Capítulo 48
Aventureros de Rango E (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Zura ja nai, Lord
Corrección: Zura ja nai, Lord
- ...
‘Riff, ¿eh? Es un nombre que no esperaba oír.’
De repente me asaltó el arrepentimiento. Riff de la Aldea Jalsen, ¿cómo pude olvidarme de él? No sólo era el líder del primer grupo de aventureros que derroté, sino que fue la primera persona que conocí en este mundo.
- ...Dime exactamente cuántas aldeas se aliaron con los aventureros.
- 5 aldeas, oh Gran Señor. Todas poseen su propia milicia civil.
- ¡Esos tipos nos han estado amenazando como han querido!
Una voz completamente diferente habló. La voz pertenecía a un hombre joven con una musculatura abrumadora. Me hizo una ligera reverencia. La parte superior de su bronceado cuerpo estaba completamente al descubierto, ya que estaba en topless. Sus ojos estaban llenos de vigor.
- ¡Pido disculpas por interrumpir! Sin embargo, creo que esta conversación durará todo el día si dejamos que hable este anciano. Este humilde explicará el resto.
- Este anciano es el líder de una aldea. ¿Tienes la cualificación necesaria para ocupar su lugar?
- Puede que sea joven, pero también soy jefe de una aldea.
Viendo que ninguno de los otros enviados hablaba, lo más probable es que dijera la verdad. Cuando me volví para mirar al anciano, éste dejó escapar un suspiro y dio un paso atrás. El joven se adelantó y ocupó el lugar del anciano.
- ¡Señoría! La razón por la que un joven como yo ha llegado a jefe de aldea es por esos bastardos aventureros. Han estado visitando aldeas con esas milicias civiles y pedían a los aldeanos que se unieran a ellos. Mi padre, el jefe original de nuestra aldea, los rechazó de inmediato.
El joven rechinó los dientes.
- Y esos bastardos cortaron inmediatamente la cabeza de mi padre. Señoría, ¿entiende lo que intento decir? Si nos negamos, entonces nuestras cabezas tendrán que despedirse de nuestros cuerpos, y si aceptamos, entonces tendríamos que arriesgar nuestras vidas para luchar contra Su Señoría como una aldea que ni remotamente tiene una milicia civil digna de mención. No hay buenas opciones.
El anciano que hablaba antes se inclinó.
- Oh Gran Señor... Por favor, perdona a este humilde muchacho. No tiene educación, así que sus palabras son un poco groseras, pero no es en absoluto maleducado.
- ¿Por qué te pones así, anciano? ¿Es realmente importante tu forma de hablar en este momento?
Entonces el viejo gritó a un volumen que no tenía ni idea de que su garganta era capaz de crear.
- ¡Tonto! ¡Simple mono! ¡Uno siempre debe ser cortés cuando se dirige a una persona de mayor rango!
- Hmph. No sé lo que es la cortesía y nadie me la ha enseñado, pero hay una cosa que sí sé.
El hombre me miró con ojos ardientes.
- La situación en la que nos encontramos es increíblemente crucial también para Su Señoría. Ya que este es el caso, ¿no es bueno que hayamos venido aquí apresuradamente para contarle sobre este asunto? Actuar por el bien de los demás es la mayor cortesía, ¿no es así? Realmente eres estrecho de miras, viejo.
- ¡Este muchacho bárbaro!
Chasqueé la lengua con la cabeza. El joven y el anciano discutían sobre un tema anticuado. Personalmente, la discusión era bastante interesante y me apetecía escuchar al hombre hablar un poco más, pero no era el momento ni el lugar para ello. Levanté la mano derecha.
Los 30 gólems pisaron fuerte al mismo tiempo. Los enviados tropezaron cuando el suelo tembló bruscamente. Algunos incluso se cayeron. Me miraron aterrados.
- Cómo se atreven a tener una discusión no permitida ante mí.
- ¡Mis disculpas!
- ¡Por favor, perdónanos, Oh Gran Señor!
El grupo de casi 20 enviados se puso de rodillas al mismo tiempo.
- Es natural que uno sea cortés. También es correcto que la situación se transmita rápidamente debido a su urgencia. Por lo que veo, joven jefe de aldea, sería demasiado pedirte que fueras cortés, ya que nunca has sido educado en la materia. Por lo tanto, te permitiré omitir esta cortesía hoy.
- ¡Sabía que podía llegar a usted, Su Señoría!
El joven se levantó rápidamente. Caray, parece más un animal que un ser humano. Solté un suspiro mental antes de continuar.
- No obstante, fue un error por su parte haber rebatido a su superior cuando le dio un consejo razonable. Antes de seguir deliberando sobre la situación, discúlpate formalmente con el anciano primero.
- ¿Ahhh?
La cara del joven se contorsionó como si genuinamente no quisiera hacer eso.
- Uhm, Su Señoría. Este humilde también es un jefe de aldea.
- Permítame que amablemente le enseñe una sola pieza de etiqueta. No me haga repetirme. Si me haces repetir innecesariamente mis palabras, entonces te haré pagar el precio apropiado.
No quería pasar esto por alto. Tampoco me gustaba la forma en que el anciano explicaba las cosas. Sólo respondía a mis preguntas y no me decía nada más por su cuenta. La opinión del joven era correcta. Ahora mismo no tengo tiempo para seguir ese método de conversación. Sin embargo, si me pongo de parte del joven, el orden jerárquico entre los jefes de aldea se verá alterado. Lo más probable es que el anciano fuera elegido representante de los enviados por ser el de más edad. Por lo tanto, la edad es una norma tradicional que se ha determinado tácitamente entre ellos. Si esa norma se derrumba, es obvio que esos jefes de aldea no tendrían ni idea de a quién elegir como representante ni de cómo llegar a acuerdos. Entonces albergarán odio hacia mí por haber creado ese desorden.
Yo reconozco lo que ellos aceptan como su estándar de prestigio. Por eso ordené al hombre que se disculpara. Sin embargo, sentí que el joven daría una mejor explicación, así que planeé hacerlo hablar. Supongo que se podría decir que me estoy beneficiando y justificando con esto.
- Uhm... Lo siento, viejo.
- Tsk.
Levanté la mano derecha. Otro golpe sacudió la tierra. El hombre pareció recobrar la compostura en cuanto lo hizo, ya que enseguida se postró ante el anciano.
- Pido disculpas por hablar tan groseramente. No lo haré a partir de ahora.
El anciano aceptó encantado sus disculpas. El calvario debió de ejercer mucha presión sobre el anciano. Tenía una expresión de agradecimiento en el rostro una vez que le ayudé a preservar su honor. No lo hice por su bien, pero no había necesidad de corregir su malentendido. Los otros enviados detrás de él también asentían con la cabeza en señal de satisfacción. Ante mí aparecieron notificaciones de que su afecto había aumentado. Era la prueba de que había tomado la decisión correcta.
- Ahora bien, procede con la explicación en la que parecías tan confiado, joven jefe de aldea.
- Ehem. Como este humilde había dicho antes, un pedazo de basura llamado Riff lidera el grupo de aventureros y las milicias civiles. Juntándolos todos, tienen aproximadamente más de 70 personas. Señoría, no sé si es consciente, pero sería difícil incluso para los soldados suprimir a un grupo tan grande de guerreros bien entrenados.
- Si un grupo de 70 personas viaja junto, entonces las provisiones deben ser un asunto difícil de manejar.
Miré hacia arriba. Estas aldeas consiguieron sobrevivir a pesar de verse amenazadas por un grupo de combate de más de 70 personas. También eligieron no luchar contra mí. Es obvio lo que esto significa. Tuvieron que proporcionarles algo como precio por ser perdonados.
- ¿Qué hicieron?
- Les ofrecimos comida. Dijeron que estaban en juego nuestras vidas o nuestro trigo, así que no tuvimos otra opción. Vinimos aquí para disculparnos también por eso.
Todos los enviados se arrastraron de nuevo. Empezaron a suplicar y a disculparse. Yo no estaba interesado en algo así. No quería reprenderles por ofrecer su comida para salvar sus aldeas. Estos tipos no son mis vasallos y sus aldeas no forman parte de mi territorio. El simple hecho de venir aquí a disculparse e informarme sobre este asunto era suficiente para que estas personas fueran consideradas leales a mí. Probablemente estaría bien si los asusto un poco y los envío de vuelta. Lo más probable es que los jefes de las aldeas también lo sepan.
Somos leales a nuestros deberes. Por lo tanto, incluso si usted sale victorioso en su batalla contra los aventureros, por favor no nos castigue. Teníamos nuestras propias razones para proporcionar provisiones al otro bando. Estos enviados eligieron la mejor opción posible para sus aldeas. En otras palabras, encontraron la forma de sobrevivir tanto si ganaban los aventureros como si ganaba yo. ¿Qué pasaría si los intimidara más de lo necesario aquí? Sus comportamientos me dicen que amenazarán con traicionarme y también unir fuerzas con los aventureros. Este es un simple trato de negocios.
- ...
Lo que atrajo mis ojos no fueron los enviados que aludían a un intercambio ilícito, sino el joven. Sólo que el joven no se inclinó y continuó de pie descaradamente. Habló antes de que pudiera interrogarle.
- Permítanme ser sincero. Seriamente no me gusta nuestra situación actual.
- ¡Idiota insolente!
- Ah, anciano. ¿Puedes callarte un momento? No me gustan este tipo de estratagemas.
- ¿De qué estás hablando...?
- Basta. Déjame hablar primero, ¿bien? Escúchame. Después de entregar el trigo que nos hemos dejado la piel todo el año para cosechar, hemos venido aquí a contarle a Su Señoría lo que ha estado pasando. Ustedes piensan que han hecho lo más inteligente al hacer esto, ¡pero yo pienso diferente!
El joven miró a los otros enviados.
- Digamos que derrotamos a esos aventureros. ¿Acabará ahí la cosa? ¿Crees que la milicia civil que se hizo con una alianza de 5 aldeas se dispersará sin más? Esos bastardos ya nos hicieron sus perras una vez. ¡Maldita sea, se llevaron el trigo que ni siquiera cosecharon ellos mismos! Ya probaron a hacer “algo así” con un grupo de 70 personas. ¿Crees que se dispersarán o que seguirán aprovechándose de nosotros?
Me sorprendió un poco. Lo hizo antes, pero señaló burdamente lo que era importante. Puede que necesite usar mi habilidad “Actuación”. Activé la habilidad en mi mente antes de esperar el momento perfecto para hablar.
- ¡Esto es innegable! ¿No nos habíamos acostumbrado antes a este tipo de comportamiento? Es lo que esos miserables señores nos hacían siempre. Lo que estamos haciendo ahora no es diferente de traer a otro de esos señores nosotros mismos.
- ...
- ¡Han roto nuestra regla de no invadir las otras aldeas! Debemos castigar a los que han roto las reglas. ¿Lo entienden? Si no queremos convertirnos en pusilánimes, debemos acabar con esos bastardos. Teniendo esto en cuenta, ¿sería una buena idea que trabajáramos juntos, o que trabajáramos junto a Su Señoría?
Los jefes de aldea se volvieron para mirarse. Tenían caras de asombro, pero estaba claro que intentaban averiguar qué opción les beneficiaría más.
- No sé en qué emplearon sus años. Si Su Señoría ganara, ¿no seguiríamos estando en una mala situación? Hemos revelado que somos una panda de ratas que se han aliado con ambos bandos, ¿se fiaría Su Señoría de nosotros? Estoy seguro de que algún día tendremos que pagar el precio.
- ¡Jajajaja!
Me reí a carcajadas. El joven y los enviados centraron todas sus miradas en mí.
- Joven jefe de aldea, dígame su nombre.
- Es Parsi.
Me respondió en un tono algo aterrorizado. Sonreí ampliamente.
- Parsi, creía que no eras más que un enano que no conocía los modales, pero parece que te había subestimado ligeramente. Así es. Has acertado. Pienso hacerles pagar a todos por esto; sin embargo, te equivocas en una cosa, joven jefe de aldea.
- ¿En qué?
- No voy a hacerles pagar el precio después de haberme ocupado de los aventureros. Voy a hacerles pagar el precio antes. Cortar la línea de suministro de las fuerzas enemigas es una de las estrategias básicas más básicas. Me he enterado de que son ustedes los que les proporcionáis provisiones, así que ¿por qué no iba a encargarme primero de ustedes? Los dejaré secos aniquilando primero sus aldeas.
Los rostros de los viejos enviados palidecieron. Empezaron a pedir clemencia de nuevo. No les hice caso mientras continuaba hablando por encima de sus cabezas.
- Cállense. Sólo tienen 2 opciones. Pueden ayudarme o unirte a los aventureros y convertirte en otro de mis enemigos. ¡Decidan ahora!
- ¡O-O Gran Señor...! Incluso si nos s-sometiéramos a ti... ¡no tenemos forma de proteger nuestras aldeas de nuestra amenaza inmediata!
Los viejos jefes de aldea temblaron.
- ¡Nosotros... suplicamos tu bondad...!
- No se preocupen. ¿Creerían que los iba a obligar simplemente a actuar como escudos de carne?
Ya que les había amenazado de muerte, ahora tengo que ofrecerles una forma de sobrevivir.
- ¿Entonces?
- Juren que me ayudaran. Entonces les mostraré amablemente un futuro brillante.
Sonreí retorcidamente.