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domingo, 18 de febrero de 2024

DD - Capítulo 216

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Capítulo 216
Aventureros de Rango D (VIII)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Levanté la vista hacia el humo. - Cierto sabio dijo una vez... “la gente feliz en su mayoría parece la misma, mientras que la gente desafortunada tiene sus respectivas diferencias”. - ¿Qué significa eso? Sacudí la cabeza. - No, esa frase simplemente me vino a la cabeza, aunque nunca había pensado en ella desde la primera vez que la leí hace unos años. La memoria de una persona es algo bastante misterioso. ‘¿Cuándo fue? ¿La escuché durante una de mis clases de primero de la universidad?’ Fue hace sólo unos años, pero ahora me parecía un recuerdo lejano... Sin duda era la primera línea de la novela de Tolstoi “Anna Karenina”. En aquel momento no le di mucha importancia y me limité a hojearla, pero ahora recordaba una línea que no era más que letras negras en una página blanca. Probablemente se debía a que sólo me rodeaba gente rota. La mestiza entre demonio y humano, Lapis. Laura que fue vendida como esclava por su familia. Jeremi que fue forzada a vivir una vida como asesina desde joven... Y ahora Parsi que fue forzado a convertirse en el jefe de la aldea después de la muerte de su padre. Estos eran los estados en los que se encontraban todas las personas que podrían llamarse mis vasallos. Parsi no se convirtió en el jefe de la aldea porque quiso y convertirse en una asesina tampoco fue decisión de Jeremi. Laura, naturalmente, tampoco se convirtió en esclava sexual porque quiso. Lapis tampoco hubiera querido nacer como mestiza. Todas estas personas fueron forzadas a situaciones desafortunadas a pesar de no haber hecho nada malo. ¿No era injusto? - ... Pasamos la noche en casa de Parsi. No había ningún problema si no dormía durante varios días, así que me senté en el alféizar de una ventana y pensé mientras fumaba. ‘Estaría bien que uno se volviera desgraciado por haber hecho algo malo.’ Podrían arrepentirse y reflexionar sobre lo que hicieron mal para que no vuelva a ocurrir. Al hacerlo, podrían llegar a ser felices. Pero, ¿qué se supone que debían hacer las personas que no habían hecho nada malo, pero que aun así se encontraban en situaciones desafortunadas? No tienen de qué arrepentirse ni a quién pedir perdón. Era el mundo el que estaba equivocado, no ellos. Por lo tanto, tienen derecho a vengarse del mundo. La desgracia se cebó injustamente en ellos, así que ahora les tocaba a ellos imponer la injusticia al mundo. Somos individuos de malicia condensada y nuestra malicia ha sido aprobada por el mundo. Soy un Señor Demonio. Los reyes son personas que llevan a cabo los deseos de sus súbditos. Como Señor Demonio, llevaré a cabo la venganza de mis vasallos. Venganza indiscriminada. ‘Barbatos, este es mi principio de realeza. Probablemente parezca absolutamente sucio comparado con tu principio de llevar a cabo los sueños de la raza demoniaca en su conjunto. Pero este es el único método que tenemos. ¿Serías capaz de entender esto, chica con gran orgullo?’ La noche fluyó en silencio.
* * *
- ¿Dormiste bien? Me encontré con Fabián a la mañana siguiente. No era sólo él quien estaba en la entrada del pueblo. Había un grupo alborotado de 20 aventureros reunidos aquí también. Era un grupo que había venido desde la ciudad para invadir el Castillo del Señor Demonio de Dantalian. - Yo, afortunadamente, pude conseguir un lugar para dormir. ¿Y usted, Señor Fabián? ¿Durmió bien? Fabián se rascó la calva. - Maldita sea. Acabé durmiendo en un establo aunque pagué mucho por el alojamiento. Parece que a los aldeanos de aquí les rechinan los dientes sólo de pensar en aventureros. Aunque al menos parecían tener conciencia, ya que me dieron heno fresco para usar como manta. No estaba tan mal. Es mejor que usar aire como almohada, ¿no crees? - Por supuesto... Pero parece que hay mucha gente aquí. ¿Es algún tipo de cita? Miré a mí alrededor. Fabián pareció sorprendido por mi respuesta mientras hablaba. - ¿Nunca habías participado en un grupo grande? - Sí. Casi siempre he estado en grupos de 5 o 10 personas. Fabián sonrió burlonamente. - Ya veo. Así que es tu primera vez. Pronto lo entenderás. Echa un vistazo a lo que pasa cuando se reúnen más de 100 aventureros. Poco después, decenas de aventureros empezaron a moverse por su cuenta. Una vez que un grupo tomaba la delantera y avanzaba, los demás los seguían lentamente. Jeremi y yo caminábamos mientras charlábamos en la Lengua del Imperio Antiguo. Sin embargo, esto no ocurría sólo en la aldea en la que nos habíamos quedado. Empezamos a ver más y más grupos de aventureros como el nuestro a nuestra izquierda y derecha cuanto más nos acercábamos al castillo del Señor Demonio. Una vez que los grupos se reunieron, el número de aventureros se disparó de 20 a 100 en un instante. - Oooh. Finalmente llegamos a la entrada, donde ya había una cola de aventureros. A simple vista, probablemente había unas 150 personas. Fabián habló a mi lado una vez que me quedé mirando el espectáculo con asombro. - Cuando se reúnen tantos aventureros así, se juntan a una hora determinada y entran todos juntos. No lo planean de antemano, pero es como una regla no escrita. - ¿Y eso por qué? Fabián se encogió de hombros. - Tienes una mayor tasa de supervivencia en comparación con cuando vas solo. No sabemos qué monstruos viven en el castillo del Señor Demonio y qué tipos de trampas hay, después de todo. Básicamente, todo el mundo espera que otro grupo active las trampas por ellos. Es como una especie de escudo de carne. Ya veo. Era simple pero efectivo. No esperaban nada como la unidad de las otras partes. Otra persona actuando como cebo era más que suficiente. Yo no sabía esto ya que sólo los grupos de pequeño tamaño aparecían en el juego. - ¿No sería desventajoso cuanto más adelante estés? Siento como si todos quisieran ir más adelante. - Jeje. Tienes razón, pero la competencia también aumenta cuanto más atrás estés. “Era peligroso ir primero, pero la recompensa era alta.” Eso era lo que estaba diciendo. - Los castillos del Señor Demonio rebosan maná. Los demonios que viven consumiendo ese maná... su piel son resistente y firme, así que puedes venderlos a mercaderes y puedes vender sus huesos a gremios de magos. Son todo dinero. - Ve a los castillos del Señor Demonio si quieres ganar mucho dinero, pero si te preocupa tu seguridad, entonces no vayas primero... Fabián asintió. - Al final, la gente que confía en sus habilidades irá primero. También es una cuestión de orgullo, ¿sabes? Las noticias sobre un determinado grupo que vaya antes que otro o que vaya por detrás de otro afectarán inmediatamente a su reputación. Mira allí. Fabián señaló la entrada. Allí había aventureros que se distinguían claramente del resto de la chusma. Algunos llevaban armaduras de cuero de alta calidad y otros incluso cotas de malla. Probablemente eran aventureros de rango D como mínimo. Todos estaban inquietos mientras se vigilaban unos a otros. - Dédalo el Ráfaga, Myriel la Loca, Cuervo Venenoso... Todos los tipos de cierta reputación se han reunido aquí. Si excluyes a los que se fueron a la guerra, son los siguientes en la lista. Hm, esos tipos definitivamente tienen muchos problemas entre ellos. Es sorprendente que nadie haya sacado su espada todavía. Pero no creo q eso dure mucho tiempo. Fue como él dijo. Un aventurero construido como una montaña dio el primer paso. Un grupo de aventureros le siguieron uno a uno mientras atravesaban la entrada. Una vez que partieron, los otros aventureros que se estaban mirando rápidamente se dieron la vuelta y gritaron. - ¡Nosotros también nos vamos! - ¡Reúnanse! Todos se arremolinaron hacia delante en cuanto una sola persona dio el primer paso. Los exploradores tomaron la delantera, en su mayoría guardabosques y cazadores, y corrieron primero. No planearon nada de antemano, pero los exploradores cooperaron entre sí mientras se movían juntos como un grupo. Fabián parecía disgustado mientras fruncía la nariz. - Hmph. Dédalo está realmente acalorado. Definitivamente va a morir primero. - No hay garantía de que vaya a morir. - Bastante, pero tampoco hay garantía de que sobreviva, ¿verdad? Fabián cacareó. Al entrar en el castillo del Señor Demonio, también nos vimos arrastrados por la gente que nos rodeaba. A diferencia de la luz del sol del exterior, el interior de la mazmorra estaba lleno de una luz azul que emanaba de las piedras de maná. Resultaba incómodo para los aventureros que habían traído antorchas por si la mazmorra estaba a oscuras. Fabián también había traído una antorcha, pero murmuró sorprendido. - Este lugar es mucho más abundante en maná de lo que esperaba. Por lo menos, no tendremos que volver por habernos quedado sin antorchas. - ¿Eso es bueno? - Es bueno y malo a la vez. Lo bueno es el hecho de que no tendremos que depender de las malditas antorchas... ¡Eh, cabrón! Mantén la distancia. Fabián dejó de explicar de repente y gritó a la gente que estaba detrás de nosotros. Los aventureros que estaban justo detrás de nosotros se habían chocado con él. Fabián intercambió algunas maldiciones con ellos durante un rato antes de que se distanciaran con indiferencia. - ¡Caramba! No hay sitio para blandir la espada si la gente está demasiado pegada. Moriremos todos juntos. En serio, estos chicos son demasiado impacientes... Mm, ¿hasta dónde me expliqué? - Lo malo de un castillo de Señor Demonio al tener mucho maná. - Ah, cierto. Lo malo. Es sencillo. Si hay mucho maná, también vivirán aquí muchos monstruos. Es evidente. También podrías interpretarlo como que hay muchas más cosas que cazar para conseguir dinero. -Y también significa que podríamos acabar siendo la presa. - Así es. Fabián sonrió. En ese momento, oímos unos gritos que venían de delante de nosotros. El sonido del metal y los gritos resonaba al rebotar en las paredes de la caverna. Alguien gritó “¡Goblins!”. Al parecer, el primer grupo que había entrado se había topado con monstruos. El alboroto pronto se detuvo. Los aventureros debían de haber lidiado con ellos fácilmente. - No debe haber sido un monstruo impresionante. Nadie gritó sobre huir. Bueno, no es de extrañar ya que todavía estamos en la entrada. Tengo un buen presentimiento. Continuamos caminando así durante unos 10 minutos con este ánimo. El número de grupos de aventureros disminuía a medida que pasaba el tiempo. No era porque estuvieran acabando con los monstruos. Había caminos que se bifurcaban dentro de la mazmorra. El túnel se bifurcaba en tres caminos diferentes. Los grupos se dividían por el camino de su elección. - ... Hmm. Fabian se detuvo frente al camino bifurcado. ¿Se dio cuenta de que no tenía sentido contemplar? Fabian eligió el camino derecho que la mayoría de los otros grupos también habían tomado. Poco después encontramos otro camino bifurcado. Esta vez se dividía en sólo dos caminos diferentes. Los otros aventureros se detuvieron un momento al llegar a esta segunda bifurcación. Estaban preocupados porque su número disminuía, pero el camino también se había vuelto demasiado estrecho para que cupieran 50 personas. - ... Los aventureros se separaron una vez más. Fuimos por el camino derecho. Nuestro grupo, que había partido relativamente más tarde que los demás, acabó acercándose al frente, ya que la gente que iba delante de nosotros había desaparecido. Caminamos así unos 10 minutos más. Esta vez los aventureros se detuvieron por completo. En poco tiempo, la gran multitud que comenzó con 150 aventureros se había reducido a 20. Se habían detenido en un punto y se miraban unos a otros con ansiedad. Fabián murmuró. - Esto es un poco preocupante. Había otro camino bifurcado delante de ellos y los senderos eran un poco más estrechos que antes. Si los aventureros volvían a dividirse en grupos más pequeños, entonces los grupos pasarían de 20 a 10. Básicamente se estarían convirtiendo en el mismo tamaño que los grupos normales a pequeña escala. No era de extrañar que los aventureros que se sentían confiados por su número se mostraran reacios a dividirse ahora. Fabián se dirigió a los aventureros que dudaban. - Eh, ¿qué tal si trabajamos juntos aquí? Puede que esté abarrotado, pero creo que sería mejor si bajáramos todos por un mismo túnel. Los otros aventureros también debían de sentirse ansiosos por separarse, ya que estaban de acuerdo con Fabián. Todos mantuvieron bastante distancia entre sí mientras se adentraban uno a uno en el túnel de la derecha. No sabían a dónde iban. Esta gente no tenía ni idea de que se trataba de una “prueba beta” para mi nuevo Castillo del Señor Demonio.

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