Capítulo 256
La Noche (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
La enorme Ciudad Dragón era un lugar donde se reunían los fuertes, traicioneros y extraños. Su sabía que, si se basaba puramente en el nivel de habilidades, él mismo aún no era tan grande en Ciudad Dragón. Sin embargo, el número de individuos que lo dejaban asustado eran menos de 10. Además, Helen era definitivamente 1 de ellos, entre los 3 primeros nada menos.
El tiempo pasó rápidamente. En un abrir y cerrar de ojos, llegó la noche que sin duda entusiasmaría a los demás. Junto con el oscurecimiento del cielo, aunque todavía faltaba algún tiempo para la hora oficial de inicio a las 7, ya había cierta actividad dentro de Ciudad Dragón. Si se observaba desde el cielo, el número de personas y vehículos que circulaban por la ciudad iba en claro aumento.
Mientras tanto, por la tarde, la protagonista de este banquete nocturno, la General que tenía tanta fuerza como belleza, Perséfone, ya había regresado a Ciudad Dragón. Lo que trajo de vuelta no fueron sólo sus destacados subordinados, sino también un espléndido ejército. Al mismo tiempo, muchos valerosos individuos que lucharon junto a ella en el frente norte durante todo este tiempo regresaron. Parecía que lo que Perséfone conquistó no fueron sólo sus enemigos.
Ahora mismo, Su se encontraba en su propia residencia. Su rostro estaba completamente rígido, permitiendo que el estilista, el sastre y los profesionales del maquillaje trabajaran en su cuerpo. Estos individuos habían sido enviados por Helen, y eran los mejores, los que realmente comprendían los métodos tradicionales de la vieja era. Su, que sólo había oído hablar de la palabra “etiqueta”, no podía encontrar ningún motivo para negarse, ni tampoco dar su opinión, aunque hubiera algo que desaprobar. Por ejemplo, no sabía por qué la parte de la cintura del traje de etiqueta tenía que ser revisada 3 veces, y la cantidad en que se apretaba era de apenas unos milímetros. Su estaba bastante seguro de que la mayoría de los Jinetes no serían capaces de detectar esta diminuta diferencia. Sin embargo, aquel viejo sastre, cuyos ojos ya empezaban a nublarse, sí que podía ver la diferencia, haciendo pacientemente los ajustes.
La profesional del maquillaje era una mujer joven y hermosa, su entusiasmo por el cabello rubio claro de Su no tenía nada que envidiar a la dedicación del viejo sastre por su traje, y sus ojos que lo miraban eran cada vez más ardientes e impacientes. Su cuerpo caliente se frotaba continuamente contra el de Su, y sólo se contuvo cuando Li entró y le lanzó una mirada asesina. Sin embargo, estaba claro que la maquillista no le temía a Li. Sólo que, cuando Li vio a Su que estaba a punto de vestirse completamente, sus ojos se distrajeron momentáneamente. Entonces, un leve rubor apareció.
Su estaba de pie como una estatua, sus ojos enfocados en la pared blanca como la nieve que no tenía ni una sola decoración en ella. No se contenía en absoluto a la hora de percibir los estados de ánimo de los que le rodeaban, así que un pensamiento surgió lentamente en su mente.
‘Tal vez los trajes formales y las ropas bonitas tuvieran realmente alguna utilidad...’
Al anochecer, una flota de vehículos partió lentamente desde el hospital privado de Perséfone. Entre ellos había un todoterreno completamente sellado con una rosa japonesa enroscada sobre un escudo dorado oscuro pintado. Era el símbolo de un General y, a juzgar por el lugar de donde partía, sin duda era el vehículo de Perséfone. En el interior del vehículo, completamente sellado, ella estaba sentada, vestida con un clásico traje de noche negro. En su cuello descansaba un collar adornado con pequeños diamantes que hacían que su cuello pareciera aún más elegante. Su ceñido vestido se separaba en diferentes partes a la altura de sus rodillas, dejando al descubierto sus largas y esbeltas piernas en el exterior. Lo que era aún más escandaloso era que se trataba de un vestido escotado, la pequeña parte que quedaba al descubierto era suficiente para hacer que los deseos de los demás surgieran como las olas del océano. Sin embargo, Perséfone aún conservaba cierta “belleza oculta” en su aspecto.
La imagen actual de Perséfone desprendía elegancia y compostura, pero los dedos que estaban cruzados sobre sus piernas se movían continuamente, como si hubiera un lápiz invisible girando allí. Aquellos dedos dejaban al descubierto que Perséfone no era una verdadera mujer de la nobleza tradicional. Por supuesto, a ella no le importaba. De cualquier manera, nadie podía verla ahora. Una vez que apareciera públicamente en el lugar, Perséfone podría mostrar cualquier tipo de apariencia que deseara, pero obviamente nada seductor. Después de todo, podía volver locos a los hombres incluso sin estos métodos. Lo único que detenía a estos hombres era el escudo del General, que les recordaba constantemente que bajo ese bello exterior había un feroz Tiranosaurio Rex. Perséfone presumía en ese momento con una brillante sonrisa.
- ¿Lo sabías? Aquellos 2 caballeros me perseguían tan de cerca, observando cómo huía hacia un valle cerrado. Fue realmente increíble. Uno de ellos incluso me instó a rendirme con voz bastante seria. Al final conseguí atraerlos a este lugar del que no era tan fácil escapar, así que ¿cómo iba a quedarme allí sentada escuchándolos hablar? Obviamente les di una paliza. Sin embargo, uno de ellos era bastante bueno recibiendo golpes y muy rápido corriendo, así que un poco de mi descuido le permitió escapar. El otro era bastante valiente, pero demasiado débil, así que acabé matándolo después de usar un poco más de fuerza. Ves, los grandes caballeros de los Cruzados Sagrados no son tan fuertes.
Helen estaba completamente concentrada en la pantalla del sistema de inteligencia que tenía en sus manos, sin comentar en absoluto las fanfarronadas de Perséfone. Simplemente preguntó con indiferencia.
- ¿Usaste ese truco?
- ¡Claro que no! ¿Cómo pudieron esos 2 tipos obligarme a usar mi carta oculta? ¡Tienen que saber que ni siquiera la usé la última vez que luché contra Madeline!
Helen siguió mirando la pantalla, diciendo un poco distraída.
- Así que fue así... no fueron capaces de forzar tu carta de triunfo ni siquiera con 2 contra 1, eso significa que nuestro juicio original fue erróneo. Debería haber un rango aún más alto por encima de gran caballero dentro de los Cruzados Sagrados.
Los hermosos ojos de Perséfone inmediatamente se entrecerraron peligrosamente. Con una sonrisa, ella dijo.
- Mi querida Helen, ¿estás dudando de mi fuerza de combate?
- Desde que eras pequeña hasta ahora, todos los que dudaban de tu fuerza parecían haber tenido muertes bastante miserables.
Dijo Helen. Estas palabras inmediatamente hicieron que Perséfone sonriera de alegría, pero la siguiente frase de Helen hizo que no pudiera sonreír más.
- Por supuesto, aquellos que dudan de tu sabiduría y astucia murieron aún más miserablemente.
- Helen...
Sin esperar a que Perséfone actuara, Helen extendió repentinamente la mano, moviendo la pantalla que sostenía frente a la cara de Perséfone.
- ¡Mira, esto está relacionado con tu querido Su, es extremadamente importante!
Perséfone gritó alarmada al principio, haciendo todo lo posible por protegerse el pelo que se había recogido de una forma especialmente bella, como si fuera alguien sin fuerza de combate. Cuando escuchó el resto de la frase de Helen, se calmó y se inclinó, mirando los datos de la pantalla obedientemente como un gatito. Lo que aparecía en la pantalla eran 2 imágenes de Su. Las imágenes fluctuaban continuamente, y lo que había debajo eran grupos de datos. Perséfone le echó un vistazo, pareciendo un poco confusa.
- Grado de diferencia de apariencia... ¿1,39%? ¿Qué significa esto?
Helen volvió a golpear la pantalla. Las 2 imágenes se congelaron de inmediato.
- Mira, ¿cuál es la diferencia entre los 2 Sus?
Perséfone miró atentamente la pantalla. Sus ojos eran comparables a precisos dispositivos sensores. Mientras pensaba, dijo.
- La más reciente parece un poco más agradable a la vista, cierto, sus proporciones son cada vez más perfectas... ¿será que Su sigue haciéndose más guapo? ¿Hablas en serio?
- Lo que has dicho es correcto. Su es cada vez más hermoso, y con cada aumento en el nivel de sus habilidades, el cambio se haría aún más claro. Creo que él también es consciente de ello. Después de todo, entre los humanos, ser más bello tiene sus ventajas, en especial para sobrevivir.
Perséfone enderezó su cuerpo, y mientras miraba pensativa, preguntó.
- Esto significa...
Estaba segura de que Helen no se escandalizaría sólo porque Su fuera cada vez más guapo. En esta época, los hombres prestaban más atención a las habilidades. Si eran guapos o guapas era sólo un rasgo adicional, insignificante, por cierto. A lo que Helen le respondió.
- Esto significa que Su siempre ha estado evolucionando, y este tipo de evolución se dirige hacia la perfección.
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