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viernes, 26 de julio de 2024

DD - Capítulo 347

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Capítulo 347
En las Profundidades del Imperio (VII)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Gamigin cometió un error. Si hubiera sido capaz de pensar un poco racionalmente, no habría atacado a Paimon. Si hubiera mantenido la calma, habría atacado a las criadas. Ella no habría tenido más remedio que cubrirlas y, en última instancia, ponerla a ella en la trayectoria del ataque. Sin embargo, Paimon había pensado las cosas hasta ese punto. Acercándose a Dantalian y burlándose de Gamigin, conseguiría desviar su atención de las criadas. El problema fue probablemente el hecho de que su burla funcionó un poco demasiado bien. Paimon pensó que la otra parte no sería capaz de atacar si se quedaba cerca de Dantalian. Ella sabía que Gamigin amaba a Dantalian. Había bajado la guardia pensando que ninguna mujer recurriría a la violencia temeraria cuando existía el riesgo de dañar a su amante. - ¡Ah...! No estaba claro quién había soltado aquel gritó ahogado. Si fue Gamigin quien soltó un grito ahogado inmediatamente después de lanzar su hechizo, Paimon se sorprendió de que Gamigin realmente hubiera atacado. Dantalian quien cubría a Paimon y movió su brazo. Unas espadas negras como el carbón salieron disparadas de las sombras en cuanto los caballeros de la muerte sintieron que su maestro estaba en peligro. Las espadas bloquearon con seguridad la mayor parte del ataque. Sin embargo, exactamente una hebra de la hoja de viento logró pasar. La sangre brotó del antebrazo de Dantalian. - ¡Dantalian! ¿Estás bien? Gritó Paimon. Dantalian dejó escapar un leve gemido antes de sonreír irónicamente. - Estoy bien. Más bien, ¿debería decir que ya estoy acostumbrado? Parece que incluso mi desgracia es bastante tenaz. - ¿Qué estás diciendo...? ¡Todavía estás sangrando! - Esto ni siquiera puede considerarse una herida. Dantalian rebuscó en su capa y sacó una poción. Luego sacó el corcho con los dientes antes de verterla descuidadamente sobre su brazo izquierdo. Paimon se enfadó en cuanto vio aquello. - ¡Dámela! Paimon le arrebató la poción. Rasgó la capa que llevaba puesta y la empapó con la poción. Pensaba usar la capa como sustituto de una venda. Paimon envolvió el brazo izquierdo de Dantalian con el trozo de tela. - Madre mía, qué hábil eres... - ¿Por qué tanta prisa? Esta herida no es para tanto. - ¡Por favor, mantén la boca cerrada! Paimon y Dantalian discutieron. - ... Gamigin permaneció completamente inmóvil mientras esto sucedía. Todo su cuerpo se había congelado en el momento en que vio salir sangre disparada del brazo de Dantalian. Una vez que Paimon terminó de aplicar el vendaje, se giró para mirar fijamente a Gamigin. - ¿Estás loca? - Yo no... pretendía... - ¡No sólo mataste sirvientes arbitrariamente, sino que incluso dañaste a Dantalian! - Tienes que creer en mí... realmente no intentaba... Paimon se acercó a Gamigin con pasos enérgicos y le dio una firme bofetada. - Dantalian podría haber muerto de no ser por los caballeros de la muerte. - E-Era un hechizo sin encanto. No es tan fuerte... - ¡Casi lo matas! Gamigin se estremeció. - Ya basta. Dantalian se acercó por detrás y separó a las 2 mujeres. A Paimon con el brazo derecho y a Gamigin con el izquierdo. Esta última se quedó aún más helada al ver el brazo vendado. - ...Pero Dantalian. - He dicho que ya basta. Paimon cerró la boca. - Yo manejaré las cosas desde aquí.
* * *
Este lío ocurrió después de que yo había regresado de resolver el asunto con la Mancomunidad Polaco-Lituana. Inmediatamente después. Era tan ridículo que me daban ganas de reír. Paimon me miró con desagrado. Sus cejas fruncidas eran un claro indicador de que estaba enfadada. Lo más probable es que ella misma quiera castigar a Gamigin. Lo siento, pero no es no. - Paimon. Por favor, atiende a las criadas. - Pero los cargos... Sacudí la cabeza con firmeza. - No habrá cargos. Esto es demasiado indigno. Sólo han pasado unos meses desde que celebramos la ceremonia de nombramiento. ¿Qué pasaría si ya hubiera cotilleos sobre Gamigin cuando acababa de convertirse en duquesa? Todo el Imperio se convertiría en el hazmerreír. Eso no fue todo. Paimon es la líder de la Facción de la Montaña, mientras que Gamigin es la líder de los Señores Demonio no afiliados. Si se enfrentaran en la corte del Imperio, entonces ya no se consideraría un 1 vs 1 en ese momento. Se desbocarán hasta que uno de los bandos haya sido completamente diezmado. - El honor de Gamigin ya no le pertenece sólo a ella. Es parte del honor del Imperio. - El honor que sólo existe por las apariencias es mejor que no exista. Ser capaz de corregir un error es lo que muestra el poder de una nación. No ser capaz de corregir un error perjudicará al Imperio. Paimon se negó a retroceder mientras me miraba. - Madre mía. ¿No te lo había dicho ya? Palmeé suavemente el hombro de Paimon. - Dije que me encargaría de esto. No te preocupes. - Aaah... Paimon dejó escapar un pequeño suspiro. No dio una respuesta mientras se daba la vuelta. Ayudó a las criadas a levantarse y salió del palacio con ellas. Sonreí con amargura. ‘¿En qué lío me había metido tan temprano?’ No me sorprendió que el hechizo saliera volando hacia mí. Ya me había acostumbrado a los arrebatos de Gamigin. Más que sorpresa, lo primero que se me pasó por la cabeza fue “¿otra vez esto?” No es difícil calmar a Gamigin durante sus arrebatos. Sólo tengo que hacerme un poco de daño. Había ordenado deliberadamente a los caballeros de la muerte que dejaran pasar una parte de la hoja de viento. Lo más probable es que el incidente en el que me apuñalé con un cuchillo en el salón de baile se hubiera convertido en un trauma para ella. Su capacidad de pensar básicamente se congela en el momento en que ve mi sangre. - ... Incluso ahora, Gamigin tenía la mirada perdida en mi brazo izquierdo. ‘Maldita sea. Paimon fue innecesariamente considerada. Habría sido mejor si la herida estuviera a la vista. Eso habría supuesto una mayor tensión mental para Gamigin. Su ayuda era realmente innecesaria. No se puede evitar. Si no tengo dientes, tendré que usar las encías. Intentemos actuar un poco.’ - Uugh... Me agarré bruscamente el brazo para que pareciera que empezaba a dolerme la herida. Tampoco olvidé añadir el detalle de inclinarme un poco hacia delante. Gamigin volvió rápidamente en sí una vez que hice esto. - ¡Dantalian! Gamigin apoyó urgentemente mi cuerpo. ¿Cómo debía decirlo? El hecho de que respondiera exactamente como yo quería era divertido. Desesperadamente puso excusas para que yo no la odiara. - Lo siento... Fue un accidente... ¡No fue intencional...! - Lo sé. Es imposible que me hayas atacado intencionadamente. Sonreí. Era una sonrisa tensa y llena de dolor. - Sí. Es por esa puta. Si ella no hubiera esquivado... - Pero estoy decepcionado. Gamigin hizo una pausa. - ¿Eh? Casi parecía una muñeca a la que le hubieran cortado los hilos. Borré la sonrisa de mis labios. - Estaba justo al lado de Paimon. Me habrían dado si no hubieras apuntado bien. Gamigin, lanzaste tu hechizo sin dudarlo aunque el riesgo de darme también estaba presente. - Apunté precisamente a Paimon... - ¿Puedes decir con absoluta certeza que no habrías fallado? Miré fríamente a sus ojos dorados. Había una cosa que aprendí después de salir con ella durante tanto tiempo. Gamigin apenas puede soportar que la mire fríamente. El interior de su cabeza estaba probablemente tan pálido como una hoja de papel ahora mismo. Lo más probable es que ahora mismo fuera incapaz siquiera de pensar una respuesta. Decidí usar su mudez en su contra convirtiéndola en una afirmación silenciosa. - Como pensaba. Atacaste a pesar de saber que podría haberme hecho daño... Gamigin agarró la parte inferior de mi ropa. Debió de perder fuerza en las rodillas mientras se deslizaba lentamente hacia el suelo. - No... Dantalian, por favor, confía en mí... Realmente no intentaba... Gamigin palideció. - Incluso me hice daño para disculparme contigo. Al final, valoras más desahogar tu ira que mi propio bienestar. Tus emociones tienen prioridad sobre mi seguridad. Gamigin, por favor, dime. ¿Cuántas veces más debo ser herido para que tus emociones queden satisfechas? - No, te equivocas. Dantalian, de verdad que no... - ¿Acaso decir “no” es la mejor excusa que puedes ofrecer? Me gustaría saber adónde ha ido a parar tu anterior sabiduría. - ¡La idea de que priorizaras a Paimon más que a mí me enfureció! ¡Las criadas me ridiculizaron antes de eso! Y entonces intervino Paimon... Al parecer sabía que habías vuelto aunque yo no... Esta era claramente una situación en la que la otra parte era la culpable. Es fácil acorralarlos más en este tipo de situaciones. Simplemente tienes que fingir que escuchas sus excusas antes de sacar a relucir las cosas incorrectas que hicieron. Sin embargo, no puedes señalar lo mismo una y otra vez. Eso haría que la otra parte volviera en sí. Tienes que plantear las cosas nuevas una a una, como un combo en un juego de lucha. Hacerlo les impedirá pensar racionalmente y les obligará a seguir poniendo más excusas. Por ejemplo... - Gamigin, ¿cómo sabías que había vuelto? - ¿Eh...? - ¿Plantaste un espía en palacio? ¿Intentabas vigilar todos mis movimientos? La expresión de Gamigin se desmoronó. ‘Bingo.’ - Por favor, responde con sinceridad. ¿Realmente pusiste un espía aquí para vigilarme? ¿Fue porque no confías en mí? ¿No pensaste que si te estoy ocultando algo, entonces debe haber una buena razón para ello? - N-No. Esa no era la razón. Dantalian, simplemente estaba tomando precauciones... - ¡Tomar precauciones significa que dudabas de mí! Empecé a derramar lágrimas debido a mis emociones. Mis emociones no tenían que ser reales para poder derramar lágrimas. No, para ser más exactos, todas mis emociones eran falsas. La única diferencia era si el motivo detrás de mis emociones era real o no. Si llegas a mi nivel, entonces podrías empezar a llorar en menos de 5 segundos. - Ah... Todo el proceso de pensamiento de Gamigin se detuvo una vez que vio mis lágrimas. Las lágrimas de un hombre son una carta de triunfo que debe usarse en tiempos desesperados. Nunca había llorado delante de Gamigin. En otras palabras, era la primera vez que veía mis lágrimas. - Ah, ah... - ¿Cómo has podido dudar de mí? Gamigin, ¿te he hecho daño? Te di todo lo que podía darte... Moravia, Silesia... el título de duquesa, y la posición más honorable. Te había dado todo esto, y sin embargo, tú... ‘Al enumerar las cosas que has hecho por tu amante, es mejor ser lo más descriptivo posible. En vez de decir sólo tierra, dije específicamente Moravia. En lugar de decir sólo parentesco, he declarado específicamente el título de duque. Duele menos cuanto más vago eres, y el dolor se agudiza cuanto más descriptivo eres. Es un principio irrefutable. Sin embargo, hay que excluir los regalos pequeños y enunciar claramente los grandes.’ - ¡Y sin embargo, no me esperaste ni un solo día! - No, Dantalian... Por favor... - Te lo dediqué todo a ti y, sin embargo, recibí dudas y un espía a cambio. Este es tu amor. Un amor que se niega a ceder ni un solo día y crea cicatrices... Me puse de rodillas y apreté la cara contra la de Gamigin. Mis lágrimas desbordantes se transfirieron a la mejilla de Gamigin. - Gamigin, por favor, respóndeme... Por favor, dame una razón para confiar en ti... Deseo confiar en ti, pero duele... Duele tanto, Gamigin... Y entonces. Gamigin rompió a llorar. - Lo siento, lo siento. Lo siento mucho, Dantalian... Es culpa mía. Lo siento... Siento haber dudado de ti... Fui miope... Las lágrimas empaparon nuestros rostros. Gamigin había perdido toda su racionalidad y ahora se disculpaba desde un punto de vista puramente emocional. Lo hacía creyendo que era lo correcto. Olvidó por completo el dolor que le hice sentir y el hecho de que fui yo quien plantó esa semilla de duda en su interior en primer lugar. Ella creía sinceramente que era culpa suya. No tenía remedio. Gamigin no tiene experiencia en el romance. No tenía la perspicacia estratégica para utilizar heridas anteriores ni los regalos que le habían dado. Ella no sabía que el amor es la guerra. - ¿De verdad? ¿Puedo realmente confiar en ti una vez más...? - Sí, te lo prometo... Por favor... ‘Debería ser yo quien se disculpara, Gamigin. Es normal que el primer amor de una persona sea horrible. Sin embargo, el grado de eso cambia según de quién te enamores. Es algo malo si te enamoras de un hombre tonto, y es considerablemente peor si te enamoras de un hombre irresponsable. Todos los hombres son tontos o irresponsables, así que es prácticamente imposible que el primer amor no sea horrible.’ - Entonces... ¿podrías escuchar mi pequeña petición? Si lo haces, entonces creo que podré confiar en ti... ‘Sin embargo, el peor caso es enamorarse de un hombre que utiliza a su amante. Deberías maldecir al cielo.’

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