Capítulo 318
Un Nuevo Comienzo (IV)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
El corazón de O’Brien estaba extremadamente tranquilo, pero también asombrado. El asombro provenía de su sorpresa ante su propia capacidad para hacer estas cosas completamente inimaginables con tanta calma. Estas vidas que revoloteaban ante sus ojos no eran muy diferentes de piedras y madera podrida. La sensación de matar a un Hebilu le producía incluso menos sentimientos que si mataba a un animal pequeño. Todavía podía recordar claramente que cuando se convirtió en Jinete de Dragón Negro de primera clase, durante la primera misión de patrulla que se le asignó, sólo matar a un cadáver viviente que estaba un poco más intacto le hizo sentirse extremadamente en conflicto por dentro durante mucho, mucho tiempo.
Originalmente, las aspiraciones de O’Brien siempre habían sido la búsqueda de las artes de la era antigua, así como la eliminación de todas las nubes llenas de radiación en los cielos para que el mundo pudiera volver a disfrutar del calor de la luz del sol. El arte no sólo aparecía en la tragedia; un mundo lleno de luz también estaba lleno de arte. Sin embargo, ahora sabía que la luz del sol sólo le llegaba a la cara. Nunca había llegado al fondo de su corazón.
En el altísimo árbol milenario, no demasiado lejos, se podía sentir claramente un aura vibrante de vida desde el tronco de más de 100 metros de ancho. Esta sensación hizo que cada célula del cuerpo de O’Brien diera un brinco. Su intuición le decía que todos los secretos de los Hebilu podían encontrarse en este árbol milenario. Los Hebilu de piel azul ceniza eran en realidad un tipo de criatura bastante sorprendente. No había que menospreciarlos por su nivel científico y social primitivo, porque se trataba de una existencia que poseía una inteligencia superior a la humana, así como genes completos. El genoma de cualquier especie que experimentara una larga historia de existencia no sería perfecto. Esto se debía a que, en el interminable proceso de la evolución, las criaturas cambiaban y se adaptaban a su entorno. Su genoma original no desaparecería por completo, sino que se conservaría en diversas formas fragmentadas. Durante las primeras eras de la investigación genética, estos fragmentos se llamaban toxinas genéticas, porque su existencia era la raíz de muchas enfermedades naturales. Sin embargo, cuando comenzó la nueva era de las habilidades, junto con el rápido desarrollo de la tecnología genética, todo el mundo descubrió gradualmente que estas toxinas genéticas contenían muchos secretos, ¡algunos de los cuales potencialmente contenían fragmentos de una habilidad de nivel sagrado!
En general, cuanto más fragmentados estaban los genes naturales y más toxinas había, más antigua era la especie, así como más cambios experimentaba. Mientras tanto, los genes del Hebilu estaban completamente limpios. Esto sólo podía significar una cosa, y era que tenían una historia corta, tan corta que ni siquiera podía haber evolución de forma natural. Los Hebilu eran una raza inteligente creada artificialmente.
Una vez que los secretos de los Hebilu fueran desvelados, los conocimientos de la humanidad sobre biotecnología, así como toda la ciencia y tecnología relacionada, avanzarían a pasos agigantados. La Familia Arthur también se volvería más rica y poderosa. Como líder de la familia, el propio O’Brien también se volvería más poderoso. El camino que recorría era uno poderoso que explotaba en gran medida los recursos de la familia, por lo que su velocidad de aumento de la capacidad naturalmente superaría con creces la de las personas que dependían de sí mismas.
En realidad, O’Brien estaba agotado y dependía en gran medida de los estimulantes para cubrir las necesidades energéticas de varios ataques mágicos. Sin embargo, su voluntad de lucha siempre se había mantenido en un nivel constante, aplastando en pedazos a los Hebilu que aparecían frente a él uno tras otro como una máquina. No temía la sangre, ni le importaba la matanza. No importaba lo crueles o viles que fueran las maldiciones que estos Hebilu le gritaban antes de su muerte inminente, las ignoraba por completo. Matar a un Hebilu no era diferente de destrozar una roca.
Lo único que se reflejaba en sus ojos era aquel imponente árbol milenario. O’Brien sabía que mientras llegara a la base de ese árbol, a partir de ese momento, el gran camino que perseguía, los planes que había formulado, estarían a la mitad. Por eso no permitiría que nadie se interpusiera en su camino. O’Brien necesitaba hacerse más fuerte, necesitaba desarrollar hasta la última gota de potencial que tenía, porque además de Su, ahora tenía un nuevo objetivo aún más importante en su corazón, ¡Mitchels!
Una capa de hielo apareció en las manos de O’Brien, y entonces apretó entre ellas el rostro de una joven Hebilu. La temperatura extrema convirtió inmediatamente toda su cabeza en un trozo de hielo. Luego, pasó junto a ella, con movimientos tan fluidos como si estuviera haciendo footing en el patio de su familia. El cuerpo de la joven se balanceó. Quiso estirar las manos para tocar el trozo de hielo que rodeaba su cabeza, pero cuando sus manos sólo se alzaron hasta la mitad, se desplomó en el suelo y ya no volvió a moverse.
Tras pasar junto a esta joven, el único que quedaba frente a O’Brien era el último Hebilu, un individuo mayor. Su piel ya estaba seca y arrugada como la corteza de un árbol. Este último Hebilu era mucho más viejo que todos los que O’Brien había conocido antes. El anciano estaba bajo el árbol milenario. Desde esta distancia, el tronco del árbol era tan grueso que simplemente hacía que uno se sintiera sofocado. A veces, el mero tamaño bastaba para producir una presión insoportable.
Había muchos agujeros en el árbol. Por sus bordes lisos, eran claramente pasadizos que los Hebilu utilizaban a menudo. Mientras tanto, en el tronco del árbol antiguo, había un agujero profundo que estaba cerca de 10 metros de altura. Parecía que ésta era la entrada principal que utilizaban para entrar y salir del árbol milenario. El anciano golpeó con fuerza la rama de árbol que tenía en las manos contra el suelo. Un ruido atronador sonó inmediatamente dentro de la conciencia de O’Brien.
‘- ¡Intruso! Tus manos están cubiertas de la sangre de los miembros de nuestro clan. ¡¿Hacer esto te hace sentir feliz?!’
O’Brien sonrió, su sonrisa era tan brillante como antes. Con un pensamiento, una afilada punta de aguja atravesó ferozmente la conciencia del anciano, y a lo largo de ella, un mensaje fue transferido al Hebilu del otro lado.
‘- Estás en mi camino.’
La cara del anciano Hebilu cambió de repente. Las comisuras de sus ojos se separaron, dejando tras de sí 2 finas vetas de sangre. La fuerza mental de O’Brien estaba en un nivel completamente diferente, por lo que el ataque de hace un momento ya le había dejado gravemente herido. Sin embargo, el anciano continuó de pie frente a la entrada del agujero del árbol y mirando fijamente a O’Brien. No tenía ninguna intención de apartarse.
- ¡Sólo tenemos guerreros que murieron en batalla, nada de cobardes que huyen!
- ¡Simple ignorancia! La valentía no puede resolverlo todo.
O’Brien disparó una flecha de hielo, una que alcanzó al anciano en el pecho, donde descansaba su corazón. Pasó por encima del cadáver del anciano y se adentró en el hueco del antiguo árbol. Todo el grupo le siguió.
Dentro del agujero del árbol había una sala principal incomparablemente alta y ancha. Dentro de la cúpula de casi 100 metros de altura, el grupo que contaba con menos de 30 miembros no era diferente de un grupo de hormigas. El interior del árbol no estaba oscuro. Había esferas de luz azul que iluminaban todo el vestíbulo del árbol. Todos dentro de la tropa, incluyendo a O’Brien, después de ver los alrededores del vestíbulo del árbol, dejaron de moverse, momentáneamente incapaces de encontrar ninguna palabra adecuada para describir su estado de ánimo actual.
- ¡Es realmente un milagro!
El director de investigación finalmente dejó escapar un profundo suspiro. Todos expresaron interiormente su aprobación.
O’Brien levantó la cabeza y miró alrededor de aquel vestíbulo lleno de un aura misteriosa. Su corazón helado también reveló un rastro de excitación. Con una voz tan suave que nadie podía oírla, dijo.
- Madeline, espérame, ¡definitivamente te traeré el corazón de Mitchels!
Si encuentras errores déjanos las correcciones en un comentario abajo, servirán para mejorar la calidad de la serie.