Capítulo 130
Un Largo Viaje (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: pendiente
Corrección: pendiente
Al caer la noche, Borriello se subió a su anticuado carro ligero de 2 ruedas y, junto con sus 2 perros de más de 10 años, abandonó la mansión del palacio de Auburn. Quería pescar algunos peces más antes de que el río del sur se congelara por completo y enseñárselos a sus viejos amigos. En cuanto a la mansión del palacio Auburn, a la Familia Arthur sólo le quedaba O’Brien. La luz de su cuarto de estudio estaba encendida hasta bien entrada la noche.
Su, obviamente, no se enteraría de la dramática escena que tuvo lugar en la Mansión del Palacio Auburn, e incluso si lo hubiera sabido, no le habría importado mucho. Para él, el mundo entero estaba lleno de violentas corrientes subterráneas, pero la mayoría de ellas no estaban relacionadas con él. Aunque algunas de ellas se cruzaran con su propia vida, al crecer rápidamente, muchas de las peligrosas corrientes subterráneas se convertirían en irrelevantes aguas de arroyo. Por supuesto, con el crecimiento y el aumento de sus habilidades, Su también se convertiría en un pez en crecimiento, uno que no podía quedarse en el arroyo y debía avanzar continuamente río arriba para encontrar su propio mar. Actualmente, para un pececillo como Su, los Jinetes de Dragón Negro seguían siendo un río vasto e ilimitado. Sin embargo, después de ver el mapa del mundo dejado por la era antigua, se dio cuenta de que la mayor parte del mundo todavía estaba dominada por regiones desconocidas.
Su ya llevaba consigo todo su equipo y comenzó a dirigirse hacia el límite noroeste de Ciudad Dragón. Aparte del obligatorio reabastecimiento de materiales, llevaba consigo una tableta electrónica especial. Dentro de ella había información sobre todo lo que podía averiguar sobre prescripción y habilidades no estándar con su autoridad actual. Su decidió que pasaría algún tiempo en esta misión estudiando cuidadosamente estas habilidades conocidas y luego seleccionaría una habilidad y un camino evolutivo adecuados. Después de todo, ahora tenía 18 puntos de evolución y podía seleccionar un nivel de habilidad que estuviera en una escala mayor. Los 27 puntos de evolución que tenía originalmente se asignaron automáticamente durante el examen de Helen. Su cuerpo asignó automáticamente 2 niveles a defensa, 1 nivel a destreza, e incluso algunos a una nueva habilidad de segundo nivel en los Campos Misteriosos: aligeramiento de heridas.
Esta habilidad era muy parecida a la iluminación de heridas registrada en los Jinetes de Dragón Negro, pero al ser una habilidad no estándar, sus usos eran extremadamente inestables. Según la gran colección de datos de los Jinetes, parecía variar de una persona a otra. Los que poseían esta habilidad producían inmediatamente una reacción y, como tal, cambiaban la composición corporal en respuesta. La mayoría de las veces, este cambio ayudaba a aligerar las heridas recibidas, pero su uso era extremadamente limitado e inestable. Desde el punto de vista de la eficacia, era muy inferior al refuerzo defensivo del Dominio del Combate. Por supuesto, como habilidad de segundo nivel, el primer nivel del aligeramiento de heridas ya requería 2 o más puntos de evolución, y el segundo nivel de fortalecimiento agotaba la misma cantidad que hacer una nueva habilidad de tercer nivel, por lo que era imposible compararlo con el fortalecimiento defensivo. Lo que hizo que se sintiera deprimido fue que después de haber sido sobre estimulado, su cuerpo no sólo produjo la habilidad de aligeramiento de heridas, sino que incluso la fortaleció una vez.
La velocidad de Su no era rápida, manteniendo una velocidad uniforme de aproximadamente 10 kilómetros por hora. A esta velocidad, necesitaba media hora para llegar al centro de Ciudad Dragón. Sin embargo, no le faltaba paciencia. El sonido de un motor sonó desde la distancia, y rápidamente se acercó. La velocidad y la ruta de Su no cambiaron. Caminó por el arcén de la carretera, sin afectar al avance del vehículo. En Ciudad Dragón, todos los que podían conducir eran figuras importantes que no estaba dispuesto a provocar. Aunque no le gustaban los problemas, tampoco los temía. En cambio, prefería no dirigir los problemas hacia Perséfone. El vehículo se acercó a una velocidad salvaje y alocada. Luego, redujo rápidamente la velocidad antes de moverse finalmente junto a Su.
- ¡Eh! Joven bonita y afortunada, sube. Yo te llevaré.
El que conducía era en realidad Ricardo Fabregas. El vehículo de Ricardo era uno con camuflaje verde oscuro, un jeep todoterreno que hacía juego con la forma en que se presentaba. Su echó una mirada a Ricardo y luego miró su coche antes de decir.
- Puedo ir por mi cuenta.
- ¿Cuál es el problema? Ni que fuera a hacértelo pagar.
Ricardo charló ruidosamente. Entonces, su rostro reveló de repente conmoción, y sus ojos se abrieron de par en par. El cigarrillo que llevaba en la boca casi se le cae, creando una hebra de humo blanco delante de su chaqueta bien ajustada y confeccionada con excelente artesanía. Sin embargo, eso no le importaba en ese momento y gritó.
- Eh, joven, ¿qué intentas hacer? ¡Date prisa y guarda eso! La Glock no es un juguete con el que jugar al azar. Maldición, ¡si hasta es un modelo reforzado! Sólo quería darte una vuelta, ¿por qué sacas esa cosa?
Su siguió avanzando a una velocidad uniforme, pero era evidente que no tenía intención de guardar la Glock. Con sus reflejos, y menos de 3 metros entre ellos, podía decirse que ya ocupaba la ventaja decisiva. Aunque Ricardo fuera un teniente coronel con habilidades desconocidas, era bastante probable que cayera bajo el arma de Su. Después de todo, aunque fuera un teniente coronel con el máximo fortalecimiento defensivo, no sería capaz de bloquear un disparo explosivo de la Glock en la cara. Su le dijo con calma.
- Según tengo entendido, la familia Fábregas y yo seguimos en estado de guerra. Esta guerra también está lejos de terminar.
Ricardo tiró por la ventana el cigarrillo que no se había consumido del todo. Se encogió de hombros y dijo.
- Es cierto que esta guerra no ha terminado. Sin embargo, no olvides que el motivo de esta guerra es que tú mataste a Laiknar, de nuestra familia. Era el heredero de la cuarta posición de nuestra familia. No es alguien insignificante.
Su dio una respuesta simple.
- La razón por la que lo maté fue porque quería atraparme y convertirme en un espécimen de laboratorio.
- De acuerdo, de acuerdo. El rencor era originalmente bastante simple, pero sólo se volverá más y más complicado. No es algo que los 2 podamos resolver o arreglar. Sin embargo, a pesar de todo, entra en el coche primero. Sé más hombre.
A decir verdad, Su no sentía demasiada malicia hacia Ricardo. No había entrado en contacto con este hombre demasiado a menudo, y se suponía que eran enemigos formales incluso antes de conocerse. Sin embargo, después del asunto de Sally, los 2 hombres sintieron un poco de comprensión mutua. Su tenía muy claro que en la lucha a muerte de la base de entrenamiento, si Ricardo aparecía entre sus oponentes, entonces le sería difícil escapar de la muerte y casi imposible para él mantenerse vivo hasta que llegara Perséfone. Aunque el odio entre Su y la Familia Fabregas había llegado a un punto en el que era imposible disolverlo, había un extraño y sutil punto de inflexión entre él y Ricardo. Sin embargo, en el desierto, Su había visto demasiados casos de traición o engaño que eran realmente reales. La razón por la que era difícil distinguirlos era porque al principio ninguno de ellos quería engañarlo, pero cuando surgían suficientes beneficios y tentaciones, todo cambiaba. Por eso no quiso subirse al auto de Ricardo.
- Debajo del salpicadero de ese coche tuyo parece haber un mecanismo bastante fascinante.
Después de experimentar la base de entrenamiento, Su entendió más sobre maquinaria y electrónica. Bajo su percepción de largo alcance, el gas escondido dentro de ese pequeño mecanismo puso a Su instintivamente en alerta.
- Ah, ¿estás hablando de esto?
Ricardo pareció darse cuenta de algo de repente. Se rascó la cabeza y, tras reírse a carcajadas durante un rato, pulsó un botón situado debajo del volante. En el asiento del copiloto salió gas sin hacer ruido. El olor del gas era débil y prácticamente no tenía color. Era difícil de detectar. Su no estaba tan lejos, y cuando olió el gas que el viento soplaba, sólo sintió que su cabeza se mareaba ligeramente, pero luego no sintió ningún otro cambio. Parecía que se trataba de un tipo de anestésico, pero la eficacia era extremadamente pequeña.
- Esta cosa no es para que me ocupe de ti, sino de esas mujeres mías. Después de beber con ellas, a veces usaba esta pequeña cosa cuando las traía de vuelta. Si uno huele esta niebla después de emborracharse, se emborrachará completamente. Sólo se despertarán después.
Su realmente no entendía cómo Ricardo hacía las cosas a pesar de que él mismo había experimentado la pasión de la intoxicación. Sin embargo, después de experimentarlo una vez, sintió que no era el tipo de relajación que deseaba, y que en cambio era sólo vacío y agotamiento. Por eso, ya no intentaba tener nada que ver con esas mujeres que rondaban por los bares todo el día. Cuando había verdadera necesidad, por ejemplo después de una intensa batalla, elegía a aquellas mujeres que cobraban dinero. Eran más afectuosas y consideradas, y sabían claramente lo que hacían, ya que ofrecían servicios equivalentes a la cantidad de recompensa ofrecida. Además, nunca esperaba hasta la mañana y se marchaba en mitad de la noche, desapareciendo en el peligroso desierto.
- ¿No están dispuestos a volver contigo? ¿Por qué tienes que usar algo así?
Le preguntó Su. Por supuesto, mucha gente tenía sus propios intereses, e incluso los intereses que eran un poco excesivos sólo eran llamados extraños pasatiempos. Tal vez a Ricardo le gustaban las mujeres que no se movían.
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