Capítulo 62
Dos Esquemas (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Zura ja nai, Lord
Corrección: Zura ja nai, Lord
Al parecer, Laura se quedó sin palabras y cerró la boca con fuerza. Debían de haberla llamado encantadora infinidad de veces mientras vivía como la estimada hija de un duque, así que no entendía por qué ahora se quedaba sin palabras.
- Uu, hnn... aaan, uu, aah, uuu...
Mi dedo índice acarició sus labios. La espalda de Laura se retorció. El tiempo que sus caderas permanecían en el aire aumentaba gradualmente. Utilicé su humedad como lubricante para acariciar afanosamente la zona que rodeaba su entrada.
- Uaah... no, algo es, ¡no! ¡Uu, Señor! Hay algo, ¡uaaaah!
Moví el dedo más rápido.
- ¡Uu, no debes, uu, nn, haaa...! Aah, aaa...
Su voz estalló. Pensé que su respiración se detendría por un momento, pero su entrada inferior se aferró a mi dedo con una fuerza que no podía compararse a la de antes.
- ¡Hah, haaa, nn, aah, aaaaaaah!
Sus gemidos parecían gritos.
- Ha, ah... extraño, esto es... extraño... no hay manera, lo sentiría así... no hay manera, hmm...
Se retorció por el placer del orgasmo. Su cuerpo se relajó poco a poco.
‘¿Estaba intentando tomarse un descanso? No sería divertido si se lo permitiera.’
Moví el dedo arriba y abajo como antes. Laura fue atormentada una vez más antes de que su orgasmo pudiera terminar.
- ¿¡Aaah!? ¡Uuu! ¡Para!
Ella trató de retorcerse lejos de mí; sin embargo, mientras sus pezones y su entrepierna estuvieran en mi agarre, sus luchas eran inútiles.
- Uu... haa, uu...
Le robé los labios para impedirle cualquier otro pensamiento. Una vez que la levanté sobre mis rodillas, su pequeño cuerpo entró en mi abrazo.
- Mm... aaau... aah, Señoooor...
Me rodeó la espalda con los brazos y acercó sus labios a los míos. Durante un rato, los dos nos besamos. Le susurré al oído.
- Ahora voy a meterme dentro de ti, Laura.
- Aaa... aaa... S-Señor. Muy bien.
Laura jadeó mientras asentía.
- ¿Estarás bien?
- Hau... No me gustaría, si fuera cualquier otra persona...
Se aferró a mí como si suplicara. Esto estaba en un nivel diferente de cuando una prostituta suplicaría formalmente. Ahora mismo, una chica joven, una chica cuyas habilidades y sueños eran más brillantes que los de cualquier otra persona, me estaba ofreciendo voluntariamente su virginidad. La sensación de conquista me llenó la cabeza de excitación.
Apoyé sus nalgas en mis muslos. Retiré la mano de sus pechos y rodeé su cuerpo con ambos brazos. Laura era lo suficientemente ligera como para que pudiera levantarla sólo con la fuerza de mis antebrazos. Cuando terminé de acariciarla con cuidado, me introduje lentamente por la abertura.
- Mmm, uu... uuuuu.
Podía sentir resistencia. Sentía como si estuviera penetrando en una tela de araña resbaladiza. Pedí prestada la ayuda de sus fluidos para empujarme más adentro. A terrenos donde nadie había puesto un pie antes.
- Uu, aaaaaa.
Llegué al final una vez que empujé hacia adentro cerca del 60%. Su cálido interior estimuló todo mi pene. Era imposible para ella aceptar todo de mí. Lo más probable es que sólo sintiera dolor si intentaba entrar y salir ahora, así que decidí esperar un poco a que su interior se acostumbrara. Recuerdo que me dijeron que así era mejor.
- Ah, aaaah... yo, me siento llena...
La cara de Laura se arrugó. Incluso su cara arrugada parecía encantadora. Lentamente empecé a mover mis caderas hacia adelante y hacia atrás.
- Mm... S-Señor...
Sus paredes se aferraron a mí, sin dejar espacio. Su zona, donde nadie había entrado antes, se adaptaba lentamente en mi forma. Me esforcé para poder llegar a lo más profundo de ella.
- ¡Hkk!
Una dura membrana tocó la punta de mi pene. En este momento, sin duda me había convertido en la primera persona en toda su vida en alcanzar la parte más profunda de su cuerpo. Su cuerpo debió alarmarse por la repentina entrada de un objeto extraño, ya que pude sentir cómo sus paredes se apretaban a mí alrededor. Estaba caliente.
- Ah, ah...
Repetí mi movimiento suavemente.
- Auh... mm, hmm...
Algo empezó a mezclarse en los gritos de Laura. Cambié mi movimiento. Torcí ligeramente mi dirección y rompí el ritmo de vez en cuando. Aumenté gradualmente mi intensidad y velocidad mientras me aseguraba de no detener mis movimientos entre medias.
- ¡Ah...! aaau, mm, ah, ah, aaah...
Cada vez que movía las caderas, la voz de Laura subía de tono. Las ondas a nuestro alrededor salpicaban violentamente. Su esbelta espalda se movía desesperadamente para igualar mi movimiento. Sin embargo, como aún no estaba acostumbrada, seguíamos ligeramente desalineados. No le di importancia y continué moviéndome.
- ¡Aaa!
Aparecieron gotas de sudor en el cuello de Laura. Podían ser gotas de agua del estanque. Sus gemidos se hicieron más fuertes, sus jadeos se aceleraron y sus gritos se entrecortaban.
- Uuah, au, ah, ah, hmm, ¡guu... aaaa!
El cuerpo de Laura empezó a caer hacia atrás mientras perdía la fuerza en sus brazos.
- Oh querida.
La agarré de las manos y tiré de ella hacia mí. Sus brazos no tenían fuerza, así que su cuerpo fue arrastrado hacia mí como una muñeca. Igualé la corriente mientras empujaba de nuevo. El agua del estanque salpicaba claramente.
- ¡Aaaaaauh!
Su entrada se apretó fuertemente a mí alrededor. El cuerpo de Laura estaba cubierto de sudor.
- ¿Lo sientes? Laura, ¿lo sientes?
- Sí, lo siento... ¡Siento... ah, hnn!
Laura utilizó un lenguaje formal. ¿Estaba rindiéndose instintivamente y sometiéndose a mí para poder hacer esto un poco más cómodo para ella?
- ¿Dónde te sientes mejor? ¿Es aquí?
- ¡Mmm! Mm, eso, ¡mmm!
- ¿No es aquí? Entonces, ¿se siente mejor aquí?
Empujé hacia la dirección de su vientre.
- ¡Aaaaauuh!
Un breve espasmo.
- No lo sé... ¡No lo sé, ah... Aaaaah!
- Este tampoco parece ser el lugar. Esto es preocupante. Entonces, ¿qué tal aquí? ¿Te gusta aquí?
- Mmmmm, mm... uu, no sé, no sé, aaah... Aaaaauu.
Agarré el pequeño trasero de Laura y la moví arriba y abajo por mi cuenta. Mi pene se enterraba en ella más profundamente que antes.
- ¡Hiik! Ah, uuuuuun.
- ¿Llegaste al clímax?
- Hkk, tercero, ¡ya es la tercera vez...!
- No ha pasado tanto tiempo desde que empezamos, pero ya has llegado al clímax bastante, ¿eh?
- Me he corrido mucho, uuu... me he corrido mucho, así que... ¡Señor, espere... aauk!
En vez de contestarle, giré la cintura.
- ¿¡...Gyaaaah!?
Las piernas de Laura se extendieron en línea recta. Todo su cuerpo tembló.
- ¡Otra vez! Me estoy, corriéndome otra vez, aaaah, otra vez, hauh, ah, nn, otra vez.
- ¡Hua, ha, aan, hnn, hua, huuu! ¡Hugugh, aah! ¡No, yo, no puedo más, hiuuuh! No puedo, ¡haaaaah!
La saqué casi por completo antes de volver a empujar con fuerza. Repetí mi movimiento rápidamente con breves intervalos. Sentía los antebrazos entumecidos porque estaba haciendo un sobreesfuerzo, pero no importaba.
- ¡Uuuu!
Me introduje profundamente y golpeé su interior. Me retiré y volví a penetrar profundamente.
- ¡Uu, uu, uu... huah! ¡No más, Señor, Aaaaauuuuh! ¡Esta joven, no puede mássssss!
El cuerpo de Laura se convulsionó fuertemente. Levantó la barbilla y arqueó la espalda. Sus débiles gritos continuaban. La chica cubierta de sudor había perdido por completo el control de su cuerpo mientras éste temblaba casi lastimosamente.
- ¡Uuuuuu, aah, uuuuu!
Su espalda continuó arqueándose cada vez más. Sus entrañas se cerraban sobre mí como si quisieran aplastarme. Parecía que toda la fuerza que le quedaba en el cuerpo se concentraba en la parte inferior. Ninguna otra parte de su cuerpo podía moverse correctamente.
Cada vez que entraba en ella, el cuerpo de Laura se curvaba sin ninguna duda. Si no hacía nada, lo más probable era que nos separáramos. Agarré con fuerza el brazo de Laura y la sostuve contra mí. Las respiraciones sensuales de Laura se filtraban de sus pulmones.
- Uu, ah, enorme, hg... uugh, ahahah... ahah...
Parecía que se iba a desmayar a este paso. ¿Debería presentarle la zanahoria ahora mismo?
- Una vez más. Te dejaré ir una vez más.
- ¿Huaaah...? ¿Una vez más...?
Murmuró como una niña. Le salía saliva por la comisura de los labios. Le di un ligero beso en sus frágiles labios.
- Eso es. Laura. Por última vez, asegúrate de decírmelo cuando llegues al clímax. No lo sabré si no me lo dices, después de todo.
- De acuerdo. Te lo diré correctamente, así que...
Empujé suavemente mis caderas hacia arriba antes de que Laura pudiera terminar su frase. Mi pene, que había estado a la espera en la entrada, se abrió paso con fuerza. Sólo esto hizo que le temblara la espalda.
- ¡Uuu, una última vez... hnn, sólo una más...!
Solté una carcajada. Intentaba convencerse a sí misma. Parecía que quería llegar al clímax rápidamente, mientras hacía acopio de sus últimas fuerzas para mover las caderas por sí sola. Este esfuerzo me pareció increíblemente tierno. A pesar de sus esfuerzos, no tenía fuerza en las rodillas, así que sólo podía mover el trasero.
- ¡Hggk!
Sus entrañas se contrajeron. Sus fluidos fluyeron por mi miembro hasta el estanque. Laura murmuró débilmente con una expresión que parecía aliviada de que todo hubiera terminado ya.
- Vine... Señor, esta joven acaba de venir...
- ¿Perdón? ¿Qué ha dicho? Estás demasiado callada, así que no puedo oírte.
Con Laura en mis brazos, me levanté. Los muslos y las pantorrillas de Laura me envolvieron instintivamente como una serpiente para no caerse. La cogí en brazos y empujé hacia arriba con fuerza.
- Ja, uuuuuug.
Su cara parecía no entender lo que estaba pasando. Mi miembro empaló sus entrañas erráticamente.
- ¿¡Hggguuh!?
La voz de Laura se hizo urgente.
- ¡Señor, me he corrido! Esta señorita, ¡hnnnn! Esta señorita, ¡ya se ha corrido!
- Eso me pregunto yo. No lo sé.
- ¿Uuuu, u, an, aan? ¿Señor, ah? Hauh, gyau... ¡Ya me vine, ya me vine! ¿Por qué, uuu!?
- No oigo bien tu voz, Laura. Esto es preocupante. No tengo otra opción si aún no has llegado al clímax.
- ¡Mentiroso... huaaah! ¡Mentiroso... ah, ah, ahahahahah! Estoy, corriéndome, otra vez, ¡aaah!
Yo también podía sentirlo. Ella estaba termiando por segundos. Yo también estaba por terminar. Me dolían los brazos y las piernas. Sin embargo, aún tenía tiempo para burlarme de mi compañera.
- Débilmente, ¿quieres decir así?
- ¡Hiiiii!
Su cadera se levantó.
- Todavía estoy, termi... nando... uah, ah...
- Sigo sin oírte.
- Ah... ah... ah...
El cuerpo sudoroso de Laura se pegó a mí mientras se aferraba a mí. Sus paredes interiores se retorcían sin descanso. Se liberaba del control de Laura mientras se encontraba asi. No tenía más remedio que dejar que su cuerpo hiciera lo que quisiera.
- S-Señor... por... favor... si se mueve... ahora mismo, esta joven... morirá...
- ¿De qué estás hablando? Todavía no hemos terminado.
- Ahahahahah...
Se lamentó desesperada.
- ... Uu, uuu, me estoy derritiendo... hiuuuh... derritiendo...
Está aquí.
- ... Laura. Yo también voy a terminar pronto.
- ... Huah, mm, Señor, mmm, rápido...
- Muy bien entonces.
Este fue el último esfuerzo.
- ¡Mmm! ¡Mm! Huuu⎯⎯uh!
Me introduje con fuerza hasta la base. Las líneas detalladas de sus paredes internas estimularon todo mi pene. Algo estaba subiendo.
- Auh, uuuu, yo... ah, ah, ah... termiando... otra vez, Señor, ahhh, huuu. Señor, Señor, me estoy corriendo... ahah... me estoy corriendo ahora... aaaaa hiii...
Me pregunto cuántas veces lo habrá hecho ahora. Aunque yo también estaba por terminar, me moví enérgicamente antes de empujar todo lo que pude. Entré en erupción desde la base hasta la punta.
- ... Haah... hauuu... uuu...
Los hombros de Laura temblaban. Sus entrañas se retorcían mientras tragaba mi líquido con avidez.
- Hauuu... uuuu...
Mis fluidos pintaron de blanco las entrañas de Laura durante un rato. Una vez que saqué mi miembro, un líquido blanco brotó de su entrada. El líquido bajó por su muslo y goteó en el estanque.
- uu, ah...
Laura no podía sostener su cuerpo mientras se desplomaba. En lugar de esforzarme para mantenerla en pie, me hundí lentamente en el agua con ella. El agua onduló mientras nos daba la bienvenida. Los dos respiramos con dificultad tumbados al borde del estanque.
- ...
Con los labios ligeramente separados, Laura se apoyó en mi pecho como si se hubiera desmayado. Sentí que podría quedarme dormido así. Tampoco tenía fuerzas para intercambiar palabras con ella. Había gastado toda mi resistencia tratando de hablar lo más normal posible y sosteniendo su cuerpo todo el tiempo que tuvimos sexo.
- ... Laura.
Para evitar que cayera al agua por casualidad mientras dormía, la abracé contra mí. Su pequeño pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración. Apoyé los labios en su frente blanca.
Cerré lentamente los ojos. Mientras disfrutaba de la temperatura del agua y de su cuerpo, deseé que mi satisfacción y mi paz actuales duraran mucho tiempo mientras sentía su suave respiración.