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lunes, 19 de mayo de 2025

DH - Capítulo 312

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Capítulo 312
Para Considerar (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Su ya estaba claramente dormido, y su conciencia ya había entrado en el más profundo estado de letargo. Esto era un requisito para la cirugía, pero también le daba una rara oportunidad de descansar y relajarse. En este tipo de estado, no había forma de que Su pudiera controlar su cuerpo, así que ¡¿podría ser que existiera otra forma de vida irregular en su cuerpo?! Helen no dudó ni por un segundo que, si apuntaba esa cuchilla hacia el corazón de Su, lo más probable es que su mano derecha no pudiera salvarse. Las habilidades de Helen para tratar las heridas eran rápidas y perfectas. Después de tratar completamente las heridas, le dijo a Perséfone. - Llévenlo a la sala número uno del primer piso subterráneo. El cilindro de cultivo estará libre. Después de descansar 48 horas, tu Su estará perfectamente bien. Su experimentó el descanso más tranquilo que había tenido en toda su vida. La oscuridad que le rodeaba era especialmente cálida, tranquila y segura. Hizo que cada célula de su cuerpo se relajara, ocupándose de todo dentro de su cuerpo para llevar a cabo el descanso y el avance. Cuando Su abrió los ojos, se sintió muy reacio a separarse de la tranquilidad del sueño. Realmente quería dormir un poco más. Desafortunadamente, en esta era, la supervivencia era siempre la prioridad número uno en la mente de todos, y esto era cierto incluso después de obtener el séptimo nivel de habilidad. Por eso rechazó enérgicamente el calor y las tentaciones de la oscuridad. A través de la tapa transparente del cilindro de cultivo, lo primero que saludó el campo de visión de Su fueron unas familiares gafas de montura negra, y tras la lente había un par de ojos seductores. El pelo gris se enroscaba alrededor, y también pudo ver su rostro perfecto. Todo era igual que cuando se conocieron. Perséfone abrió la tapa del cilindro de cultivo. La piel que cubría todo el cuerpo de Su se retorció, haciendo rebotar todos los sensores, y luego saltó fuera del cilindro de cultivo. Hacia cosas como el cilindro de cultivo, Su sentía una aversión y un odio instintivos. Si no hubiera visto inmediatamente a Perséfone, su cuerpo podría haberle instado instintivamente a destrozar directamente ese cilindro. Perséfone le entregó a Su un conjunto de uniformes de los Jinetes de Dragón Negro y una tarjeta. - Este es tu uniforme, y esto es un millón. Su, que acababa de salir del cilindro de cultivo, sintió que cada parte de su cuerpo estaba llena de vida. Aparte de un poco de hambre, no había nada más que estuviera mal. No aceptó la ropa y en su lugar extendió directamente las manos, agarrando hacia Perséfone. Por las llamas ardientes de sus ojos, lo más probable es que quisiera arreglar las cosas con ella aquí mismo. Perséfone esbozó una leve sonrisa. Su codo presionó la mano de Su, obligándole a moverla hacia delante. Luego, colocó fácilmente la ropa y la tarjeta en la mano. Con una sonrisa, dijo. - ¡Este momento no es bueno! ¡Ni siquiera me he duchado todavía! Además, no olvides que antes de poder vencerme, no tienes poder de elección. Su se sintió como aplastado por un enorme peñasco de varias decenas de toneladas, incapaz de moverse un ápice. Sólo cuando Perséfone levantó el codo desapareció la presión. Al ver a Su algo deprimido, se inclinó hacia su cuerpo y apoyó la mano en su hombro. Luego, yendo suavemente de puntillas, rozó ligeramente sus labios sobre los de él antes de decir con una sonrisa. - ¡Cuando me interese jugar contigo, vendré naturalmente a buscarte! Jaja. Perséfone se dio la vuelta y se marchó, sin darle a Su ningún margen de represalia. Toda su gentileza anterior se desvaneció como el agua. Su risa ostentosa y desenfrenada resonó por el pasillo. Su se quedó mirando su figura que se balanceaba suavemente, sus piernas largas y delgadas, así como sus nalgas que estaban fuertemente envueltas en su corta falda. Junto con aquella risa que no mostraba ningún respeto por él como hombre, le hizo sentir un infierno que no podía apagarse. Una enfermera joven y hermosa entró en la sala. Lanzó una mirada ambigua a Perséfone, que se alejaba en la distancia, y luego miró a Su. Cuando sus ojos se posaron en el cuerpo desnudo de Su, inmediatamente comenzó a arder de pasión, así como a encontrarse con la mirada de Su sin ningún temor a recelo. No quería ni se atrevía a pelearse por el hombre de Perséfone, pero definitivamente no se negaría a tener algo con él, por no hablar del hecho de que Su también la estaba mirando con tanto fervor, así que esta parecía una buena oportunidad. - ¿Cuánto tiempo he estado dormido? - 46 horas. Los que estaban acostumbrados a trabajar con Helen estaban acostumbrados a usar números precisos. Esta enfermera no era una excepción. - ¿2 días? Su se quedó momentáneamente atónito. Inesperadamente había dormido tanto tiempo. Parecía que ese sueño tranquilo y largo se debía a que Perséfone estaba vigilando a su lado, dándole una sensación de paz. Pensó en cómo, cuándo se conocieron, todo era como una especie de trato comercial. Mientras tanto, Su creía que entonces, él era sólo uno de los muchos candidatos que ella eligió. Ahora, Su ya había demostrado que tenía el potencial para completar ese trato, y se había convertido en su única elección. Sólo que la diferencia con lo que él esperaba al principio era que la naturaleza de este trato ya había cambiado un poco. Su no sabía que mientras recordaba todo esto, estaba sonriendo. Un momento después, ya se había puesto la ropa y se había vuelto a colocar el parche en el ojo. Luego le dio las gracias a la esperanzada enfermera antes de abandonar la sala del hospital. Regresó a su propia residencia. Comenzó a prepararse para la siguiente batalla. Ya entrada la noche, Perséfone apareció en la habitación de Su cómo un fantasma. Todos los sistemas de alarma, así como las habilidades de percepción de las que estaba tan orgulloso, eran inútiles ante ella. Parecía que esta noche, el interés de Perséfone en Su era bastante feroz. Por eso, ¡una intensa batalla estalló inmediatamente en el momento en que los ojos de ambos se encontraron! Hubo una opresión y represalia, y luego una represalia a la supresión. Sólo durante esta represalia y supresión, el ciclo entre estos 2 era extremadamente desesperado. Varias horas de luchas finalmente hicieron comprender a Su qué frente al octavo nivel de habilidades de combate de Perséfone, su poder que equivalía al sexto nivel de fuerza de combate era increíblemente débil. Además, entre un oficial de alto rango y un General, había más de una brecha. Cuando la luz de la mañana volvió a iluminar Ciudad Dragón, Su y Perséfone salieron de la entrada del apartamento. Luego, tomaron caminos separados, sólo que uno con el rostro lleno de fatiga y la otra con el ánimo por las nubes. El cuerpo de Su estaba completamente vacío, con incluso sus reservas casi completamente agotadas. La cantidad de energía que le quedaba no era prácticamente diferente de su estado después de luchar contra Sarton. Afortunadamente, ahora mismo, ya había ingerido varios contenedores de comida llena de nutrientes, por lo que su resistencia se restablecería rápidamente. Además, hoy no necesitaba luchar. Tras atravesar 2 calles, entró en una pequeña plaza pública. 3 vehículos todoterreno le esperaban tal y como había planeado. Encima de los vehículos había pintadas unas enormes arañas rojas. Esta era la marca de la Emperatriz Araña, que permitía a estos vehículos moverse completamente sin obstáculos por cualquier parte de Ciudad Dragón. Su subió al vehículo todoterreno, y después de sentarse, cerró los ojos para descansar un poco. Realmente estaba demasiado cansado. Cuando se paró frente a la imponente entrada del castillo rojo oscuro, ya era de noche. El viento seguía silbando, enviando una espesa y helada humedad fría a su cuerpo. Las superficies oceánicas que se encontraban un poco más alejadas ya estaban completamente sumergidas en la oscuridad, y las nieblas que se elevaban gradualmente cubrían el gran mar donde acechaban grandes peligros. Frente a la cara de Su, las grandes puertas del castillo se abrieron lentamente. El propagador de la oscuridad, Dyke Avidar estaba de pie detrás de las puertas, con una sonrisa en su rostro mientras miraba a Su. Su respiró hondo y le entregó la tarjeta al anciano. - Ya he llegado. Este es el millón que prometí.

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