Capítulo 109
Un Milagro (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
No importaba lo grande que fuera el número, aun así no podía ocultar esta persistente pregunta. Su respiró hondo y se calmó con dificultad antes de preguntar.
- ¿Cuántos H2101 no se han utilizado?
La enfermera buscó hábilmente en los registros del ordenador y luego respondió.
- A ver... Si incluimos la inyección de hoy, entonces aún quedan 6 inyecciones de las 30 que no se han utilizado.
- Informe al médico para que cancele la compra de estas 6 dosis de H2101. Ya no me sirven. Además, ¿dónde están mis cosas? Quiero que me den el alta.
- ¿Dar de alta? Eso no es posible.
Su miró la hora que aparecía en el computador y dijo.
- Ahora mismo todavía es por la mañana. Espero poder irme de aquí antes del mediodía.
Una voz clara y fría sonó de repente.
- ¡No puedes salir del hospital! Aunque no sé cómo pudiste levantarte, el doctor Connor acababa de inspeccionar tu cuerpo ayer. Dijo que por el estado actual de tu cuerpo, aunque el H2101 restante se agotara por completo, no necesariamente podría salvarte. Es mejor que te recuestes en tu cama. Voy a hacer una inspección completa de su cuerpo. Después de gastar una suma tan enorme de dinero en tu cuerpo, ¡no deseo que Perséfone sólo reciba una lápida a cambio!
La que hablaba era una doctora. Era bastante guapa, su amplia bata blanca de estilo chino no lograba ocultar lo más mínimo su exquisito y curvilíneo cuerpo. Sin embargo, la expresión de su rostro era fría hasta un punto incómodo. Perséfone poseía la fría arrogancia de un iceberg, pero bajo la frialdad había una vaga tentación. Mientras tanto, la mirada indiferente de la doctora era la misma que si estuviera mirando algo muerto. Uno podía imaginarse cuántos cadáveres se extendían ante ella y se diseccionaban lentamente. Era un tipo de frialdad que haría temblar a cualquiera.
- Ya me he recuperado completamente. No necesito más tratamiento.
- ¡Si te has recuperado completamente o no, no lo tienes que decir tú, sino yo! Sólo cuando yo diga que se ha recuperado completamente, podrá ser dada de alta.
La doctora no pareció inmutarse lo más mínimo. El que tenía la última palabra en la materia era un examen físico exhaustivo.
El dispositivo de inspección era extremadamente complejo. Al principio, la doctora parecía muy nerviosa, como si no creyera que Su se hubiera curado por completo. Ella prefería creer que se trataba de un tipo de recuperación de un moribundo. El cuerpo de Su era bastante milagroso, no dejaba ni una sola cicatriz después de sufrir tantas heridas, y esto por sí solo bastaba para dar envidia a todas las mujeres. Sin embargo, el problema de Su residía en las múltiples ocasiones en que sus órganos fallaban sin dar señales. Desde su perspectiva, esto era un signo del colapso del genoma. Había muchos casos así en los gruesos archivos médicos. Todos los que habían tomado una sobredosis de medicina de evolución genética, sin excepción, fallecieron debido a que el cuerpo experimentó un fallo orgánico repentino.
El H2101 era en realidad una medicina reparadora de genes, y el propósito de su investigación era rescatar a alguien del colapso genético. Todos esos individuos extremadamente ricos utilizaban la evolución genética para ralentizar su proceso de envejecimiento, por lo que todas sus muertes se debieron al colapso de los genes de sus cuerpos. El desarrollo del H2101 fue en realidad para resolver este problema. Sin embargo, tras 20 años de investigación, este medicamento reparador de genes seguía estancado en la fase de laboratorio. Aunque en las pruebas clínicas surgió un resultado fijo, los efectos adversos que provocaba superaban con creces su efecto terapéutico. A pesar de ello, los poderosos estaban dispuestos a apostar una vez más cuando sus vidas estaban a punto de llegar a su fin. Si la apuesta les salía bien, obtendrían 5 años de juventud. Por supuesto, si su apuesta fracasaba, no sería más que la rápida conclusión de una vida llena de sufrimiento.
La demanda del H2101 no podía considerarse grande, pero era una cantidad estable, y como tal, la escasa oferta del H2101 aumentó hasta un nivel inimaginable. De hecho, los costes de desarrollo, de fabricación y los recursos necesarios eran escandalosamente altos. Sin embargo, gracias al apoyo continuo de casi todas las grandes personalidades, la investigación del H2101 no se detuvo en estos 20 años. Debido a su existencia, se desconocía cuántos proyectos de investigación más importantes, más urgentes y con mayores beneficios se interrumpieron por falta de financiación.
El examen duró 4 horas enteras. Finalmente, la doctora que ya no confiaba en los instrumentos médicos frotó personalmente la estructura ósea de Su, para descubrir que los huesos que ayer aún estaban cubiertos de oscuros rastros se habían recuperado milagrosamente por completo. A continuación, firmó a regañadientes su nombre en los papeles del alta de Su.
Cuando obtuvo el alta, Su finalmente esbozó una sonrisa. Aunque la doctora podía considerarse una belleza, sus ojos que parecían mirar a un cadáver y esas manos que habían tocado quién sabía cuántos cadáveres hicieron que sintiera oleadas de escalofríos. La firma del informe era hermosa, y el nombre de Helen tampoco estaba mal, pero comparado con su temperamento original, era demasiado diferente. Como ya había determinado que a Su no le pasaba nada, Helen llevó a cabo sus tareas de forma directa y eficiente. Envió un mensaje a Perséfone y luego buscó a algunas personas para que lo llevaran a su vivienda. Luego, Su fue enviado fuera.
Cuando se marchó, las cejas de Helen se entrecerraron. Volvió a su propia área de trabajo. Correcto, en el hospital privado de Perséfone, ella tenía una oficina, un área de procesamiento de datos, un laboratorio, una sala de cirugía, una sala de congelación, una prisión y un lugar para guardar cadáveres. La extensa zona que estaba bajo su control parecía ocupar la mitad del hospital subterráneo. Dentro de su despacho, Helen estaba de pie frente a una enorme pantalla de 2 metros de alto y 5 de ancho. Con la mano apoyada en la barbilla, fruncía el ceño mientras pensaba para sí misma. La enorme pantalla tenía varias imágenes de distintos tamaños. Entre ellas estaban la imagen frontal y trasera del cuerpo desnudo de Su, y las 10 imágenes más pequeñas eran tomas especiales de varios sistemas de órganos internos. Muchas imágenes giraban, revelando vistas tridimensionales de los sistemas de órganos y mostrando perfectamente la actividad y las circunstancias dentro del cuerpo de Su.
Parecía que la situación de Su era buena hasta el punto de que no podía mejorar más. Este era el resultado que le indicaban todos los instrumentos de examen, así como la conclusión a la que llegó tras examinarlo con sus propias manos. Sin embargo, al juntar todas estas escenas extremadamente normales, a Helen le produjo una sensación extremadamente extraña. ¿Cómo podía recuperarse completamente en 24 horas alguien que había sufrido múltiples fallos en sus sistemas orgánicos? Quizá la única palabra que podía explicar esta situación en el mundo era milagro.
- ¿Crees en los milagros?
Helen envió un mensaje a Perséfone, cuyo paradero actual era desconocido. Varios minutos más tarde, este fue el mensaje que Perséfone envió de vuelta. Parecía que la situación de la batalla en su lado era bastante intensa.
- Lo creería si alguien transfiriera 30 millones a mi cuenta.
- ¡Muérete!
Helen le respondió directamente.
- ¡Jajaja! Parece que no voy a morir todavía. Puede que sea porque debo demasiado y ¡todos están rezando para que vuelva!
Parecía que Perséfone acababa de tomar ventaja. Helen soltó un ligero suspiro.
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