Capítulo 326
Hombres Primitivos Recitando De Memoria El ❮Clásico De Tres Caracteres❯
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Edición: Radak, Sho Hazama
—¡No uses indebidamente dijo Confucio! Si el diablo escucha, ¡nuestra palma golpear hasta ponerse roja! Además, nosotros no caníbales, ¡no nos volvemos locos por carne! —Dijo el que parecía ser el líder en un mandarín incómodo.
Tras la despiadada bofetada, el hombre regordete recordó el terror del diablo. Sus hombros se encogieron de inmediato y no se atrevió a pronunciar una sola palabra.
A continuación, el líder agitó la mano y dijo una vez más en un mandarín incómodo: —¡Primero, movámoslos!
Entonces, los hombres primitivos empezaron a llevarse a los pasajeros sobre sus espaldas, hombros, abrazándolos o arrastrándolos.
❄️❄️❄️
Poco después.
Los pasajeros se despertaron uno tras otro.
Cuando abrieron los ojos, descubrieron que estaban acostados dentro de un enorme cobertizo hecho de paja. Junto a ellos estaban de pie muchos hombres primitivos con la piel de color rojo pardusco y todo tipo de pigmentos en el rostro.
Estas personas vestían pieles de animales y tenían armas primitivas en sus manos; algunos de ellos incluso tenían máscaras aterradoras en sus rostros... Parecía como si hubieran viajado directamente a través del tiempo y vinieran aquí desde tiempos antiguos. Emanaban un aura primitiva y bárbara.
Cuando los pasajeros vieron las armas afiladas que sostenían estas personas, se asustaron y tragaron una bocanada de saliva.
Poco después, los pasajeros se miraron en silencio, sin atreverse a hablar.
—Por lo que recuerdo, estábamos en el avión... ¿Cómo terminamos exactamente en este extraño lugar? —Tubo le dijo en voz baja al cercano Gao Moumou.
Gao Moumou forzó una sonrisa y negó con la cabeza. Al mismo tiempo, abrazó a su novia Yayi con fuerza. Estos hombres no serían caníbales, ¿cierto?
Cuando se trataba de hombres primitivos, la opinión del hombre promedio seguramente estaba influenciada por películas y programas de televisión. En la mayoría de esos programas, las tribus primitivas comían carne humana. Por lo tanto, tan pronto como vieron a estas personas, el pasajero inmediatamente las confundió con caníbales.
—¿Viajamos a otro mundo? —Lu Fei dijo en voz baja, su imaginación se desbocó.
—... —La hermana mayor de Lu Fei.
El discípulo nominal de Song Shuhang, Joseph, apretó los puños con fuerza. Estaba sentado junto a su hija, listo para protegerla. Estaba pensando profundamente en este momento.
¿Estos hombres primitivos eran amigos o enemigos?
Si eran enemigos, las probabilidades no estaban a su favor. Después de todo, los hombres primitivos sostenían armas afiladas, mientras que los pasajeros iban desarmados.
... ¡Quizás era hora de que él mostrara la incomparable técnica marcial que le enseñó su maestro!
Joseph apretó los puños con fuerza.
Tenía fe absoluta en su maestro Song Shuhang, ¡creía que la técnica que había recibido del hombre que podía crear sonidos explosivos con solo mover ligeramente las palmas de las manos solo podía ser excepcional!
Aunque había practicado solo un poco más de un mes, ¡Joseph sintió que se había vuelto mucho más fuerte!
¿Eh? ¿Por qué siento que antes he pasado por algo similar?
Joseph sintió una sensación de déjà-vu y tuvo la impresión de que ya había pasado por algo similar. ¿Fue solo un sueño o sucedió realmente?
¿Por qué encuentro esta escena tan familiar? Joseph pensó, algo desconcertado.
Un momento... ¿Dónde está el maestro?
¡El maestro también abordó el avión con nosotros!
Joseph miró a su alrededor, pero no encontró a su maestro Song Shuhang.
¿A dónde fue el maestro?
No solo Joseph, Gao Moumou, Tubo y los Zhuge también habían descubierto que Song Shuhang había desaparecido...
—¿A dónde fue Shuhang? —Tubo preguntó en voz baja.
—¿No está aquí con nosotros? —Gao Moumou entrecerró los ojos y miró a su alrededor, sin encontrar a Shuhang. Dado que había perdido sus lentes, no podía ver muy bien.
Lu Fei dijo en voz baja: —Tampoco lo veo en ningún lado. ¿Se separó de nosotros?
Gao Moumou frunció el ceño y, algo preocupado, dijo: —Todos los pasajeros que abordaron el avión están aquí, ¿cómo es que él es el único que falta?
Todos recordaban esas escenas de películas en las que los hombres primitivos se comían a otros humanos. Song Shuhang aún no fue cocinado y cenado, ¿cierto?
Tubo y los demás se preocuparon un poco.
En ese momento, los pasajeros junto al capitán del avión le preguntaron con expresión preocupada en sus rostros: —Capitán, ¿le pasó algo al avión? ¿Por qué estamos aquí?
El capitán también estaba desconcertado y negó con la cabeza. No sabía qué decir... ¡Porque tampoco tenía idea de lo que había sucedido!
Claramente estaba pilotando el avión hace un momento. Luego, se desmayó y se encontró rodeado de hombres primitivos. Las cosas sucedieron tan rápido que aún no entendía lo que estaba sucediendo.
—No parece que hayamos tenido un accidente ya que estamos ilesos. ¿Quizás realmente viajamos a otro mundo? —Dijo una de las azafatas en voz baja.
—No creo que hayamos viajado a otro mundo. Quizás, después de que nuestro avión se estrellara, terminamos en una pequeña isla en medio del océano que aún no se ha descubierto. —Supuso el viejo profesor.
Justo cuando los pasajeros discutían entre ellos, los hombres primitivos de repente formaron dos grupos, ordenándose en filas.
Luego, levantaron la cabeza en alto y arrojaron sus pechos.
Luego, una mujer abrió la boca y dijo: —¡Los hombres al nacer son buenos por naturaleza!
Era una línea del ❮Clásico de Tres Caracteres❯ de la literatura china. Cada palabra se pronunciaba con claridad, por lo que resultaba muy agradable al oído.
Después de decir todo esto, todos los pasajeros se quedaron estupefactos.
A continuación, los otros hombres primitivos recitaron al unísono: —Los hombres al nacer son buenos por naturaleza. Sus naturalezas son similares; sus hábitos se vuelven diferentes. Si, por negligencia, no se les enseña, su naturaleza se deteriorará. La forma correcta de enseñar es con absoluta minuciosidad. Antiguamente, la madre de Mencio eligió un vecindario. Cuando su hijo no aprendió, rompió la lanzadera del telar...
Bla, bla, bla… Aunque la pronunciación no era perfecta, todos los presentes pudieron ver que estaban recitando de memoria el contenido del ❮Clásico de Tres Caracteres❯.
—Pfff... —La señorita Lu Fei era realmente audaz. Cuando vio a los hombres primitivos recitando el ❮Clásico de Tres Caracteres❯ con rostros orgullosos y serios, inconscientemente se rio.
Su risa era melodiosa y agradable al oído.
Después de escuchar su risa, un hombre primitivo que no estaba muy lejos giró la cabeza con curiosidad para mirarla, deteniendo su cántico.
—¡Alto! —Una voz poderosa resonó desde el exterior.
Luego, un hombre de 180 cm de altura que vestía una cazadora negra entró en el cobertizo, con las manos cruzadas atrás de la espalda.
Tan pronto como vieron a este hombre, los nativos se pusieron rígidos. Tenían tanto miedo que ni siquiera se atrevían a respirar.
Luego de entrar al cobertizo, el hombre de la cazadora negra llegó frente al primitivo que había dejado de recitar. Levantó la mano derecha y reveló una regla disciplinaria gruesa.
El hombre primitivo sabía que no podía escapar a su destino. Por lo tanto, lentamente estiró sus manos con una mirada amarga en su rostro.
¡Snap!
El hombre de la cazadora negra golpeó sin piedad las palmas del hombre primitivo con la regla disciplinaria...
