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martes, 1 de octubre de 2024

BC - Volumen 1 Capítulo 13


Volumen 1 Capítulo 13
El Horno Espiritual
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Bi De reunió a los de pelaje negro al otro lado del río, en los bordes de los Grandes Pilares de la Fa Ram. Los pequeños pieles negra llevaban su caldero con ellos, y lo seguían con Chow Ji, encorvado y vestido con una túnica, sentado encima. La criatura caminaba arrastrando los pies, como si tuviera una pierna herida, y tenía unas extremidades anteriores extrañamente parecidas a las del Gran Maestro. Apenas se movía mientras los de pelaje negro más pequeños trabajaban para él, haciendo flotar el caldero sobre su andamio mientras ellos lo empujaban desde atrás. Marcharon, chillando y gruñendo, con Bi De a la cabeza, guiándolos hacia la zona donde se alojarían los invitados. Pero todos estaban sucios y cansados, así que había que hacer algunas cosas primero. Bi De se detuvo en la puerta y les pidió que esperaran. Tenía que prepararse y había muchos invitados hambrientos. Del almacén, recogió una bolsa de arroz y una cesta, tomando tres medidas de ella utilizando las herramientas del Gran Maestro. De los gallineros, seleccionó varios huevos, aunque estaban llenos de Qi, no contenían vida en su interior. Y finalmente, de las Ollas de Crecimiento, recogió las Hierbas Celestiales. Todo estaba ordenado. Serían la envidia de cualquiera que los contemplara, su calidad inigualable era evidente incluso para los ciegos. Así trajo las ofrendas a sus invitados. Sus ojos se abrieron de par en par al ver las hierbas y el arroz. Resplandecieron de asombro ante los frutos de la labor del Gran Maestro. Chow Ji, Señor de los de pelaje negro, bajó de su caldero y cayó de rodillas una vez más. El resto de los de pelaje negro se abalanzó sobre ellos y se postró. “¡Guardián-Protector, Grandioso-Magnífico Bi De! ¡Tu generosidad-virtud está más allá de la de los cielos más altos! ¡Familia-clan, alábenlo-elógienlo!” Gritó Chow Ji. El rostro de Chow Ji se torció en una sonrisa. Era algo feo, pero Bi De lo perdonó. Era débil y repugnante, pero por eso estaba Bi De allí, para compensar esas deficiencias. Se puso de pie, orgulloso y majestuoso, y les permitió que le dedicaran toda su atención durante un momento más. Era justo que lo alabaran y lo expusieran como un brillante faro de virtud, superado sólo por su Señor. Luego les dio permiso para comer. La comida de los invitados fue devorada con entusiasmo, pero cuando los de pieles negra intentaron comer las hierbas y los huevos, Chow Ji les gruñó y les gritó. Bi De entrecerró los ojos y dejó ver su desagrado con su poderosa voz; su grito hizo que las bestias se escabulleran. ¿Cómo se atrevía a darles órdenes, cuando Bi De había dado permiso? Los huevos y el arroz eran para todos. Chow Ji y los de pelaje negro se apartaron de él y, una vez más, Chow Ji sonrió tontamente. “¡Grandioso-Magnífico Bi De! ¡Te imploramos-rogamos, que detengas tu rabia-ira! ¡Estos reactivos tan poderosos deben usarse y refinarse correctamente!” “Entonces, ¿quieres cocinarlos en tu caldero?” Preguntó Bi De. El Gran Maestro cocinaba todas sus comidas, así que debía ser eso. Los ojos de Chow Ji se abrieron de par en par y una vez más su sonrisa cubrió su rostro. Bi De no estaba impresionado. “Grandioso-Magnífico Bi De, ¿no sabes qué es esto?” Preguntó con su voz entrecortada. “Ven-ven, deja que Chow Ji te muestre su grandioso-poderoso Horno Espiritual.” “¿Horno?” Bi De miró con curiosidad el recipiente. ¿No cocinaba cosas? ¿De qué servía entonces? Chow Ji les gritó órdenes a sus menores de pieles negra y ellos se pusieron en movimiento. El “Horno Espiritual” se erigió rápidamente sobre una configuración diferente de su andamio. Chow Ji trepó hasta la cima y se sentó en él. Luego empezó a cantar. Los de pelo negro chillaban al ritmo de su voz, que subía y bajaba, y más de los pequeños también treparon y pusieron sus patas sobre él. Bi De sintió su Qi y el Horno Espiritual comenzó a brillar. Las Hierbas Celestiales y los huevos fueron recogidos por los de pelaje negro, sus voces formando una canción discordante, y elevados con reverencia hacia Chow Ji y su caldero. Luego, se colocaron las hierbas y los huevos dentro. En la parte superior del horno, Chow Ji comenzó a hacer extraños gestos arcanos a medida que el Qi se hacía visible, dirigiéndolo y controlándolo. El caldero se arremolinaba con colores prismáticos y de vez en cuando salía humo de los lados. Bi De podía sentir el Qi agitándose y latiendo, cambiando y ardiendo. Quedó paralizado por la visión. Incluso Chun Ke y Pi Pa habían dejado de hacer sus molestos ruidos y observaban lo que estaba ocurriendo desde su corral. Durante una hora, los de trabajaron arduamente, los más débiles se estaban agotando cada vez más, algunos incluso se tambaleaban lejos del caldero y se desplomaban cuando su insignificante Qi se agotaba. Sin embargo, por cada uno que caía, era reemplazado por otro de su especie. Era una vista desconcertante, ya que las llamas se volvían más calientes y el Qi se arremolinaba más. Con atención, al ritmo de los cánticos y los chillidos. De repente, los ojos de Chow Ji se abrieron y comenzó a ladrar órdenes, su Qi se contuvo y mantuvo el brillo estable. Y entonces, todo terminó. El horno estalló y arrojó al aire humo multicolor, junto con un olor acre y quemado. Chow Ji se rio de alegría mientras metía las patas y se retiraba, levantando hacia el cielo lo que había dentro del caldero. En sus manos había dos objetos redondos parecidos a semillas. Eran amarillos, con remolinos verdes sobre ellos. Lentamente, con reverencia, Chow Ji descendió de su andamio. “¡Grandioso-Magnífico Bi De, te regalo esta Píldora Espiritual!” Exclamó Chow Ji, tendiéndole una de ellas. ¿Sólo dos? Pensó Bi De, levantando una ceja. Bi De no se impresionó. Esas cosas pequeñas no llenarían el estómago. Y aunque se sentían potentes con Qi, usar tantas Hierbas Celestiales y huevos para esto era... Bueno, a sus ojos le parecía un desperdicio. Los ojos de Chow Ji se abrieron de par en par. “Grandioso-Magnífico Bi De, ¿has alcanzado tu gran poder sin ingerir ni refinar una sola píldora? ¡En verdad, eres fuerte-poderoso!” Una vez más cayó de rodillas en reconocimiento del poder de Bi De. “Pero esto te hará aún más poderoso-fuerte. Refínalo dentro de tu cuerpo, Bi De, y conoce-comprende la diferencia.” Poder. Él quería poder. Poder para defender la Gran Fa Ram. Poder para enorgullecer a su maestro. Poder para comprender el mundo que lo rodeaba. Poder. ¿Eso lo haría más poderoso, más digno de la benevolencia de su Gran Maestro? Bi De volvió a examinar la píldora que le ofrecían. Eran invitados que intentaban recompensarlo. Supuso que era de buena educación participar de sus esfuerzos, como si los sirvientes del Gran Maestro cocinaran para él una comida y trabajaran sus campos en su nombre. “Ten cuidado-cautela, Grandioso-Magnífico Bi De. Su poder es poderoso-grandioso. No se contentará-alegrará con ser consumida. Es un poder refinado hasta su máximo-absoluto... Debes dominarlo-domarlo.” Bi De tomó la píldora con el pico, vacilante, y miró a Chow Ji, que lo observaba atentamente. La criatura volvió a sonreír, a su manera retorcida, y asintió. Bi De tragó. Fue como si le hubieran metido fuego en su núcleo. Bi De retrocedió, mientras su Qi se estremecía y se sacudía. La píldora comenzó a hacer estragos en su vientre, arrojando ráfagas de Qi descontrolado. Se aferró a la repentina oleada dentro de él, luchando por retener el Qi para evitar que le hiciera daño, pero el piel negra tenía razón. Esto era potente. Saltó rápidamente a los Grandes Pilares de la Fa Ram, tomó su merecida posición y comenzó a ordenar la perturbación en su Qi. Cerró los ojos mientras dirigía toda su atención hacia adentro. El Qi se arremolinaba y se enroscaba mientras refinaba la píldora dentro de él, y la examinó de cerca. Era similar a la sensación que emitían las Hierbas Celestiales normalmente, pero su violencia e intensidad aumentaron enormemente. Tenía que domarlas o le harían daño. Movió su Qi con las corrientes de poder. Guiando, dirigiendo. Consumiendo. Refinando. Comprendiendo el flujo y el poder que ahora estaba dentro de él. El poder que antes había sido tan violento se calmó. Bi De lo dominó, lo controló y lo sumó al suyo. Pero había partes que se sentían… Raras. La píldora era imperfecta y ahora había algún tipo de impurezas dentro de su cuerpo. Las observó. Eran pequeñas, casi imperceptibles. Esas cosas diminutas, simples motas, no causarían daño a alguien tan grande como él. Las examinaría más tarde, pero esperaba que no le hicieran mucho daño. También examinó su Qi y su repentina oleada de poder. Bi De contempló su nuevo poder y se puso de pie. Empezó a realizar su entrenamiento. Su pierna se estiró bruscamente en una patada. El aire se quebró con la nueva velocidad de sus golpes. Bi De sonrió.
❄️❄️❄️
Chow Ji observó a Bi De desde lo alto del horno espiritual. Su pariente del clan le trajo más arroz y se tomó unos minutos para considerar los movimientos del gallo y su Qi. Sus labios se curvaron al encontrar lo que buscaba, y luego regresó a su propio refinamiento. La píldora había sido más poderosa de lo que esperaba. Incluso él, que había tomado muchas píldoras antes, estaba satisfecho con su calidad. El Qi era brillante y lleno de energía. En comparación con su último hogar, la diferencia de calidad era asombrosa. ¿Qué suerte, verse obligado a abandonar un hogar, solo para encontrar uno muy superior? Había muchos buenos reactivos aquí. Su número aumentaría y él podría operar su horno espiritual por más periodos de tiempo a medida que más y más de sus menores pudieran agregar sus almas a la causa. “Sí-sí,” murmuró Chow Ji, mirando fijamente el terreno y frotándose las manos. Sus ojos se posaron en las Hierbas Espirituales y los gallineros. “Hay muchos, muchos reactivos buenos y buenos aquí.” El guardián de este lugar… El Gallo deseaba poder. Chow Ji se lo concedería. Pero todo poder tenía un precio. Chow Ji se rio para sí mismo. Sí-sí, las cosas iban mucho, mucho-mucho mejor de lo que había planeado y anticipado.
❄️❄️❄️
El día se convirtió en noche y Bi De volvió a patrullar. Tenía nuevos encargos que proteger y nuevo poder que poner a prueba. Su espíritu se animó mientras saltaba de árbol en árbol, buscando por todas partes en la Fa Ram cualquier amenaza. Sí, dejar entrar a los de pelaje negro había sido la decisión correcta. Él protegía a las lamentables criaturas mientras dormían; era el sueño de los despreocupados, seguros bajo su incesante vigilancia. Los vítores que le prodigaron y las postraciones que realizaron mientras él los alimentaba a la mañana siguiente aumentaron su orgullo. Lo recibieron como salvador y protector. Naturalmente, él los defendería. Eran huéspedes hasta que pudieran ser enviados a salvo a su destino, y los derechos de la hospitalidad eran sagrados. Chow Ji también hizo una reverencia, agradeciéndole su generosidad. Bi De se puso a trabajar, con las plumas erizadas y un paso decidido y seguro. Esperaba que su Gran Maestro se sintiera orgulloso de su benevolencia.

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