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miércoles, 21 de febrero de 2024

CCG - Capítulo 129


Capítulo 129
¡El Ataque de los Debiluchos!
Traducción y corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
—Cuéntame lo que pasó —dijo Siete del Clan Su. Dieciséis le contó cómo fue atacada por el tío de la Secta Agrícola Inmortal en el hospital, cómo Song Shuhang la salvó, cómo un asesino vino a matarlos, cómo ella y Song Shuhang se preparaban para encontrar pistas sobre el asesino en la Sede de Entregas Urgentes Fengshou en Jiangnan, y cómo una extraña bola de humo se llevó a Song Shuhang... También hubo un monstruo pekinés siguiendo a la bola de humo. Cuando terminó, Dieciséis preguntó: —Siete, ¿realmente robaste el tesoro de la Secta Agrícola Inmortal y heriste a sus discípulos? —No, nunca haría algo así —dijo Siete del Clan Su, sacudiendo la cabeza. —Pero, hace unos días, fui a la Secta Agrícola Inmortal —habló y frunció el ceño ligeramente—. En ese momento, conocí a un amigo y nos llevamos bastante bien. Cuando supo que buscaba medicinas para curar las heridas de la tribulación celestial, me recomendó la Fruta Maravillosa de Siete Colores de la Secta Agrícola Inmortal. Como una pequeña secta, la Secta Agrícola Inmortal era muy buena para plantar medicinas espirituales y, por lo tanto, era un poco famosa entre los cultivadores. En ese momento, ese amigo mío me acompañó a la Secta Agrícola Inmortal y les preguntamos si podían venderme la Fruta Maravillosa de Siete Colores. Sin embargo, se negaron ya que la Fruta Maravillosa de Siete Colores era el tesoro más preciado de su secta y no estaba a la venta. Así que, me di por vencido y busqué otra medicina. Parecía que... Puesto que él y su amigo habían ido a la Secta Agrícola Inmortal, esa Secta Sable Lunar lo tomó como blanco. ¿La Secta Sable Lunar trataba de crear un conflicto entre él y la Secta Agrícola Inmortal y luego seguir beneficiándose de ello al incriminarlo después de que robaron la Fruta Maravillosa de Siete Colores? “No busques la muerte”. Era tan fácil de entender, ¿por qué siempre había alguien que no lo entendía...? —Siete, ¿qué vamos a hacer? Capturaron a Song Shuhang —preguntó Dieciséis. Lo habían capturado por su culpa. —¿Sabes a dónde van a llevar a Song Shuhang? —Preguntó Siete. Dieciséis negó con la cabeza. Vio la dirección en la que se escapaba la bola de humo negro, pero siguió cambiando de dirección y enmascaró su propio olor mientras huía. Había pasado tanto tiempo que no podrían alcanzarla. Estaba preocupada por la seguridad de Song Shuhang, si la otra parte descubría a medio camino que no atrapó a la joven del Clan Su sino a otra persona, podría matar a Song Shuhang. ¡Cuanto más se demoraban, más peligro corría! —No te preocupes... Todavía tenemos otra pista. —Siete del Clan Su reflexionó por un momento y luego explicó—. El compañero del asesino es la pista como mencionó Song Shuhang, ¡y debemos reunirnos con el compañero del asesino de inmediato! Mientras hablaba, el celular en la mano de Dieciséis sonó. Desbloqueó la pantalla y lo comprobó. Casualmente, era una llamada del Pequeño Jiang de Entregas Urgentes Fengshou. Dieciséis contestó la llamada. —Hola, estudiante Shuhang, llegué a la puerta Este de la Universidad de Jiangnan. ¿Dónde estás? —La voz de Sima Jiang provino del teléfono. Dieciséis miró a su alrededor y pronto descubrió que había siete autos de entregas urgentes en la puerta Este. —Sr. Jiang, lo veo, estaremos allí. Sima Jiang escuchó la voz de una mujer, hizo una pausa y preguntó con duda: —¿Tú eres? —Soy amiga de Song Shuhang. Necesito ver al ladrón —respondió Dieciséis y se dirigió hacia los autos de entregas urgentes con Siete. —¿Qué pasa con el estudiante Song Shuhang? —Sima Jiang miró a Siete y a Dieciséis, sintiéndose sospechoso ya que no vio a Song Shuhang con ellos. En este momento, Siete comenzó a hablar con voz suave: —Tenía algo que hacer, así que se fue primero y no nos acompañará a ver al ladrón. No se preocupe. Solo llévenos a ver al ladrón. Parecía haber un poder mágico que podría calmar a las personas en la voz de Siete. Cuando Sima Jiang escuchó sus palabras, asintió y dejó de dudar de ellos. Luego, encendió el auto de entregas urgentes y los llevó a la sede de Entregas Urgentes Fenghsou en Jiangnan.
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El ladrón estaba muy vigilado. Ahora estaba sentado aturdido en el sótano. ¿Los hombres de Sima Jiang encontraron al hermano mayor? Si es así, ¿qué pasa después? ¿Atraparán al hermano mayor o todos los hombres de Sima Jiang serán asesinados? Además, ¿la Secta Sable Lunar enviará a alguien a salvarme? Mientras pensaba salvajemente, la puerta del sótano se abrió. Sima Jiang condujo a un hombre y a una mujer al sótano. —Fue este tipo el que me robó —dijo Sima Jiang. —Gracias. Nosotros nos encargaremos del resto. —La voz de Siete era suave, todavía con el encanto tranquilizador. Sima Jiang asintió en silencio, salió del sótano y cerró la puerta detrás de él. Cuando se fue, Siete chasqueó los dedos y un sable apareció a su lado. Mientras patrones brillantes aparecían en el sable, una formación que impedía espiar desde el exterior y aislaba el sonido se formó en un instante. Al ver esto, el ladrón supo que algo terrible le iba a pasar. —Ahora, dime tu nombre, tus antecedentes y la razón por la que viniste —dijo Siete del Clan Su con frialdad. Incluso si no hizo nada, el ladrón todavía se sintió abrumado por una fuerza terrible y le resultó difícil respirar. —Mi nombre es Zhao Bulu, un discípulo externo de la Secta Sable Lunar... —Zhao Bulu no tenía intención de resistirse y les contó toda su información personal casi instintivamente—. Como me ordenaron los superiores de nuestra secta, vine aquí hace unos días para monitorear a alguien. Solo soy un discípulo externo. Hago lo que los superiores me dicen que haga, y no sé nada más. Justo como se esperaba, era miembro de la Secta Sable Lunar, y había comenzado a monitorear a Dieciséis días atrás... Incluso antes de ir a la Secta Agrícola Inmortal. Si es así... ¡el “amigo” que lo llevó a la Secta Agrícola Inmortal era realmente cuestionable! Siete del Clan Su se consideraba un tipo rudo que no era bueno en conspiraciones ni en intercambiar palabras. Desde que se convirtió en cultivador, había pasado por muchas conspiraciones, ¡y en lo que podía confiar era solo él y el sable en su mano! —Última pregunta: ¿en dónde está la Secta Sable Lunar? —Siete preguntó en voz baja. —Está en el Sur de China, en una montaña llena de árboles. La posición específica es XXXX. —Zhao Bulu les dijo exactamente lo que sabía. —Bien, acabas de tomar la decisión correcta. —Siete del Clan Su giró hacia Dieciséis y dijo—. Vámonos, vayamos a la Secta Sable Lunar. Dieciséis asintió en silencio. Después de que los dos abandonaron el sótano, Zhao Bulu estaba sudando y sin aliento. Cuando estuvo frente a ese hombre hace un momento, sintió que iba a morir. En la entrada del sótano, Sima Jiang esperaba a Siete y Dieciséis. —¿Obtuvieron la respuesta que querían? —Preguntó Sima Jiang. —Sí, la obtuvimos. Gracias, Sr. Sima. —Dieciséis sonrió—. Gracias por su ayuda. Prepararé un regalo para usted cuando las cosas se resuelvan. —De nada —dijo Sima Jiang rápidamente. —Tenemos que irnos. Lamento haberle molestado. Adiós. —Siete se despidió con la mano. Sima Jiang asintió y observó a los dos mientras se iban. Después de despedir a Siete del Clan Su, Sima Jiang se rascó la cabeza de repente. —¿Algo me poseyó? Sintió que hoy fue demasiado obediente con ese hombre, incluso más obediente que un hijo frente a su padre.
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Al mismo tiempo. Sosteniendo a Song Shuhang, el Monarca Demonio Anzhi voló por una distancia y se detuvo. Frente a él, apareció un grupo de cultivadores de la Secta Agrícola Inmortal cuyos ojos ardían de ira. Y detrás suyo, ¡había un monstruo pekinés que corría tras él! —¡Danos a Dieciséis del Clan Su! —El grupo de cultivadores gritó con ferocidad. No eran buenos en el combate, pero ahora estaban bastante emocionados, como si estuvieran drogados. —Jaja, un montón de debiluchos, ¿creen que pueden detenerme? —Perseguido por el monstruo pekinés detrás de él, el Monarca Demonio Anzhi ya estaba enojado. Ahora, ¿incluso estos cultivadores de la Secta Agrícola Inmortal que solo numeraban diecisiete se atrevían a menospreciarlo?

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