Volumen 2 Capítulo 55
Defensa Accidental
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Edición: Radak, Sho Hazama
“Lee bien este pergamino y comprende sus enseñanzas”, le declaró el zorro al niño mientras estaban sentados juntos en la biblioteca. “Te enseñará fundamentos de esta técnica.”
Xong Yun Ren asintió. “Gracias, Guardián”, dijo, inclinándose respetuosamente. El zorro asintió con gracia. Debería estar agradecido. La Niebla Confusa de Da Ji era una técnica poderosa, probablemente demasiado poderosa para la fuerza actual del chico, pero no necesitaba comprenderla toda.
En realidad, ¿la soledad lo había ablandado para regalar semejante tesoro? ¿O era el olor extrañamente familiar que tenía el niño, como el de un hermano o un amigo que había fallecido hacía mucho tiempo? Era tenue, muy tenue, y apenas acechaba bajo la superficie. Pero por alguna razón, le hizo pensar con cariño en el niño...
El zorro sacudió la cabeza, mirando al muchacho mientras inmediatamente iba a sentarse y abría con cuidado el pergamino.
“Sólo ese, muchacho. No leas ninguno de los otros”, ordenó el zorro.
Yun Ren levantó la vista del pergamino y asintió.
Con los ojos fijos en la pequeña cantidad de polvo que había en la biblioteca, el Guardián tarareó y lo dejó solo.
El zorro tomó nota de reparar las salas de nuevo. Las malditas cosas seguían dejando entrar polvo. Bostezando, se fue a inspeccionar el resto de su dominio.
Había sido todo un shock despertar y encontrar una rata merodeando por su casa.
Aunque era una cortés. Una rata educada y extraña que lo había despertado demasiado pronto, al parecer. Y había sido un sueño maravilloso.
El zorro volvió a sacudir la cabeza, alejando el estado de fuga. ¿Qué estaban haciendo otra vez? Oh, sí.
La cocina estaba desempolvada, los demás sellos revisados, el césped todavía tenía la longitud adecuada, el marcador no había sido manchado por los elementos y Cielo de Verano estaba... ¿Despierto?
El zorro entrecerró los ojos ante la espada y la leve agitación en la conciencia de la espada espiritual. Curioso, qué curioso.
Hubo una punzada de dolor en las salas de la biblioteca.
¿Ah, qué mocoso astuto, tocando lo que no era suyo?
Bueno, ¡era culpa de Nezan por estar distraído y dejarlo leyendo donde había tanta tentación!
El zorro se movió como humo líquido, su cuerpo se movió por el pasillo y se filtró en la biblioteca. El zorro reflexionó sobre cómo lidiar con esto. ¿El Guardián debería aparecer detrás de él otra vez? No, eso se estaba volviendo viejo. ¿Una tormenta de relámpagos con un aullido de furia? Sonrió. Eso serviría.
El zorro se retorció entre los estantes, listo para atrapar al tramposo astuto en el acto.
Yun Ren tarareaba para sí mismo mientras guardaba el pergamino. Sacó con cuidado otro del estante, lo examinó para ver si estaba dañado y le quitó un poco de polvo, teniendo cuidado de no dañar el sello. Era una tarea que parecía rutinaria, como si hubiera limpiado pergaminos muchas veces antes.
Pero, ¿qué estaba haciendo?
El zorro le había encomendado al niño que leyera el pergamino, así que ¿por qué estaba limpiando?
“Muchacho, ¿qué estás haciendo?” Preguntó el zorro, que apareció entre el humo. El chico no se sobresaltó, simplemente giró hacia el zorro que de repente estaba allí en la habitación con él.
Como si estuviera acostumbrado a que las cosas aparecieran de repente.
“Estoy meditando”, afirmó el niño mientras tomaba un paño y lo limpiaba con los estantes hasta que quedaron limpios.
“Medi— ¿Qué?” Preguntó el zorro desconcertado.
“Sí, normalmente corto leña. Pero no sabía si necesitabas que hiciera algo de eso, así que... Bueno, este lugar estaba un poco sucio, y ayudé al Dignatario Hong y Meimei a limpiar su casa antes. Ambos son muy exigentes con la forma en que limpias los pergaminos. Me cortarían la cabeza si alguna vez dañara algo”, explicó el niño antes de volver a su tarea.
El zorro lo miró perplejo. No era una técnica que requiriera tales cosas. ¿Quién le había enseñado a ese muchacho?
“¿Tienes algo de laca? Puedo arreglar esta parte de aquí, si quieres”, preguntó el chico. “No, no, me ocuparé de eso yo mismo. Si estás meditando, ¿eso significa que has comprendido la Niebla Confusa de Da Ji?” Preguntó el zorro. Eso había sido extremadamente rápido; su comprensión era realmente increíble si ya lo había logrado—
“No, ni un poco”, respondió el chico con naturalidad. “Es confusa. Está escrita en los Caracteres de la Corte, así que entendí como... La mitad de lo que decía, pero lo que entendí no tenía ningún sentido. ¿"Meditar sobre la Habitación de la Reina Zorro"? ¿Cómo puedo "meditar e imaginar" la habitación de una persona que nunca he conocido ni visto?” El chico se quejó.
Yun Ren no había comprendido nada en absoluto, ¿verdad? Ni siquiera la parte más básica de esta técnica.
Giró hacia el zorro. "Así que pensé que debería intentar todo lo relacionado con la meditación antes de decirte que no tenía idea de lo que estaba haciendo.”
La pura y simple verdad. El Guardián se mordió la lengua. ¿En serio? ¡Este chico era demasiado divertido! ¿Qué tonto admitía su debilidad con tanta facilidad?
“¿Quién es tu Maestro?” Preguntó el zorro, curioso. ¿Le habían enseñado mal al niño a propósito, como una broma?
“No tengo ninguno. Jin me enseñó a meditar y me ayudó en toda la fase de ‘romper cosas’, pero ¿en lo demás?” El chico se encogió de hombros.
Eso atenuó la diversión del zorro. Sin Maestro, y sin embargo no había desviación en su Qi; su base era sorprendentemente sólida. Vagaba a ciegas en la oscuridad, pero avanzaba a grandes zancadas sin ninguna preocupación en el mundo.
Qué interesante. El Guardián lo olfateó una vez más. El olor a zorro, aunque débil, estaba en el muchacho.
“Ya veo. Bueno, te he hecho perder el tiempo. Ese pergamino no te sirve de nada.” El chico miró al zorro, sorprendido y confundido.
La mayoría de los hombres comprendían los pergaminos. Él simplemente había creído que este muchacho sería igual, pero parecía que se requería un esfuerzo más práctico.
¿Tal vez se parezca más a un cachorro que a un hombre? Pensó el zorro.
“Ven. Sígueme.” Regresaron al prado.
“Ahora, muéstrame la imagen que deseas recrear.” Yun Ren se encogió de hombros y sacó su cristal de pésima calidad. En realidad, era extraño que estuviera usando eso. Una imagen formada por una ciudad que se extendía hacia abajo. Un lago gigante.
El guardián asintió.
“Ahora, observa.” Realizó los movimientos de la técnica con fluidez. Para alguien como él, los movimientos se producían de forma fluida y perfecta, toda una vida de práctica y refinamiento se sumaba a los elegantes movimientos. El Qi se encendió.
La pared parecía burbujear y moverse; los colores fluían, pintando la imagen perfectamente.
La mirada de Yun Ren era intensa.
“Podrías… ¿Podrías hacer eso otra vez?” preguntó, esta vez colocando el cristal en posición.
El zorro lo complació. Había varias campanillas de cristal. Yun Ren frunció el ceño y colocó los pies en posición.
“Entonces, eso fue algo así como… Saltar y girar, y luego se volvió todo flotante...”, murmuró para sí mismo, mirando fijamente la proyección del zorro en mitad de la técnica.
Sus manos se movieron y saltaron chispas.
“Bueno, no es un "salto", sino más bien un "ja",” se dijo a sí mismo asintiendo. Sus pies se adaptaron ligeramente y el zorro sintió que su Qi comenzaba a moverse más como se suponía que debía hacerlo.
Poco a poco, una sonrisa se extendió por el rostro del zorro. Más chispas.
¡Qué cosa más interesante! Hacía tiempo que el zorro no se encontraba con un hombre que aprendiera de esa manera.
El zorro observó divertido cómo el niño corría a través de sus jas, hacia los jus, desde giros y luego a vueltas.
Mejoró con cada exclamación absurda.
❄️❄️❄️
Yun Ren suspiró y se hundió en el agua. Había descubierto lo que había detrás de la puerta: un manantial subterráneo con agua tibia.
Fue muy amable de parte del zorro dejarle usarlo, aunque en su mayoría era una compensación, ya que Yun Ren había proporcionado la cena. El zorro fue la primera persona que conoció que no dijo que el arroz era el mejor que habían probado, simplemente tomó un pequeño tazón y lo declaró "aceptable".
Bueno, era un zorro. ¿Qué sabía?
Al menos las aguas tibias estaban aliviando su fuerte dolor de cabeza y las ligeras náuseas que siempre venían con el uso excesivo de Qi.
Estaba total y absolutamente exhausto.
Cuando Yun Ren le había hecho su pedido al zorro, en su mayor parte había sido un tiro al aire. Quería aprender a hacer ilusiones permanentes para poder proyectar sus imágenes de forma permanente. ¿Qué tan maravilloso sería tener una pared entera que fuera una imagen grabada del cielo, con nubes esponjosas y un cielo azul perfecto?
En su mayor parte, lo hacía para sí mismo, pero no podía negar un cierto sentido de orgullo por su trabajo. Si pudiera mostrar más fácilmente sus composiciones a los demás, ¿no podría lograr que su nombre quedara registrado en la historia como un gran escultor o artista? ¿Quizás incluso podría conseguir que una entrara en el palacio de Ciudad del Lago de la Luna Pálida?
Carcajeó al pensarlo.
“¿Te gusta el agua, muchacho?” Yun Ren hizo una pausa al oír la voz del zorro. Si bien el sonido normalmente era un leve gruñido, hasta el punto en que no podía distinguir si era un niño o una niña, este era francamente femenino y sensual.
Yun Ren tragó saliva con fuerza y se dio la vuelta. En su cabeza bailaban historias de hermosas zorras que seducían a los hombres.
Vio un cuerpo voluptuoso, una piel suave y cremosa, tan fina como el jade.
Hermoso cabello largo y blanco que parecía hecho de seda.
La visión de la belleza tenía un gran defecto: un rostro que parecía casi exactamente igual a la de su madre. Podrían haber sido hermanas, por el parecido.
Yun Ren se atragantó y la tentadora visión se convirtió en polvo.
La zorra hizo una pausa, luciendo un poco confundida por su reacción. Entrecerró los ojos y soltó una risa gutural cuando Yun Ren desvió la mirada.
Una figura se apretó contra él. Luego, un brazo le rodeó el cuello y un músculo liso y duro le presionó el costado.
“¿Esta forma te gusta más?” Le susurró una ronca voz masculina al oído.
Yun Ren giró hacia el zorro, con sus esperanzas y sueños muertos y arruinados. "En realidad no. Además, tengo una chica que me gusta.” Miró al hombre con enojo.
El hombre muy bonito, que se parecía un poco a uno de sus primos.
“Un hombre debe experimentar todo lo que pueda en la vida”, declaró el zorro conspirativamente, moviendo las cejas. Yun Ren se apartó del hombre zorro y corrió hacia el otro lado de la piscina. El hombre echó la cabeza hacia atrás y se rio. “¡Ah, perdóname por mis juegos, no he podido jugar con nadie en mucho tiempo! ¡Aunque creo que no me han rechazado tan directamente en siglos! ¡Eres el cultivador más divertido, Xong Yun Ren!”
"Me alegra ser entretenido", se quejó Yun Ren, mirando fijamente el cuerpo perfectamente esculpido del Guardián.
“¡Alégrate! ¡Mi querida compañera también habría disfrutado de tus reacciones, si estuviera viva para verlas!” La mano del zorro se dirigió hacia atrás para recoger el cristal de grabación de Yun Ren para que el Guardián pudiera examinarlo de cerca.
“Es un uso interesante de un cristal tan débil, pero la artesanía deja mucho que desear. Deberías haberte quejado a la secta a la que le compraste esto. Mira esto, es casi como si un mortal hubiera elaborado esta pieza”, afirmó el zorro, agitando negligentemente el cristal de Yun Ren hacia él.
Yun Ren se sintió extrañamente a la defensiva por su primera compra. “¿Porque un mortal lo hizo? Estoy bastante seguro de que Biyu es una chica normal. Este es su primer cristal real después de su aprendizaje. No se suponía que lo vendieran.”
El zorro se detuvo.
“¿Un mortal hizo esto?”
“¿Sí?”
El zorro asintió, pensativo. “Biyu... Sin duda es una piedra preciosa, ¿no?”
Yun Ren sonrió al pensar en ella y en la comida que habían compartido juntos. El ligero rubor en su rostro...
“Ahora estoy seguro de que tienes imágenes de tu amada, así que ¡muéstrame su rostro!” ordenó el zorro.
Yun Ren se sonrojó. “Ella no es mi amada...” se quejó. “Sin embargo... Tal vez... ¿Por qué estoy hablando de esto contigo?”
Pero de todas formas mostró la imagen. Era una buena foto.
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