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lunes, 11 de septiembre de 2023

DD - Capítulo 8

Capítulo 8
Nuevo Juego en Desventaja (VII)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Zura ja nai, Lord
Poco después. - Debería, aah, ser seguro ahora. Hablé mientras respiraba agitadamente. Los aventureros se habían vuelto increíblemente cautelosos. Su comportamiento actual era completamente diferente comparado con cuando nos conocimos. Intentaban empujar a alguien para que fuera primero. Apenas pude evitar reírme a carcajadas. - ¡Que se jodan! Son todos unos cobardes. Finalmente, la persona en posición de líder, Riff, dio un paso al frente. - ¿Para qué tienen algo entre las piernas? Debería cortárselas con un hacha. ¡Me compadezco de mí mismo por estar tan orgulloso de conquistar una mazmorra con vosotros! - Además, tú, Cíclope. ¿Cuántos años llevas conmigo y aun así tienes el descaro de esconderte detrás de esos jovencitos? Rayos. ¿Cómo eres capaz de actuar de esa manera? - Riff, es porque también es la primera vez que veo magia negra... - Entonces, ¿me estás diciendo que no era la primera vez que salías del vientre de tu madre, y por eso fuiste capaz de hacerlo con destreza? ¡Siempre hay una primera vez para todo! ¿Por qué te asusta si eres veterano? Riff fulminó con la mirada a todos y cada uno de los aventureros antes de acercarse sin vacilar al montón de monedas de oro. Extendió la mano y cogió un puñado de monedas. Se dio la vuelta para mirar a sus compañeros. - ¡Miren idiotas! ¿Ven alguna maldición? Riff sonrió. Parecía todo un delincuente desde su cara de oso. Los demás aventureros perdieron su vigor en cuanto vieron las acciones de Riff y empezaron a poner excusas mientras apartaban la mirada. Por otro lado, yo hacía todo lo posible por contener la risa. Debía de ser porque había elevado su afecto lo suficiente, ya que ahora podía ver los pensamientos de Riff en su ventana de estado.

Nombre: Riff
Facción: Aldea Jalsen
Raza:
Humano
Alineación:
Neutral (-15)
Nivel:
3
Fama:
2
Trabajo: Leñador (B), Granjero (D), Aventurero (F)
Estadísticas
Liderazgo:
15
Poder:
30
Inteligencia:
4
Política:
2
Encanto:
6
Técnica:
21
Afecto: 21
Pensamiento Actual: ‘Rayos, eso me ha helado la sangre... ¡La magia es lo que más odio en el mundo! Todavía me tiemblan las piernas.’
Como pensaba, Riff no era diferente de los demás que temblaban ante la idea de la magia. Sólo dio un paso adelante porque era el líder. Supongo que se podría decir que era muy orgulloso. Y lo que es más importante, sus estadísticas eran tan lamentables como las de Dantalian. Si esto es un juego, entonces siento que lidiar con estos aventureros es el objetivo del tutorial que me dieron. Los otros aventureros empezaron a acercarse con cuidado a la montaña de monedas de Oro. Estaban indecisos, pero sus ojos estaban llenos de codicia mientras la miraban. Los aventureros empezaron a contar una a una las monedas de oro que tenían delante, como si temieran que alguien intentara llevarse más que el resto. Riff soltó una carcajada satisfecha. - Jajaja, son 489 de oro. Cada aventurero se llevó 32 monedas de Oro tras dividir el total 15 partes iguales. No sabía cómo era la situación financiera en este mundo, así que no tenía ni idea de lo grande era esa suma de dinero, pero viendo cómo todos sus rostros sonreían de oreja a oreja, debía de ser suficiente para vivir por un largo tiempo. Quedaban 9 monedas de oro después de dividirlo todo, pero Riff se lo embolsó todo como si fuera completamente natural. Un par de personas parecían disgustadas y fruncieron el ceño. Sin embargo, nadie expresó abiertamente sus quejas. Ya habían perdido el impulso. Entonces hablé con cautela. - Uhm. Sé que estáis todos ocupados, pero hay algo de lo que debo decirles a todos. - ¿Hm? Oh, ¿qué es? Los aventureros respondieron sin prestar atención. Estaban ocupados guardando las monedas de Oro en sus bolsas y zapatos. Uno de ellos incluso se metió un puñado de monedas en los pantalones. Aquello me dio ganas de vomitar, pero dije con calma lo que tenía que decir. - La situación que temía se ha producido. Otro grupo acaba de entrar en la mazmorra. Sus manos se detuvieron. - ¿Qué? - Puede que sea porque no hay monstruos, pero se están acercando a la sala del Señor Demonio a gran velocidad. A este ritmo, llegarán dentro de una hora. - ¡¿De qué demonios estás hablando?! El aventurero, que tenía el apodo de Cíclope gritó, pero yo no le hice caso mientras continuaba explicando con calma. - Como han visto hace un momento, puedo usar varios hechizos relacionados con la mazmorra. Al fin y al cabo, soy el dueño de la mazmorra. Gracias a eso también pude invocar esas monedas de Oro. También tengo un hechizo de advertencia. En otras palabras... Me entretuve deliberadamente, para hacerles creer que esta situación me parecía lamentable. - Es un hechizo mágico que me avisa cada vez que alguien entra en la mazmorra. Hace un segundo sonó una alarma en mi cabeza. Parece que un total de 25 aventureros acaban de entrar... Los aventureros entraron en pánico.
* * *
- Vaya. Jefe, este jugador es bastante único. Un hombre rubio y apuesto señala su monitor. Con la otra mano sostenía un envase de jugo de manzana y sorbía de la pajita que asomaba. Una mujer que estaba sentada a poca distancia del joven respondió con un “¿Eh?” bastante desinteresado. La mujer apoyaba la espalda en la silla y los pies en el escritorio. Estaba muy metida en el manga que estaba leyendo, así que no recibió con especial agrado la molestia del joven. - ¿Quién? - Ya sabes. Ese chico con el que te enfadaste y con el que no parabas de discutir. - Ah, ¿TekilLatte? Respondió en tono plano. La mujer sintió que se enfadaba al recordar lo sucedido hace unos días. - Ese tipo es todo un pervertido. Incluso consiguió conquistar el Castillo del Señor Demonio Baal. - ¿El Castillo del Señor Demonio Baal? ¿Te refieres al de Dungeon Attack? El joven palideció de asombro. El Castillo del Señor Demonio Baal era una fortaleza inexpugnable que ni siquiera él había vencido todavía. Era natural si se consideraba el hecho de que la mazmorra no estaba hecha para ser vencida. - ¡Dios mío, es un jugador de élite, entonces! - Élite mi culo. Es un cabrón molesto. La mujer cerró su manga. - ¿Cómo se atreve a quejarse a mí, el director ejecutivo, sobre el sistema de juego? Me harté de él, así que le di su merecido. - No me lo digas... Jefe, ¿lo convertiste en jugador sin ni siquiera hacer un contrato? - Ja, un perro se preocupa por un tigre. ¿Crees que soy nueva en este negocio? Una sonrisa burlona apareció en sus labios. Por alguna razón desconocida, el joven sintió que le invadía una oleada de inquietud. ‘Cada vez que ella sonríe así, ocurre un incidente... y cada vez que ocurre algo, soy yo el que se encuentra con un montón de trabajo y no ella...’ ¿No dijo alguien que las predicciones temibles siempre se cumplen? La mujer dio una respuesta que el hombre no quería oír. - Por supuesto, le dejé pasar en secreto. - Corrupción... hay una persona que casualmente hace cosas corruptas justo aquí... Al joven empezó a dolerle la cabeza. Aunque su jefa tenía un talento increíble, de vez en cuando perdía el sentido común. Honestamente hablando, lo perdía muy a menudo. Además, el joven era el que tenía que ir a buscarla cada vez que ella lo perdía. ¿¡Qué injusto es esto!? El incidente ocurrió ayer. La Jefa estaba en su ordenador con la mirada perdida, como de costumbre. Sin embargo, de repente se irritó y empezó a golpear el teclado durante más de 4 horas. El joven no le dio mucha importancia, ya que pensó que ella estaba otra vez en una trivial batalla en algún foro. El problema es lo que ocurrió después. - Ahhg, ¡maldita sea! ¡Tan molesto! La Jefa se levantó y se agarró el pelo perfectamente. Después de soltar un extraño gemido durante un buen rato, volvió a sentarse. A continuación, escribió algo en el teclado y salió del despacho. Volvió después de 10 minutos. Sonrió alegremente ante la dudosa mirada del joven que la acusaba de haber hecho algo malo. Su rostro parecía renovado. - Me he ocupado de unos asuntos de trabajo. Su voz sonaba tan fresca que era comparable a la de una persona que por fin se siente aliviada después de sufrir estreñimiento durante 5 años. Cuando el hombre le preguntó qué pasaba, ella le dijo que le había enviado a alguien su “Camión de Reencarnación”, el nombre que le había dado a su querido coche. El joven creía sinceramente que el sentido de los nombres de su Jefa era de los peores. El rubio chasqueó la lengua mentalmente. ‘¡Tsk! La degradaron por su personalidad.’ ¿De qué sirve si su habilidad para desarrollar juegos es excelente? Su personalidad es peor que la de un perro. Sin embargo, pensando en ello ahora, parece que había obtenido el consentimiento del jugador a través de un método casi trucado. - Jefa, si los superiores se enteran de esto, entonces usted podría recibir una reprimenda formal... - Y una mierda. Conseguí el consentimiento de la persona y también le advertí amablemente. No hay ningún problema. - Eso es lo que tú crees. ¿Y si el jugador presenta una queja en la oficina central? Además, si esa persona despeja el juego, entonces la oficina central enviará a alguien. - ¿Ahhh? La mujer sonrió. - Claro que lo hará. Lo he puesto en modo Demente. - Oh, Dios. ¿Como si ponerlo en el cuerpo del personaje más débil no fuera suficiente? ¿¡También lo puso en la dificultad más alta posible de la historia!? ‘Q-Qué mujer tan aterradora...’ Un escalofrío recorrió la espalda del joven. Contrariamente a la apariencia encantadora de la mujer, no tenía perdón, piedad o consideración. La mujer cogió nuevamente su manga. La mujer habló de forma despreocupada. - Si aun así consigue completarlo, entonces me pondré de rodillas y le rogaré que me perdone. Tampoco me importaría besarle la punta del zapato. Después de todo, en ese momento se habría convertido realmente en un jugador de élite. Aunque eso nunca ocurrirá. Pronunció la mujer con una sonrisa burlona y volvió a sumergirse en su manga. El joven se quedó mirando el monitor. En la pantalla, había un hombre que había perdido el pie derecho y estaba luchando. Al principio, pensó que sus estadísticas eran terribles para una persona que la jefa había seleccionado personalmente, pero descubrió que ella había bajado sus estadísticas intencionadamente. Qué triste. ‘Buena suerte, chico cuyo nombre desconozco.’ El joven terminó de beberse su paquete de jugo de manzana. Oyó la voz airada de la mujer detrás de él. Ella estaba alborotando sobre cómo podían dejar morir a Shirohige. Mientras veía a la mujer gritar que atropellaría al mangaka con su camión, el joven se preguntó cómo iba a calmarla esta vez. No podía dejar que aumentara el número de víctimas.
* * *
Una acalorada discusión se estaba llevando a cabo en la habitación del Señor Demonio. La sugerencia de contraatacar y la de huir tenían el mismo fundamento. - ¡Ah, como dije, deberíamos fortificar esta habitación! - ¿Estás loco? Hay 25 de ellos, 25. Nos superan en número. Si van a pelear, entonces háganlo. Yo estoy fuera. - ¡Ahh! ¿Me estás diciendo que vas a huir? Riff gritó. Sin embargo, Cíclope devolvió la mirada a Riff con resolución inquebrantable. Una vez que los dos miembros más experimentados del grupo alzaron la voz, el resto del grupo guardó silencio y los escuchó hablar. - A fin de cuentas, estoy aquí porque prometí unirme a la expedición para conquistar esta mazmorra, y ya la hemos conquistado. Ocuparse de los monstruos está bien, pero nunca me apunté para luchar contra otros aventureros. - ¡Traidor! - Riff. Cálmate y piénsalo. Cíclope miró a su alrededor. - Puede que nosotros estemos bien, pero el resto de nuestro grupo son novatos que nunca han estado en una mazmorra. Ayer mismo, eran niños que se preparaban para la cosecha de primavera. ¿Crees que atrapamos a este Señor Demonio gracias a nuestras habilidades? Pudimos hacerlo porque otros grupos ya habían pasado por aquí. Todo lo que hicimos fue recoger las sobras. Llevar a estos chicos a luchar contra 25 personas es absurdo. Moriríamos como perros. - Tienes una lengua fluida para ser un cobarde. Siempre se ha dicho que los eunucos eran elocuentes. Riff agarró su hacha de mano. - Cállense y escúchenme, bastardos cobardes. Ustedes no saben nada. Si desprecian en el mundo de los aventureros, se acabó para ustedes. ¿Qué pasará si metemos el rabo entre las piernas por miedo a otro grupo aunque hayamos conquistado una mazmorra? Prefiero celebrar un funeral por ustedes que tener que pasar por eso. - ¡Idiota...! Cíclope agarró con fuerza su lanza. Esta era una situación de tocar y tirar.

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