{getMailchimp} $title={Stay Informed} $text={Subscribe to our mailing list to get the new updates.}

lunes, 2 de octubre de 2023

DD - Capítulo 36

Capítulo 36
La Noche de Walpurgis (I)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Zura ja nai, Lord
- Me pregunto cuál habrá sido su última razón. Ivar murmuró. Iba de un lado a otro de la habitación. Era una costumbre suya que se manifestaba cada vez que contemplaba algo agradable. Cuando pensaba en algo desagradable, se sentaba en su silla y miraba por la ventana. Hacía mucho tiempo que el cerebro de Ivar no se estimulaba, así que ahora estaba un poco excitado. Recordó las palabras que Dantalian le había dicho burlonamente.

- Está bien que te lo diga yo. Al fin y al cabo, eres cómplice.
Ivar soltó una risita. - Cómo se atreve a amenazar a la Compañía Keuncuska. Inmediatamente supo qué significado subyacente tenía el “eres cómplice” de Dantalian. Si Ivar no estuviera fingiendo ser un joven inocente, no habría dado una respuesta tan a medias. Incluso mientras gritaba a Dantalian presa del pánico, la cabeza de Ivar evaluaba rápidamente la situación. Llegó a una conclusión en el acto. - Esto es definitivamente más que suficiente para ser utilizado como material de chantaje contra nosotros. ¿Un empleado se quedó sin hacer nada cuando podría haber salvado a un Señor Demonio? Además, era un empleado de la empresa Keuncuska, famosa por hacer negocios con los Señores Demonio. Aunque la Firma Keuncuska es la mejor compañía del continente demoniaco, hay muchas empresas que podrían reemplazarla. Si la fiabilidad de Keuncuska disminuye, los Señores Demonio cambiarán de inmediato su asociación a otra empresa. ¿Quién querría comerciar con una empresa que potencialmente podría matarle? Para los comerciantes, la confianza es más valiosa que la vida. En cuanto Vuffoet, no, Ivar se dio cuenta de que la otra parte había puesto sus manos en el salvavidas de la empresa, un sudor frío le recorrió la espalda. Además, la otra parte es un Señor Demonio al que no pueden enfrentarse de la forma habitual. A pesar de todo, dijo que era una broma. ‘Por lo tanto, en lugar de amenazarnos... El Señor Demonio Dantalian quiere crear una estrecha relación mutua con nosotros.’ Ivar interpretó así las palabras de Dantalian.

- Pasaré por alto este error; sin embargo, muéstrame a cambio tu sinceridad a tu manera.
Ivar se dio cuenta de otra cosa al mismo tiempo. El Señor Demonio Dantalian no le dijo a Vuffoet, su personalidad falsa, que informara a la empresa de su amenaza. Todo lo que hizo fue dar una vaga alusión. ¿Qué podía significar? - Estaba probando la capacidad de nuestra empresa. Dantalian estaba probando... si el individuo enviado por la empresa se había percatado de su amenaza o no, para evaluar si el empleado era competente o no. Luego se rio y dijo que era una broma. A fin de cuentas las cosas le habrían ido bien si se hubiera limitado a transmitir su amenaza, así que ¿por qué se esforzó tanto en ponérselo difícil? Los Señores Demonio tienen el poder de gobernar a los demonios. Podía haber usado ese poder para dar más fuerza a su amenaza y, sin embargo, eligió un camino más complicado. El vampiro que había vivido durante más de 2.000 años pudo darse cuenta de que había otro verdadero motivo detrás de las acciones de Dantalian. - Si no cumplimos sus expectativas, entonces pretende comerciar con otra compañía... Ivar sonrió. Era una sonrisa de los fuertes. Tenía confianza más que suficiente para mostrar una sonrisa al ser desafiado por alguien. Es obvio que la información sobre cómo la empresa Keuncuska observó ociosamente la muerte de un Señor Demonio podría venderse a un alto precio. Las compañías competidoras probablemente contenderían para dar la bienvenida a Dantalian como su cliente. A diferencia de cómo es tratado como un cliente normal en la Empresa Keuncuska, sería tratado como un cliente VIP en esas empresas competidoras. - Esta es la tercera razón del Señor Demonio. Es bastante elaborado. Lo más interesante es el hecho de que la otra parte manejó esta elaboración casualmente. Como Dantalian había dicho, amenazar a la Firma Keuncuska no era su primera ni su segunda razón. No era más que la última razón. - Esto significaba que nos estaba amenazando como un pensamiento secundario. ‘Primero mantener su autoridad vengándose de quien le insulta. Segundo obtener fama y honor tratando con el individuo que ha sido una molestia general para la ciudad. Y por último obtiene un beneficio al amenazar también a su compañero que había cometido un error.’ - Juju. Ivar se rio. No pudo contener la risa. Sintió una sensación de sublimidad como si estuviera mirando la pintura de un gran artista. Con un solo movimiento, al matar a Andromalius, obtuvo autoridad, fama e incluso beneficios. El Señor Demonio Dantalian había calculado todo eso en un breve instante de tiempo. - Muy bien, entonces. Aceptaré tu amenaza con mucho gusto. Ivar sonrió. Le intrigaba el hecho de que un Señor Demonio no utilizara una táctica prepotente, sino que se limitara a la pura estratagema. - Un Señor Demonio que no es como un Señor Demonio. La última vez fue la peor epidemia de la historia, y ahora... Ivar murmuro para sí mientras miraba hacia delante. La habitación estaba a oscuras. Para un vampiro como él, la oscuridad era increíblemente reconfortante. Por alguna razón, hoy no sólo se sentía reconfortado por la oscuridad, sino también por un vago sentimiento de esperanza. Por supuesto, era sólo una esperanza. Una esperanza agradable. - Me pregunto por qué razón va tan lejos para obtener nuestro apoyo. Naturalmente, no recibió respuesta. Y sin embargo, Ivar asintió como si hubiera recibido una respuesta mientras también pensaba en varios métodos diferentes para hacer de Dantalian un aliado absoluto. En ese mismo momento, en los aposentos de Dantalian... - ¿Por qué mataste a un Señor Demonio? ¿Estás loco? - N-No. ¡Lapis! Como dije, escúchame. - Los Señores Demonio deben ser seres sagrados. Me resulta desconcertante que tú mismo rompas esa inviolabilidad. ¿Eres acaso un pervertido que disfruta recibiendo dolor intencionalmente? ¿Es así? Sinceramente, es despreciable. Estoy decepcionada. No tienes remedio. - Uu... Lo siento... Si Ivar supiera que Dantalian estaba siendo seriamente regañado por Lapis, lo más probable es que estuviera sacudiendo la cabeza en lugar de asentir.
* * *
‘He jugado todo lo que he querido durante una semana.’ Aunque Niflheim sea comparable a la Johannesburgo de la Tierra, donde el crimen y la violencia ocurren casi a un ritmo continuo, un Señor Demonio nunca se verá amenazado. Tener el título de Señor Demonio era como tener un pase libre para entrar en un sangriento parque de atracciones llamado Niflheim. ‘Además, los ciudadanos de Niflheim, desde mercaderes hasta incluso delincuentes, eran todos amables conmigo. La noticia de la muerte de Andromalius se había extendido como una tela de araña que había llegado hasta los rincones más recónditos de la ciudad.’ ‘Ese bastardo de Andromalius había cosechado tanto odio en toda la ciudad que demonios al azar se me acercaban para darme las gracias. En toda mi vida, nunca esperé que me diera las gracias un matón. Además, era un matón con cabeza de lobo.’ Disfrutaba especialmente frecuentando el casino. El continente demoniaco también era abrasador bajo el calor del verano, pero el aire del interior del casino siempre era fresco. Los magos contratados por el casino estaban trabajando en una rotación para lanzar magia de hielo, pero realmente es un desperdicio de dinero. Pero, ¿qué importa? Puedo evitar el calor del verano gracias a ello. - Camarero. - Sí, Su Alteza. - Deme un refrescante vaso de cerveza. - Como desee, Su Alteza. Un camarero goblin de aspecto limpio se inclinó ante mí cortésmente. Normalmente, las bebidas eran gratis en el casino. Tampoco tenías que desviarte del camino para ir a buscar algo tú mismo. Bastaba con llamar a cualquiera de los camareros que deambulaban por el casino y decir “un vaso de cerveza” con mal acento. Lo importante aquí era la mirada. Puede que la otra parte sea un goblin, pero ni siquiera ellos pueden evitar quedar encantados conmigo si les dirijo una leve sonrisa. - Aquí tiene, Alteza. Recibí la jarra de cerveza con elegancia. Un refrescante trago de hefeweizen, el cual fluyó por mi garganta. Casi dejé escapar un refrescante suspiro. Por desgracia, al estar ante los ojos de tanta gente, tenía que mantener un mínimo de prestigio. ‘Es genial, puedo jugar y ganar dinero. ¿Es esto quizás... el cielo? ¿Por qué llevé una vida ejemplar en mi mundo original y construí un muro mental contra los casinos?’ Me reí entre dientes de mi tonto yo del pasado. Incluso el estrés extremo que experimenté como Señor Demonio había desaparecido hacía mucho tiempo. Puedo decir con certeza que nunca he sentido tanta felicidad como ahora. Adiós, mi yo del pasado. Adiós, a mi vida infernal en las mazmorras. Y bienvenidos, mis días celestiales. - Su Alteza. Parece que casi no le quedan movimientos. Un hombre lagarto sentado en el lado opuesto de la mesa rio entre dientes. Tenía dos cartas boca abajo sobre la mesa y estaba haciendo rodar hábilmente una ficha de apuestas entre los dedos de la mano derecha. La forma en que jugaba con la ficha me recordaba a mis días de primaria, cuando mis amigos competían por ver quién hacía mejor los trucos con el lápiz. Le dediqué una sonrisa despreocupada. - Me lo pregunto. Puede que no me queden movimientos, o puede que me sobren. En una nota similar, parece que dos pares es el único movimiento que tienes ahora. - Es demasiado pronto para hacer alguna afirmación. - Hm. Como pensaba, ¿estás apuntando a una escalera? La tez del hombre lagarto cambió por un breve momento. El borde de su ojo izquierdo se había movido ligeramente. Alguien debería hablarle de ese hábito. - ¿Estoy en lo cierto? Debería aconsejarte que, si es posible, no intentes ganarme en una batalla de palabras. - Jeje, no sé de qué estás hablando. El hombre lagarto sonrió sarcásticamente. Como esperaba, había dado en el clavo. Entonces tiré mis cartas en el centro de la mesa. - Me retiro. - ¡Malditooo! El lagarto se levantó bruscamente. - ¡Tenía una escalera! ¡Sólo gané 5 monedas de Oro cuando por fin tuve una escalera! ¡Apenas 5 monedas de Oro! ¡Además, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que tuve una escalera! El hombre lagarto se puso a gritar. Los otros jugadores que nos rodeaban se rieron. Como todos éramos clientes habituales del casino, nos habíamos hecho íntimos amigos. Naturalmente, ninguno de nosotros era de la misma raza y entre los presentes había desde un abuelo hasta un niño, pero todos nos parecíamos en el sentido de que éramos jugadores. - Ríndete. No puedes engañar a Su Alteza. - Sí, si Su Alteza no fuera un Señor Demonio, probablemente habría nacido como un embaucador. Actualmente estaba jugando al póquer con estos individuos. En realidad, pasaba la mayor parte del tiempo jugando al póquer en el casino. En lugar de los juegos que se basaban puramente en la suerte, el póquer dependía más de las habilidades de los demás. Aunque, como sigue siendo un tipo de juego, el resultado de una partida de póquer también lo determina la suerte. Naturalmente yo fui una excepción. - Su Alteza, ¿está seguro de que no ha aprendido a leer la mente de los demás o algo así? ¿Cómo eres capaz de ver a través de la gente cada vez? - No acuses a un hombre inocente. Mostré una sonrisa amistosa mientras hablaba. - No existe tal cosa como leer la mente. Eso no es más que una superstición. - ¡Tienes razón, pero... rayos! Esto es muy raro. El hombre lagarto refunfuñó mientras volvía a sentarse. No es que no lo sintiera o algo así. Al fin y al cabo, les leo la mente. Se estaba mostrando muy descaradamente ante mí.

Nombre: Riker
Facción: -
Raza:
Hombre lagarto
Alineación:
Neutral (-15)
Nivel:
31
Fama:
72
Trabajo: Apostador (B+)
Estadísticas
Liderazgo:
7
Poder:
25
Inteligencia:
24
Política:
11
Encanto:
10
Técnica:
47
Afecto: 32
Pensamiento Actual: ‘¡Maldita sea, hoy también voy a acabar perdiendo dinero!’
El acto de deshacerme de Andromalius impactó positivamente en mi imagen básica para la gente de aquí. Incluso para los jugadores. Por lo que me contaron, había causado un desastre en el casino cientos de veces. Incluso si perdía en una partida, utilizaba su autoridad como Señor Demonio para llevarse el dinero por la fuerza. Incluso si un pozo de juego es un lugar donde se juntan pedazos de basura, eso era algo que iba más allá de la basura. En otras palabras, una mega basura. Gracias a eso, pude aumentar fácilmente sus puntos de afecto a 20. ¿Debería llamar a esto un efecto dominó? Una vez que mantuve una conducta cortés durante las partidas de póquer, el afecto de todos hacia mí aumentó enormemente. Era igual a la imagen negativa que Andromalius había cosechado hasta ahora, pero al revés. ‘Lo más probable es que nunca se enteren de que es por eso por lo que han estado perdiendo, jajaja.’ - Da igual. ¡Próxima ronda! ¡Empecemos la siguiente ronda! - Intentando blofear cuando no tienes nada. Tsk tsk. Por eso se te está escapando la suerte. - Te aseguro que se va a retirar en cuanto tenga sus cartas. - Qué casualidad. Yo también pienso lo mismo. - ¡Malditos bastardos! Volvieron a estallar las carcajadas. No era sólo nuestra mesa, sino que la gente de la mesa de al lado también se reía. El croupier vampiro hizo todo lo posible por contener la risa mientras nos daba las cartas. Yo seguí jugando mientras mantenía un comportamiento maduro y humorístico. Si tuviera que hacer una comparación, mi mente era como la de un lago infinitamente puro y tranquilo. La representación misma de la calma. Esta gente nunca podrá ganarme. Como mínimo, tenían que desafiarme libres de todas sus ideas y pensamientos si querían tener alguna oportunidad. Si todavía quieren jugar después de haber llegado a tal estado, es decir. Fue en el momento en que el crupier estaba a punto de dar la vuelta a la primera carta. - Ahora bien, la primera... - ¡Su Alteza! ¡Ya están aquí! ¡Esa persona está aquí otra vez! Un camarero goblin se acercó a nuestra mesa y me habló nerviosamente. Solté un gritó mental. Tenía que salir de aquí cuanto antes. A duras penas conseguí mantener la compostura en el exterior mientras me levantaba lentamente. Los demás jugadores me observaban con miradas en parte tristes y en parte alegres. La parte triste se debía a que disfrutaban de mi compañía, pero la parte feliz procedía naturalmente del hecho de que un oponente formidable estaba abandonando. - Pido disculpas. Me despido. Digamos que este partido lo pierdo yo. - ¡No hay nada por lo que disculparse! El hombre lagarto sonreía alegremente. Sus emociones estaban escritas en toda su cara, así que ni siquiera tuve que mirar su estado. Era como si hubiera aprendido a leer la mente de la gente. - Siéntase libre de volver cuando quiera, Su Alteza. Estaré aquí todos los días excepto los viernes. - ¡Adiós! - Invítanos también a una ronda de cócteles la próxima vez. Les hice un gesto con la cabeza antes de seguir rápidamente al camarero. Atravesamos una puerta que estaba en una esquina del casino. Ante nosotros se extendía un pasillo estrecho y sinuoso. Los pasos del camarero eran apresurados, pero su tono seguía siendo seguro. - La salida de emergencia está por aquí. Sólo los empleados conocen este pasadizo. - Qué alivio. - Ni siquiera esa persona debería conocer este lugar. Ya casi hemos llegado. Si doblamos esta esquina, entonces la salida... Chirriamos hasta detenernos. Nuestros pies se detuvieron en medio del camino torcido. Podía sentir el shock del camarero; sin embargo, no podía preocuparme por las emociones del camarero en este momento. Había una enorme tormenta de emociones acercándose a mí desde delante, después de todo. Delante de nosotros estaba Lapis con su habitual traje negro. - Hola, señor Dantalian. Lapis inclinó la cabeza cortésmente. Era más aterrador porque era cortés. Sobre todo porque sabía muy bien cuál era el estado de su mente en ese momento. Un caos incomprensible ocupaba el pecho de Lapis. Sentía hostilidad, rabia, odio, desprecio, decepción, arrepentimiento y cualquier otra emoción negativa estaban allí. Además, Lapis parecía carente de emociones. Completamente impasible, sin fisuras. Una falta de emociones que me recordaba a una estatua de mármol. Realmente daba mucho miedo. No pude ocultar el temblor de mi voz. La cara de póquer que había mantenido antes se había desvanecido sin dejar rastro. - A-Ah. Lapis. ¿Buen trabajo? - Sí. Estoy trabajando bastante. También tengo bastante curiosidad por saber quién es la razón por la que estoy trabajando tanto. Lapis lo miró impasible. Los hombros del camarero se estremecieron en cuanto se encontró con su mirada. - S-Su Alteza, seguiré mi camino entonces... - ¡No! ¿¡Tratas de abandonarme y huir!? Lapis habló fríamente en el instante en que intentaba aferrarse al camarero. - ¿Huir? ¿De qué podrían estar huyendo, señor Dantalian? - ¿Eh? Ah, quiero decir... - Creo que no es posible que estés diciendo que huyen de mí. - ¡Claro! ¡Por supuesto! ¿No es obvio? ¡Jajaja! Mientras estaba siendo interrogado por Lapis, el camarero aprovechó esa oportunidad para escabullirse. Ese escurridizo bastardo, ¡probablemente tenga una montaña de monedas de Oro de todas las propinas que recibió de mí! Al final, sólo quedamos Lapis y yo en el estrecho pasillo. - Jaja, jajaja. - ... - Ja ja... - ... La quietud cayó sobre nosotros. Pasó un momento sumamente doloroso, parecido a la ansiedad que sentirías en el momento en que tu madre se entera de que has perdido todo tu dinero apostando. Además, el dinero que habías perdido era también el que te habían preparado tus padres para pagar la matrícula de la universidad. Al final no pude soportar el dolor mientras bajaba la cabeza. - Lo siento... - Aaaaah. Un suspiro increíblemente largo atravesó mis oídos. Un sentimiento de culpa se clavó profundamente en mi cuerpo al mismo tiempo. Era realmente como el suspiro de una madre.

≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡≡ Si encuentras errores déjanos las correcciones en un comentario abajo, servirán para mejorar la calidad de la serie.