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martes, 3 de junio de 2025

BC - Volumen 2 Capítulo 60

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Volumen 2 Capítulo 60
Conociendo Tus límites
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Bi De suspiró mientras completaba el papeleo. En realidad, si hubiera sabido cuánto habría que hacer, nunca se habría convertido en lo que era. Se inclinó en su asiento, un simple objeto de madera, miraba fijamente su despacho. Era una enorme sala llena de papeles y pergaminos. Fuera, había un ala entera del palacio dedicada a esto. Bi De sacudió la cabeza y suspiró de nuevo, jugueteando con el pincel. Se acercó a la página, dispuesto a garabatear, antes de que recordara que se trataba de un documento importante. Frustrado, se puso de pie. A veces, cuando era así, echaba de menos los viejos tiempos, cuando solo estaba él y su pala. Sus hombres afuera lo saludaron cuando pasó. Sus armaduras estaban hechas de reluciente Mineral de Luna Pálida. Sus pies lo llevaron en la misma dirección que siempre lo llevaban cuando se sentía así. Fuera del patio interior y hacia los jardines, siguiendo el sonido de la música. Sonrió mientras contemplaba la escena. Había una mujer tocando su pipa, el viejo instrumento que sonaba agradablemente. Se quedó allí y dejó que la paz lo inundara. Finalmente, la mujer notó a su visitante. Giró hacia su amiga y sonrió, su sonrisa llena de dientes y sus ojos tan puros y azules como el cielo.
❄️❄️❄️
Bi De se apartó del cristal cuando la visión terminó. Parpadeó de forma intermitente, la luz palpitaba desde los bordes irregulares donde lo había golpeado desde la pared. Las partes extendidas parecían ligeramente rayos dentados, de un tono ligeramente diferente al del resto del cristal. Esto se parecía un poco al cristal de su Gran Maestro, que estaba tan perfectamente organizado. Todo estaba revuelto, una mezcla tan caótica de pensamiento y emoción que le costaba analizarlo todo mientras lo miraba. Era como si él fuera el hombre de la grabación. Se atusó las plumas, observando el cristal con más atención. El ascenso había sido más rápido y mucho más placentero que el descenso. Cinco días en lugar de siete. La fuerza de Bi De había vuelto a sus huesos a medida que ascendían. Todavía no había recuperado su forma física perfecta, pero la luz de la luna era muy estimulante. Había seguido imaginando que algo saldría mal, como un derrumbe... Sin embargo, habían llegado a la superficie sin incidentes y habían viajado a la Ciudad del Lago de la Luna Pálida para recuperarse. Se escuchó un crujido cuando Miantiao y Yin regresaron a su residencia temporal. ‘¿Algo?’ Le preguntó Yin. ‘Nada.’ Bi De meneó la cabeza. ‘¿Ustedes?’ Miantiao siseó irritado. 'No. No había muralesss, ni marcadoresss... Nadar bajo el lago no mostraba señalesss de la caída. Esss un enigma muy desssconcertante. Tiene poco sssentido, sssi te sssoy sssincero.' La serpiente se tocó la barbilla con la cola. 'A partir de lasss visionesss de essste cristal y de nuessstra propia bússsqueda, alguien en el passsado lejano creó una formación que ssse utilizó para potenciar... Algo. Sssu ritual luego sssalió mal, desssatando una calamidad de gran poder. Devassstó la tierra, cambiando cada elemento un passso adelante en el ciclo de la creación. Esosss ssson todosss losss elementosss que hemosss visssto con nuestrosss propiosss ojosss. La evidencia esss irrefutable.' Bi De asintió mientras la serpiente se desenrollaba de Yin. Luego continuó hablando. 'Sssin embargo, lo que no entiendo esss la falta de registrosss, y me ha molessstado. ¿No habría registrosss de alguna calamidad? La danza de mi Maestro, de Hong Yaowu y de cada aldea por la que viajamosss... La gente recuerda esta danza, pero ¿por qué no recuerdan la razón de ella?' La serpiente se deslizó agitada por la habitación, reflexionando: ‘¿Por qué no recuerdan el cielo cayendo y la tierra desssgarrada? ¿No ssse grabaría a fuego en susss recuerdosss un acontecimiento asssí? ¿No ssse transssmitiría de generación en generación, tal como recuerdan sus historiasss?’ Tanto el gallo como Yin fruncieron el ceño. ‘¿Quizás esa parte de la historia se perdió de alguna manera?’ Preguntó Yin. ‘He vivido ocho años, pero eso ya parece demasiado tiempo. No puedo imaginar lo que cien o incluso mil años podrían hacer.’ ‘¿O quizás no hicimos las preguntas correctas? En el octavo lugar correcto, su historia decía cómo las inundaciones podían arrasar con todo el pueblo en un instante, y eso fue descartado como una leyenda. ¿Quizás otros lugares tengan leyendas como esta?’, reflexionó Bi De. Miantiao suspiró. ‘Asssí que sssabemosss qué passsó y para qué era la formación, pero no sssabemos por qué fue dessstruida ni cómo.’ Bi De se acarició las barbas. ‘El único lugar que se me ocurre con esos registros es el Gran Archivo del Palacio, que, según la Gran Sabia Sanadora, recogía una gran cantidad de pergaminos cuando se construyó. No está ni a una hora de viaje... Pero no podemos entrar por la puerta principal, así como estamos.’ Bajaron la vista a sus cuerpos y a su evidente falta de apariencia humana. ‘... ¿Podríamos ponernos una capa y ponernos uno encima del otro?’ Preguntó Yin. Bi De carcajeó ante la divertida imagen. Miantiao resopló, estirando su cuerpo como un cuello extremadamente largo. ‘¿Yo seré la cabeza? De lo contrario, nos quedaremos muy cortos.’ Yin les hizo pucheros para su diversión. ‘O simplemente podríamos colarnos por la noche.’ Bi De lo pensó un momento. Había algunas desventajas en esta forma, pero si ellos entraban a escondidas, los empleados difícilmente sabrían dónde buscar. Habría miles, si no cientos de miles de pergaminos en el Gran Archivo. Si bien todavía tenía la carta del sirviente de su Gran Maestro, usarla atraería una gran cantidad de atención, si ellos decidían entrar por la puerta principal. El cristal que llevaban era valioso y necesitaba reparación, pero tenían poco dinero para repararlo. No había mucho más que pudieran hacer por ahora. Miró a sus compañeros. No se habían quejado en absoluto, ni un solo momento durante todo el trayecto. Incluso ahora, estaban listos para escabullirse por una ciudad, para buscar por todas partes las respuestas a las preguntas que tenían. A veces, todo lo que necesitas es paciencia. No, ahora no es el momento de seguir adelante. Habían encontrado parte de la respuesta: habían mapeado la formación. Ahora era el momento de reevaluar. Podían entregar su tesoro a casa y luego pedir la ayuda de su Gran Maestro y sus condiscípulos. ‘Al final... ¿Es realmente tan urgente?’ Preguntó Bi De. ‘La formación ha sido así durante miles de años. Buscaremos asesoramiento sobre este asunto y, con él, un nuevo camino a seguir.’ Dos cabezas se giraron hacia él. Bi De levantó la cabeza con orgullo. 'Regresaremos a mi hogar.'
❄️❄️❄️
Era muy extraño volver sobre sus pasos. Dirigirse al Norte. Dirigirse a casa. Aún sentía que debería haber intentado encontrar más respuestas. Seguir avanzando solo. Una pequeña parte de sí mismo se burlaba de la decisión de correr hacia su Maestro. Descartó esos pensamientos. Seguir adelante a ciegas era una temeridad, especialmente después de lo que había descubierto. Tenía más amigos y aliados que los dos que lo acompañaban. Viajaron rápidamente, recorriendo las colinas y evitando pueblos, sin apenas detenerse. Estaba tan emocionado y su paso era tan directo, que pasaron por completo Colina Verdeante y Hong Yaowu. Bi De los visitaría más tarde. En cambio, su grupo salió del bosque hacia una tierra cambiada. El camino hacia la Fa Ram, que antes era de tierra, ahora estaba pavimentado de manera más fina que el de la Ciudad del Lago de la Luna Pálida. Cada cinco adoquines había enredaderas y flores talladas, leves arañazos de patrones hechos por las garras de la hermana Tigu. Y con cada paso, Bi De sintió que su alma se aligeraba. Sintió que los últimos restos de fatiga empezaban a abandonar su cuerpo, mientras la Bendita Tierra de la Fa Ram le daba la bienvenida a su hijo a casa. Miró a Yin y a Miantiao. Ninguno de los dos notó la diferencia. Ninguno de los dos comentó el cambio, pero él notó las señales. La forma en que Miantiao se encorvaba menos. La forma en que Yin se movía ligeramente. El mismo camino, construido durante su ausencia, parecía apresurar el viaje, dando a sus pasos aún más velocidad, aunque sin que resultara urgente. Finalmente, llegaron a la puerta, a los grandes pilares que marcaban el límite, al letrero de la hoja de arce y a las palabras que su Maestro había tallado. Miantiao carcajeó. 'Essss son las palabrasss másss precisasss, ¿no?', preguntó la vieja serpiente. 'En verdad, eres aterrador cuando te enojas. Pero... Tu Maestro simplemente... ¿Nos aceptará?' Bi De vio el nerviosismo en sus rostros. El gallo sonrió. ‘Síganme’, dijo simplemente mientras comenzaba a ascender la última colina. Cuando llegaron a la cima, mientras la casa de Bi De se extendía debajo de ellos, escuchó las respiraciones entrecortadas. Se dio cuenta de que uno de ellos había sido el suyo. El calor del sol parecía impregnar sus plumas mientras salían del túnel de árboles que bordeaban el camino. La brisa soplaba entre ellos, trayendo los olores del hogar, de la vegetación y de las frutas, y haciendo que la hierba se meciera. Las abejas zumbaban y se arremolinaban alrededor de la propiedad y sus alrededores. Al verlo, se elevaron en el aire y volaron en formación de regreso a sus colmenas. Cuando la brisa los tocó, los ojos de Miantiao y Yin se abrieron. ‘Qu... ¿Queeeé?’ Preguntó Yin, mirando la hierba a su alrededor, mientras la serpiente permanecía en silencio, simplemente mirando fijamente. Los ojos de Bi De se dirigieron inmediatamente a su gallinero. Vio desde lejos que la Sabia Sanadora y la hermana Ri Zu trabajaban allí. La Sabia Sanadora llevaba una máscara y guantes gruesos mientras quitaba con cuidado las hojas de una planta, teniendo mucho cuidado de no mancharse la piel con la savia espesa. A su lado, Ri Zu martillaba con un mortero, una pequeña túnica verde con una faja azul protegía su pelaje. De vez en cuando, una extraña, pero a la vez curiosamente familiar, muchacha de cabello naranja se acercaba a ellas y les entregaba más hierbas medicinales que estaban cosechando. La mayoría de los residentes de la Fa Ram estaban en los campos, porque las primeras partes de la cosecha habían comenzado. Los arrozales estaban siendo drenados. El discípulo Gou Ren estaba cubierto de barro mientras inspeccionaba las paredes y quitaba las paradas para que el agua pudiera salir rápidamente. El Hermano Chun Ke estaba con él, su enorme espalda cubierta de patos y ranas mientras alejaba con cuidado a algunos de los parientes de Wa Shi fuera del agua que se estaba drenando y de regreso al río. La Discípula Xiulan trabajaba con él, sorprendentemente desnuda hasta la cintura, con solo una cubierta desnuda que preservaba su modestia. Ella sonrió y dijo algo, dándole palmaditas en la espalda al discípulo Gou Ren mientras pasaban el uno al otro. El chico le rodó los ojos y negó con la cabeza. La Hermana Pi Pa se acercó a ellos, con una bandeja de té en equilibrio sobre su espalda, completamente quieta y segura, incluso sobre terreno accidentado. Sirvió a los trabajadores con elegancia antes de meterse ella misma en el lodo para ayudar. La cabeza de Wa Shi asomó fuera del agua mientras él también pedía una taza. Con un destello extraño, de repente ganó un brazo, tomó la taza de Pi Pa y bebió un sorbo. La mandíbula de Bi De cayó ante la transformación, pero ninguno de sus condiscípulos reaccionó. Bi De supuso que eso tenía sentido. ¡Wa Shi obviamente había saltado la Puerta de la Cascada y se había convertido en un dragón! El pez consideró el té antes de agacharse y agarrar algunas algas, probarlas y tomar otro sorbo de su bebida. Asintió, estando de acuerdo con esta combinación de sabores. Intrigado, el discípulo Gou Ren sacó un dedo para probar un poco de esta mezcla de algas y té. Bi De carcajeó ante la acción de su amigo; estaba contento de que el pez hubiera regresado. Hubo un breve destello de preocupación ante la extremidad casi parecida a la de Chow Ji, pero nadie reaccionó, por lo que decidió preguntarle más tarde. Finalmente, vio a su Gran Maestro. También él estaba de pie en el arrozal. Tenía los ojos cerrados y el rostro vuelto hacia el sol. La camisa del Gran Maestro estaba alrededor de su cintura, su piel bronceada estaba cubierta de sudor. El viento soplaba y le alborotaba el cabello como una mano cariñosa. Detrás de él, en los campos más allá de los arrozales, las ovejas y las vacas vagaban como siempre lo hacían, y los otros pollos aleteaban mientras cazaban intrusos. En ese momento, todo se desvaneció. Se olvidó de sí mismo, ya no podía contenerse más. Se había perdido tanto... Y no quería perderse más. Dejó con cuidado el cristal atado a su espalda y respiró hondo. Su grito resonó por las colinas. Los pollos se sobresaltaron y se pusieron firmes. Su Gran Maestro se dio la vuelta, con una sonrisa sorprendida y complacida, mientras Bi De bajaba corriendo la colina tan rápido como sus alas y piernas se lo permitían, posándose en el lugar que le correspondía sobre el hombro del Gran Maestro y enterrando la cabeza en el cabello de su Maestro. Una mano gentil se acercó y le acarició las barbas. Su cabeza se echó hacia atrás. “Tú diles, Bi De”, susurró el saludo de costumbre, y el gallo tragó saliva con fuerza. “Es bueno volver a verte, amigo. Te extrañábamos.” El gallo se secó un poco la humedad de las mejillas y un segundo después oyó al Hermano Chun Ke chillar de alegría. Por un momento, él simplemente estaba allí, casi un polluelo otra vez, y atendido por su Maestro. Hasta que se acordó de sí mismo. Tosió y saltó del hombro de su Maestro, haciendo un gesto a sus compañeros para que se acercaran. Lo hicieron con nerviosismo. Parecía un poco divertido ver la pequeña cabeza verde de la serpiente asomando entre las orejas de Yin mientras cabalgaba sobre su lomo. Dos espirales se soltaron de su abdomen, la serpiente más pequeña se deslizó desde su sección media para pararse frente al Gran Maestro. Ambos se inclinaron. ‘Gran Maestro Jin, venimosss a pedirle hossspitalidad’, siseó la serpiente formalmente. Estaba a punto de continuar cuando el Gran Maestro lo interrumpió. “Vamos, nada de eso”, dijo simplemente. “No hay necesidad de formalidades aquí. Leí la carta de Bi De y todo lo que tengo que decir es... Bienvenidos a nuestra casa. Miantiao y Yin, ¿verdad?” Preguntó el Maestro de Bi De, agachándose para estar más a la altura de ellos. Ambos asintieron lentamente. “Bien. Es probable que las cosas se pongan un poco agitadas en los próximos minutos, así que me disculpo de antemano.” La confusión se extendió por sus rostros, pero esa fue toda la indicación que los discípulos de Bi De necesitaban. La Hermana Ri Zu estaba sobre la espalda de Bi De, acurrucándose entre sus plumas y mirando con curiosidad a los recién llegados. El bulto amistoso del Hermano Chun Ke se acercó, olfateando con curiosidad. Rodeado de amigos, todo volvió a la normalidad. Hasta que apareció el dragón, flotando sobre ellos para poder tener una mejor vista desde afuera del estanque que había estado ocupando. “¡Ja! Esta Rou Tigu te mostrará cuánto ha crecido. ¡Prepárate para esta noche, Bi De!” La chica de cabello naranja, que solo podía ser Tigu con ese anuncio, dijo riendo. Su rostro estaba lleno de una enorme sonrisa. Bi De sintió una vez más que su pico se abría y quedaba atónito. ... Ah, casi todo volvía a la normalidad.

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