Capítulo 309
Solo hay 2 en este Continente (V)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Cogí mi pipa y la encendí. Una fragancia refrescante llenó mi boca.
- Por lo que investigué anteriormente, el tipo de interés del Imperio Franco suele rondar el 10%. El interés es algo elevado para un gobierno recién establecido. Lo aceptarían encantados si les ofrecieras un préstamo con un tipo de interés en torno al 4%.
- Aaaa...
Ivar se retorció. Probablemente estaba intentando levantarse. Sin embargo, no podía reunir ninguna fuerza en sus brazos mientras se desplomaba de nuevo en el suelo. Me incliné y la tiré en la cama. El cuerpo de la chica brillaba de sudor. Los vampiros compartían una similitud con los Señores Demonio y era el hecho de que sus fluidos corporales no tenían ningún olor particular de manera natural. Una agradable fragancia llenó mi nariz cuando enterré mi cara en su pecho.
- Ivar, tu cuerpo huele bien.
- ...4% es muy poco. Las conversaciones no pueden formarse si no recibimos al menos un 7%.
- Mmm. Eres bastante buena calculando cuando eres incapaz de controlar tu cuerpo adecuadamente en este momento. Bien. ¿Cómo podría alguien igualarte en términos de hacer negocios? Haz lo que quieras.
Ivar asintió ligeramente.
- ...Su Alteza es bastante austero.
- ¿Austero? ¿Lo soy?
Estaba un poco desconcertado porque de repente había aparecido una palabra que no encajaba conmigo. Ivar Lodbrok era la persona más rica de todo el continente demoníaco.
‘¿Acaso yo le parecía una persona ahorrativa a una persona rica como ella?’
- Humilde como soy, creo que he estado gastando una cantidad considerable de dinero.
- Este asunto es aparte de simplemente gastar mucho dinero. Su Alteza ha invertido en su Castillo de Señor Demonio, sus tierras, sobornos y financiación militar. Por otro lado, no se preocupa por cosas como la ropa o los accesorios.
‘Parecía referirse a que yo no me permitía una vida extravagante.’
Me reí entre dientes mientras le enseñaba mi pipa.
- Puede que no lo sepas, pero la hierba que estoy fumando en este momento es en realidad bastante cara. Encargué a un alquimista que hiciera estas hierbas personalmente. Puede que sea difícil de ver, pero el Señor Demonio Dantalian es alguien que se permite lujos más que nadie.
- Mis disculpas, pero ese es el punto clave. La gente es incapaz de verlo.
Ivar jugueteó con el meñique de mi mano izquierda. La cual no tenía dedo índice ni dedo corazón. Ella disfrutaba tocando mi defectuosa mano izquierda. Podía haber un deseo infantil reflejado tras su acción subconsciente.
- La extravagancia tiene sentido cuando los demás pueden verla. Su Alteza puede gastar una cantidad extravagante en drogas...
- Tabaco.
- ...Tabaco y alcohol, pero usted es un avaro cuando se trata de productos que realmente llaman la atención de los demás. Incluso ahora, tu ropa es un buen ejemplo. Tus pantalones son del mismo color negro que tu camisa. También están deshilachados aquí y allá porque los llevas desde hace tiempo... Sólo la gente a la que no le importa en absoluto su atuendo llevaría harapos como éstos.
Ivar levantó la ropa que había esparcida por la cama.
- ¿Harapos?
- Su Alteza es escuálido y tiene hombros estrechos, por lo que se ve increíblemente antiestético si no usa la ropa adecuada.
- ...
‘¿Por qué todas las mujeres de mi vida se quejan de mi estilo? Incluso Sitri. Esto es tan triste.’
Ivar Lodbrok habló con sus ojos de halcón mercante.
- Esto daña gravemente la dignidad de Su Alteza. En serio, si Lapis Lázuli se sometió parcialmente a Su Alteza como su vasalla, ¿por qué no se preocupó por algo así? Esto no es diferente de manchar el nombre de nuestra compañía. Uuh... así que deseo preguntar respetuosamente a Su Alteza. La guerra ha terminado y los banquetes en su mayoría han terminado también, así que... Si Su Alteza tiene algo de tiempo libre, entonces... esto es sólo si Su Alteza no piensa que es una molestia. Así que...
Di una profunda calada a mi pipa.
- ¿Hm? No sé qué intentas decir, pero te estás yendo mucho por las ramas. Aaaa. Ya conoces nuestra relación. Estaría más que encantado de aceptar una petición tuya. También aceptaste mi petición relacionada con el Imperio Franco, así que adelante. Pídelo.
- ...
En el comercio, si se recibe algo, entonces se debe dar algo a cambio. Estaba hablando en serio. Una vez que dije esto, Ivar respiró profundamente. Su cara estaba ligeramente roja por alguna razón. Pareció resolverse mientras me miraba fijamente antes de hablar.
- ¿¡Estaría bien si esta humilde... escogiera un atuendo que se adapte a Su Alteza!?
- ...
‘¿Qué?’
- Bueno, quiero decir, creo que Su Alteza seguirá construyendo una estrecha relación con nuestra compañía, así que ¿debería llamar a esto nuestro deber para apoyar a Su Alteza en una variedad de maneras? Esta es como la forma más básica de apoyo.
Olvidé dar una calada a mi pipa mientras miraba a Ivar sin comprender. Ella se dio cuenta de mi mirada y se puso más nerviosa. Su piel ya era pálida, por lo que sus mejillas rojas se hicieron aún más prominentes.
- Esto es naturalmente el deber de esta humilde y no tengo absolutamente ningún otro motivo, así que, en otras palabras, si Su Alteza resulta estar de compras o tiene un día libre, entonces me imaginé que deberíamos aprovechar esos momentos para tratar este asunto antes de que sea dejado de lado...
- A-a-amable.
- ¿Perdón? No entendí lo que Su Alteza ha dicho.
No pude contenerme mientras jalaba a Ivar en un abrazo.
- ¿Cómo puede alguien ser tan puro?
- ¿U-uuh?
- ¡Así es! ¡Esto! ¡Esto es lo que quería!
¡Pureza! ¡Esta pureza abrumadora que hace que la persona sea tímida incluso al pedir una sola cita! Esa zorra de Barbatos canta feliz cada vez que me pide una cita, pero de repente me lleva a un burdel destinado a lesbianas, Laura está tan hastiada que todo le resulta indiferente, Paimon tiene constantemente esa sonrisa madura en la cara y hace esa risa relajada de jujuju, y Gamigin emite regularmente una vibración combativa como si estuviera compitiendo por ser la esposa principal. Sitri es la única que se avergüenza, pero es un poco extraño. Se avergonzaba, pero acababa llevándome a un club de SM. Su timidez es la de una chica de instituto, pero sus intereses podrían abofetear la cara de un viejo lascivo. Era absurdo.
Ahora mira a Ivar Lodbrok. ¡Su objetivo para la cita es simplemente comprarle ropa a su pareja! Estaba tan conmovido por este ser que era tan delicada como una burbuja de jabón que derramé lágrimas.
- Tan puro. Tan puro...
- Su Alteza, ¿por qué derrama sus reverentes lágrimas? Esta humilde está confundida.
- Ivar Lodbrok, eres verdaderamente hermosa como una gema.
- ¿Perdón?
Ivar se puso roja hasta las orejas.
- La era de la oscuridad está sobre nosotros. La tierra que una vez estuvo llena de luz está llena sólo de malvados planes e hipocresías. Como juglar errante en busca de la pureza, yo, Dantalian, no puedo evitar lamentar esta era.
- ...
Sentí que Ivar me lanzaba una mirada que decía: “¿No es todo culpa tuya?”, pero la ignoré.
- Después de descubrir por fin el tesoro que he estado buscando constantemente, mi cráneo se siente como si estuviera a punto de ascender. ¿Ropa? Por supuesto, compraré toda la que quieras. ¿Vestidos de noche? ¿Vestidos de fiesta? No, incluso anillos y collares están bien. Elige lo que quieras.
- S-Su Alteza, no yo, sino Su Alteza...
Ivar murmuró algo, pero volví a ignorarla. E hice una declaración galante.
- ¡Niflheim te será entregada hoy mismo!
Fue difícil abrir mi cartera. Soy astuto, después de todo. Sin embargo, una vez abierta, se abriría una urdimbre del caos. Agarré la muñeca de Ivar y señalé con la otra mano como Amundsen cuando declaró que conquistaría la Antártida.
- Ahora, pues. Partamos, Ivar Lodbrok. El cielo nocturno del mundo de los demonios nos espera.
- P-Por favor, espere. Su Alteza, al menos deberíamos vestirnos...
Salimos corriendo del edificio. Los 2 estábamos todavía en ropa de dormir, pero no importaba. Para ser más exactos, Ivar suplicó que le dejasen tiempo para al menos ponerse la ropa adecuadamente, pero sus palabras me entraron por un oído y salieron por el otro. Llamé al servicio de carruajes más caro de la ciudad.
- A una famosa tienda de ropa.
Anuncié nuestro destino en cuanto subimos al carruaje. El cochero elfo hizo una cortés reverencia.
- ¿A qué famosa tienda de ropa desea visitar Su Alteza?
- Por supuesto, la más cara.
- Como ordene.
El carruaje no tembló ni un poco mientras se deslizaba por las calles de Niflheim. Primero visitamos la tienda de un diseñador de moda.
- Querida, es la primera vez que recibo a una invitada tan hermosa. ¿Es la amante secreta de Su Alteza?
- ¿Eh? Yo soy...
Ivar tartamudeó en respuesta a la pregunta de la diseñadora. Puse mis manos sobre sus hombros.
- Así es. Esta es mi nueva amante. Demuéstrale tu sinceridad.
- ¡Kya! ¡Como se esperaba de Su Alteza! ¡Realmente eres un chico malo modelo!
No había demonio que no reconociera mi cara después de hacerme famoso. La súcubo diseñadora armó un alboroto mientras traía ejemplos de diseños que le quedaban bien a Ivar.
- Señorita, este atuendo fue confeccionado con material de la más alta calidad. ¿Qué le parece? El hecho de que refleje las tendencias recientes al tiempo que mantiene una grandeza clásica es su punto de encanto.
- Ya veo.
- ¿Es demasiado modesto? No se preocupe. Si te das la vuelta, entonces, ¡oh cielos! La espalda queda totalmente al descubierto, lo que le da un atractivo sexual bastante fuerte. Es perfecto para mujeres como tú, que son jóvenes pero también dan una sensación de madurez. ¿Te gusta?
- Mmm. Se ve bien.
Mientras Ivar se quedaba muda ante la implacable explicación de la dueña de la tienda, yo daba una respuesta tranquila y serena.
- Lo compraré.
- ¡Su Alteza es tan genial!
Los ojos de la dueña de la tienda brillaron como el oro.
- Entonces, ¿qué le parece este vestido para salir? ¿O tal vez este vestido de banquete? Oh, ¡no puedes perderte este vestido que fue hecho específicamente para dormir!
Expulsé una espesa nube de humo. Luego señalé una vitrina.
- Todo desde aquí hasta allí.
Dejando atrás a la dueña de la tienda que se había desmayado tras recibir el trato de su vida, nos dirigimos a nuestro siguiente destino. El duende dueño de una tienda de collares salió a recibirnos a la entrada.
- He oído hablar de las grandes hazañas de Su Alteza. Es un honor recibir hoy aquí a Su Alteza como cliente.
- Tráigame cualquier collar que le quede bien a esta joven.
El duende subió su monóculo. Sus ojos parecían los de un profesional.
- Su piel es blanca y tiene una nuca esbelta. Su clavícula es también inimaginablemente maravillosa. Cualquier collar estaría encantado de ser llevado por una persona así. Alteza, ¿qué tipo de gema prefiere?
Sacudí la cabeza.
- Parece que no ha entendido mi petición. Te pedí que trajeras cualquier collar, siempre que le siente bien a esta joven.
- ¿C-Cualquier collar, Su Alteza?
- Sí. Cualquier collar.
El duende tragó saliva. Los ojos de un profesional habían desaparecido y habían sido sustituidos por un brillo teñido de arco iris lleno de la codicia de un mercader.
- Mis más humildes disculpas. Este humilde no ha comprendido del todo la grandeza de las palabras de Su Alteza. Los prepararé inmediatamente.
El goblin salió corriendo con su ayudante antes de regresar poco después.
- Aquí están. Estos collares se crearon con las piedras preciosas de mayor calidad de Utpala. Son obras maestras que han llevado varios años de trabajo a artesanos de renombre. Señorita, pruébese este primero.
Había unos 10 collares e Ivar se los probó todos.
- ¿Cuál le gusta más, madeimoselle?
- No... me gusta uno en particular.
El cerebro de Ivar aún no se había puesto al día. Niflheim era como el jardín de Ivar Lodbrok, pero era la primera vez que iba por ahí con su verdadero cuerpo. Probablemente nunca imaginó que visitaría una tienda de ropa o accesorios femeninos.
Es el deber de un compañero tomar una decisión si su amante es incapaz de hacerlo. Me quité la pipa de los labios y hablé.
- Nos lo llevaremos todo aquí.
Ese día, un total de 9 propietarios de tiendas se desmayaron.
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