, incluso durante los exámenes normales, Helen todavía podía obtener fácilmente cualquier espécimen que necesitara del cuerpo de Su. En comparación con su antiguo rival, el Dr. Connor, a Helen no le faltaban materiales, pero el progreso de su investigación era igualmente lento. Esto la hizo sentirse un poco desanimada. Bajo estas diversas pruebas, no importaba qué célula se obtuviera, todas tenían capacidades ofensivas o morían rápidamente, mostrando características que no diferían de las células intrusas. Antes del embarazo de Perséfone, Helen incluso sospechaba que Su no tenía capacidad alguna para fecundar a una mujer. El llamado “espermatozoide” sólo podía llamarse así por su estructura fisiológica y su materia. Sin embargo, sus patrones de comportamiento definitivamente no tenían nada que ver con la reproducción. El óvulo en el vientre de Perséfone era como una bomba, una que dispersó por completo y destrozó el modelo que Helen había creado con tanto esmero. La vida es algo extraño. Una sola célula sólo respondía a un único estímulo, o quizá a unos pocos, y la reacción era relativamente fija, igual que un interruptor senario u octal era simple y mecánico. Sin embargo, cuando decenas de millones de células se combinaban, podían producir acciones y características totalmente diferentes. Cuando millones y millones de células convergían, formando una entidad entera, ¡podían incluso producir inteligencia! Tras pensar un momento, escribió en el informe que acababa de salir. - La muestra actual experimentó un aumento de actividad del 175%, atributo ofensivo muy elevado. Duración de la supervivencia 1 minuto y 17 segundos, dividida 66 veces... Patrones de comportamiento biológico anormales, sin embargo, signos de entrar en segunda evolución claros. Sospecho que la actividad irregular de la célula única sigue estando bajo el control del cuerpo principal hasta cierto punto. Helen dio un golpecito para cerrar el documento, y lo que siguió fue una larga cadena de encriptaciones. Todos los documentos relacionados con Su estaban encriptados con los algoritmos más complejos. Aunque se utilizaran todos los centros informáticos del Parlamento de la Sangre, sin consumir 1 o 2 años de tiempo, podrían olvidarse de descifrar el algoritmo. Se levantó y se dirigió a una esquina del laboratorio antes de presionar ligeramente la pared. La pared se movió silenciosamente hacia un lado, revelando las varias decenas de aparatos de cultivo que había detrás. Sin contarlos, Helen conocía la cantidad y todos los datos relacionados con ellos, aunque cerrara los ojos. El ambiente dentro de los 60 de estos aparatos de cultivo era completamente diferente. En algunos de estos aparatos de cultivo se podían ver formas de vida inusuales de distintos tamaños, y parecían más bien unos extraños trozos de carne. La mayoría de estos dispositivos de cultivo parecían vacíos, sin nada en su interior. Sin embargo, en la pantalla óptica del lateral, había una extensión de iconos verdes, lo que dejó a Helen bastante satisfecha. Esto significaba que todos estos dispositivos de cultivo mantenían un estado de crecimiento normal. Bajo el resplandor del fluido de cultivo, el rostro de Helen, normalmente inexpresivo, mostraba un rastro de ternura. Como de costumbre, era una noche profunda y tranquila. Sin embargo, antes de que el Dr. Connor pudiera disfrutar de esta rara oportunidad de conciliar el sueño, le despertó un timbre en la puerta. En realidad, el sonido del timbre era una relajante melodía de violín, pero en los oídos del doctor, que aún no había dormido ni una hora, ¡no se diferenciaba mucho de un trueno! El médico gimió y, mientras se sujetaba la cabeza que parecía que le iba a estallar, se arrastró fuera de la cama con dificultad. Realmente esperaba que la gente de fuera hubiera tocado accidentalmente el timbre, o incluso que se tratara de una broma pesada. Sin embargo, después de recuperar un poco la lucidez y el raciocinio, supo que era imposible. Él dormía en la habitación del laboratorio y no en la espaciosa y lujosa villa de la ciudad. El número de personas del laboratorio biológico que tenían autoridad para estar frente a su puerta no superaba la decena y, entre ellas, sólo la mitad podía pulsar el timbre. El timbre siguió sonando, sin dar señales de detenerse. El Dr. Connor murmuró maldiciones mientras se ajustaba la ropa de dormir y arrastraba su cuerpo sesentón por el amplio y lujoso salón en dirección a la puerta. El dispositivo de identificación liberó una luz roja opaca que rodeó su cuerpo. 2 segundos después, la comparación de cuerpos se había completado con éxito, y las puertas se dividieron inmediatamente en 4 partes, replegándose hacia las paredes. El que estaba de pie era el ayudante de mediana edad del doctor. Su uniforme experimental blanco como la nieve estaba lleno de arrugas y tenía varios agujeros. Tenía el pelo revuelto y la cara cubierta de sudor. Incluso tenía un moratón bastante discreto en la mejilla. Parecía que mientras corría hacia aquí a toda velocidad, tropezó accidentalmente, cayendo también con bastante fuerza. Las cejas de Connor se cerraron con fuerza. Miró con frialdad a su normalmente tranquilo ayudante, y luego se tragó todas las duras palabras que iba a soltar. Sin embargo, su rostro era claramente infeliz. El doctor odiaba que sus subordinados actuaran de forma desordenada, pero por el aspecto del ayudante, parecía que tenía algo muy importante que decirle. Como resultado, quiso ver exactamente qué era lo que había que despertarle. Por la cara enrojecida y la respiración agitada del ayudante de mediana edad, parecía que correr hasta aquí le había dejado bastante agotado. Sin esperar a que su respiración se calmara, dijo inmediatamente. - ¡Doctor! El bloqueo genético... ¡El bloqueo genético se está liberando! Los ojos del doctor Connor parecieron inmediatamente a punto de saltar de sus órbitas. De repente agarró al ayudante por el cuello y rugió. - ¡¿Qué has dicho?! Idiota, ¡¿por qué no me lo dijiste antes?! El médico sintió que su envejecido cuerpo estallaba de repente con un poder inhumano. Tiró al ayudante al suelo y se dirigió a toda velocidad hacia el laboratorio central. Él, que normalmente se preocupaba por su aspecto, no se dio cuenta de que aún llevaba puesta su ropa de dormir y que sus pies estaban completamente desnudos. Su ayudante estaba paralizado en el suelo, con los brazos agarrándose la garganta y respirando con dificultad. Hacía un momento, el médico casi le había asfixiado. El ayudante vio cómo el médico atravesaba el pasillo de 10 metros como una ráfaga de viento y desaparecía al doblar la esquina. Sin embargo, aún le dolía mucho la garganta, por lo que no podía emitir ni el más mínimo sonido. Como era de esperar, en cuanto el doctor dobló la esquina a toda prisa, una serie de ruidos estrepitosos resonaron en el aire. Varios minutos después, el asistente arrastró sus tambaleantes pies hasta el despacho del doctor Connor. El doctor estaba de pie en el centro del despacho, embelesado mientras observaba la pantalla óptica que ocupaba toda una pared. En esa pantalla se podía ver la cerradura genética que tenía innumerables hebras de genes girando en espiral a su alrededor liberando fragmentos genéticos. También seguía algún tipo de patrón misterioso para ensamblar nuevos genes. El doctor se perdió en sus pensamientos mientras observaba el misterioso diagrama, murmurando. - Martin, ¿no crees que es el cuadro más bello de la humanidad? - ¡No sólo de la humanidad! Replicó el ayudante. Su rostro estaba lleno de embriaguez.

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