Volumen 2 Capítulo 65
Epílogo
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Edición: Radak, Sho Hazama
Lu Ban estaba de un humor espectacular mientras estaba sentado frente a los Dignatarios de la Secta de la Montaña Envuelta.
Principalmente porque esta vez no fue él quien recibió una reprimenda con amenazas de más restricciones.
“Mal uso de la Tropa de Asalto de Fulminación. Mal uso de los recursos de la Secta. Fracaso, sin nada que mostrar a cambio.” El Primer Dignatarios de la Secta de la Montaña Envuelta reflexionó desde su asiento sobre un cojín de seda. “Y finalmente, un intruso. Un intruso que se atrevió a infiltrarse en la Fortaleza Punta del Colmillo bajo tu vigilancia.”
Inhaló su pipa distraídamente y luego exhaló el humo intenso. Literalmente, intenso. La hierba de pipa tenía Qi.
Lu Ban sonrió burlonamente ante la forma en que Kang se encogió ante las palabras del Dignatario. Pensar que el extraño y poderoso cultivador que había interrogado a Lu Ban sobre... Ese bastardo terminaría haciéndole un favor a Lu Ban.
Es decir, amontonar aún más deshonra sobre un adversario.
“Este discípulo no tiene excusas, Honorable Dignatario”, gruñó Kang.
El Dignatario miró al otro hombre por un momento. “Preséntate más tarde para ser castigado por tus pecados”, ordenó sin piedad. Luego giró sus ojos hacia Lu Ban.
"Zang Li. Sobreviviste a este asalto, expulsaste al intruso y aumentaste tu propio poder una vez más. Verdaderamente, eres un hijo de la Secta de la Montaña Envuelta.”
Lu Ban inclinó la cabeza. “Solo seguí los principios de nuestra gloriosa Secta, Honorable Dignatario.”
“Excelente, excelente. Tenía mis dudas después de tu… Indiscreción, pero como se dice: la fuerza perdona todos los pecados. Reduciré tu castigo en consecuencia. Alégrate, Zang Li. Te quedan solo dos meses de libertad condicional.”
“Mi corazón está lleno de alegría, Honorable Dignatario.” Lu Ban sonrió tontamente y el Dignatario asintió sin importarle realmente.
“Ahora, váyanse todos. Voy a emprender un viaje del Dao hacia el Este y dejo la Secta en sus manos. No me decepcionen.”
“Sí, Dignatario”, dijeron las voces al unísono.
Vio la sonrisa del padre de su cuerpo anfitrión, la alegría que sentía al reprimir a quien buscaba reprimirlo. Los otros dos Dignatarios no parecían muy entusiasmados. La mujer, en especial, lo miraba con una hostilidad apenas disimulada. Zang Shenhe, la tía de este cuerpo, era ciertamente una paranoica y parecía convencida de que algo seguía estando mal.
Lu Ban tendría que vigilarla de cerca, pero en ese momento parecía que no tenía suficientes votos.
El ladrón de cadáveres no pudo evitar darle una sonrisa mientras se iba.
❄️❄️❄️
Sin embargo, resultó que su pequeño gesto de desafío fue… Imprudente, y la perra que todavía tenía cierto control sobre él tenía una racha vengativa.
Lu Ban se despertó de una noche maravillosa. Su “padre” había patrocinado una fiesta en su honor por haberlo hecho tan bien. Comida, bebida y un par de gemelas que le habían servido bien a su poder. Salió de la habitación y encontró otra serie de órdenes. Órdenes que encendieron las llamas de la furia de Lu Ban.
Se calmó en cuanto la página empezó a arder, apagando las llamas. Tal vez ella deseaba que se quejara. Después de todo, todavía le quedaba tiempo antes de que lo perdonaran por completo.
Quedarse callado era un insulto. Hablar en contra de esto también era un insulto.
Él se burló.
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Cuando llegara el momento, se aseguraría de tomarse su tiempo con aquellos que se atrevieran a insultarlo de esa manera.
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