Capítulo 106
El que Maldice cava 2 Tumbas (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Era un hecho increíblemente evidente. La otra parte estaba en medio de una gran lucha interna. ¿Qué pasaría si el ejército del Señor Demonio, un ejército que sólo emana el aura de ser enemigo de la humanidad, avanzara sobre ellos durante este tiempo? La tercera princesa imperial aprovecharía esa oportunidad para jugar su baza de actuar “¡por el bien de la humanidad!” y hacerse con aún más autoridad militar. Todos los demás pretextos se desmoronarían ante esto. Independientemente de la posición de cada uno, si no coopera con la facción de la princesa imperial, será ejecutado en nombre de la humanidad. Si marchamos hacia la capital ahora, entonces sólo estaríamos haciéndole un favor a la princesa imperial...
- Por otro lado, si no hacemos nada, entonces la princesa imperial se agotará a sí misma. Por mucho que intente restar importancia a lo que ha hecho, eso no cambia el hecho de que ha llevado a cabo un golpe de estado. Su legitimidad es increíblemente débil. Por lo tanto, necesita algún tipo de logro claro para ganarse el apoyo de la gente.
Este es el destino de todos los golpes de estado. Aquellos cuya autenticidad es débil deben hacer todo lo posible para obtener algún tipo de logro claro. Ya sea dando más derechos al pueblo o reformando la economía. La princesa imperial tomó el control con el pretexto de proteger a la nación de la amenaza del ejército de los Señores Demonio. Dado que este es el caso, sólo hay un tipo de hazaña que puede lograr. Una hazaña militar.
- Cuanto más tiempo pasemos sin hacer nada, más débiles serán las justificaciones de la princesa imperial. Ella declaró que subyugaría al ejército de los Señores Demonio, pero no nos acercaremos a ellos en absoluto. Sus oponentes políticos la atacarán. Pronto llegará un momento en que no tendrá más remedio que actuar. La princesa imperial tendrá que enviar las tropas de su lado.
- ¿Ah? Así que en vez de atacar al enemigo, vamos a atraerlo hacia nosotros, ¿eh?
- Sí. También sería una buena idea difundir algunos rumores.
El príncipe heredero luchó valientemente hasta su último aliento en primera línea. Fue una lucha valiente. Y sin embargo, ¿qué estaba haciendo la princesa imperial? Ni siquiera participó cuando el ejército imperial abandonó el palacio. El príncipe heredero perdió porque la princesa imperial lo obstruyó públicamente...
- Bueno, esto debería ser suficiente.
- Jejeje.
Mi idea fue aceptada inmediatamente. Sonreí irónicamente mientras salía de los aposentos de Barbatos. Naturalmente acababa de mentirle. Todo lo que dije sólo funcionaría si no se tiene en cuenta la 1ª legión de Paimon. El enorme ejército de 30.000 monstruos liderado por Paimon y la Facción de la Montaña marchaba hacia nosotros incluso ahora.
La princesa imperial pedirá un armisticio lo antes posible. Lo más probable es que Barbatos ladee la cabeza y se pregunte si los humanos estaban drogados, pero la 1ª legión aparecerá detrás de la 6ª legión y aceptará formalmente el armisticio. Barbatos aparecerá de repente como un ciervo en los faros.
Por lo tanto, en la perspectiva de la princesa imperial, no importaba si atacábamos o no. Si atacamos entonces ella obtendrá el control total del ejército y contraatacará, si no atacamos, entonces simplemente tendrá que esperar a que llegue la 1ª legión de Paimon. Qué mujer tan formidable... Sin embargo, también tengo varias cartas de triunfo.
‘Sería un error si crees que me dejaré vencer tranquilamente por ti, Princesa Imperial Elizabeth. Tú también, Paimon. A pesar de lo que todos dicen, soy un caballero. No podría mantener mi apariencia de caballero si dejo todo en manos de las mujeres. Me aseguraré de escoltarlas con elegancia.’
* * *
Como esperaba, las cosas sucedieron rápidamente. En sólo unos días, la Tercera Princesa Imperial Elizabeth pidió abruptamente una tregua. Barbatos no pudo ocultar la expresión de desconcierto en su rostro al mirar la propuesta de tregua enviada por la tercera princesa imperial. Poco después, ni siquiera Barbatos pudo ocultar su sorpresa cuando un enorme ejército de 30.000 monstruos apareció de repente detrás de nosotros al día siguiente.
- ¿Aaah? ¿Por qué están aquí esos bastardos de la Facción de la Montaña?
Se produjo una acalorada discusión en el interior de la 6ª legión. “¿Quizás habían atravesado el camino que habíamos abierto para cruzar las Montañas Negras sin sufrir bajas? ¿O tal vez planeaban cooperar con nosotros para ocuparse primero del Imperio Habsburgo antes de dirigirse al Reino de Teutón?” Ninguna de las teorías estaba ni siquiera cerca de ser correcta.
Barbatos se frustró y envió un emisario a la 1ª legión. Exigió saber qué estaban haciendo. Estoy reiterando esto lo más educadamente posible en este momento, ya que el mensaje real estaba lleno hasta el borde de blasfemias. Sin embargo, la respuesta de Paimon fue suficiente para hacer palidecer a los Señores Demonio de la Facción de las Llanuras.
- No, ¡¿quién se cree que es para aceptar el armisticio?!
Una resolución de tregua. El documento comenzaba con una línea que decía que el ejército de los Señores Demonio y el Imperio de Habsburgo reconocían mutuamente su autoridad. Terminaba con el sello real del Imperio de Habsburgo y de Paimon debidamente estampado en la parte inferior. Lo curioso era que también había una sección preparada para que Barbatos estampara su sello. Para Barbatos, quien había cruzado las Montañas Negras y se había esforzado mucho para llegar a Austerlitz, fue como un relámpago. De repente le decían que se reconciliara con el enemigo a pesar de haber estado esforzándose por su cuenta todo este tiempo. Era impensable. Barbatos gritó que iba a dar la vuelta a sus tropas y atacar a la 1ª legión. Sin embargo, no fue hasta que la Princesa Imperial Elizabeth encabezó un ejército de 40.000 soldados y marchó hacia nosotros cuando Barbatos se dio cuenta de que algo iba mal. La situación avanzaba precariamente.
- Espera. Maldicióóóóónnn, ¿soy la única que no entiende nuestra situación actual? ¿Eh?
Aquel día llovía de forma bastante fuerte. Barbatos convocó una reunión de emergencia. Ella no era la única con la mirada seria. Las caras de los otros 18 Señores Demonio también estaban arrugadas como una bola de papel de aluminio. Tenían todo el cuerpo mojado por haber sido golpeados por la lluvia, por lo que parecían aún más enfurecidos.
- Así que esa zorra imperial pide espontáneamente un armisticio y esos bastardos de la Facción de la Montaña han venido aquí en lugar de ir a Teutón. Bien. Digamos que tienen sus razones. ¿Pero por qué esa zorra imperial y los bastardos de la Facción de la Montaña nos bloquean por delante y por detrás? Maldición, ¿no están amenazando con atacarnos por ambos lados?
Barbatos dio un pisotón. La forma de su pie derecho apareció visiblemente en el suelo.
- ¿Acaso esa puta de Paimon le suplicó a los humanos que la ayudaran a acabar con nosotros?
- ¡Esos hijos de puta deben ser enviados al Infierno!
Los otros Señores Demonio de la Facción de las Llanuras empezaron a gritar de acuerdo. Gritaron que los traidores merecían morir. Estaban tan alterados que si Barbatos les diera la orden, saldrían de esta tienda de guerra en ese mismo instante y se prepararían para la batalla. Yo hablé en ese momento.
- Permítanme hablar. Lo que Paimon pretende es pescar en aguas turbulentas.
Las miradas de los Señores Demonio se volvieron hacia mí. Todos estaban llenos de intenciones asesinas. Sin embargo, su intención asesina se transformó en rabia y su rabia en conmoción cuando explique la situación. Para cuando terminé de hablar, la tienda estaba tan silenciosa que no podías evitar preguntarte si alguna vez estuvo llena de gritos para empezar.
El general Zepar consiguió hablar.
- Pero Dantalian. Entiendo que Paimon se beneficiaría tanto si decidimos luchar contra ellos como si no. Si luchamos, aprovecharán esa oportunidad para aniquilarnos, y si no luchamos, obtendrán el logro de “capturar tierras en el continente humano”. Sin embargo, ¿no estaría Paimon traicionando a toda la raza demoniaca y no sólo a nosotros? ¿Nuestros aliados se quedarían callados y simplemente permitirían que esto ocurriera?
Sacudí la cabeza.
- Hermano, han pasado 2.000 años. La Alianza Creciente ha fracasado durante 2.000 años. Una miríada de demonios ha empezado a cuestionar la existencia de la Alianza Creciente. Están cansados de esto. Si este armisticio es aceptado, entonces el ejército de los Señores Demonio ganará la posesión de un pedazo de tierra que es oficialmente reconocido por el Imperio de Habsburgo.
- Mm.
- En lugar de una conquista continental que puede o no fracasar, seríamos capaces de obtener una cantidad definida de tierra... Esto parecería más atractivo para la gente del continente demoníaco.
Alabarían a Paimon como el gran Señor Demonio que había logrado esta hazaña. El primer logro en los 2.000 años de historia de la Alianza Creciente. El general Zepar comprendió lo que quería decir y tragó saliva. Una cortina de silencio volvió a caer sobre la tienda de guerra.
Barbatos, que había estado sentada en silencio todo el tiempo, habló en voz baja.
- ...Entonces, ¿qué? ¿Esa zorra de Paimon se beneficiará tanto si decidimos luchar como si aceptamos el armisticio? Además, ¿sólo hay una pequeña posibilidad de que la gente del continente de los demonios nos apoye? ¿Es eso lo que estás diciendo?
- ...
Bajé la cabeza en respuesta. Barbatos se quedó muda.
- Pero, ¿por qué... No son esos bastardos de la Facción de la Montaña los traidores? ¿Por qué somos nosotros los despreciados? ¿Eh?
Miró a cada Señor Demonio uno por uno como si esperara que estuvieran de acuerdo con ella.
- ¿No somos nosotros los que luchamos más duro? ¿No derramamos la mayor cantidad de sangre? En aras de alcanzar el sueño de la raza demoniaca... ¿cuántos de nuestros hombres hemos perdido en estas tierras extranjeras...? ¿Por qué se apoya a Paimon cuando lo único que hizo fue mirar en silencio desde atrás? Amigos, el único crimen que hemos cometido es el de luchar.
Los demás Señores Demonio bajaron la cabeza mientras evitaban la mirada de Barbatos.
- ¿Se cansaron porque 2.000 años es mucho tiempo? ¿Y nosotros? A lo largo de los últimos 2.000 años, nunca descansamos ni siquiera cuando estábamos agotados y continuamos luchando mientras nos negábamos a rendirnos... ¿En qué nos convierte eso nuestra determinación y nuestra sangre? Podríamos haber hecho uso de nuestra autoridad y vivir cómodamente. Podríamos habernos entretenido en lugar de levantar nuestros ejércitos. Podríamos haber hecho todo eso, pero debido a nuestro maldito deber como Señores Demonio, seguimos adelante durante los últimos 2.000 años sin descanso... ¿y ahora me dices que pare? ¿Los que están equivocados no son esos antiestéticos traidores, sino nosotros?
Golpeó la mesa. Fragmentos de madera volaron por los aires desde la zona en la que había chocado su puño.
- ¡No me hagas reír! ¿Cómo se atreven? ¿Cómo se atreven a menospreciar nuestro orgullo? ¡Nuestra sangre y nuestra tierra!
- ...Su Excelencia.
- ¡Perdí 6.000 hombres en la 1ª Alianza Creciente! ¡Perdí un brazo y una pierna en la 2ª Alianza Creciente! Mi ejército se desmoronó en la 3ª Alianza Creciente porque no nos dieron raciones durante más de 2 meses, ¡y fuimos aniquilados en la 4ª Alianza Creciente porque nuestros aliados nos ignoraron! Nada cambió en la 5ª, 6ª o 7ª Alianza Creciente. ¿Quiénes fueron los que sangraron durante estas siete tragedias? ¿Fue la gente que estaba sentada tranquilamente en el mundo de los demonios? ¿Fueron esos bastardos de la Facción de la Montaña que sólo piensan en sus propios beneficios? No. ¡Por supuesto que no! ¡Nosotros estábamos en primera línea! ¡Fuimos los más dedicados y valientes! ¿Es esta nuestra recompensa por 2.000 años de dedicación y valentía? ¡No me hagas reír!
Barbatos se levantó.
- Paimon, esa puta de mierda... Bien, quieres una batalla sangrienta, ¿verdad? Que así sea. ¿Cómo te atreves a tratar a mí, a nuestro orgullo como un tapete? Voy a matarte.
Salió de la tienda. Los pasos de Barbatos eran tan firmes e intimidantes que los demás Señores Demonio y yo no nos atrevimos a detenerla. Permanecimos en la tienda, pero no intercambiamos palabras. Alguien soltaba un suspiro de vez en cuando. Pasó mucho tiempo hasta que el general Zepar habló en voz baja.
- Creo que lo mejor sería aceptar el armisticio.
Sólo dijo una frase. Los otros Señores Demonio parecieron entenderlo todo tras oír esa única frase. Estaba claro que pensaban lo mismo. Sin embargo, permanecían en silencio porque estaban devastados por el hecho de que tenían que dejar de luchar porque habían caído en la trampa de otro Señor Demonio. El hermano Beleth rechinó los dientes.
- ¿Entiendes lo que estás diciendo?
- Cálmate, jabalí. También deberías saber que no tenemos otra opción que aceptar el armisticio.
- Sí. Como siempre dices, Pequeño Zepar, soy un idiota. Pero hay una cosa que sí sé, y es el hecho de que somos guerreros y nos están insultando. Los guerreros no toleran los insultos.
Una vez lo hizo, Zepar no se echó atrás y continuó.
- ¿Qué pretendes al no aguantar los insultos?
- ¿Es eso siquiera una pregunta? Lucharemos.
- ¿Luchar? ¿Tienes la confianza de ganar contra el poder militar de 30.000 de la 1ª legión? La 1ª legión no será el único ejército al que nos enfrentemos. Nos enfrentaremos al ejército de 40.000 soldados del Imperio de Habsburgo. 30.000 monstruos y 40.000 humanos. No tendremos ninguna oportunidad.
- ¡Luchar y encontrar tu final después de quedarte sin suerte es el destino de todos los guerreros! No sé cuánto tiempo llevas luchando sólo en batallas que puedes ganar, ¡pero hay cosas por las que los guerreros no se rinden! ¡Destruye y aniquila todo! Eso es.
El general Zepar frunció el ceño.
- Fanático de la guerra... ¿Pretendes acabar con la Facción de las Llanuras?
- ¡Una Facción de las Llanuras que ha perdido su orgullo ya no es la Facción de las Llanuras!
La disputa aumentó. Los Señores Demonio se dividieron instantáneamente en 2 grupos: los defensores de la guerra y los defensores de la paz. Tontos que no tienen en cuenta el futuro y cobardes que no saben cuándo luchar, se lanzaron todo tipo de insultos por ambas partes. La opinión mayoritaria era a favor de la paz. Beleth y una parte de los partidarios de la guerra querían luchar hasta la muerte. Naturalmente, nadie querría empezar una batalla en la que su derrota es obvia...
En ese momento, un oficial hombre bestia entró corriendo en la tienda de guerra. Comenzó a hablar a pesar de la tensa atmósfera entre los Señores Demonio. La noticia era tan urgente que consiguió echar un jarro de agua fría sobre el caldeado ambiente.
- ¡M-Malas noticias! ¡Su Alteza Barbatos parte sola!