Capítulo 450
Dantalian (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
A principios del mes 4 del año 1513 del calendario continental. Al día siguiente de perder una de mis piernas, convoqué a los Señores Demonios Electores. La razón era sencilla. A partir de ese momento, había muchas posibilidades de que se desatara una guerra total a gran escala.
Elizabeth no era de las que dejaban pasar una oportunidad. Se había enterado de que el Emperador Rudolf de Habsburgo no era más que un títere sin poder. No había forma de que dejara pasar la oportunidad de aprovechar eso. Seguramente esperaría el momento oportuno para lanzar una ofensiva diplomática...
Eso simplificaba las cosas. Solo tenía que adelantarme a ella. Llegué primero a la sala de audiencias y esperé a que llegaran los demás Señores Demonio, jugando distraídamente con mi bastón entre las manos. Esta sala era mucho más pequeña que el gran salón, lo que la convertía en el lugar perfecto para reuniones privadas con un puñado de Señores Demonio de alto rango como esta. Eché un vistazo a la sala y fruncí el ceño.
- ¿Dónde están los guardias? No hay nadie aquí.
- No hay necesidad de guardias en la reunión de hoy. No podemos permitir que se filtre ni una sola palabra.
- Aun así, ¿no es un poco exagerado que no haya ni un solo asistente? ¿Y si nos da sed en medio de la reunión?
Señalé la botella de vino que había sobre la mesa. Era mi forma de decirle que se sirviera él mismo. Vassago chasqueó la lengua con fastidio y se sentó en la silla más alejada de la mía. Aún quedaban 30 minutos para la hora fijada para la reunión a puerta cerrada. Un pesado silencio se instaló entre nosotros. Pero no era incómodo. Habíamos estado en situaciones como esta demasiadas veces antes.
Ya fuera por sorpresa o porque encajaba perfectamente con su comportamiento, Vassago era alguien que se adhería estrictamente a la puntualidad. A todas las reuniones llegaba exactamente 30 minutos antes. Junto conmigo, era el primero de todos los Señores Demonio en aparecer en la sala de reuniones. A modo de referencia, la que siempre llegaba más tarde era Barbatos...
- Los ejércitos de los Señores Demonio de la Facción de las Llanuras que fueron ejecutados ayer se han levantado en una rebelión a gran escala.
- Esa es una respuesta bastante rápida.
Hablé con tono neutro. ¿La reacción ya se había vuelto lo suficientemente fuerte como para llamarse rebelión? Esto no se parecía en nada a la época en que se purgó a los Señores Demonio no afiliados. En aquel entonces, las fuerzas rebeldes se atrincheraron dentro de sus castillos de Señores Demonio y prácticamente se derrumbaron sobre sí mismos.
Pero los ejércitos de la Facción de las Llanuras se habían levantado en revuelta solo 1 día después de las ejecuciones. Fue una respuesta casi increíblemente rápida. Era lógico suponer que se habían estado preparando de antemano. Los rebeldes debían de haber decidido rebelarse desde el mismo momento en que los Señores Demonio de la Facción de las Llanuras fueron capturados... Eran realmente un cuerpo de élite curtido en 1.000 batallas. Estaban a un nivel completamente diferente al de los ejércitos de los Señores Demonio no afiliados, que se habían vuelto complacientes en tiempos de paz.
- No pareces particularmente sorprendido.
Vassago me miró con una mirada torcida.
- No menos de 20.000 rebeldes se han levantado simultáneamente en múltiples lugares. ¿No sería apropiado mostrar al menos algo de sorpresa o urgencia?
- Te aseguro que estoy impresionado.
Dejé mi bastón, apoyándolo contra el reposabrazos de mi silla, y luego saqué una pipa del interior de mi abrigo. Mientras la encendía, hablé.
- Cuando los Señores Demonio no afiliados fueron purgados, sus ejércitos decidieron atrincherarse en sus fortalezas. Fue prácticamente un suicidio colectivo. Solo había una razón por la que se confinaran voluntariamente en el Castillo del Señor Demonio, porque, aunque se revelarán, sería demasiado difícil oponerse a la autoridad del Señor Demonio.
Por muchas tropas que reunieran los rebeldes, 10.000, 20.000, tenían una debilidad fatal que no podían superar. No tenían ningún Señor Demonio que los liderara. Por otro lado, nuestro bando, que reprimía a los rebeldes, contaba con una alineación de Señores Demonio tan brillante como un constelación de estrellas. Por ejemplo, si Marbas y Gamigin simplemente ordenaran “Detengan el ataque de inmediato”, el poder de combate de los rebeldes se reduciría drásticamente. Les sería imposible luchar.
Por eso, las fuerzas rebeldes de los Señores Demonio no afiliados optaron por morir honorablemente por su propia mano. No tenía ni idea de si era una decisión acertada o una locura. Solo demostraba lo difícil que era la rebelión para los demonios que habían perdido a su soberano.
- Aun así, los ejércitos de la Facción de las Llanuras han decidido rebelarse. Están llevando a cabo una rebelión a gran escala a pesar de que no pueden librar una guerra total... En otras palabras, su objetivo es la guerra de guerrillas. Los rebeldes enviarán pequeñas unidades por todo el Imperio para causar problemas durante mucho tiempo.
Vassago me miró fijamente. Su rostro parecía incrédulo y algo cansado.
- Tú. ¿Obtuviste información sobre el levantamiento con anticipación?
- Es la primera vez que oigo hablar de ello.
- ¿Y eso fue lo primero que pensaste después de escuchar mis palabras?
Sostuve mi pipa entre los labios, lo que hizo que un aroma fragante llenara mi boca. Como solo quería disfrutar ligeramente del tabaco por ahora, no inhalé profundamente. En cambio, dejé que el aroma permaneciera lentamente en mi boca. Esto, a su manera, tiene un sabor agradable.
- Sí. ¿Hay algún problema? Más importante aún, una fuerza guerrillera de hasta 20.000 efectivos... Sin duda será un dolor de cabeza. Parece que la reunión de hoy será más larga de lo que esperaba.
Vassago volvió a chasquear la lengua y murmuró algo. Su voz era tan baja que no pude distinguir las palabras, pero su tono estaba indudablemente lleno de queja.
A medida que se acercaba la hora de la reunión, los Señores Demonio Electores comenzaron a llegar. Uno tras otro, Gamigin, Sitri y Marbas entraron en la sala de recepción y cada uno eligió un asiento a su gusto. Sitri, como si fuera lo más natural del mundo, se sentó justo a mi lado.
- Dantalian. ¿Estás seguro de que no quieres descansar un poco más?
Marbas me sirvió personalmente vino en una copa. Lo acepté educadamente.
- Gracias por tu preocupación. Pero creo que la respuesta del Imperio a partir de ahora es más importante que mi propio malestar. Cuanto antes actuemos, mejor.
- Sin embargo, aún no sabemos a dónde han llevado a Barbatos. Sin conocer su destino, el alcance de la discusión será inevitablemente limitado.
Serví vino en la copa de Marbas con ambas manos. Él aceptó la bebida con un leve “hm”, con el rostro inexpresivo. Incluyéndome a mí, los 5 Señores Demonio de más alto rango presentes tomamos un pequeño sorbo.
- Quizás ya lo hayan oído, pero los restos de la Facción de las Llanuras han levantado un ejército. Afirman que están tomando las armas para vengar las muertes injustas de sus señores. Por ahora, ¿por qué no nos centramos en reprimir a los rebeldes mientras intentamos descubrir el paradero de Barbatos?
Ante las palabras de Marbas, los demás Señores Demonio Electores asintieron levemente con la cabeza. En cualquier caso, por el momento teníamos muy poca información. No podíamos decidir si rescatar a Barbatos o abandonarla sin saber siquiera adónde la habían llevado. En ese sentido, la propuesta de Marbas era casi de manual. Su tendencia a favorecer estrategias y tácticas sensatas estaba tan presente aquí como siempre.
Pero eso nos dejaría un paso por detrás. No tienen ni idea de qué tipo de persona es Elizabeth. Ella va mucho más allá de alguien a quien se pueda tratar siguiendo respuestas de manual. Para superarla, hay que ir 1 paso, incluso 2, por delante de ella. Abrí la boca para hablar.
- Barbatos está en la República de Habsburgo.
Los ojos de todos los presentes en la sala se giraron hacia mí.
- Por vergonzoso que sea, mi hija adoptiva conoce al detalle la información de nuestro Imperio. También sabe exactamente a qué país debe desertar para asestar un golpe decisivo al Imperio.
Seguí hablando en un tono más relajado de lo habitual. Los 5 allí reunidos eran líderes políticos con relaciones profundamente entrelazadas, pero precisamente por eso había cierta tranquilidad. Piénsenlo. En menos de 10 años, el número de Señores Demonio había descendido de 72 a 16. Había un límite en la velocidad a la que podía disminuir la población.
Se trataba de Señores Demonio que habían sobrevivido a una competencia feroz y despiadada, y entre ellos se encontraban las figuras poderosas que habían logrado mantenerse en la cima hasta el final. Independientemente de lo que pudieran decir en apariencia, en el fondo reconocían las habilidades de los demás. No había necesidad de malgastar energía en escaramuzas políticas sin sentido.
- Mm. Pero ¿por qué precisamente la República de Habsburgo?
- Por el Emperador Rudolf. Si Barbatos muere, el cuerpo del Emperador, al haber perdido a su amo, se pudrirá naturalmente. Y si él muere, el país que más se beneficiará será la República de Habsburgo.
Marbas frunció el ceño y dejó escapar un gemido.
- Ya veo... Ahora que lo pienso, la gobernante de la República es, efectivamente, la hermana menor del Emperador Rudolf. Ella es la única, además de Rudolf, que tiene derecho a heredar el trono.
Como era de esperar, era rápido de entendimiento. Asentí con la cabeza.
- Sí. La cónsul de la República obtendrá una ventaja muy favorable. Con solo matar a Barbatos, se beneficiarían de la desaparición del emperador y, con suerte, podrían incluso descubrir pruebas que demostraran que nuestro Ejército del Señor Demonio ha estado controlando al emperador. Si lo revelaran al mundo, nuestro imperio se convertiría instantáneamente en un enemigo declarado.
Vassago soltó una risa burlona. Era evidente que pretendía ser sarcástico.
- Tienes una hija adoptiva bastante notable, Dantalian. “Un gusano en el corazón de un león”, este dicho fue creado para este momento exacto. Y pensar que tú, que normalmente eres tan meticuloso en todos los asuntos, cometerías un error con una simple chica humana.
- No tengo excusa.
Incliné la cabeza sin protestar. Esto también fue una táctica inteligente de Vassago. Al reprenderme, él gana naturalmente la máxima autoridad entre los Señores Demonio aquí reunidos. Aunque Marbas era quien dirigía la reunión, esto evitó que toda la atención se centrara únicamente en él. Y, casi como si estuviera predestinado, Gamigin tomó el relevo.
- Pensaba que esta era la reunión para decidir cómo responderemos a partir de ahora. No me gusta que las reuniones se alarguen innecesariamente, así que agradecería que siguiéramos adelante.
- Entendido. Volveré al tema.
Me humedecí la lengua con un sorbo de vino.
- Si mi suposición es correcta, la República de Habsburgo enviará pronto un enviado. Inventarán cualquier excusa que se les ocurra, alegando que quieren ampliar el comercio, fortalecer las relaciones, etc., cualquier cosa que suene lo suficientemente convincente. Pero el enviado tendrá un propósito diferente y oculto. Y es casi seguro que solicitará una audiencia con el propio Emperador Rudolf. Querrán confirmar si es realmente un ser humano o un cadáver resucitado mediante magia. Traerán en secreto un artefacto capaz de realizar dicha verificación.
Marbas asintió.
- En resumen, si la República envía a alguien, eso demostrará que tu suposición es correcta.
- Sí, estoy seguro. Debemos preparar un sustituto para el emperador de antemano.
- Hmm. Entonces, un títere sería perfecto.
Gamigin se unió a la conversación.
- ¿No era el plan original utilizar un títere para sustituir al emperador? ¿No podemos utilizarlo para engañar al enviado?
- Sí. Sustituirlo por un títere debería engañar a los ojos del enviado. Pero hay una forma aún mejor.
Originalmente, después de ejecutar a Barbatos, habíamos planeado reemplazar al Emperador con la marioneta de Ivar. La marioneta que había elaborado con esmerado cuidado era indistinguible de un ser humano real. Sin embargo, había cierta renuencia a jugar esa carta de inmediato. Me incliné y susurré.
- Primero permitiremos que la delegación examine el cadáver del emperador a su antojo.
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