Volumen 1 Capítulo 2
Introducción Al Sembrado De Arroz
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Edición: Radak, Sho Hazama
Me desperté sobresaltado por el furioso grito de batalla de Big D y el gruñido furioso de un zorro. Tenía mi pala en la mano y salí por la puerta tan rápido como pude. Era una noche muy agradable. Las estrellas formaban listones de luz que brillaban intensamente, sin que ninguna contaminación lumínica las interrumpiera. Pero no tuve tiempo de admirar la vista.
Big D estaba revoloteando alrededor de la cabeza del zorro, pateándolo furiosamente.
Sus espuelas, las pequeñas láminas de hueso que los gallos tienen en la parte posterior de sus patas, golpearon y cortaron. Era demasiado pequeño para que pudieran causarle un daño real, pero lo intentaba con todo lo que podía.
Me quedé paralizado por un momento mientras David desafiaba a Goliat. Eran dos rayos de color en la noche. Los otros pollos se encogían y cacareaban nerviosos, observando cómo se desarrollaba la batalla.
Con un arranque de velocidad, el zorro logró golpearlo con su pata y lo derribó. Big D no pudo pisar bien el suelo. Su destino estaba sellado. El zorro se abalanzó, sus dientes afilados como navajas apuntando a matar, tratando de acabar con mi pequeño guerrero.
¿Oh? ¡¿Te atreves a invadir el dominio de este papi?!...
No podía creer que acabara de pensar eso. Realmente estaba actuando como un nativo al usar esa expresión. Resoplé para mí mismo.
Los dientes del zorro se clavaron en el hierro en lugar de en la carne, y miró hacia arriba, sorprendido por la pala que había puesto entre él y Big D.
Fue entonces cuando el zorro se dio cuenta de que había cometido un error. Se dio la vuelta y trató de correr. Mi pala giró y, con un ruido metálico—el zorro murió.
Volví a mirar a mi pequeño guerrero. Había logrado ponerse de pie y miraba con odio el cadáver del zorro. Lo observé de cerca y estaba bien, al igual que mis niñas—solo un susto.
No culpé al zorro; cazar era su naturaleza. Esperaba que no me culpara por golpearlo con una pala en la cabeza en represalia.
También espero que me perdone por vender su piel porque definitivamente lo haré. Creo que se puede comer zorro.
❄️❄️❄️
De hecho, se puede comer zorro, pero yo no lo recomendaría. Sabía horrendo. Me obligué a tragar la carne a la parrilla. Era una comida miserable y seca, ya que los depredadores no suelen tener mucha grasa. El potente olor también era desagradable. La comida no escaseaba en ese momento, pero eso no era excusa para desperdiciarla. Tenía que aprovechar lo que pudiera... Y lo que había conseguido era un zorro.
Aunque me reservé el derecho a quejarme.
Gruñí mientras movía una maceta llena de tierra a su posición adecuada, luego preparé las cosas para la segunda parte de la siembra del arroz.
Cultivar arroz adecuadamente implica algo más que simplemente arrojar las semillas a la tierra y esperar que todo salga bien. Había presenciado las técnicas de los agricultores de la aldea y eran un poco... Deficientes. O al menos deficientes según los estándares modernos; parecían ser capaces de alimentarse por sí mismos perfectamente.
Por ejemplo, lo primero que se hace antes de plantar es remojar el arroz en una proporción de uno a dieciséis de agua salada. Las semillas de arroz con la mayor cantidad de endospermo (aquellas con mayores posibilidades de producir) se hundirán hasta el fondo del barril. Llenar los barriles fue bastante fácil, apenas pesaban algo para mí, pero la sal fue un poco más complicada.
No era tan cara como pensé que sería, lo cual agradecí. El arroz más liviano flotaba en la superficie y se retiraba fácilmente. Lo machacaría un poco más y lo comería, les quitaría las cáscaras y lo herviría para hacer arroz integral.
Luego, después de remojarlo, se plantan las semillas deseadas en baldes anchos durante la primera parte de su vida, a medida que brotan. Eso era lo que estaba haciendo en este momento.
Luego, finalmente, se trasplanta a tus arrozales. Siempre me pareció bastante extraño que el arroz crezca mejor cuando lo arrancas de la tierra y lo metes en otro lugar en vez de dejarlo así.
Lo gracioso es que aprendí la mayor parte de esto leyendo manga. Gracias, Shizuko. No me daba vergüenza hacer trampas usando técnicas de la década de 1860, cuando el nivel de tecnología era de mediados al pre-milenio, ¡como todos los verdaderos héroes Isekai!
Excepto que algunas de las cosas tecnológicas no funcionarían realmente. Las armas serían prácticamente inútiles contra los cultivadores y las bestias espirituales, y yo no tenía ningún deseo de conquistar el mundo. Eh, el arroz es más importante que esas cosas de todos modos.
Pero basta de eso. Examiné los baldes una vez más y luego me volví hacia los arrozales, caminando hacia ellos para seguir trabajando en ellos. Los arrozales en sí estaban en marcha, tallados en la ladera de una de las colinas en un estilo de terrazas. Serían alimentados por uno de los pequeños ríos cuando finalmente llegara el momento de inundarlos. ¿Quieren que sea honesto sobre algo? La razón por la que se hizo así es porque esa colina tenía la menor cantidad de rocas que necesitaba limpiar. Algunas de las malditas cosas eran el doble de altas que yo, incluso si pudiera sacarlas del camino, aplastar rocas sin pensar se volvió aburrido después de un tiempo.
La fuerza y la resistencia del cultivador siempre convertían las tareas que deberían haber llevado meses o años en cuestión de días, pero a veces tenía la leve sospecha de que mis modos “zen” duraban más de lo que pensaba. Siempre tenía mucha hambre cuando se detenían y, de vez en cuando, Big D me miraba con malos ojos cuando regresaba a casa.
La cultivación es una locura, eh.
Terminé de examinar la pared de la terraza en busca de posibles defectos. Se veía bastante bien, pero por las dudas, puse un poco más de mi Qi en ella. Prestando mi espíritu para ayudar a reforzar el muro y fortalecer las raíces de la hierba para mantener todo firme.
Los maestros de las sectas probablemente tendrían un aneurisma sobre la cantidad de Qi que estaba “desperdiciando”, pero yo no lo veía como un desperdicio. Era un recurso. Si lo tienes, úsalo. Además, no tardaba tanto en volver. Al comienzo del día siguiente, normalmente me sentía fresco como una margarita. Tal vez si fuera un mejor cultivador o tuviera más reservas extensas, podría haber tardado más en recuperarse, pero no lo sabía y, honestamente, no me importaba.
Bostezando, caminé de regreso a mi pequeña casa. Big D me saludó con su chillido característico.
“Díselos, Big D.” Le rasqué la cabeza con cariño. Su derrota no lo había puesto nervioso, así que eso era bueno. Seguía siendo una bolita de llena de energía.
Mis Hierbas Espirituales Humildes crecían en sus baldes junto a mi arroz que estaba brotando. Las Hierbas Espirituales necesitaban Qi para crecer adecuadamente, y pensé: ¿por qué no infundir Qi también en el arroz? No podría haber ningún daño.
También había vuelto a plantar la extraña raíz que había encontrado. No podía ir corriendo a un archivo local, así que esta era la única forma que tenía de guardarla. Tenía algo de Qi, así que también la rocié.
Infundí cuidadosamente mi espíritu en el agua. Luego tomé mi regadera y me puse a trabajar, con Big D sentado en mi hombro, saltando de vez en cuando para atrapar algún insecto que se atreviera a intentar atacar los brotes vulnerables.
Buen chico. Te daré más verduras espirituales después de la cena.
❄️❄️❄️
Así fueron las cosas. Tuve que descabezar unos cuantos zorros más y un lobo que parecía muerto de hambre, pero por lo demás todo transcurrió en general con tranquilidad.
Trabajé día tras día. Una casita se alzó. Mi cama se volvió un poco más cómoda. Las rocas se convirtieron en grava y un bosque enmarañado dio paso a un terreno despejado. Era como ver una película en avance rápido. Esos videos de tecnología medio primitiva y mi propia educación de niño de granja ayudaron un poco, pero en verdad no era un ser humano normal. Podía encender un fuego con un solo giro de una clavija y talar árboles enteros con dos golpes de hacha.
Así que, trabajé. Me dejé llevar y aprendí a amar la rutina.
Aprendí a amar la tierra a medida que inyectaba cada vez más Qi en ella, reforzándola y nutriéndola. Fue un acto cuidadoso, porque mucho Qi podría hacer que las cosas explotaran, pero la tierra lo absorbió todo sin quejarse.
Cortar la leña.
Romper las rocas.
Plantar cultivos.
Nutre el suelo con Qi.
Comer alimentos.
Dormir.
Los meses pasaron.
Me despertaba cada nuevo día con una sonrisa, sintiéndome completo y feliz.
❄️❄️❄️
El Gran Maestro le había dado el nombre de Bi De. No sabía lo que significaba, pero sabía que el nombre era suyo. Sabía que era poderoso.
Pero él no lo era.
Aún no.
La conciencia era algo voluble. Iba y venía. Pero él sabía en esos momentos. Él pensaba. Y se elevaba por encima de los que estaban por debajo de él. Sus sentidos se afinaron para alertar mejor al Gran Maestro de los intrusos durante la noche, aquellos de pelaje rojo y dientes afilados.
Pero cada vez que fallaba en algo que sabía que era su deber, como defender a las hembras, sentía una gran vergüenza. Su Gran Maestro lo crio sin reservas, tratándolo como un hijo predilecto y no como la cosa vergonzosa que era.
Él era débil.
¡Tenía que crecer en fuerza y cumplir su destino!
Cabalgó sobre los hombros del Gran Maestro mientras su Señor infundía su comida con su propia esencia y golpeaba desde arriba a las criaturas viles que se atrevían a beber de su energía.
Él hacía guardia por la noche mientras el Gran Maestro dormía. Vigilaba los gallineros mientras el Gran Maestro completaba sus grandes maravillas, dominando la tierra y domando el bosque.
Observó cómo se movía el Gran Maestro por la mañana, su cuerpo fluía con tremenda habilidad. Era el mismo conjunto de movimientos, todas las mañanas, antes de comenzar su trabajo.
Y así Bi De buscó mejorar. Corrió por las tierras del Gran Maestro. Saltó sobre las colinas y sobre las ramas gigantes de los árboles. Empujó su cuerpo contra las Grandes Macetas de Crecimiento hasta que finalmente pudo moverlas.
Y ahora, se paraba sobre los Grandes Pilares de la Fa Ram— (NOTA: En el mundo de la novela se habla en Chino pero Jin nombra su granja en inglés “Farm” por eso Big D solo escucha la fonética “Fa Ram”) otro nombre con un significado incuestionablemente sublime—y lo dio todo para imitar al Gran Maestro, para lograr una pálida imitación de su habilidad maravillosa.
Su cuerpo se elevó por el aire. Sus piernas se agitaron con una fuerza desconocida para sus parientes inferiores. Danzó como danzaba el Gran Maestro.
Respiró como respiraba el Gran Maestro.
Algo se arremolinaba a su alrededor.
Dentro de él.
❄️❄️❄️
Le sonreí a Big D mientras saltaba y pateaba a lo largo de mi cerca.
Una lindura.