Capítulo 31
Una Temporada en el Continente Demoniaco (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Zura ja nai, Lord
Corrección: Zura ja nai, Lord
- Sé humilde, te dije que te desnudaras.
Su duda no duró mucho. Lapis se desabrochó lentamente los botones de su blusa antes de que su falda se deslizara por sus piernas y cayera al suelo.
- ...
La lámpara mágica la iluminó con una fina luz. Sus delicadas curvas se iluminaron tenuemente en la oscuridad. Ivar se levantó. Rodeó a Lapis y utilizó el bastón de su mano derecha para pincharle el cuerpo. La punta del bastón le pinchó el pecho, el cuello y las nalgas. Era casi como si estuviera evaluando un producto.
- ¿Eres virgen?
- Sí.
- Veo que, a pesar de ser una medio súcubo, te las has arreglado bien para preservar tu castidad.
- Poseo la habilidad de proteger mi propio cuerpo. Además...
- ¿Además?
- No quería desperdiciar irreflexivamente mi valor como virgen.
Ivar sonrió.
- La forma de pensar de un mercader. Entonces, ¿crees que ofrecerme tu virginidad aquí tendría valor?
- Sí.
- Veo que tu capacidad para juzgar la situación también es rápida.
Mostró una sonrisa satisfecha. Lapis sabía que Ivar no la deseaba en primer lugar. Como una persona que tiene sangre de súcubo fluyendo a través de ella, podía sentir el deseo carnal de la otra parte. Todo lo que había hecho era actuar obedientemente después de darse cuenta de que esto no era más que una prueba. Ivar agarró su bastón antes de caminar alrededor de Lapis en círculos.
- Soy uno de los 5 Señores Vampiro que quedan en el mundo. Descendiente de una noble línea de sangre que se ha mantenido durante decenas de miles de años. La razón por la que valoro las líneas de sangre en el continente demoniaco no es por una razón trivial como la autoridad. Es la prueba de que hemos superado esos tiempos antiguos. Es sencillo que una sola generación alcance el éxito. Hay muchas personas que lo están logrando incluso ahora. ¿Y si lo consiguen 2 generaciones? La generación inmediatamente anterior había logrado el éxito, así que no debería ser tan difícil. Pero, ¿y 3 generaciones? ¿4 generaciones? ¿Qué tal 50, 100 o 200 generaciones?
Ivar bajó su tono de voz.
- Esto es casi imposible. No debes envanecerte por los logros que tu linaje alcanzó en el pasado. Debes tratar a cada generación como si fuera la primera y perfeccionarte sin fin. El dolor y la paciencia continuarán sin fin durante cientos de años. Esa es la grandeza de las líneas de sangre. No es algo que pueda lograrse con el éxito de una sola generación.
En un tiempo, los vampiros solían ser todos de sangre pura; sin embargo, con el paso del tiempo, ahora sólo quedan 5 vampiros de sangre pura. Los demonios los veneraban y se referían a ellos como Señores Vampiro, la verdadera línea de sangre.
- Aunque se les llame Señores Demonio, no pueden dejar descendencia y no son más que un único momento de gloria. El verdadero orgullo de los demonios no se basa en una gracia tan efímera. Sólo aquellos que pueden mirar hacia el futuro se convertirán en verdaderos demonios. Lázuli. Usa al Señor Demonio. No te conviertas en una polilla que es sacrificada después de ser atraída hacia su luz.
- Lo tendré en cuenta.
- Bien... Los Señores Demonio no son más que ilusiones.
Ivar cayó en un profundo pensamiento mientras miraba a la nada por un momento. Luego sacudió la cabeza y volvió a sentarse. Se apartó de Lapis.
- Te asciendo de personal de rango 4 a rango 2.
- ¡...!
Esto era realmente impactante. Lapis había tardado 100 años en pasar de novata a personal de rango 5. Ella había predicho que incluso si ganaba algún logro a través de Dantalian, entonces todavía le tomaría al menos 50 años antes de ser promovida al rango 4. Sin embargo, debido a la Peste Negra, había sido ascendida a personal de rango 4 y ahora había sido ascendida de nuevo otros dos rangos. Incluso la empresa Keuncuska, que presumía de una de las mayores épocas de prosperidad, sólo tenía, como mucho, 200 empleados de rango 1. Eran la élite entre las élites.
Lapis se estremeció en silencio.
‘Por fin. Finalmente, logré aprovechar una oportunidad.’
Los recuerdos de toda la persecución que había recibido hasta ahora pasaron rozando su cabeza en un solo instante. No podía mezclarse con los grupos de súcubos porque era medio súcubo. Si acaso, los demás súcubos se distanciaban activamente de ella y la marginaban. En el continente demoniaco, donde sólo sobreviven los fuertes, no poder contar con tu propia raza era casi como una sentencia de muerte. Para sobrevivir rebuscó en la basura, se disfrazaba de prostituta y asesinaba vagabundos en los callejones. Suplicó y suplicó. Aprendió esgrima y magia para sobrevivir. Cuando por fin consiguió la habilidad mínima para protegerse, se dedicó por completo a la compañía Keuncuska. Se ocupó de todo tipo de trabajos triviales durante 100 años. A pesar de eso, nunca fue capaz de obtener una oportunidad adecuada.
200 años. Sin darse cuenta, había perdido la expresión y el tono de voz. Después de pasar los días sufriendo una serie de derrotas, por fin había obtenido una oportunidad. Esto era tanto una oportunidad como una prueba. El Jefe Ivar acababa de ordenarle que utilizara al Señor Demonio Dantalian. En otras palabras, él quería que ella lo trajera realmente al lado de la compañía. Por cualquier medio posible, incluso si eso significaba usar su cuerpo.
‘Puedo hacerlo.’
No sólo tenía una opinión favorable de Dantalian, sino que la otra parte también tenía una opinión favorable de ella, sólo tiene que utilizar ese interés.
‘Ahora que lo pienso, hubo un momento hace un par de días en que Dantalian se sintió invadido por el deseo carnal mientras miraba fijamente a Farnese. Lo más probable es que esté preocupado, ya que tiene deseos, pero no tiene dónde liberarlos.’
Lapis reflexionó rápidamente. Intentó pensar en un método que le permitiera tener éxito en la empresa sin perjudicar a Dantalian. Aunque de repente se preguntó si eso era lo que Dantalian quería o no, no le dio importancia. ¿No sería bueno para Dantalian que la persona que lo dirigía ocupara un puesto clave en la Firma Keuncuska?
- Muchas gracias.
- Una palabra de agradecimiento no es lo que quiero.
- Perdóneme. Dantalian se convertirá en un aliado eterno de nuestra firma.
Ivar se rio.
- Qué inteligente. No me desagradan los subordinados inteligentes.
- No le decepcionaré.
Ivar golpeó el suelo con la punta del bastón. La estaba despidiendo. Lapis se inclinó profundamente a su espalda. Cuando ella salió de la habitación, Ivar siguió mirando por la ventana. La ciudad más próspera del continente demoniaco, Niflheim, se reflejaba en sus ojos. Sin darse cuenta, murmuró para sí, el cual no llegó a ninguna parte, ya que se fundió en el aire. Junto al lujoso sillón en el que estaba sentado, había alineados varios ataúdes exclusivos para vampiros.
- Así es. Los Señores Demonio son todos unos farsantes.
* * *
Se acercaba el día de mis vacaciones. Confié el deber de proteger la mazmorra a Laura antes de rasgar el pergamino de teletransporte que había recibido de Lapis. Un resplandor cian llenó mi visión. Cerré los ojos con fuerza. Me quedé sordo durante un breve instante. Una vez que abrí los ojos, confirmé que había llegado a un nuevo lugar.
Ante mí se extendía una gran calle. Era un camino pavimentado con piedras blancas. Giré la cabeza a izquierda y derecha y vi que numerosas personas también se teletransportaban sin cesar. Monstruos como minotauros y hombres pez estaban siendo teletransportados hasta aquí con sus respectivos equipajes.
- ¡Tú! ¡Date prisa y muévete!
Gritó un goblin. Miré a mí alrededor para ver a quién se dirigía antes de darme cuenta de que era yo. Llevaba un brazalete en el brazo izquierdo, así que probablemente era la encargada de este lugar de teletransporte a gran escala.
- ¡La gente detrás de ti no puede moverse por tu culpa!
- Ah.
Me moví fuera del camino. Una vez que lo hice, una luz verde llenó la zona en la que acababa de estar. Apareció un enano bajito que llevaba un equipaje 4 veces más grande que él. Me miró y resopló antes de seguir caminando. Me di cuenta de que me estaba insultando.
- ¿Qué haces ahí parado? ¿¡Intentas crear tráfico!?
Me alejé torpemente. Incluso ahora, la luz verde seguía destellando sin parar. Había aproximadamente 20 puntos de teletransporte en la amplia plaza. Los monstruos que venían de allí pasaban por el puesto de control. Los monstruos pagaban una cuota de entrada a uno de los varios goblins. Este espectáculo me recordó a los peajes de las autopistas.
- Rayos. Por eso no me gustan los pueblerinos.
La goblin se acercó a mí a grandes zancadas.
- Esta es tu primera vez en Niflheim, ¿verdad?
- ¿Eh? Ah. Sí.
- Lee esto primero antes de entrar en la ciudad.
Me entregó algo que parecía un panfleto. En la portada, las palabras “¡Todo sobre Niflheim! ¡Conviértete en un profesional de Niflheim en sólo 10 páginas!” estaban escritas con un estilo de letra exagerado.
- Este es un lugar donde te cortarás la nariz aunque te caigas de espaldas. Te garantizo que si un ignorante como tú entra en la ciudad, ¡entonces te dejarán seco en menos de 3 segundos!
Mi mente se quedó en blanco después de oír a este goblin llamarme pueblerino. Oírla arrastrar algunas de sus vocales mientras balanceaba esa larga nariz suya era desagradable. Parece creer que esa forma de hablar es bonita. Aunque esto pueda considerarse lindo entre los goblins, quería decirle que, desde mi perspectiva enormemente subjetiva y objetiva, su forma de hablar me estimulaba el estómago de muy mala manera.
- Es un panfleto que te indica qué posadas y calles son seguras. Mientras lo lleves contigo, uno de tus miembros no debería perderse al azar. Normalmente cuesta 2 monedas de oro, pero como es la primera vez que visitas nuestra ciudad, te haré un descuento. Sólo 1 moneda de oro.
- ¿Eh? Sí. Claro, gracias.
- No hay problema. Piensa en esto como un gasto de entrenamiento.
‘¿Gastos de entrenamiento?’
La goblin salió corriendo a toda prisa justo cuando estaba a punto de preguntarle.
- ¡Muy bien! No valdría la pena ser teleportadora si no pudiera estafar así a los pueblerinos.
La goblin estiró los brazos mientras celebraba. Su espalda pronto desapareció en la distancia. Sólo pude observar con ojos vacíos cómo se marchaba. Sentí como si mi cabeza, ya en blanco, se hubiera ido por completo. No podía comprender lo que acababa de pasar. Entonces un viejo hombre lobo me comento al pasar.
- Tsk tsk. Te han timado.
- ¿Estafado?
- Con el truco más viejo del libro. Vender un panfleto de información cursi por un precio desorbitado a un viajero medio tonto con el pretexto de enseñarle la ciudad.
Me sentí como si una roca de 5 toneladas hubiera caído sobre mi cabeza.
- ¡Pero si es una empleada oficial! ¿Cómo podría una asistente estafar a un viajero?
- Está más claro que el agua que no eres ciudadano de Niflheim. ¿Qué hay de malo en estafar a alguien que no es ciudadano de aquí? Las leyes de Niflheim sólo se aplican a la gente de Niflheim.
En otras palabras, el continente demoniaco no tenía leyes nacionales y sólo leyes municipales. Recordé las palabras que había dicho la goblin de antes.
- Este es un lugar donde te cortarás la nariz aunque te caigas de espaldas. Te garantizo que si un ignorante como tú entra en la ciudad, ¡entonces te dejarán seco en menos de 3 segundos!
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Era tal y como ella había dicho. Excepto que, si tenía que señalar una diferencia, era el hecho de que tardó 30 segundos y no 3. Me di cuenta de por qué la goblin lo había llamado “gasto de entrenamiento”. Me había estafado para hacerme saber personalmente qué clase de lugar es esta ciudad. Si así es como se atiende a la gente, entonces sí que es una atención amable.
‘¡Maldita sea! ¡Espero que te caigas cuando llueva!’
- No puedo evitar sentirme incómodo al ver a un joven tan ingenuo como tú.
- ¿Qué tal si me acompañas un rato por la ciudad? Te enseñaré algunas cosas para que no te roben los órganos.
- Ah, gracias...
‘Espera.’
Esta persona también era sospechosa. No había razón para que este hombre lobo no me estafara cuando acababa de ser estafado por esa asistente. Agité la mano.
- No. Está bien. No quiero molestar a alguien que no conozco.
- ¿Oh? Mira a este novato. ¿Estás dudando de tu mayor?
El hombre lobo frunció el ceño.
- Te ofrezco esto porque me recuerdas a mi nieto. Vino a esta ciudad el año pasado y le robaron todo su dinero. No le digas a nadie que te he contado esto, pero aquí todo el mundo es un ladrón, un ladrón digo yo. Los forasteros como nosotros tenemos que ayudarnos unos a otros, así que...
- Ooh. ¿Mira esto? ¡Si es William!
Otro hombre bestia habló desde atrás.
- ¿Qué tal el viaje de negocios a la ciudad vecina? Un Niflheim sin ti es solitario, ¿sabes? Tus amantes te han estado esperando desesperadamente. Como pensaba, no hay ningún lugar como el hogar, ¿verdad?
Un hombre lagarto se acercó al hombre lobo y le dio un amistoso golpe en el brazo.
- Quedemos esta noche en el bar de siempre. Te mataré si llegas tarde.
El hombre lagarto sonrió alegremente mientras se marchaba. Cuando desapareció, miré fríamente al hombre bestia llamado William.
- ...
- ¿Qué era eso de los forasteros?
Una nerviosa gota de sudor corrió por la frente del hombre lobo.