Capítulo 375
El Encuentro de 2 Heroínas (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Efectivamente, la diosa concedió el deseo de su humilde servidor. Al día siguiente, la República de Habsburgo hizo una declaración diplomática. La cual estaba llena de palabras aburridas. Era literalmente la típica y aburrida declaración diplomática. Si quitáramos la grasa innecesaria y lográramos captar la voz y la intención, podríamos resumirla como “El Imperio de Habsburgo es el mayor hijo de puta del mundo”. Todas las cosas mundanas pueden llegar a ser sorprendentemente concisas.
‘¿Por qué la gente utiliza todo tipo de palabras y adornos para tergiversar su argumento principal? Probablemente lo hacen deliberadamente para evitar que los demás lo entiendan. La gente tiene una personalidad horrible.’
Aunque siento un gran remordimiento por el trato preferente que reciben las personas maquilladas en detrimento de las bellezas naturales, parece que sólo a mí me entristece. La declaración de la República de Habsburgo fue aceptada por otras naciones sin ninguna crítica en particular. Laura fue testigo de cómo se desarrollaba la situación y expresó su confusión.
- Esto es sorprendente. Creía que la República se había aislado de las naciones de su entorno.
- Se debe a que habíamos ganado de forma demasiado abrumadora. Lo más probable es que las otras naciones no deseen que tengamos una victoria tan unilateral.
Mi cabeza estaba apoyada en las piernas de Laura. Estábamos desnudos en la cama. Los 2 hemos estado durmiendo juntos casi a diario. Los rumores sobre Laura y yo siendo amantes habían circulado hace mucho tiempo, así que no había razón para actuar con reserva.
- “No impediremos que se produzca su guerra, pero sería preocupante para nosotros que un bando ganara de forma tan unilateral.” Es obvio que esto es lo que están pensando.
- Ya veo. Así que se están echando la culpa a sí mismos.
Laura me acarició el pelo como si me lo estuviera peinando. Sentí que me tranquilizaba.
- Desde una perspectiva positiva, están leyendo el estado de ánimo. Desde una perspectiva negativa, están asumiendo voluntariamente el papel de payaso. La República actúa como representante y dice las palabras que las otras naciones no tienen la confianza de decir. Al guardar silencio al respecto, las demás naciones están aceptando implícitamente su declaración... Mm.
Laura me metió una fresa en la boca. Era una de las fresas que se cosecharon para poner dentro de las cabezas del conde de Pavia, el caballero capitán y el vicecapitán. Habíamos cosechado demasiadas, así que aún nos quedaba una cantidad considerable.
- Bueno, eso es lo esencial.
- Al final, ¿no significa esto que se estableció un acuerdo diplomático implícito sobre el deseo de detener al Imperio? ¿Está de acuerdo con esto, Señor?
Me reí entre dientes.
- No importa. La República no puede ganar nada deteniendo la guerra ahora. Vamos a solicitar que el Reino de Cerdeña cese inmediatamente su apoyo a la República, y Cerdeña no está en condiciones de negarse...
- Ya veo. Así que la República acabará actuando como personaje secundario antes de ser echada a un lado.
Froté la costilla de Laura como forma de afirmar sus palabras. Laura soltó una risita. Realmente, ella es extremadamente débil a las cosquillas. Al parecer, la zona erógena de uno tiene cierta relación con tener cosquillas, pero no estoy seguro de que sea cierto.
- ¿Puedes adivinar cómo procederá la República, Laura?
- Hmm. Lo más probable es que hagan todo lo posible por situarse en una posición ventajosa antes de negociar.
- ¿Y cómo lo conseguirían en una negociación que tiene lugar durante una guerra?
Laura bajó la barbilla mientras lo pensaba un momento.
- Obteniendo la victoria... La República querría conseguir la victoria en la batalla al menos una vez. Puse un espía en la República. Según ellos, la Cónsul Elizabeth ha estado reclutando mercenarios en secreto mientras era apoyada por Venecia. Esto empezó hace 3 meses.
Laura parecía sorprendida.
- ¿Hace 3 meses...? Nuestro ejército aún no se había movido. También antes de que comenzara nuestra guerra diplomática. ¿Cómo pudo la República predecir nuestras acciones?
- La Federación Helvética había solicitado someterse a nosotros en ese momento. Tenemos un acuerdo de alto el fuego con la Mancomunidad Polaco-Lituana, negociamos con Teutón, derrotamos al Imperio Franco, y no hace falta mencionar Batavia. La única región que queda es Cerdeña. La lógica es bastante simple. La Cónsul Elizabeth tiene el intelecto para ver a través de la simple lógica. Aah ella realmente no traiciona mis expectativas. Siempre es capaz de entretenerme.
Era tan divertido que una sonrisa se formó naturalmente en mis labios.
- ...
Laura me miró a la cara con una mirada algo confusa.
- Uhm... ¿Su Señoría?
- ¿Hm? ¿De qué se trata?
Laura parecía que estaba contemplando sus próximas palabras.
- Bueno... Mm. No importa. Más importante aún, debería ser difícil para la República involucrarse en esta guerra. Si la Cónsul Elizabeth se involucra, entonces el Ejército de los Señores Demonio de nuestra nación podría invadir inmediatamente sus tierras. Terminarían luchando en 2 frentes.
- No podemos hacer eso.
Estoy enfatizando esto de nuevo, pero absolutamente no podemos usar el Ejército de los Señores Demonio. Que utilicemos demonios es exactamente lo que la Cónsul Elizabeth quiere. Convertiría esta guerra en un conflicto entre humanos y demonios. Las naciones vecinas, que han estado observando hasta ahora, se unirían rápidamente a la refriega.
- La segunda Guerra del Crisantemo debe permanecer como una batalla política entre nobles humanos. Esto es lo que la Cónsul Elizabeth nos está diciendo: “Invádanos si se atreven. Puede que caigamos, pero también acabaran en agua caliente...” Ja ja ja. Verdaderamente una mujer con nervios de acero tan duros que todo su cuerpo puede desviar flechas. La República es una nación que la Cónsul creó enteramente con su propia sangre y sudor. Está utilizando esta preciosa nación suya como una pieza de torre en un tablero de ajedrez. Qué espléndido.
- ...
Laura me dirigió de nuevo una mirada confusa.
‘Por alguna razón, parecía que estaba preocupada por mí. No, ¿no era preocupación? ¿Inquietud? ¿Una mezcla de ambas? Fuera lo que fuera, la emoción de una persona no era algo que se pudiera describir concisamente con una sola palabra.’
En lugar de decirle que no se preocupara, enterré la nariz en la piel de Laura. Tengo confianza. He hecho los preparativos. La República de Habsburgo caerá este año, o a más tardar el próximo...
* * *
La República de Habsburgo tomó parte en la guerra alrededor de medio mes después. No tomaron parte exactamente en la guerra como tal. Varias ciudades junto con la ciudad de Venecia solicitaron que la República las protegiera. La cual simplemente aceptó su petición y marchó hacia Venecia. Eran 15.000 mercenarios procedentes de Anatolia y de la Mancomunidad Polaco-Lituana. Un número excesivo para defender unas pocas ciudades. La comparación de utilizar un mazo para romper una nuez probablemente se hizo para un momento como éste. Resultaba intrigante saber que mercenarios del Imperio de Anatolia participaban en gran número.
Tras la caída del Imperio Franco, sólo quedaban 2 naciones en el continente que se autodenominaban imperios. Nuestro Imperio de Habsburgo y el Imperio de Anatolia al otro lado del océano...
¿Decidieron que no podían dejar que nuestro Imperio se hiciera más fuerte? ¿O Elizabeth los incitó desde atrás? Probablemente fue esto último. Como esperaba, Elizabeth es una persona entretenida. Ella siempre llega con 1 o 2 cartas inesperadas.
- ¡Cómo se atreve una nación extranjera a tomar parte en esta guerra! ¿Qué significa esto, Marqués?
Por supuesto, aunque hubiera predicho personalmente que la República participaría, hice una actuación mientras fingía enfado. Inmediatamente convoqué al marqués Rody y me salí por la tangente enfurecido.
- No van a participar en esta guerra. El parlamento de Venecia estaba preocupado, así que hicieron una petición por si acaso...
- ¿No van a participar, dices? Aah. Entonces, si el parlamento de Piacenza y Parma pide a nuestro Imperio que se estacione en sus ciudades, ¿tampoco participaremos en la guerra?
- E-Eso es...
- ¿Por qué has venido aquí con una excusa de la que se reiría hasta un niño de 5 años?
El marqués Rody empezó a sudar profusamente. Fue por este mismo momento que nunca levanté la voz mientras le hablaba al Marqués hasta este punto. Mantuve la calma cuando nos calumniaban y me mantuve ecuánime incluso cuando la situación parecía incómoda. Era una carta que me reservaba especialmente para el día en que la República se uniera a la contienda.
- ¡Su nación nos había pedido que esperásemos! Que les diéramos tiempo para negociar. Marqués, eso es lo que nos dijo. ¿Es esto lo que su nación ha estado tramando? ¿Es así como nos devuelve nuestro respeto?
- ...No tenemos excusa, Conde Palatino.
El marqués Rody no sabía cómo responder a mi ira, de la que era testigo por primera vez. Era como si estuviera luchando para averiguar cómo debía responder a mis gritos. Este anciano también se encuentra en una situación lamentable. La familia real de Cerdeña le ha estado acosando para que llegue a un compromiso, el duque de Milán le ha estado condenando por arruinar su plan, y el gran duque de Florencia insiste en que deberían abandonar los asuntos diplomáticos y prepararse para la batalla en su lugar...
Ahora está aquí siendo reprochado por mí. Que lamentable. El marqués Rody no sólo debe sentirse deprimido por este trato injusto, sino que apuesto a que quiere morderse la lengua y suicidarse. No hay nada más estresante que ser el embajador de la diplomacia. Los problemas los causan otras personas, pero él es quien tiene que asumir la responsabilidad. Como nota al margen, tengo la afición de empeorar la vida de la gente que ya está sufriendo.
- Esta es una batalla entre la Casa Farnese y su nación. ¿Lo entiendes? Digo que no se trata de una reyerta en la que pueda participar cualquier tercero.
- Tiene razón, Conde Palatino...
- Si has perdido la batalla, entonces deberías aceptarlo. Sin embargo, ¿tu gente decidió involucrar a otra nación porque no podía aceptarlo? Esto es increíble... ¡Tú nación no tiene vergüenza y ha olvidado hasta la forma más fundamental de respeto entre naciones!
Pateé la mesa que tenía delante. La mesa se cayó, haciendo añicos la botella de vino que había encima. El marqués se sobresaltó. Aquel vino era increíblemente caro, pero no importaba. Estaba colocado allí deliberadamente para que se rompiera.
- Marqués, mire aquí. Abra los ojos y mire atentamente.
Una vez que levanté mi mano derecha, una nube de humo negro empezó a salir de mi sombra. El humo pronto tomó forma y 6 caballeros de la muerte aparecieron rápidamente alrededor de nosotros 2.
- Conde Palatino, estos son...
- Efectivamente. Son caballeros de la muerte. Cada uno de ellos rivaliza con la habilidad de los combatientes de rango 2 del Imperio. Podría convocar a 200 de ellos en este mismo instante si fuera necesario.
‘El marqués palideció. En realidad, sólo podría convocar a unos 100.’
- No son diferentes de una orden con 200 caballeros altamente cualificados. Podría colarme en un campamento enemigo y tomar la cabeza de su comandante sin que nadie lo supiera. ¿Entiendes lo impresionante que es esto?
- ...
Esta vez di una patada a la silla, haciendo que pasara rozando al marqués.
- ¡No utilicé esta mano de obra en absoluto mientras luchaba contra tu nación! ¿Crees que es porque soy un tonto que no sabe utilizar las tropas que puedo sacar en cualquier momento? ¿Cree que no sé lo útiles que pueden ser en un campo de batalla? ¡No!
- ...
- ¡Es porque son demonios y creí que sólo debía entablar un duelo caballeroso contra tu nación! ¡Porque respeto a su nación! ¡Marqués, es porque confío en usted como persona! Por eso no he utilizado demonios a pesar de ser un Señor Demonio.
El Marqués fue bajando la cabeza cada vez más. A este paso, su nariz probablemente tocaría el suelo si seguía interrogándole.
- ¡Tú y tu nación habéis pisoteado sin piedad mi confianza...!
- Sinceramente, no sé qué decir...
- ¡No me vengas con tus disculpas vacías!
Miré fijamente al marqués mientras me acercaba a él. Si los miembros de la Academia me estuvieran viendo, probablemente me habrían dado el premio al mejor actor masculino.
- ¡Si este ejército de la República da un solo paso desde Venecia!
- ...
- ¡Nuestro ejército imperial ya no actuará como caballeros! ¡Tienen mi palabra! ¡Aprenderás hasta dónde puede llegar el sufrimiento de su pueblo!
La expresión del marqués se tiñó de espanto.
- Conde Palatino, por favor... se lo ruego. Al menos perdone al pueblo...
- ¡Si no quieres dar testimonio de ello, entonces ponle la correa al ejército de la República!
Empujé bruscamente el cuerpo del marqués con la mano. Le estaba echando.
- ¡Fuera de mi vista!
Hoy era otro día en el que el Marqués tenía que marcharse con aspecto de estar completamente agotado. Parecía un padre perseguido por su empresa. Tras confirmar la salida del marqués, saqué de un cajón una nueva botella de vino.
Esto es un secreto, pero la botella que se cayó de la mesa y se rompió estaba llena de vino barato. Cambié su contenido de antemano. No deberías meterte con la bebida de nadie. A pesar de mi apariencia, soy un hombre con un conocimiento fundamental de los modales.
- Mm.
Vertí el vino en una copa de cristal y una hermosa fragancia llenó mi nariz.
‘Elizabeth se enfrentará ahora a un buen revés. Dejó atrás la República y vino hasta aquí, a Cerdeña, así que naturalmente tiene que pagar el precio. Dejar el hogar nunca es fácil. ¿No es así, Eliza?’
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