Capítulo 227
La Profecía de la Bruja (VI)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Varias ventanas de notificación se abrieron en ese momento.
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Los efectos de sonido sonaron ruidosamente.
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Fue toda una sorpresa. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que obtuve una habilidad. Si no recuerdo mal, “Beso de Judas” tenía el efecto de aplicar una bonificación al participar en la Diplomacia o la Intriga en el juego. A diferencia de una habilidad basura como “Actuar”, que tenía usos cuestionables, “Beso de Judas” era bastante útil.
‘Dios mío, pensar que obtendría una habilidad aceptable después de 3 años de estar aquí. Debería haber un límite para el nivel de dificultad infernal. Si esto fuera un juego de verdad, probablemente los jugadores cogerían lanzallamas y cargarían contra los desarrolladores.’
- Dantalian... ahh.
La boca de Gamigin se abrió un instante antes de volver a cerrarse. Algo parecido a un suspiro se escapó por el pequeño espacio entre sus labios. Me miró directamente a los ojos antes de repetirlo.
- Dantalian, estás loco, ¿eh?
- Oh. Por favor, dime primero cuáles son tus criterios de locura. ¿No se podría considerar demente a todo el mundo dependiendo del estándar?
Gamigin soltó mi mano derecha.
- Ya has cruzado la línea. La gente como tú aparece de vez en cuando entre los Señores Demonio. ¿Lo sabías? Sólo hay 2 tipos de personas que disfrutan viendo cosas así. Los aventureros a los que les gusta vivir al límite, o los apostadores que intentan suicidarse constantemente. Independientemente de cuál sea, ambos son lunáticos que quieren que alguien los mate.
- ¿Y qué? Claro, digamos que estoy loco. ¿Es eso digno de mención de alguna manera? ¿No estás loco cuando piensas que todo lo que no sea sobrevivir carece de sentido? ¿Está Barbatos cuerda cuando ha masacrado a cientos de miles de humanos sólo por el bien de la raza demoniaca? Todos estamos locos.
Miré a mí alrededor. Había unos cuantos Señores Demonio que parecían preocupados por nuestra conversación, ya que no dejaban de mirarnos. La mayoría parecían ocupados intentando ponerse al día con sus compañeros de facción. El sonido que emitían estaba bloqueado, así que no podía oírlos. Hablé mientras me sentía perfectamente aislado a pesar de estar de pie en un solo lugar.
- Sólo los locos pueden ser Señores Demonio. Es algo que somos porque estamos locos. Gamigin, señalaste que no hay nada que ganar ayudando a Barbatos, pero por el contrario, yo simplemente soy feliz pudiendo observar a Barbatos desde un lado.
- ...
- Ah, por supuesto. Tú también me caes bien, señorita Gamigin. Me asombra la clase de vida que debe haber vivido para ser capaz de dividir completamente su apariencia exterior con sus pensamientos interiores. Me gustaría tener una conversación íntima con usted sobre esto algún día.
Gamigin me miró fríamente entre las rendijas de sus ojos.
- ...Claro, si se presenta la oportunidad.
Gamigin mantuvo la sonrisa hasta el final y se dio la vuelta. Volvió al lugar donde estaba. Aquí no había ningún Señor Demonio amistoso conmigo, así que me quedé solo.
Sitri me miraba con pesar, pero no podía venir porque estaba rodeada de Señores Demonio de la facción de la Montaña. Probablemente sus camaradas la estaban regañando por ser amistosa conmigo.
“¡Ayúdame, Dantalian!” me suplicaba Sitri con la mirada. Le respondí con un simple encogimiento de hombros transmitiéndole “Ríndete. De todos modos, tienes que escuchar algún regaño”. Se merecía que la regañara un poco. Ahora ella era la representante de la facción de la Montaña, no Paimon, así que sería preocupante que no se contuviera hasta cierto punto.
“¡Traidor! ¡Mentiroso! ¡Te odiaré para siempre!” Sitri me lanzó una mirada llena de desesperación, pero no vacilé. Es normal pasar por dificultades para crecer.
Hubo algunos otros Señores Demonio que me miraron, pero ninguno intentó acercarse a mí. El Señor Demonio Dantalian ocupaba una posición bastante delicada. Para empezar, todo el mundo reconocía mis logros en la Alianza Creciente. Probablemente había un buen número de Señores Demonio que querían acercarse a mí. Sin embargo, el problema era que intentar acercarse a mí precipitadamente entrañaba demasiados riesgos.
Yo era uno de los principales miembros de la facción de las Llanuras y también conocido como el amante de Barbatos. La gente podía pensar que acercarse a mí significaba acercarse a la facción de las Llanuras en su conjunto. La Facción de las Llanuras era famosa por ser extremistas incontrolables incluso dentro del continente demoníaco. Esto probablemente no parecía atractivo. Además, yo también había contribuido decisivamente a la caída de Paimon. En otras palabras, significaba que yo era una espina al menos para la Facción de la Montaña. Sería difícil que alguien se me acercara si no tenía las agallas de enemistarse con la Facción de la Montaña.
‘Bueno, disfrutar de un banquete a solas también es relajante a su manera.’
Me dirigí a una esquina de la sala de banquetes con pasos ligeros. Aquí había un surtido de lujosos y extravagantes refrigerios apilados como una montaña. Eran artículos de lujo difíciles de conseguir. Recibí una copa de vino de un asistente antes de comprobar mi ventana de estado. Como esperaba, la habilidad “Actuación” había desaparecido y había sido sustituida por “Beso de Judas”. Comprobé los detalles de la habilidad con la respiración contenida.
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- Mm. Esto está bueno.
Di un sorbo al vino mientras asentía. Tenía algunos efectos basura a pesar de ser una habilidad de Rango A, pero era mejor que nada. La habilidad Actuación sólo tenía una línea para su descripción: “Aumenta la probabilidad de persuadir al objetivo”.
Había pasado mucho tiempo desde que decidí ser indulgente con mis propias estadísticas, así que el hecho de que esta habilidad pudiera aumentar mi Política y mi Encanto en un 10% casi me hizo dar las gracias al mundo. De hecho, es importante ser agradecido. Hay que ser modesto.
El sonido de la música resonó por toda la sala. La orquesta, formada por elfos oscuros, tocaba sus instrumentos con gran habilidad. Los elfos oscuros eran la raza más artística del mundo, mientras que los elfos de sangre pura consideraban la música una “forma vulgar de arte”.
- Hey, ¿qué estás haciendo en la esquina como un perdedor?
A medida que pasaba el tiempo llegaban más y más Señores Demonio. Naturalmente, Barbatos era una de ellos. Miró a los demás Señores Demonio por un momento en cuanto entró en el salón de baile antes de acercarse a mí sin dudarlo. Le respondí con frialdad.
- Como puedes ver, estoy disfrutando del banquete.
Barbatos puso las manos en las caderas.
- Mentira. El que se supone que es el invitado de honor esta noche está sentado en un rincón como un paria. Buen trabajo. ¿No te dije hace un rato que si actúas de forma patética, también afectará a mi imagen?
- Te estás equivocando en algo ahora mismo, Barbatos. Puede que esté en soledad, pero esta soledad no es la de un marinero que se ha perdido en el mar. Soy simplemente un capitán solitario que tiene que determinar hacia dónde dirigir su barco...
- Cállate antes de que te arranque la lengua.
Ahora mejor me callo. Barbatos cogió una galleta. Pude oírla masticarla. Estuve a punto de decirle que debería preocuparse por su propia imagen, pero me callé porque no quería perder la lengua.
A diferencia de su atuendo normal, llevaba un vestido blanco puro. Si pensabas en Barbatos, lo primero que te venía a la mente eran los colores negro y rojo. Era famosa por llevar sólo trajes de esos colores, ya fuera en el campo de batalla o en banquetes, pero hoy llevaba inusualmente un vestido blanco como la nieve. Le quedaba muy bien con su pelo blanco. Era como ver una perla con una fina capa de nieve encima. Yo personalmente quería darle una puntuación perfecta, ya que coincidía con la pureza que había dentro de ella.
- ¿Por qué no llevas tu ropa normal?
Barbatos me quitó la copa de vino de la mano y se la bebió de un trago.
- Hice coincidir mi atuendo con el tuyo, imbécil. Siempre llevas trapos de colores lúgubres y negros. Supuse que hoy también harías lo mismo, así que decidí combinar tu look con algo blanco. ¿Es suficiente explicación para ti?
Le tendí la mano.
- Querida, querida. Me siento muy honrado. Oh Hermosa Hada de las Nieves, ¿me concederás el honor de este primer baile?
- Para eso he venido, aburrido caballero.
Barbatos rio mientras colocaba su mano sobre la mía. Su mano era mucho más pequeña. Me aferré con cuidado a aquella suave y delicada mano como si estuviera manipulando una obra de arte hecha de cristal. Fuimos al centro del salón y empezamos a bailar.
- Tu habilidad para el baile ha mejorado en comparación con antes. ¿Practicaste con alguna otra chica en algún sitio?
Barbatos se rio entre dientes.
- Había una señora que no paraba de burlarse de mí diciendo que no sabía bailar. Practiqué bastante para no pisar ningún tacón.
Fue nada menos que Barbatos quien se burló de mí.
- Hmph Eres todo ladrido y nada de mordacidad.
- Gamigin se me acercó antes. Intentó iniciar una negociación conmigo preguntándome qué quería.
Barbatos musitó mientras sus ojos brillaban.
- ¿Y qué le respondiste?
- Le di una respuesta honesta diciéndole que prefería a las niñas pequeñas, así que la gente como ella que tenía una cantidad innecesaria de grasa unida a ellas no era de mi gusto.
Barbatos soltó una sonora carcajada. Estaba claro que mentía. El tipo de cuerpo de Gamigin se acercaba más a mis preferencias que el de Barbatos. Simplemente intentaba hacerla sentir mejor.
- Jejeje. Sabes que eres un auténtico idiota, ¿verdad?
- ¿Qué estás diciendo de repente?
Bromeamos así mientras procedíamos a bailar.
* * *
- Oh querido, mira allí. Son la Señorita Barbatos y Dantalian.
- ¡He oído rumores de que no tenían una relación normal, pero parece que eran ciertos!
Susurraron entre sí las Señoras Demonio. Las mujeres reunidas en torno a Gamigin no pertenecían a ninguna facción y eran personas que se centraban en disfrutar de su vida como Señor Demonio en lugar de preocuparse por cosas como las rivalidades políticas. No había nada que las entusiasmara más que hablar de amor.
- ¡Es casi como una pequeña hada bailando con un elfo!
- No sé. La Señorita Barbatos es definitivamente hermosa, pero su pareja...
- Oh querida. En realidad prefiero a la gente como su pareja.
Gamigin observaba a Barbatos y Dantalian en silencio. Se sonreían el uno al otro. Tenían un aire que, extrañamente, hacía difícil acercarse a ellos. Era como si hubiera un muro que los separaba de los demás. Probablemente era confianza. Los dos confiaban el uno en el otro.
- Absolutamente inútil.
Gamigin bebió su vino. El alcohol era dulce. Un Señor Demonio femenino se dirigió a Gamigin.
- ¿Qué tal usted, señorita Gamigin? Te vi tener una conversación con Dantalian antes.
- Mmm.
Gamigin sonreía alegremente como de costumbre. Pensó para sí misma.
‘¿Qué tipo de respuesta sería buena para un momento así? ¿Debería insinuar que tengo una relación bastante profunda con Dantalian? Sí, suena bien.’
Las Señoras Demonio eran básicamente el centro de la alta sociedad y la fuente de todos los rumores. Si un rumor infundado circula diciendo que Gamigin y Dantalian tenían una relación especial, entonces podría despertar cierto pánico dentro de la Facción de las Llanuras.
- Sí, es embarazoso, pero ¿debería decir que estoy un poco interesada en él~?
- Vaya, vaya. ¿¡En serio!?
- ¿Acaso estás diciendo que sientes algo por él?
Las Señoras Demonio se agolparon alrededor de Gamigin como hienas. Ella les hablaba mientras calculaba hábilmente los beneficios políticos. No se olvidó de sonrojarse. También se aseguró de sonreír torpemente. Miró de reojo a Barbatos y Dantalian. Aún parecían lejanos.
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