Capítulo 96
Canción de la Sangrienta Noche Iluminada por la Luna (V)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Capítulo 96 - Canción de la Sangrienta Noche Iluminada por la Luna (V)
Traducción y edición: Sho Hazama
- ¿Qué tipo de arma está usando?
Escorpión Venenoso preguntó. Ella no sabía mucho de armas, así que no había manera de que pudiera determinar qué tipo de arma era sólo basándose en su sonido. Sólo podía preguntar al experto en armas de fuego Oso de Hierro. A pesar de que había estado en un estado bastante desagradable con éste no hace mucho tiempo, cuando de repente se enfrentó a Su, todavía quería obtener tanta información como fuera posible.
- Parece que debe ser una Barrett. Parece que también hay una Magnum... Son todas armas de la vieja era, juguetes obsoletos
La confianza de Escorpión Venenoso se restableció inmediatamente. Saltó por la ventana, y con la cabeza hacia abajo y las piernas apuntando hacia arriba, trepó rápidamente por la pared. Era realmente como un ágil escorpión. Oso de Hierro sacudió la cabeza antes de bajar las escaleras. Estaba claro que Escorpión Venenoso había malinterpretado sus palabras, pero no tenía tiempo ni la obligación de dar más explicaciones. El término juguetes obsoletos de la era antigua no significaba que no poseyeran poder mortífero. Si Escorpión Venenoso subestimaba el poder de estas viejas armas de fuego, podrían hacerle fácilmente varios agujeros grandes en el cuerpo. Cuando llegó al tercer piso, Oso de Hierro sacó por fin su propia arma especializada, una elaborada pistola pequeña. Era un objeto aterrador que podía disparar inmediatamente 10 agujas.
¡Bang! ¡Bang! Sonaron otros 2 disparos ásperos y pesados. Un soldado que estaba apoyado en la pared se dio cuenta de que ésta empezaba a derrumbarse. Entonces, con un sonido estrepitoso, el cemento se derrumbó como la lluvia, y una bala lo atravesó de inmediato, ¡haciéndole estallar casi la mitad de su gruesa cintura! El teniente coronel estaba justo detrás de este soldado. Estos disparos ocurrieron demasiado de repente, por lo que no tuvo tiempo de salvar a su subordinado en absoluto. Al ver los agujeros que aparecieron de repente en la pared, así como a su subordinado que seguía luchando dentro de un charco de sangre, momentáneamente no supo cómo debía reaccionar. Al fin y al cabo, seguía confiando en sus habilidades para alcanzar su actual posición de teniente coronel, no como Ricardo, que se sumergió en las llamas de la batalla durante 2 años.
Sin embargo, por muy falto de experiencia que estuviera el teniente coronel, seguiría sin asomar la cabeza y mirar por el agujero, porque probablemente le esperaba otra bala. Después de oír el disparo, se había maldecido a sí mismo varias veces. No había enviado a nadie a proteger la sala de armas de la base de entrenamiento. Aunque todas eran armas viejas y anticuadas, ¡seguían siendo cosas que podían usarse para matar!
Al otro lado de la pared, Su sostenía la Barrett con calma. El cañón apuntaba a la cavidad de la pared, pero ahora se movía lentamente, precisamente hacia la posición del teniente coronel. Su vista no se posó en aquel agujero, sino alrededor de un pasillo a la derecha. La Magnum que llevaba en la mano derecha apuntaba hacia allí. 2 soldados completamente armados acababan de doblar la esquina cuando la rugiente Magnum descargó 5 balas en sus cuerpos. Las balas de la Magnum no eran las balas penetrantes de la nueva era, por lo que no podían atravesar los chalecos antibalas ni los cascos metálicos de estos combatientes. Sin embargo, su enorme fuerza podía causarles daños internos, y si los golpeaban en la cara o en zonas desprotegidas, como los muslos, serían aún más mortales.
Antes de que acabaran los rugidos de la Magnum, la Barrett disparó de nuevo, enviando la última bala a través de la pared. Atravesándola, pareciendo rozar la parte baja de la espalda del teniente coronel al pasar volando. Aunque la bala ya había perdido gran parte de su impulso tras atravesar la pared, el teniente coronel seguía sintiendo como si un dolor abrasador se le clavara en la espalda. Su velocidad de reacción tampoco era lenta, y ya había saltado hacia delante. Si sus movimientos hubieran sido un poco más lentos, esta bala le habría quitado la vida.
El teniente coronel de los Jinetes de Dragón Negro era claramente diferente de los soldados. Tan pronto como lo esquivó, con un movimiento de sus manos, 2 granadas de fragmentación fueron lanzadas con precisión a través de los agujeros en la pared. Las pupilas de Su se encogieron rápidamente. ¡Estas granadas eran ataques fuera de su predicción! Era demasiado tarde para pensar profundamente, así que movió la Barrett que tenía en la mano hacia delante para bloquear algunas de las esquirlas que salieron volando antes de que explotaran y para hacerse un pequeño hueco. Al mismo tiempo, tomó prestada la fuerza para retroceder rápidamente y liberarse del alcance efectivo de la granada.
Su ya utilizaba su mayor velocidad para doblar la esquina, pero su espalda, nalgas y muslos le devolvieron una oleada de dolor, y su cuerpo se volvió de repente mucho más pesado. 22 fragmentos; Su supo inmediatamente cuántos fragmentos habían entrado en su cuerpo. Se apoyó contra la pared y cargó las últimas 5 balas en la Magnum. Luego, dejó caer al suelo las balas de la ya inservible Barrett. Su frente soltó de repente pequeñas gotas de sudor. El dolor, comparable al de ser golpeado por la vara del capitán, hizo que su bello rostro adoptara una expresión siniestra. Los músculos de su espalda se retorcieron por sí solos, y los fragmentos que había en sus heridas salieron despedidos uno tras otro, cayendo al suelo. Todo el proceso duró unas decenas de segundos. 18 fragmentos fueron expulsados, pero aún quedaban 4 trozos que penetraron profundamente en su carne, hasta el punto de incrustarse en sus huesos. Su no tenía más tiempo, así que sólo podía dejarlos antes de continuar. Respiró hondo y, arrastrando su cuerpo que ya estaba algo rígido, desapareció por el pasadizo de emergencia.
Medio minuto después, el teniente coronel se acurrucó en la esquina. Miró los fragmentos de granada que había en el suelo y su rostro adoptó una expresión extremadamente fea. Después de recopilar toda la información que tenía de las imágenes enviadas por los cazadores, decidió que Su debía haber recibido 6 heridas de espada, 4 de bala e incluso una granada. Sin embargo, así como así, ¿todavía podía huir y luchar? El teniente coronel no se atrevía a imaginar cómo sería si él mismo sufriera esas heridas. Rápidamente revisó la información que tenía sobre Su, y detalles que había descuidado por completo en el pasado surgieron en la mente del teniente coronel: Registro de castigos, recibió 6 golpes del capitán Curtis. 6 golpes, los 6 golpes de vara del capitán Curtis, era un número aterrador, pero aun así no era suficiente para que uno se escandalizara. En este momento, el teniente coronel sintió que la respuesta a este problema debía estar en estos 6 golpes de vara.
- ¡Está aquí!
Tras los gritos también se concentraron los disparos. Entonces, cuando el Magnum rugió, terminó el interminable ruido de los rifles de asalto.
- El quinto disparo...
El teniente coronel lo dijo en silencio para sus adentros mientras se dirigía a toda velocidad hacia el lugar donde había sonado ese disparo. La Magnum sonó entonces 2 veces más, y sonaron los gritos miserables de 2 combatientes. Esto significaba que Su ya había escapado de su cerco. Sin embargo, el teniente coronel dio rápidamente nuevas órdenes, ordenando a los soldados restantes que formaran otro cerco alrededor de la espalda de Su. A la izquierda y derecha estaban Oso de Hierro y Escorpión Venenoso. Mientras tanto, frente a él esperaba un Rey Cobra.
El teniente coronel se detuvo cuando Su rompió el cerco. La mancha de sangre en el suelo confirmó sus sospechas previas, y es que Su debía haber sufrido al menos otra herida de bala. Por todas las heridas que recibió, su capacidad de movimiento ya debería haber sufrido mucho. El cuerpo de Su ardía furiosamente, como si cada gota de sangre dentro de sus vasos sanguíneos estuviera brotando. La sangre hizo que su mente se mareara un poco. No sólo la velocidad de reacción de su pesado cuerpo disminuía gradualmente, sino que la velocidad a la que reaccionaba su conciencia también disminuía gradualmente. La información que se enviaba a su mente desde varias partes de su cuerpo, además de dolor, era sólo más dolor.
Un vacío apareció en la mente de Su. Ahora mismo, era como un lobo moribundo que se movía únicamente en base a sus instintos de supervivencia. Temía que si aún podía razonar correctamente, encontraría un lugar tranquilo donde dormir, para no despertar nunca más. Con cierta torpeza, saltó por la ventana. Sus brazos lucharon por agarrarse a la pared, pero sólo después de caer impotentemente durante un metro detuvo su caída. De repente, Su oyó un silbido agudo. Antes de que pudiera reaccionar, sintió que su cintura era golpeada por un martillo metálico. Entonces, una ola de frialdad comenzó a extenderse por todo su cuerpo.
Su bajó la cabeza y se miró la cintura. Después de tardar casi el doble de lo que normalmente necesitaba para reaccionar, vio que clavado en su cintura había un aguijón de escorpión con una forma un poco anormal. Cuando siguió la cola del escorpión, Su vio a Escorpión Venenoso que estaba de pie a 2 metros de distancia. La mitad de su cara que quedó al descubierto estaba riendo maliciosamente.
‘¡Esta mujer... es verdaderamente astuta!’
Su de repente pensó esto aturdido. En lo más profundo de su ser, un extraño tipo de arrogancia y una furia sin límites brotaron de repente, destrozando por completo su normal sangre fría. Su nunca había pensado que no moriría. De hecho, siempre había esperado pacientemente a que llegara la muerte. Tampoco sabía por qué de repente desarrollaba este extraño cambio de humor, pero era un sentimiento que ya le había acompañado desde hacía más de 10 años. Su no creía que saldría vivo de la base de entrenamiento, ¡pero definitivamente no moriría bajo las manos de esta mujer!
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