Capítulo 354
Nación Neutral (VII)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Los soldados militares son rápidos como el rayo en cuanto se ponen en movimiento. Una unidad del Ejército de los Señores Demonio situada en las cercanías partió en cuanto se dio la orden. La capital imperial fue barrida al instante. No tardaron ni una hora en arrastrar a 26 archiduques demoníacos. Los soldados estaban realmente dotados.
- ¡¿Qué significa esto?!
- ¡No puede hacer esto, Su Alteza!
Los archiduques habían permanecido en la capital durante los últimos días. Acabaron siendo retenidos debido a que la gran reunión se retrasó repentinamente. Era natural. De todos modos, la reunión no era más que una excusa.
- Recibimos un testimonio que afirma que ustedes archiduques estuvieron involucrados en el reciente intento de asesinato.
- ¡...!
La conmoción se extendió por sus rostros. El grupo al que apuntaba con este incidente no eran los Señores Demonio independientes. Los archiduques que gobernaban a su antojo en el continente demoníaco mientras los Señores Demonio estaban ausentes siempre habían sido una espina clavada en el costado. No me importaba lo que hubiera que hacer para sacar a esa gente.
- Hemos recibido un testimonio bastante interesante. Afirmaron que una parte de ustedes conspiró para que la expedición de la Alianza Creciente siguiera fracasando. Todos esos individuos serán ejecutados.
- Nos están tendiendo una trampa... Es imposible que un traidor así esté entre nosotros.
- Eso no te corresponde decidirlo ahora.
Los archiduques me miraron con ojos temblorosos.
- E-Entonces, ¿quién decidirá?
Levanté las comisuras de los labios.
- Creo que lo han entendido mal. Simplemente he dicho que eso no es algo que usted deba decidir en este momento.
A partir de esa noche, los archiduques fueron torturados horriblemente. Los archiduques finalmente entendieron por qué habían sido reunidos. Una purga de sangre.
Sabía que el Ejército de los Señores Demonio siempre había fracasado por razones internas. Ahora que yo manejaba oficialmente los hilos, no había forma de que permitiera que algo tan ridículo como eso volviera a ocurrir. ¿Para qué necesitábamos archiduques? ¿No sería mejor sin ellos?
Los Señores Demonio eran suficientes como gobernantes. Sería leguas mejor acabar limpiamente con los otros grupos militantes restantes. Por supuesto, no hay pruebas de que los archiduques estuvieran relacionados con el asesinato. Por lo tanto, había que hacerlo. El testimonio de un Señor Demonio era muy valioso. Los Señores Demonio independientes eran básicamente un cebo para capturar a los archiduques... Usé el mismo método que usé con los Señores Demonio independientes en los archiduques.
- Ustedes archiduques interfirieron deliberadamente con la expedición de la Alianza Creciente. ¿Estoy en lo cierto?
- Se reveló que durante la 2da Alianza Creciente, ustedes hicieron un trato secreto con el traidor Baal para cortar nuestra línea de suministros. Acéptalo.
Los archiduques no aguantaron ni 4 días antes de admitir los crímenes. De los 26 archiduques, 11 de ellos fueron considerados culpables. Eran los que eran especialmente hostiles a los Señores Demonio. Los 15 restantes fueron declarados inocentes. La mitad de ellos eran los archiduques que me dieron sobornos en el pasado...
Si desean vivir a salvo, entonces cooperen con nosotros. Esto era lo que les decíamos.
¿Le pareció raro que dejara ir a bastantes archiduques? Barbatos, mi cómplice, hizo un puchero mientras se quejaba.
- ¿Qué? ¿Por qué no aprovechar esta oportunidad para aniquilarlos a todos?
Respondí mientras bebía mi vino.
- No se supone que debas matar a todos en una purga. Si los matamos a todos, nos convertiremos en tiranos y no en gobernantes.
- Hmm. ¿Cuál es la diferencia? Siento que ya nos hemos convertido en tiranos.
- Hay una diferencia muy grande. Determina lo que debes hacer para sobrevivir.
La política y los campos de batalla comparten varias similitudes. Si me pidieran que señalara qué es lo más parecido entre ambos, respondería sin dudarlo “no hay victorias perfectas en ninguno de los 2”. Incluso si uno consigue aniquilar a su enemigo sin perder un solo soldado, eso seguiría sin ser una victoria perfecta. Alguien puede ponerse celoso de tu logro y empezar a conspirar contra ti. El pueblo de la nación enemiga te tratará como un asesino y te despreciará durante generaciones y generaciones. Ese rencor y ese odio podrían conducirte a una derrota decisiva en el futuro...
- Los que no cooperaron fueron los considerados culpables. Los archiduques que eran relativamente amistosos con nosotros fueron considerados inocentes. No matamos a cualquiera. Les hicimos entender claramente que sólo mataremos a los que no cooperen.
En otras palabras, les dimos una opción para sobrevivir. Balanceé mi copa de vino.
- No hay razón para que nos desvivamos por matar también a los archiduques cooperativos. Deberían convertirse en sabuesos leales ya que han experimentado el miedo una vez... Si les lanzamos algunos bocadillos aquí y allá, probablemente sacudirán sus colas para nosotros con energía.
- Tratar a los archiduques como a un puñado de perros, ¿eh?
Barbatos soltó una risita. Una vez que me reí con ella, tiró de mí para besarme. No fue una muestra ligera de afecto. Fue un beso profundo. Bueno, la forma en que Barbatos mostraba sus emociones siempre ha sido pesada...
- Uu... aahh, hnn...
En una nota al margen, estábamos actualmente en el dormitorio del Emperador Rudolf. Estábamos aquí con el pretexto de darle el primer informe del resultado del interrogatorio. Por supuesto, no había manera de que el emperador estuviera vivo y se moviera, ya que en ese momento estaba empujado en un rincón de la habitación como un muñeco y observándonos a los 2 besándonos apasionadamente. Barbatos y mi respiración se volvía naturalmente más pesada cuanto más duraba nuestro beso. Una vez que apenas conseguí separarme, le sonreí burlonamente.
- Alteza Regente, soy consciente de que estas en celo todo el año, pero no creo que éste sea un lugar apropiado para tener coitos secretos. Estamos ante Su Excelencia el Emperador.
Barbatos sonrió mientras se apretaba contra mí.
- ¿Lo sabías? Todo tu cuerpo desprende olor a sangre desde hace unos días. Por alguna razón, me gusta cuando eres como un hijo de puta.
- Eso es porque eres una pervertida.
- Je je. ¿Quién llama pervertido a quién?
Barbatos se sentó encima de mis piernas. Yo estaba sentado en una silla, así que naturalmente acabamos apoyados juntos en la silla mientras nos mirábamos. Compartimos otro beso.
- Mm... mnn...
Como regente de una nación, la ropa que Barbatos tenía que llevar era increíblemente elegante y engorrosa. Le quité la ropa poco a poco, capa a capa. No había razón para apresurarse. A veces, mis dedos le quitaban la blusa y otras veces ella misma se deslizaba la ropa interior. Las capas de ropa cayeron al suelo alrededor de la silla como montones de nieve.
Finalmente, la piel blanca, pura e impecable de Barbatos quedó al descubierto. En el dormitorio del Emperador. El lugar más secreto del Imperio.
- Ooo, aaa... Hey, Dantalian.
- ¿Hm?
- Para ser honesta, no me gusta que estés tonteando con Gamigin.
Barbatos ha aprobado que yo juegue con otras mujeres y yo también he aprobado gustosamente que ella juegue con otras mujeres. Para los de fuera, debemos parecer una pareja bastante excéntrica.
Me reí entre dientes.
- Entonces, ¿qué debemos hacer, nuestra princesita? ¿Deberíamos matar a Gamigin también?
- Hmph. Me parece bien que sólo juegues con ella, pero va por ahí pensando que le perteneces. Es una zorra desagradable... Aahh.
Pasé ligeramente la lengua por los pechos de Barbatos. A pesar de tener unos pechos tan pequeños, eran increíblemente sensibles. Una vez que sentí que se habían levantado lo suficiente, les di un pequeño mordisco. Más que morder, fue como si rozara los dientes sobre ellos.
- Aauh espera hijo de puta. Deja de actuar como un perro en celo por un segundo... ¡uhh!
- ¿Qué pasa? Estaba llegando a la parte buena.
Aparté la cara de su pecho y fruncí las cejas mirándola. ¿Cómo podía romper el ambiente después de haber sido ella la que lo había iniciado? Debería haber un límite para ser tan exagerada. Barbatos sonreía socarronamente.
- Se me acaba de ocurrir una buena idea. Mira.
Barbatos agitó ligeramente su mano derecha. Una vez que lo hizo, la corona del emperador Rudolf voló hacia su mano como si hubiera sido tirada por una línea invisible. Se colocó la corona en la cabeza y dijo mientras colocaba las manos en las caderas.
- ¡Tada! ¿Y? ¿Me queda bien?
- ...Parece que hay otra persona aquí a la que hay que acusar de alta traición.
Me quedé tan sorprendido que no pude evitar soltar una risa forzada. La acción de Barbatos era tan irrespetuosa que rayaba en lo simpático.
- Ahora mismo llevo la corona del Emperador.
- Sí. Es la primera vez en la historia que un Señor Demonio se pone una corona de oro.
Me rodeó el cuello con los brazos y acercó su cara a la mía. Estaba tan cerca que podía sentir su aliento.
- ¿No has querido violar a alguien en una posición tan elevada como un Emperador al menos una vez?
- ...
Una chica que no llevaba absolutamente nada y sólo una corona dorada en la cabeza era sin duda un espectáculo inmoral. No había forma de que no fuera tentado por eso.
- Pero prométeme una cosa.
- Te lo prometo.
Era obvio lo que me iba a hacer prometer incluso sin que ella me lo dijera. ¿Por qué habría sacado el tema de Gamigin? Me estaba diciendo que no me distrajera.
- Siempre serás lo mejor para mí, Barbatos.
- ...Te das cuenta innecesariamente rápido.
Probablemente no había necesidad de decir más que esto. Apreté mis labios contra los suyos. Ese día, hice un lío con Barbatos en la habitación del Emperador, haciendo que se desmayara 2 veces.
* * *
Una semana pasó como un relámpago después del incidente del asesinato. 11 archiduques fueron acusados de 3 delitos graves.
Primero, el crimen de conspirar varias veces con el traidor Baal y hacer fracasar las expediciones previas de la Alianza Creciente.
Segundo, el crimen de enviar arbitrariamente una fuerza destacada para saquear la zona sur del Imperio Franco durante la última mitad de la Guerra de las Marionetas. Causando así un gran daño a la fe del Ejercito del Señor Demonio.
Tercero, el crimen de rebelarse contra el Santo Ejército de los Señores Demonio y planear mi asesinato, el del Conde Palatino.
En otras palabras, les inculpamos de todos los crímenes sin resolver que teníamos hasta ahora. Estas 3 acusaciones fueron verificadas por los testimonios de los Señores Demonio independientes y de varios archiduques. Las pruebas eran falsas, pero no había mucha gente que lo supiera. Los 11 archiduques y los 3 Señores Demonio fueron ejecutados inmediatamente. La ejecución se llevó a cabo en una zona pública, lo que permitió que muchos demonios y humanos se presentaran tras escuchar que los Señores Demonio iban a ser ejecutados. Esto era, literalmente, un espectáculo poco común.
- ¡Maldito seas! ¡Dantalian, hijo de puta! ¡Te maldigo!
La mayoría de ellos me dirigieron sus últimas palabras antes de ser ejecutados. El Hermano Beleth tuvo el honor de ser el verdugo hoy y, como era de esperar de alguien como él, sólo necesitó un golpe para decapitar las cabezas de los Señores Demonio y archiduques. Sus habilidades eran impresionantes. Valefor fue el último.
- Criminal Valefor, ¿tiene unas últimas palabras?
Valefor se giró para mirarme antes de murmurar sin emoción.
- Cuando Baal murió, pensé que era simplemente por el paso del tiempo. Cuando también murió Agares, creí que por fin había ocurrido lo inevitable... Ahora miro a mi alrededor y veo que no hay nadie en esta llanura de existencia que esté dispuesto a defenderme. Ahh. Pasé por alto las muertes no naturales como si fueran naturales, así que mi muerte sepultada bajo el paso del tiempo es el precio natural que debo pagar. Sin embargo, mi insensatez es mi mayor remordimiento... Déjame así.
El Hermano Beleth asintió. Su gran hacha centelleó en el aire y, tras un audible “¡Thuck!”, algo cayó al suelo. Los espectadores celebraron y aplaudieron la muerte del Señor Demonio. De este modo, los grupos internos que podrían llegar a serme hostiles fueron aniquilados...
Algunas personas que creían que la sangre de un Señor Demonio tenía efectos milagrosos enviaron a sus hijos a empapar trozos de pan en la sangre. Los niños salieron corriendo de entre los adultos.
- ¿Debemos detenerlos?
Me preguntó con cuidado el capitán de la guardia. Negué con la cabeza.
- Oíste sus últimas palabras, ¿no? Déjale en paz.
- Entendido.
Los niños salieron corriendo después de empapar su pan en sangre. Sus caras brillaban sabiendo que habían hecho con éxito lo que sus padres les habían ordenado. Esta fue la última escena que dejaron atrás las 14 personas que consistían en Señores Demonio y archiduques.
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