Capítulo 11
Pavimenta 10 Caminos y Gana 1 Centavo (I)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Zura ja nai, Lord
Corrección: Zura ja nai, Lord
¡Clank!
Un pico golpeó la pared de un agujero de piedra.
‘¿Cuánto tiempo llevo haciendo esto? Transitoriedad de la vida, todo es vanidad, la vanidad es todo...’
Balanceé mi pico sin cesar con la intención de cultivarme moral y religiosamente. Dicen que Bodhidharma se entrenó metiéndose en una cueva y mirando fijamente a una pared durante un período de tiempo increíblemente largo. No había razón para que la gente no me llamara asceta por cavar túneles sin cesar de este modo. Después de golpear la pared unas 40 o 50 veces, se generó un sonido de “¡Ding!”, sinceramente, creo que este efecto de sonido me va a volver loco.
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‘Ooh.’
Cultivarme resultó ser algo que valió la pena. 2 Minerales de Hierro salieron al mismo tiempo. Esto rara vez sucede. Los dejé junto a los otros minerales que había extraído como botín junto a mis pies. Volví a blandir mi pico con energía.
- Madre~ ¿Por qué sigo queriendo~ verte~?
‘¿Por qué un Señor Demonio como yo estaba en una mina extrayendo Mineral de Hierro?’
No había razón para preguntar. Naturalmente era por dinero. 200 monedas de Oro fueron tomadas de mi fondo inicial de 1.000, gasté 400 para contratar a un gólem. Todo el dinero que me quedaba eran 400 monedas de Oro. Si fuera un humano normal, sería suficiente para holgazanear el resto de mi vida. Sin embargo, como Señor Demonio, era una suma que me avergonzaría mostrar a los demás.
‘¿Debería coger el dinero y salir corriendo?’
Hubo un tiempo en que consideré esta idea. Debía de ser porque era un Señor Demonio, ya que tenía un pequeño cuerno en la cabeza, el cual era tan pequeño que hasta hace poco lo descubrí; sin embargo, si se ignora esto, mi aspecto no era diferente del de un humano. Me había convertido en un Señor Demonio con la misma apariencia y físico que tenía en mi mundo original. Naturalmente, pensé que si me limitaba a ir por ahí con un sombrero, podría llevar una vida relativamente acomodada. Sin embargo, recordé algo. Lo que la culpable detrás de todo esto, VenusPanties, me dijo.
VenusPanties: En cualquier caso, si el objetivo de Dungeon Attack es detener a los Señores Demonio y proteger el mundo, entonces el mayor objetivo de la secuela es conquistar el mundo. Esto es lo importante. No lo olvides.
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No pensé mucho en esto en su momento. Simplemente pensé que me estaban dando información sobre el nuevo juego que iba a salir. Si lo pienso ahora, me estaba dando información clave, información sobre lo que tenía que hacer para llegar al final de este maldito mundo.
‘Conquistar el mundo.’
Si esto fuera un juego, entonces habría pensado que este objetivo no era nada impresionante y que era aburrido. Sin embargo, la idea de tener que conquistar el mundo con este personaje basura parecía desesperada. Yo era Dantalian. El Señor Demonio más débil. Si este tipo iba y declaraba que conquistaría el mundo, probablemente un Slime que pasara por allí se reiría de él.
‘Bueno, no debería precipitarme.’
Si aprendí algo en estos últimos días, entonces probablemente fue el hecho de que no importaba cuán desesperada fuera la situación, siempre debía mantener un rincón de mi mente en calma. Existía la posibilidad de que si intentaba escapar, el sistema me impusiera una restricción.
- Keruru, keru.
Un goblin se acercó a mí. Era un monstruo que apenas conseguí contratar con lo poco que me quedaba. La razón por la que invoque a un goblin era sencilla. En su ficha de monstruo estaba escrito que se especializaban en excavar cuevas. Los gólems eran poderosos, pero no tenían talento para la minería. En otras palabras, eran puramente guerreros. Necesitaba un trabajador. Cumpliendo mis expectativas, el goblin sostenía un brazo lleno de Minerales de Hierro. Parece que vino a mostrarme su botín.
- ¡Oh, nuestro Blingy! ¿También has extraído tanto hoy?
Dejé el pico y empecé a frotarle las mejillas. El goblin sonrió.
‘Me pregunto cómo puede ser tan adorable.’
Desde que me convertí en Señor Demonio, incluso los goblins completamente horribles empezaron a parecerme adorables. No había duda de que mi sentido de la belleza había cambiado.
‘Pero, ¿a quién le importa cuando es así de adorable?’
- Keruru.
El goblin rio adorablemente y extendió los brazos. Lo agarré por la cintura y lo levanté. Entonces empecé a dar vueltas. El goblin reía de emoción. Lo que experimenté con el gólem por primera vez volvió a suceder. Las emociones del goblin se transmitían a mí. Era una emoción llena de alegría. Sentí como si nuestros sentidos se hubieran conectado.
Una caverna oscura, grandes estalactitas, el aroma de la tierra húmeda. El amor profundo e instintivo del goblin por todo aquello me estaba siendo transmitido sin ninguna alteración. Se notaba que a este niño le gustaba mucho esta mazmorra. Hasta el punto de que incluso a mí me gustaba ligeramente. Quién diría que tener tus sentidos conectados con otro ser sería así de fenomenal. Fue entonces, mientras estaba en pleno juego con el goblin.
- Señor Dantalian.
- Ah.
Me detuve bruscamente por la voz repentina.
- Vengo a comprar los minerales.
Una vez que me di la vuelta, vi a una chica impasible de pie a poca distancia. Llevaba un traje negro de oficinista. Se inclinó ante mí manteniendo una postura perfecta. Cuando levantó la cabeza, su rostro seguía sin mostrar ninguna emoción. Daba la sensación de que se había inclinado ante mí porque era el procedimiento habitual y no porque me tuviera ningún respeto.
- ¿Eh? Oh, ¿ya es la hora?
- Sí.
- El tiempo pasa realmente rápido en una cueva, ¿eh? Jaja...
La chica no respondió. Sólo me miró fijamente con sus ojos azules como piedras. Fue entonces cuando me di cuenta de que había estado abrazando al goblin desde antes. Me sentí incómodo, así que dejé al goblin en el suelo.
- Jajaja.
- ¿Keru?
El goblin hizo un sonido interrogativo mientras ladeaba la cabeza.
Dije dentro de mi cabeza, “Vete”. El goblin hizo caso a mi petición y se dirigió al otro extremo de la cueva. Podía comunicarme con los monstruos mentalmente. Solté un suspiro. Era un alivio no tener que mostrarle al goblin mi lado desagradable.
- Ahora bien, Señor Dantalian, comencemos el intercambio.
La muchacha habló con tono serio. Lapis Lázuli, ese era su nombre. La conocí por primera vez hace medio mes.
Después de tratar con el grupo de aventureros de la aldea de Jalsen, continué investigando las funcionalidades del juego de este mundo. Mis esfuerzos rindieron frutos. No sólo descubrí que podía realizar investigación mágica e investigación tecnológica, la investigación mágica más barata que podía hacer costaba 5.000 monedas de Oro, así que no podía ni soñar con hacerla en mi estado actual, sino que también descubrí cómo colocar objetos de lujo en mi mazmorra y cómo colocar todo tipo de trampas.
Disponía de todo lo necesario para gestionar una mazmorra. También descubrí que había una pestaña de comercio. Aparte de un botón con la palabra “Comercio”, no había nada más. Lo pulsé una vez por curiosidad y, de repente, un círculo mágico rosa se dibujó delante de mí. Cuando retrocedí sorprendido, apareció una chica del círculo mágico. Era preciosa. Tenía el pelo rosa recogido en coletas. En cuanto apareció la chica, que llevaba un traje negro al que estaba acostumbrado a ver en mi mundo, me hizo una cortés reverencia.
Se presentó como demonio de personal de rango 5 en un tono llano.
- Es un honor conocerle, señor Dantalian. Soy Lapis Lázuli, de la compañía Keuncuska. Me han puesto a cargo de las transacciones de señor Dantalian con la Firma. Estaré a tu cuidado.
La forma en que movía su cuerpo era hábil como la de un mayordomo veterano. No pude contener mi curiosidad y le pedí más detalles. Manteniendo su expresión impasible y su voz apagada, me dio una explicación detallada.
La compañía Keuncuska era una empresa que se encargaba del trabajo mundano de los Señores Demonio y otros demonios de alto rango. Se encargaban de adquirir cualquier cosa que les pidieran sus clientes. Todos sus empleados eran demonios y su sede estaba en el mundo demoniaco.
El lema de la compañía Keuncuska era “¡Incluso podemos proporcionarte un cuerno de dragón!”. Sin embargo, esto era sólo si podías pagarlo.
La explicación de Lapis fue la siguiente: como todos los Señores Demonio eran clientes VIP para ellos, la compañía Keuncuska ofrecía un impresionante servicio de atención al cliente en el que convocaban a personal como ella directamente delante de sus clientes. Me emocioné un poco y le hice una pregunta.
- ¿Yo también soy un cliente prioritario?
Lapis me contesto sin pestañear.
- Nominalmente. Soy un demonio personal de rango 5. El rango 5 es el más bajo.
‘Maldita clase D.’
En la lista de inventario que Lapis me mostró había literalmente todo tipo de objetos. Desde Grimorios de Alto Rango hasta Espadas Divinas. Sin embargo, mi nivel de cliente era sólo F. Lo máximo que un cliente de rango F puede comprar es una Espada Larga Bien Afilada o alguna Armadura para goblins.
- Tu rango sube cuantos más objetos compres. Si alcanzas el rango A, en lugar de comprar un cuerno de dragón, puedes comprar un dragón entero.
‘¡¿Un dragón?!’
En Dungeon Attack, los dragones eran monstruos que estaban solo por detrás de los Señores Demonio. Si tenías un dragón, incluso si un aventurero, no, el ejército regular de un reino te atacaba, no había nada que temer.
- Pero... no tengo dinero.
- ¿Es así? Disculpe, pero ¿cuánto tiene, señor Dantalian?
- 406 monedas de Oro.
Respondí con tono retraído. Los ojos de Lapis se entrecerraron ligeramente.
- Señor Dantalian, ¿puedo preguntarle cuántos monstruos tiene en su mazmorra?
- ...uno.
El temperamento de Lapis cambió. Me apresuré a añadir algo a mi frase.
- No. Quiero decir, también tengo un goblin.
No hubo ningún cambio en la cara de la otra parte. Estaba impasible. Excepto que, por alguna razón, sentí como si el aura tranquila e inmóvil que rodeaba a Lapis se hubiera convertido en un aura viscosa.
‘Ah, ya que ella también es un demonio, ¿también se la considera un monstruo? No fue lo mismo que con el gólem y el goblin, pero siento un poco de sus emociones.’
- Disculpe. Creo que he oído un solo monstruo y no una unidad entera. ¿He oído bien?
- Sí.
Antes de darme cuenta, empecé a hablar formalmente.
- ¿Puedo preguntar qué tipo de monstruo es?
- Un gólem de bajo nivel.
Woosh.
Pasó una ráfaga de viento innecesariamente frío.
- Me disculpo, señor Dantalian. Esto puede ser descortés de mi parte, pero no tengo otra opción que decir esto.
- Adelante...
- Es la primera vez en mi corta vida de demonio que veo una mazmorra tan patética.
Sinceramente yo también pensaba lo mismo.
Encontré el servicio útil, pero no tenía suficiente dinero para comprar nada. Afortunadamente, parecía que la compañía Keuncuska también compraba productos. Se encargaban del equipo y otras cosas que los Señores Demonio solían quitar a los aventureros. Si jugaba bien mis cartas, podría obtener algún beneficio.
El problema era que no tenía nada que vender. Lapis se quedó pensativa un segundo después de escuchar mi situación, me sugirió.
- No tienes otra opción que extraer minerales.
Los lugares donde los Señores Demonio instalan sus mazmorras son, si utilizo un término de mi mundo original, lugares propicios. Están rebosantes de maná, por lo que los minerales a veces están encantados con magia. Así, los minerales infundidos con maná se venden a un precio relativamente alto.
Para que un Señor Demonio blandiera un pico, esto era literalmente lo más bajo que se podía conseguir. Pero, ¿qué se supone que debo hacer? No tenía otra forma inmediata de ganar dinero. Seguí el consejo de Lapis y contraté a un goblin antes de pasarme el siguiente medio mes cavando túneles sin parar.
- ¿Cuántos minerales venderás hoy?
- 56 Minerales de Hierro.
Respondí después de juntar los minerales que el goblin también había extraído. Lapis dejó escapar un pequeño suspiro. Hace unos días me di cuenta de que ésa era la singular forma de suspirar de la siempre impasible Lapis.
- Señor Dantalian, como ya sabe, los Minerales de Hierro son los minerales de nivel más bajo. No importa cuánto maná se infunda en ellos, no puedo ofrecerle un precio alto.
Así es. Los Minerales de Hierro tenían tan poco valor como un puré de soja. Sin embargo, también tenía una excusa. ¡¿Qué iba a hacer si mi nivel de Minería era tan bajo que sólo estos salían?! En primer lugar, el mero hecho de que un Señor Demonio tuviera la habilidad minera era extraño.
- Deseo decirle que mi reciente rendimiento comercial es el más bajo de nuestra empresa.
- Jejeje.
Me reí entre dientes. Lapis ladeó la cabeza. Chica, si pensabas que me quedaría como un Señor Demonio que sólo es una molestia para ti, ¡te equivocas!
- Sabía que sería así, así que preparé un arma secreta.
Saqué un mineral mientras imitaba fanfarria. Era un mineral que emitía un destello dorado.
- ¡Mira! ¡Oro! ¿Qué te parece? Si es esto, entonces no es tan malo, ¿verdad?
- ...Hm.
¿Era esto capaz de sorprender incluso a la eternamente impasible chica? Dejó escapar un ‘Hm’ de asombro. Todo un ‘Hm’. Ella recibió el “Mineral de Oro” de mí y lo examinó cuidadosamente.
Conseguí extraerlo por pura casualidad. Cuando me disponía a cavar, libre de ideas y pensamientos, noté algo amarillo por el rabillo del ojo. ¡Sorprendente! Solté un gritó de alegría e inmediatamente extraje el oro.
Sentí que por fin había llegado la primavera a mi endemoniada vida. A pesar de haber estado extrayendo y vendiendo minerales de hierro durante los últimos 15 días, no había conseguido ni 10 monedas de Oro. Un Mineral de Oro infundido con maná debería valer al menos 100 oros.
- Lapis, no hay necesidad de que estés demasiado agradecida. Si no fuera por tu sugerencia, nunca habría descubierto este oro. Todo esto es gracias a ti.
- ...
- Sólo siento gratitud genuina hacia ti. No es algo de lo que presumir, pero realmente no tengo nada. No es como si me hubiera convertido en un Señor Demonio porque quisiera.
Mientras yo seguía hablando, Lapis arañaba en silencio la pared de la cueva con el Mineral de Oro.
- En mi mazmorra sólo hay un gólem y un goblin, así que no tengo a nadie con quien hablar. Ah, claro, el gólem y el goblin son buenos chicos. Me escuchan bien y no se quejan a pesar de vivir en una casa tan destartalada...
- Señor Dantalian, esto no es oro.
- Son tan lin... ¿Perdón?
Lapis me miró con calma mientras sostenía el mineral en una mano. Yo parpadeé.
- ¿Eh?
- Esto es Pirita. A menudo se confunde con Oro porque se parecen por fuera. También se conoce como ‘el oro de los tontos’. No sé si lo sabes o no, pero la forma de distinguir los minerales que tienen un color parecido por fuera es arañar una superficie con ellos.
Me enseñó el residuo que quedaba al rascar la pared con el mineral. El residuo era negro.
- La gente se refiere a este color que sale después de rascar una superficie sin desgastar con un mineral como ‘color de veta’. El Oro nativo, la Pirita y la Pirita de Cobre tienen un color similar, pero sus respectivos colores son dorado, negro y verde turbio. Esto es pirita.
- ...
Me sumergí en un charco sin profundidad de vergüenza.
- E-Entonces, ¿por cuánto se venderá?
- Sólo puedo decir que no llegará ni de lejos a la expectativa original de señor Dantalian.
Caí de rodillas, desesperado.
- Y aquí pensé que las cosas se estaban poniendo un poco mejor...
- 56 Minerales de Hierro, 1 Mineral de Pirita.
Lapis actuó como si nada y utilizó fríamente un ábaco.
- El total será de 2 monedas de Oro.
- Uuuah...
- Gracias por hacer negocios con la compañía Keuncuska.
- Uuuaaah...
Un Señor Demonio como yo se las arregló para hacer sólo 2 monedas de Oro después de trabajar todo el día. Las lágrimas bloqueaban mi visión. Oí la tranquila voz de Lapis.
- Reconozco plenamente el entusiasmo de Su Alteza Dantalian hacia mí; sin embargo, sería más feliz si fuera capaz de proporcionar más beneficios a nuestro negocio.
Rodé por el suelo durante un rato debido a mi vergüenza.