Capítulo 42
La Noche de Walpurgis (VII)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Zura ja nai, Lord
Corrección: Zura ja nai, Lord
Marbas habló mientras se acariciaba la barba.
- ¿Puede presentarse inmediatamente?
- Sí. Torukel está esperando fuera del salón de baile. Si es convocado, entonces en cualquier momento...
- Lo permito. Excepto, que terminaré esta audiencia aquí si el testigo no llega en los próximos 5 minutos. Además, entonces también declararé esto como la victoria de Dantalian.
Paimon bajó la cabeza agradecida antes de salir apresuradamente por la entrada del salón de baile en busca de su empleado personal, que debería estar a la espera en algún lugar. Los demás Señores Demonio siguieron murmurando mientras la veían marcharse. La audiencia se pausó temporalmente. Sentí que se me enfriaba el pecho.
‘Qué tontería.’
Paimon eligió la peor opción posible. Torukel abandonó su deber como comerciante y le dio a Paimon información confidencial. En otras palabras, Torukel es el espía de Paimon.
Si añades el nombre de “Torukel” al vago título original de “un ejecutivo de la firma que le había dado esta información”, entonces, en ese instante, la culpa de ir en contra del deber como comerciante no recae en toda la compañía Keuncuska, sino sólo en él. Que ella mencionara su nombre no era diferente de acabar sin piedad con su vida como mercader.
La doncella que se preocupa tanto por la supervivencia de la humanidad pero no cuida adecuadamente de un solo demonio que en realidad es su aliado, esa es Paimon y ocupa el Rango 9. También hubo un suceso como este en Dungeon Attack. Cuando el héroe se encontró en una situación peligrosa, Paimon apareció con su ejército y rompió la elaborada trampa que habían tendido los otros Señores Demonio, lo que permitió al héroe y a su grupo escapar. En la piel de los jugadores, fue una escena en la que gritaron “¡Como se esperaba de Paimon! La doncella pura”.
Sin embargo, yo pensaba de otra manera. En la piel de los demonios, el héroe vivía una pesadilla incomparable con algo como la Peste Negra. 72 Señores Demonio estaban siendo asesinados uno a uno a manos de un solo humano, ¿no era esto una calamidad?
Una vez que el protagonista y su grupo llegaban con los Señores Demonio de rango 30, la dificultad del juego aumenta drásticamente. Según la historia, fue entonces cuando los demonios empezaron a sentir realmente la crisis y procedieron a llevar a cabo una invasión a gran escala del continente humano. Sin embargo, Paimon, a pesar de ser Rango 9, colaboró con un par de otros Señores Demonio para obstaculizar su propio bando. Aunque los demonios son mucho más fuertes que los humanos, debido a que Paimon los separó en facciones distintas, la alianza entre humanos y hombres bestia consigue derrotarlos.
De este modo, los demonios pierden su punto de apoyo en el mundo de la superficie y acaban retirándose por completo al continente demoniaco. Además, tras perder a sus figuras fundamentales, pierden sus esperanzas de unidad y paz y acaban confinados eternamente en el ciclo de la supervivencia del más fuerte. Un pandemónium donde el fuerte se lo lleva todo y la consideración hacia los demás ya no existe.
‘¿Una doncella pura a los ojos del jugador? Una traidora a su país. No, ella está más allá de eso. Es una traidora a su propia especie.’
Si tomara prestadas las palabras del Señor Demonio Barbatos Rango 8, entonces Paimon es una perra peor que una puta. Habría sido comprensible si fuera como Ivar de la Compañía Keuncuska, que tenía una razón racional para traicionar al ejército del Señor Demonio; sin embargo, Paimon derrochó a sus aliados simplemente porque pensaba que los humanos eran interesantes y porque le había caído bien el héroe. Por eso siempre me disgustó Paimon como personaje.
Me quedé inmóvil mientras esperaba el regreso de Paimon. Sinceramente, me desbordaban las ganas de volver con Lapis y recuperar el aliento, pero como Marbas estaba a mi lado con los ojos cerrados, no podía moverme como quisiera.
‘Maldita sea. Al menos, sería genial si tuviera algo con lo que juguetear.’
Mañana debería ir a una tienda y comprar un bastón o algo así. Afortunadamente, me las arreglé para conseguir de forma natural un compañero de charla mientras esperaba torpemente.
- Eh, tú. Eres bastante bueno hablando para ser de bajo rango.
Era Barbatos, la persona que había estado entusiastamente buscando pelea con Paimon desde el comienzo de la audiencia. Con pasos cortos y rápidos, la chica que llevaba un vestido rojo se acercó a mí. A pesar de su apariencia joven, la forma en que caminaba y la atmósfera que desprendía eran madura, por lo que resultaba algo desagradable.
- Sus palabras me honran, Su Alteza Barbatos.
En cualquier caso, en términos de rango, ella estaba muy por encima de mí. En esta situación en la que me veía obligado a enfrentarme a Paimon, el mero hecho de que un Señor Demonio de alto rango me favoreciera era una suerte. La saludé lo más respetuosamente posible.
- Ah- está bien, está bien. Odio absolutamente ese tipo de etiqueta.
Hizo una arcada y torció las comisuras de los labios mientras agitaba la mano.
- ¡Los Señores Demonio de hoy en día no tienen espíritu! En el pasado, solíamos lanzarnos bolas de fuego cada vez que nos encontrábamos. Ahora no saben compartir el compañerismo.
...Observar a una chica que por fuera sólo parecía una niña hablar de “los jóvenes de hoy en día” resultaba extraño. Barbatos también era un personaje con una base de fans bastante fuerte. A menudo aparecían hilos llamándola “loli de SM” en el foro del juego, pero sinceramente no entendía a ninguno de ellos.
- Pude disfrutar por primera vez en mucho tiempo. ¡Aah, poder ver a esa puta enfadarse!
- Parece que estás en malos términos con Su Alteza Paimon.
Las delgadas cejas de Barbatos se entrecerraron.
- Ah. ¿Su Alteza? ¿A quién llamas Su Alteza? ¿Por qué estás siendo tan educado, mocoso? ¿Te golpeaste la cabeza con un poste? ¿No eres un Señor Demonio?
- Así es.
- Sí. Es genial que respondas rápido. Oye, tú eres un Señor Demonio y esa zorra también es un Señor Demonio. ¿Por qué 2 personas del mismo rango se hablan formalmente? No lo entiendo. ¿Eres vasallo de esa zorra?
- No.
- ¡Sí, no lo eres! Su Alteza aquí, Su Alteza allá, no sé si estoy en una Noche de Walpurgis o en mi castillo.
Su forma de hablar era inapropiadamente cruda a pesar de su apariencia infantil. Contrastaba con su apariencia, pero... era casi como una líder delincuente, una jefa de la mafia.
- Me referiré a usted como la señorita Barbatos a partir de ahora, entonces.
- Habla con desenfado, bastardo novato. ¿Me estás menospreciando porque soy mayor que tú? Tratar a tus mayores con respeto es algo que se puede ir al infierno.
- Jajaja.
Me reí. Incluso en el juego, era un personaje que tenía una naturaleza inquebrantable desde su nacimiento. A pesar de que este tipo de persona está en una posición alta, es capaz de establecer su propia autoridad rompiendo personalmente el concepto de autoridad ella misma. La impresión que daba a la gente que la rodeaba era “Soy lo bastante fuerte como para aplastar a la autoridad”.
Suscitar el afecto de Barbatos era mucho más sencillo en comparación con los demás. Extendí la mano derecha.
- Muy bien, Barbatos. Me llamo Dantalian.
- ¿Ah, sí? ¿De verdad vas de informal?
Barbatos tomó mi mano entre las suyas. Llevaba un par de guantes blancos. La suave textura de la tela de alta calidad entró en mi mano.
- ¿Cómo podría no obedecer la observación de la Rango 8?
Barbatos cacareó. No estoy hablando formalmente porque ahora estoy tomando sus palabras en serio, parece que esta implicación le llegó rápidamente.
- ¿Qué? Mira a este mocoso novato. ¿Te has untado aceite de oliva en la lengua? Bueno, tienes que ser así de bueno si vas a dejar que esa zorra de Paimon pruebe la amarga derrota. Muy bien. Mi nombre es Barbatos. Llámame como quieras, mocoso.
Reforzó su agarre mientras nos dábamos la mano. Una notificación apareció al mismo tiempo.
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Así es. A Barbatos le gusta la gente valiente y honesta. También tenía una opinión bastante favorable del héroe por cómo se peleaba con él sin descanso. Barbatos no distinguía entre amigos o enemigos para favorecer a alguien. A diferencia de la aprobación de los lolicones, no me desagradaba Barbatos. Fue uno de los Señores Demonio que luchó contra el grupo del héroe de forma más agresiva. Por las buenas o por las malas, hacía lo que podía para empujar al grupo del héroe a situaciones terribles.
- Date prisa y mátame, hijo de puta.
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Incluso su último momento fue un completo contraste con Paimon. Ella pidió un beso durante su último aliento para dejar la mayor impresión posible en el héroe, pero Barbatos se enfadó y apresuró al héroe a que se diera prisa en matarla. Una ilustración aparecía en el instante en que ella llamaba hijo de puta al protagonista y, en esa representación, Barbatos tenía una sorprendente sonrisa de satisfacción en el rostro. Realmente parecía un líder mafioso de los que se ven normalmente en las películas.
- Escucha con atención. Paimon puede ser molesta, pero esa zorra no es alguien que acose a los demás por rencor. ¿Entiendes lo que intento decir?
- “No te preocupes por los rencores y acaba con Paimon sin dejar cabos sueltos”.
Barbatos abrió mucho los ojos. Empezó a tirar de la ropa de Marbas, que estaba tranquilamente a su lado.
- ¡Vaya! ¡Gzz! ¡Mira a este chico! Es jodidamente inteligente.
- ...Estoy pensando ahora mismo. No me molestes.
- Guau, joder. ¿Por qué este bastardo sigue en el rango 71? Con ese ingenio, debería haber sido capaz de llegar al rango 40 aunque se pasara la vida mendigando comida. ¿Qué ha estado haciendo toda su vida? Gzz, deberías entrenarlo. Te quejaste de que los mocosos por encima del rango 50 no eran tan buenos como solían ser, justo como un viejo en un día lluvioso aquella vez.
- Una vez afirmaste que los Señores Demonio deben convertirse en existencias que puedan valerse por sí mismas.
Marbas seguía cerrando los ojos, pero sus cejas se crisparon.
- Además, te dije que no me molestaras.
- Sólo digo que es genial conocer a un novato capaz después de tener que lidiar con un montón de imbéciles. En serio que te gusta actuar digno.
Sus cejas volvieron a crisparse. A pesar de todo, sus ojos permanecieron cerrados. Esta persona está teniendo una competición de orgullo en un momento raro.
- En cualquier caso, lo tienes. No te preocupes por las consecuencias y ve a por todas. Si por las raras casualidades esa puta intenta tomar represalias, entonces la detendré. ¿De acuerdo?
- Gracias.
- Sssh. ¿Crees que estoy haciendo esto por ti? Lo hago para darle una lección a esa puta que no tiene ni una pizca de cerebro. Hazlo lo mejor que puedas, Dantalian o lo que sea. Como parece que tienes una personalidad bastante estable, podrás vivir mucho tiempo si lo haces bien.
Barbatos se dio la vuelta y volvió a su sitio. Tenía buen aspecto tanto si se acercaba a mí como si se alejaba. Sinceramente, no pude evitar asombrarme. Cada vez que veo a alguien capaz de mostrar su autoestima con tanta perfección, sin darme cuenta acabo elogiándolo.
Marbas dejó escapar un suspiro cuando se marchó.
‘Mm, tengo una idea aproximada del tipo de relación que tienen los 2. Si tuviera que hacer conjeturas basándome en la conversación anterior entre Marbas y Paimon, lo más probable es que este hombre valore mucho las tradiciones. Alguien tan desenfrenada como Barbatos era probablemente una existencia venenosa para alguien con ese tipo de personalidad.’
- ...Los cinco minutos casi han terminado.
Marbas abrió los ojos. Santo Dios. Parece que no cerró los ojos porque estuviera pensando en algo en particular. Cerró los ojos porque estaba contando el tiempo. Poco a poco sentí que iba comprendiendo mejor la personalidad de este anciano. Marbas miró hacia la entrada del salón de baile.
- Aunque lo correcto sería terminar la audiencia aquí ya que el testigo no aparece, ya que por poco consiguen llegar a tiempo, lo pasaré por alto.
En ese momento, 2 individuos atravesaron la puerta de mármol. Se trataba de Paimon y el goblin Torukel, quien era mucho más bajo que Paimon. Torukel tenía una expresión increíblemente prudente y plácida en su rostro mientras que la cara de Paimon estaba llena de deleite.
Paimon exclamó audazmente en un tono que sonaba como si hubiera ganado.
- ¡Aquí! Este de aquí es Torukel. Pregúntale cualquier cosa. ¡Te asegurará que Dantalian es el culpable de la Peste Negra!
- Hm.
Marbas volvió la mirada hacia Ivar para obtener la confirmación de que el goblin era, realmente uno de los ejecutivos de la Compañía Keuncuska. Ivar se inclinó respetuosamente. Marbas asintió.
- Muy bien. Viejo goblin, has sido elegido como testigo para esta audiencia. Da un paso al frente.
- Es un honor conocer a todas Sus Altezas.
Torukel salió al centro del salón de baile. Como antes, sostenía un bastón que era el doble de su altura. Se apoyó en el bastón mientras hacía una reverencia a los 4 rincones de la sala. Se notaba que se había decidido con toda su convicción.
‘...Hmm.’
Sentí cierta curiosidad. Sinceramente, dudaba que Torukel pudiera revertir esta situación en este momento. Para empezar, era un hecho que yo no había propagado la Peste Negra. Aunque sea uno de los más altos ejecutivos de la Compañía Keuncuska, no puede fingir como si algo que no sucedió hubiera realmente ocurrio, especialmente cuando está ante los mejores detectores de mentiras del mundo. A pesar de esto, el pecho de Torukel estaba lleno de coraje como un caballero que había salido a un campo de batalla. Parecía que ya había tomado una decisión firme.
- ¿Pero cómo?
Lo quisiera Paimon o no, la responsabilidad de este incidente ha recaído únicamente en Torukel, de la Compañía Keuncuska, debido a sus acciones. Además, el otro ejecutivo de élite de Keuncuska, Ivar, tenía los pies atados debido a mi amenaza. Por lo tanto, Torukel no podía esperar ninguna ayuda de su compañía. Por mucho que lo pensara, no se me ocurría nada que Torukel pudiera hacer ahora mismo. El resultado ya está decidido. Los únicos que aún no lo saben son probablemente la tonta de Paimon y algunos otros.
De repente me sentí nervioso ante la posibilidad de que Torukel tuviera algún tipo de truco. Ya no tengo más movimientos. No podría amenazar a Marbas y obligarlo a terminar la audiencia.
- Le pregunto: ¿fue usted quien afirmó que Dantalian aquí presente era el culpable crear la Peste Negra?
- Sí. Eso es lo que había dicho este humilde.
- ¿Cómo llegaste a esa conclusión? Si tienes alguna prueba, preséntala ahora.
- Sí.
Torukel levantó la parte superior de su cuerpo. Miró directamente a Marbas mientras hablaba. Paimon observaba a Torukel desde atrás con una sonrisa en los labios. No pasaron más de 10 segundos para que su sonrisa se transformara en conmoción.
- Le dije a Su Alteza Paimon que Su Alteza Dantalian sin duda había causado la Peste Negra; sin embargo, eso era mentira. Una mentira descarada.
- ¿Qué?
Paimon estaba desconcertada. La expresión de Marbas no cambió mientras miraba a Torukel. Seguramente estaba evaluando si la otra parte mentía o decía la verdad. Sin embargo, Torukel no se detuvo y continuó rápidamente.
- Su Alteza Dantalian y yo tenemos una pequeña conexión. Una vez que Su Alteza descubrió las hierbas medicinales que tenían efecto sobre la Peste Negra, vi el valor del producto de Su Alteza. Por lo tanto, me acerqué personalmente a Su Alteza y le sugerí que me convirtiera en su gerente exclusivo. Sin embargo, Su Alteza me rechazó diciendo que ya tenía un gerente exclusivo.
Torukel levantó su bastón y lo señaló hacia una esquina del salón de baile.
- Esa chica de ahí es precisamente ese personal. Lapis Lázuli. No es más que una empleada de bajo rango. Me tomé esta negativa como un gran insulto. A pesar de mi apariencia, soy alguien que ha sobrevivido como mercader durante cientos de años, después de todo. La negativa de Su Alteza Dantalian hirió enormemente mi orgullo como comerciante. Por lo tanto...
- ¡Torukel! ¿De qué estás hablando, Torukel? ¡Mira a esta dama! ¡Mira a esta dama en este instante!
- ...Por lo tanto, hice lo impensable y decidí vengarme de Su Alteza Dantalian. También había tomado esto como un desafío como comerciante de la Compañía Keuncuska. En cualquier caso, juzgué que se requería cierto tipo de represalia.
En ese momento pude comprender la intención de Torukel.
‘Qué tipo tan aterrador.’
Me volví para mirar a Ivar y ver qué hacía. Ivar estaba de pie en silencio con los ojos cerrados. ¡Maldita sea! Quise soltar un bufido. Así que así es como vas a jugar a esto.
- Me acerqué a Su Alteza Paimon y le conté esto “Dantalian está tratando de exterminar a toda la humanidad. Dantalian es también el que había creado esta enfermedad sin precedentes.”, casualmente, ya que está el asunto del asesinato de Su Alteza Andromalius, deberíamos ser capaces de hacerle algo a Dantalian si nos centramos en eso. ¿Qué piensa Su Alteza Marbas? ¿Había alguna mentira en las palabras de este humilde?
- Mm.
- Me atrevo a decir que no había ninguna. Es natural, ya que este humilde sólo ha dicho la verdad. Todo esto era un plan que este humilde había puesto en marcha solo. Ya que éste tenía un rencor personal contra Su Alteza Dantalian, yo también actué soló para hacerle daño. También fui yo quien vendió su información a Su Alteza Paimon, a pesar de ser también cliente de la Compañía Keuncuska. La única fechoría que Su Alteza Paimon había cometido fue el acto de confiar en las palabras de este viejo goblin. Aunque puede que me esté extralimitando mucho, ya que toda la culpa recae sobre este humilde.
No había tiempo para hacer nada.
- Deseo disculparme por este incidente con mi vida.
Tan pronto como terminó esa frase, Torukel sacó una daga de su abrigo y se cortó su propia garganta. La daga penetró con gran facilidad en el esbelto cuello del viejo goblin. El extremo de la hoja le asomó por la nuca como una espina. El cuerpo del pequeño goblin se desplomó sobre el frío suelo del salón de baile.