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jueves, 25 de enero de 2024

DD - Capítulo 181

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Capítulo 181
Misantropía (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Levanté rápidamente las rodillas. Fue una acción instintiva. Mi rodilla golpeó justo en el estómago de Daisy cuando la levanté. La chica soltó un gemido mientras rodaba fuera de la cama. Un sonido metálico sonó mientras la daga caía en alguna parte. Ya no estaba encima de mí, pero aún podía sentir la frialdad dejada por la hoja en mi cuello. La cual se acercó realmente a mi cuello con la intención de apuñalarme. Había una clara sed de sangre. Sentía frío en la nuca. Me froté el cuello como si tuviera algo untado. ‘Esa maldita mocosa.’ Apreté la mandíbula. Una vez que el miedo se desvaneció, fue reemplazado por la ira. Miré hacia abajo y la vi en el suelo. Parece que mi rodilla había golpeado su plexo solar. Me levanté y me puse encima de ella. El pequeño cuerpo de la chica era fácil de dominar. Daisy me miró de forma fría. Era difícil pensar que era la expresión de la niña que acababa de intentar matarme hacía un par de segundos. Su impasibilidad derramó aceite sobre mi ira. Le di a Daisy una bofetada en la mejilla. Su cabeza se giró con facilidad, como un tallo de maíz al partirse. Sin embargo, Daisy volvió lentamente la cabeza para mirarme de nuevo. Esa maldita mocosa podrida. - Parece que tienes ganas de morir. - No. Juré matarte. Su mirada no cambió en absoluto. Siguió siendo rebelde y molesta. Sus esfuerzos, sin embargo, eran insignificantes. Me reí de ella. - ¿Y? ¿Pudiste matarme? Esto es desafortunado. No dejaré que las cosas salgan como tú quieres. A partir de ahora tendrás que recibir mi permiso incluso para respirar. - Parece que ese es el caso. Es lamentable. Daisy habló con una cara que ni remotamente parecía como si esto le pareciera desafortunado. Esto no me gustó así que la golpeé una vez más. Más fuerte esta vez. El sonido de carne golpeando resonó por todo el estrecho vagón. - Confiesa. ¿Cuándo te despertaste? - Hoy cuando salió el sol. Esto significaba que había estado esperando una oportunidad como esta desde la tarde. Su garganta debería estar absolutamente seca y su hambre debería ser insoportable ya que había estado dormida durante 4 días, pero se las arregló para soportar todo eso. Todo por probar si podía matarme. ‘Una mocosa rencorosa.’ Sentí el pecho tan caliente que pensé que iba a estallar. Podía sentir literalmente la ira brotando de mis ojos. Daisy parecía no darse cuenta de esto, no, lo más probable es que sí, pero lo ignoraba intencionadamente mientras abría la boca. - ¿Quién es Jack? - ¿Qué? - ¿Siempre tienes pesadillas? Murmuras nombres de personas sin parar. Hay nombres que repites. Jack, Hawk, Aland, Riff... y madre. Los extremos de la boca de Daisy se levantaron. Sin embargo, sus ojos no sonreían. - Es sorprendente saber que existencias como tú también tienen una madre. - ... Sentí que mi racionalidad se quebraba. Ya no podía contener mi ira mientras procedía a abofetear a Daisy una y otra vez. Su cabeza se movía hacia un lado cada vez que lo hacía, pero volvía lentamente a su posición original para mirarme con sus ojos sin emoción. Con mucho gusto le infligí daño. Tenía muchas ganas de hacerlo. Naturalmente, no se podía decir mucho de la Resistencia de una chica que llevaba varios días desmayada. Había un límite para el tiempo que podía soportar esto. Una vez que sus labios se desgarraron y la sangre comenzó a fluir, parecía que ya no tenía la fuerza para mover la cabeza, dado que esta permaneció hacia un lado sin fuerzas. Como una muñeca a la que le han cortado las cuerdas. Sin embargo, seguía respirando con dificultad. Le agarré la barbilla con la mano derecha y acerqué su cabeza a mí. La acerqué tanto que prácticamente podía contar sus pestañas. - Quemaré vivos a tu madre y a tu padre. ¿Lo has entendido? Si me cortas el dedo, le cortaré el brazo a tu madre, y si me cortas el dedo del pie, le arrancaré las entrañas a tu madre y la masacraré. Le sacaré los ojos a tu padre y te los meteré por la garganta. Deberías prestar atención a mi advertencia mientras puedas. Soy el tipo de persona que devuelve cualquier humillación varias veces. - ... Unos ojos medio cerrados y sombríos se giraron para mirarme. La chica habló como si estuviera exprimiendo el último poco de aire de sus pulmones. - No puedes hacer eso. - ¿Qué? - Eres incapaz de hacerlo. Daisy cerró los ojos. Su respiración se debilitó. Había dicho lo que quería y se había desmayado como había querido. La mano que estaba usando para sostener su cara empezó a temblar severamente. Puede que fuera el final para ella ya que había perdido el conocimiento, pero no era el caso para mí. Mi ira brotaba como un volcán. La lava que aún no había estallado había llenado por completo mi garganta y mis intestinos. - Bien. Te enseñaré lo que significa ojo por ojo, mocosa. Aparté a Daisy y me levanté. Sentía que la parte superior del abdomen me iba a estallar si no conseguía expulsar algo de ese calor, así que salí del vagón mientras respiraba hondo. Era plena noche, así que el exterior estaba completamente oscuro. Unas hogueras rojas ardían aquí y allá. La hoguera en la que estaba Jeremi era la más cercana al carruaje. Me acerqué a esa fogata. Ella debió notar que me acercaba debido a que se levantó. Ella me había dicho una vez que los asesinos podían sentir la presencia de gente a su alrededor en todo momento, así que pude dormir sin preocupaciones. - ¿Qué sucede, Su Alteza? - La chica se despertó. - Ah. Su cuerpo debe estar muy débil, entonces. Traeré un poco de agua con miel para ella inmediatamente. - Realmente está débil. Intentó asesinarme. - ¿Cómo dices? Me señalé el cuello mientras hablaba. Hablar de ello sólo avivaba aún más las llamas de mi ira. - Ocultó que se había despertado por la tarde y me acechó hasta que me dormí en el carruaje. Sacó mi daga e intentó apuñalarme. Esa maldita mocosa. Jeremi soltó una risa forzada. - Ja, incluso le dije que no puede escapar al control del sello de esclavitud. Es mucho más viciosa de lo que esperaba. ¿Qué piensa hacer, Su Alteza? - La torturaré a fondo. No le infligiré dolor físico. Sin embargo, mi ira sólo se aliviará si atormento su mente a fondo. - ¿Entonces? Preguntó Jeremi en tono interesado. Sonreí mientras murmuraba una línea en mi cabeza. ‘Empleo de Monstruos.’ Una ventana holográfica apareció silenciosamente ante mí. Era una ventana de selección para elegir entre monstruos de Rango F, Rango E, o Rango D. Elegí la opción de Rango D. Una lista de monstruos se desplegó ante mí.

Empleo de Monstruos:
Nombre:
Aguante:
Ataque:
Defensa:
Precio:
Slime de Tortura
20
1
2
500
Gnomo
7
2
5
500
Goblin Caballero
10
10
8
800
Goblin Mago
5
20
5
1.000
Zombi
2
5
5
100
También apareció un aviso diciéndome que poseía unos 9 millones de monedas de Oro. Esto se debía a que tuve que pagar un anticipo de 5 millones de monedas de Oro para construir mi Mazmorra de Señor Demonio. Lapis y Laura probablemente estaban en medio de coordinar al grupo de trabajadores en este momento. Si tenía en cuenta las 5 millones de monedas de Oro que me iban a enviar los archiduques, podía contratar lo que quisiera ahora mismo. Sin embargo, lo que necesitaba ahora mismo no era una gran unidad de monstruos. Centré mi mirada en un único monstruo que aparecía en la lista. ‘Slime de Tortura.’ Apareció una ventana pidiéndome que confirmara mi compra. Seleccioné “sí” sin dudarlo. Una vez lo hice, se dibujó un círculo mágico morado en el suelo frente a mí y se invocó a un monstruo transparente y flemático encima de él. Los slimes eran conocidos como los monstruos más comunes del mundo, pero para mí eran prácticamente desconocidos. Jeremi soltó un grito ahogado a mi lado. - ¿Alquimia? No, ¿magia de invocación...? ¿Sin un canto también...? - Este es mi único talento. No se lo reveles a nadie. Jeremi me miró con un nuevo respeto. - Por supuesto. Pero pensar que escondiste una carta de triunfo como esta todo este tiempo... Es difícil adivinar cuántas cartas esconde Su Alteza. El título de “Señor Demonio de los Muchos Rostros” fue realmente hecho para Su Alteza. No sólo estaba lejos de poder usar magia de invocación, sino que tampoco podía lanzar ni una Bola de Fuego. Sin embargo, esto era algo que los demás nunca serían capaces de adivinar. Era mejor para mí si la otra parte lo malinterpretaba por su cuenta. De todos modos, no podría explicar mi habilidad. - Este es un tipo que hice mientras descansaba en mi mazmorra. Cogí el slime con la mano. El slime transparente era capaz de manipular su cuerpo libremente. En cuanto le di una orden mental, se encogió de inmediato hasta caber perfectamente en la palma de mi mano. - Un slime especial desarrollado estrictamente para la tortura. Usaré a esta lindura. Jeremi parecía entender lo que iba a hacer. - Aha. Ya veo. Si me atrevo a decirlo, soy una profesional en este campo. Los Slimes son un dispositivo de tortura fundamental. Su Alteza está planeando jugar con la chica llamada Daisy de una manera sexual, ¿correcto? - Sí. - Yo también prefiero este tipo de método antes que lacerar la carne y triturar los huesos. Pero, Su Alteza, ¿está seguro de que esto será efectivo? El comportamiento que mostró esa chica durante la operación hizo evidente que no es una persona normal. - En efecto. No es una persona normal. Por eso lo haré de otra manera. - ¿De otra manera? - Acércate. Le di una explicación detallada sobre cómo pensaba torturar a Daisy. La cara de Jeremi pasó por múltiples emociones mientras continuaba mi explicación. Pasó de confusa a desconcertada antes de terminar en sorprendida. - Ya veo. Estoy realmente conmovida. Esa es una idea absolutamente magnífica e ilimitadamente parecida a la de un Señor Demonio. Pude ser testigo de las distintas caras de Su Alteza esta noche. - Esto no la derribará de un solo golpe, pero debería cortar su mente a fondo. Mañana tenemos que partir al encuentro de Leraje. Tenemos que elegir a alguien que se encargue de esta tarea. Sólo puedo esperar que esta tarea esté terminada para cuando regresemos. Jeremi rio entre dientes. Era la típica risa de una villana. - ¿No dijiste que la chica está desmayada en este momento? ¿No sería mejor hacerlo ahora? - No. Deseo que ella lo presencie de principio a fin. Jeremi se frotó las manos. - Su Alteza tiene muy mal gusto... Entonces iré a despertar a la niña. Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me sentí tan emocionada. Oh Magnífico y Noble Señor Demonio, terminaré esto para esta noche, así que por favor déjamelo a mí. Espero que pueda verlo desde los mejores asientos de la casa.

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