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martes, 9 de abril de 2024

DD - Capítulo 281

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Capítulo 281
La Gran Coalición (IX)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Nos pusimos muy ocupados tras nuestra victoria. Nuestro ejército había capturado un número considerable de prisioneros. Teníamos que interrogarlos a fondo. En ocasiones, la información era más importante que la victoria. Nuestro rango de acciones aumentará enormemente una vez que descubramos cuando Henrietta atacaría. Por lo tanto, torturar a los prisioneros era esencial. ‘¿Derechos humanos? El único derecho que tienen los humanos es el derecho a morir.’ No obtuvimos ninguna información sin importar cuantos soldados torturamos, así que nos enfocamos en torturar los que eran oficiales o superiores. La mayoría de ellos eran nobles. Sostuve un pincho que se calentaba en el fuego y sonreí. - No espero mucho de ti. Simplemente deseo saber cuál es la situación dentro del palacio real del Imperio Franco. ¿Cómo se encuentra Su Excelencia la Emperatriz Viuda? ¿Cómo de grave es la enfermedad de Su Excelencia el Emperador? ¿No son preguntas sencillas? - Uuuugh... Tú... maldito demonio. El prisionero noble echó espuma por la boca y se negó a dar información hasta el final. Era impresionante. Su resistencia era sin duda sobrehumana. Si fuera torturado con un pincho, estaba seguro de que podría dar hasta la última información sin dudarlo. - Muy bien, entonces. Respeto tu perseverancia. Te haré un regalo en señal de respeto. Espero que le guste. Esa noche, una sesión de tortura completa se llevó a cabo magníficamente. Incluso le di a un prisionero algunos afrodisíacos antes de dejar que un par de orcos los violaran. Cada vez que se negaban a decir nada, sacaba a un soldado inocente y lo ejecutaba ante sus ojos. Cada vez que perdían el conocimiento a causa del dolor, contrataba también a una súcubo para que los torturara en sueños. El resultado fue preciso. - Su Excelencia la Emperatriz Viuda... ha estado confinada en un palacio apartado... durante los últimos 3 años... - Su Excelencia el Emperador ha estado en estado crítico desde hace unos días... - P-Por favor. Le diré lo que sea, ¡así que por favor perdóneme! Sólo hicieron falta 2 horas para que los 6 prisioneros nobles soltaran la información. Verifiqué todo cruzando las respectivas piezas de información que dieron. Sólo tuve que hacerles a los 6 las mismas preguntas y comparar sus respuestas. Cabía la posibilidad de que uno de ellos hubiera mentido, así que era un procedimiento que debíamos hacer. Así, se confirmó que todos habían dicho la verdad. ‘Qué satisfacción. Gracias a esto, pudimos hacernos con una cantidad considerable de información. ¿Por qué se resistieron si iban a darnos la información de todos modos? Hubiera sido mejor que cooperaran desde el principio. Se lo habrían pasado bien porque no les habrían torturado, y nosotros no habríamos tenido que perder el tiempo torturándolos. Hubiera sido una situación en la que todos saldríamos ganando, se mire como se mire. Los humanos son bastante extraños...’ - Su Alteza Dantalian. Un enviado llegó mientras estaba en medio de mi sesión de tortura. Era un elfo. La cual era una raza con un excelente sentido del olfato, hizo una mueca nada más entrar en la sala de tortura. Al fin y al cabo, la habitación estaba llena de olor a sangre, drogas y secreciones de orco. Bajé mi pincho. - ¿Qué pasa? - Perdón. Un guardia detuvo a un individuo sospechoso. Se entregaron voluntariamente al decir conocer a la chica que ha llevado a cabo el duelo de hoy. Pidieron educadamente ser tratados como prisioneros. ‘¿Alguien que conoce a Daisy? Era imposible que existiera un humano así. Daisy vivió toda su vida en un pueblo de tala y quema en la ladera de una montaña.’ Justo cuando estaba a punto de considerarlo una tontería, no pude contener mi sorpresa cuando el enviado reveló el nombre del rendidor. - El hombre humano se presentó como Barón Bercy.
* * *
- ¡Señor Barón! ¿Cuánto tiempo ha pasado? El Barón Bercy estaba arrodillado en una tienda con todos sus miembros atados. La posición en la que se encontraba era humillante, pero su expresión permanecía tranquila. Se asemejaba a un gran árbol que se había mantenido firme después de pasar por todo tipo de penurias. El Barón Bercy se sorprendió cuando entré en la tienda. - ¿Jean Bole? ¿Es usted acaso el sacerdote Jean Bole? - Si no hay 2 Jean Boles en el mundo, entonces sí. Soy yo. Respondí con una carcajada. Actualmente llevaba la máscara de piel que usaba cuando actuaba como Jean Bole. El Barón Bercy murmuró. - Pensé que habría una oportunidad de conocerte, pero no esperaba que realmente estuvieras aquí... - Nunca hubiera imaginado que nos reuniríamos en un lugar como éste. Entonces, déjamelo a mí. Saqué un cuchillo y corté cuidadosamente las cuerdas de Barón. - ...Gracias. Pero, aunque nos conociéramos de antes, ¿está realmente bien que me liberes así? - Confío en usted, Barón Bercy. El Barón que conocí hace 4 años era sin duda un señor virtuoso y sabio. Si fuera tan débil que no pudiera superar 4 años, entonces lo que hice sería una tontería. ¿Entonces? ¿Es usted un individuo débil, Barón Bercy? - Parece que no puedo ganar contra usted, Sacerdote. El Barón Bercy sonrió irónicamente. No fue necesario decir más palabras. Extendimos los brazos y nos abrazamos. Sentí sus manos amistosas y ásperas en mi espalda. Al mismo tiempo, oí un efecto sonoro.

El afecto del Barón Bercy ha aumentado en 7.
El Barón me soltó de sus brazos y me miró a la cara. Sonreía, pero parecía extrañamente amargo. - Sacerdote Jean Bole, tengo cientos de preguntas. ¿Cómo acabó sirviendo al Señor Demonio... no, al ejército de Rudolf von Habsburg? - Yo también tengo muchas preguntas. ¿Les va bien a las amables gentes de su tierra? Lamentablemente 1 o 2 horas no serían suficientes para ponernos al día. Nos sentamos frente a frente en una mesa. Traje vino. Nos saludamos un par de veces antes de pasar a la conversación principal. - Probablemente sería inútil ocultar secretos aquí. Su Excelencia Barón, en realidad tengo una estrecha relación con la República de Batavia. - ...Ya veo. Me lo esperaba. - ¿Oh? ¿Ya lo sabía? - No lo sabía. Sin embargo, oí rumores sobre su aventura incluso después de su partida. No pensé que una persona normal podría haber reunido a los nobles del norte del Imperio Franco con el fin de tomar represalias contra Bretaña y al mismo tiempo involucrar a Batavia... Sacerdote Jean Bole, esto, sin embargo, se vuelve creíble si usted era el que estaba detrás de esto. Usted sin duda tiene la capacidad de sacudir la región del norte. ¿Recuerda quizás las palabras que me dijo antes de dejar Bercy? - Por supuesto. - “Si Su Excelencia no cree en los dioses, entonces no debe creer en el estatus, ya que la gente afirma que fueron los dioses quienes determinaron los rangos de las personas.”. - Exactamente. No sé si lo sabe, pero caí en una gran contemplación sobre el estado de las cosas dentro del Imperio Franco después de la partida de su grupo... Me alegré en mi mente. El Barón Bercy era, en otras palabras, una de las personas en las que había sembrado una semilla hacía 4 años, durante la guerra civil. El nombre de la semilla era republicanismo. Cuanto más turbio se volvía el mundo, más podía crecer la semilla utilizando esa niebla oscura como abono. El Barón Bercy era un señor capaz. Consideraba el acto de proteger a su pueblo como el orgullo de toda la vida. ‘¿Qué pensaría una persona así mientras observaba al Emperador del Imperio Franco? Trajo a una potencia extranjera sin dudarlo para proteger su autoridad e incluso pecó contra el cielo confinando a su propia madre. ¿Le parecía bien jurar lealtad a una persona así? ¿Estuvo bien dejar el destino del país y la seguridad del pueblo en manos de la existencia conocida como el emperador...?’ La semilla que había sembrado había florecido con éxito. ‘Quise soltar un grito de alegría, pero me contuve. Si intentaba husmear un poco más, revelaría demasiado mis intenciones. Cambiemos de tema por un momento.’ - Si no es descortés de mi parte preguntar, ¿cómo terminaste aquí? - El Emperador emitió un borrador. Todos los señores orientales del Imperio Franco fueron convocados con sus ejércitos. Como nota al margen, me convertí en Barón hace 3 años. Gracias a eso pude llevar a mucha gente a la guerra... El Barón Bercy engulló su vino. Subir de rango no debía de ser algo muy honorable para él. Subió de rango cuando el emperador se había convertido en una marioneta y la emperatriz viuda estaba confinada. Por lo tanto, sucedió por Bretaña. - ¿Era ese el precio de la neutralidad...? Entiendo por qué has estado afligido. Durante la anterior guerra civil, la mayoría de los nobles del norte participaron en la revuelta. A pesar de estar en el noreste, el Barón Bercy mantuvo firmemente su neutralidad. No hizo nada. Esto, por el contrario, le hizo quedar en buen lugar. El Barón Bercy se despreció a sí mismo. - Mientras mis compatriotas caían por el bien de la nación, yo no me moví ni un milímetro debido a mi determinación de proteger a mi pueblo. - Esa es una elección natural como señor. - No, fui un insensato. Nunca hubiera imaginado que la Reina de Bretaña llegaría a ser tan grande. Mis compatriotas vieron un futuro que yo no vi... Actué tontamente de forma egoísta. Chocamos nuestras copas en silencio. El sonido sonó claramente. - ¿Se llamaba Daisy? Me sorprendí cuando la vi salir para el duelo. Pensé que usted también estaría aquí. Después de todo, no eres alguien que dejaría sola a su hija adoptiva. Me escabullí de la retirada de nuestro ejército derrotado. - ... Tomé un sorbo de vino y observé atentamente los ojos del Barón Bercy. - Su Excelencia, puede detener el acto ahora. - ... ¿Acto? - Dijiste que no abandonaría a mi hija adoptiva, pero me gustaría devolverte esas palabras. Debes haber participado en esta batalla mientras liderabas a tu pueblo. Si la deserción de Su Excelencia es revelada, entonces no hay forma de que su gente esté a salvo. ‘Su líder los había abandonado. Su gente sería tratada horriblemente.’ - Personalmente no puedo creer que abandonaras a tu pueblo sólo por reunirte conmigo. Eres un señor ejemplar que trata su deber como noble más sagradamente que nadie. - ... - Su Excelencia seguramente persuadió a los otros comandantes. Usted debe haber declarado que puedo estar presente y que podría negociar conmigo. Los otros comandantes deben haber permitido esta deserción temporal debido a su reclamo. Son un ejército del Imperio Franco, no de Bretaña. Deben estar luchando para entender por qué estaban luchando por la Reina de Bretaña. Si simplemente fuéramos tropas del ejército de los Señor Demonio, entonces, aunque estuvieran luchando por la Reina de Bretaña, sería posible que al menos lucharan bajo la causa de “proteger a la humanidad en su conjunto”. Sin embargo, debido a la batalla de ayer, nuestro bando había ganado bastante peso como ejército humano. Los generales del Imperio Franco deben haber empezado a contemplar. Si siguen luchando así, entonces estarían luchando contra sus semejantes por el bien de la Reina de Bretaña. ¿Qué otro significado podría tener esto...? En esta situación, el Barón Bercy se ofreció como enviado. Teniendo en cuenta la conducta habitual del Barón Bercy, debe haberse ganado bastante confianza entre sus aliados. Sus camaradas confiaron en él y lo enviaron aquí... - En otras palabras, ¿Su Excelencia no es un soldado que se rinde sino un enviado especial del Imperio Franco? ¿Estoy en lo cierto? - ...Realmente no puedo vencerle, Sacerdote. El Barón Bercy soltó una débil carcajada. Dejó su copa de vino y me agarró de las manos. Los ojos del Barón Bercy eran fríos pero también ardientes de pasión. - El Imperio Franco está en una crisis desesperada. Si las cosas siguen así, acabaremos desapareciendo de la historia sin poder ni siquiera gritar una vez. Si eso fuera todo, entonces podría despedirme con gusto del Imperio Franco. Sin embargo, la historia siempre ha pedido la sangre del pueblo. - ... - Sacerdote Jean Bole, por favor coopere con nosotros. Por favor, ayúdenos a perseguir a la reina lunática de Bretaña y devuelva el Imperio Franco a su pueblo. ‘Esta era la oferta que había estado esperando.’

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