Capítulo 258
La Hortensia Azul de los Farnese (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: pendiente
Corrección: pendiente
No estoy seguro de quién era, pero sentí simpatía por el general enemigo que tuvo que enfrentarse a Laura. Llevar a cabo un ataque nocturno con soldados de caballería. Sonaba bastante fácil sobre el papel, pero, en realidad, estaban lanzando sus tropas más poderosas a la muerte. Además, lo hicieron inmediatamente después de que se completó el cerco.
Un comandante normal probablemente habría esperado y vigilado la situación. Aunque estuvieran rodeados, podrían aguantar sin problemas al menos medio año. Dejar la seguridad de la fortaleza para luchar contra un ejército masivo de monstruos, sin embargo, no era una tarea fácil. El comandante llegó a la conclusión de que sólo estarían perdiendo el tiempo si decidían jugar a esperar. La capital carecía de personal de sobra para enviarles refuerzos. En todo caso, tenían que apuntar a cuando los demonios bajaran la guardia inmediatamente después de terminar su cerco...
Por eso el comandante atacó tras reunir a los caballeros de las ciudades cercanas. Audacia, juicio agudo y capacidad de negociación, al comandante no le faltaba nada de eso. Laura los describió con precisión con la palabra “competentes”. Era porque eran competentes que ella sabía que sin duda llevarían a cabo un ataque sorpresa... Y que después intentarían un ataque con fuego.
Sitri se limpió la crema de un lado de la boca.
- La verdad es que no lo entiendo, pero sólo tengo que deshacerme de todos y cada uno de los barcos que se acerquen, ¿no? Podemos usar lagartos y elementales de agua para destruir todos sus remos.
- Mis disculpas, pero eso sería imposible, hermana mayor. Las fuerzas enemigas atacarán sin duda cuando el viento sople en la dirección adecuada. Será cuando el viento sople hacia nosotros para que puedan avanzar con sus velas aunque sus remos sean destruidos. Esto se debe a que este tipo de ataque por sorpresa no deja lugar al fracaso.
Laura hablaba con naturalidad, como si tuviera los pensamientos del enemigo completamente en sus manos.
- Nuestras defensas aumentarán si fallan una vez... Sólo tienen una oportunidad. Esto es lo que seguramente creen. Serán muy cautelosos.
El enemigo es competente, así que llevará a cabo su ataque sorpresa cuando sepa que será el más efectivo. Y fue por eso que Laura, paradójicamente, fue capaz de predecir los movimientos del enemigo.
- El río Neckar fluye desde el este. La ciudad más cercana a Heidelberg es Heilbronn, pero su muelle es extremadamente pequeño. No sería suficiente para ocultar los barcos de fuego. Por lo tanto, Stuttgart es el lugar más probable donde tendrán su flota de barcos bombarderos en espera.
Laura arrastró el dedo río arriba por el mapa.
- Lo más probable es que el enemigo utilice galeras de 3 pisos para aumentar su movilidad. Si navegan desde Stuttgart, tardarán unas 8 horas en llegar aquí. Si se incluye la pausa momentánea que harán en Heilbronn, tardarán unas 9 horas.
Nos quedamos mirando a Laura sin comprender. Ella no debió sentir nuestras miradas, porque siguió revolviéndose el pelo mientras miraba el mapa. Continuó murmurando sin dar muestras de detenerse.
- Cuándo desembarcarán exactamente. Este es el problema. Es muy probable que el enemigo se desplace de noche para evitar de nuevo a nuestros exploradores. Probablemente querrán llegar aquí entre las 11 de la noche y las 4 de la madrugada. Entonces, si restamos el tiempo, los barcos de fuego desembarcarán de Stuttgart entre la 1 y las 6 de la tarde.
- ...
- Sin embargo, habría demasiada luz a la 1 de la tarde. El enemigo querrá que al menos esté oscuro cuando tomen un descanso momentáneo en Heilbronn. Por lo tanto, desembarcarán entre las 5 y las 6 de la tarde. Un día con fuertes vientos y entre las 5 y las 6 de la tarde, es cuando el enemigo ejecutará su plan.
- ...
- Si se descubre una galera de 3 pisos cuando se dan estas condiciones, hay muchas posibilidades de que sea un barco incendiario.
Sonreí amargamente y la expresión de Paimon se volvió rígida. Por otro lado, Sitri se quedó con la boca abierta.
- ¿Eh? ¿Mmm? ¿Qué?
- Es probable que el enemigo tome precauciones para no ser atacado por monstruos procedentes de debajo del agua. Es muy probable que tengan magos a bordo. Incluso si todos sus remos son destruidos, los magos podrán estrellar sus barcos contra el puente mientras puedan proteger sus velas... Ese es su objetivo. No hay razón para que nos desvivamos por seguirles el juego. Les tenderemos una emboscada en cuanto sus barcos echen el ancla en Heilbronn. El cual es un pequeño pueblo pesquero sin murallas. Recomiendo incendiar los barcos junto con el pueblo.
Sitri levantó con cuidado su mano derecha.
- Entonces... ¿atacar la aldea?
- Sí. Entre las 10 y las 11 de la noche y en un día con vientos fuertes, por favor, toma una fuerza destacada y asalta Heilbronn, hermana mayor Sitri.
Laura respondió con naturalidad. Actuaba como si hubiéramos entendido todo lo que había dicho y como si fuera natural haberlo entendido.
- Probablemente nunca esperarán ser atacados en su punto de anclaje. Esto será un poco más difícil que quitarle un caramelo a un bebé.
Casi me pareció oír a alguien decir “esto es facilísimo”. Paimon y Sitri parecían seguir dudando a medias. El puente y el cerco se habían completado y el asalto nocturno también se había detenido gracias a Laura, pero esto sonaba casi demasiado preciso.
Paimon habló conmigo en secreto una vez terminada la reunión.
- Dantalian, esta dama no es inigualable en lo que a estrategia se refiere, pero hay algo que aprendí después de pasar por todo tipo de infiernos. Lo importante en la guerra no es tu imaginación ni tu pensamiento calculador, sino tu capacidad fiable para tomar decisiones y tu poder de mando sobre tus tropas.
- Tienes razón.
Aunque lleves a cabo un plan creativo, no significa nada ante un ejército valiente y poderoso. Cuándo enviar y retirar tropas, cuándo hacer retroceder a las tropas del frente y dónde construir un campamento, estas cosas eran mucho más importantes. En otras palabras, una capacidad de decisión fiable.
La mayoría de las batallas no son una guerra de ingenio. Esto es algo que la mayoría de los estrategas malinterpretan. Estos son como los directores de orquesta. Los intérpretes son los que tocan la música, no el director. Los directores de orquesta se limitan a abrir un espacio para que los intérpretes puedan tocar correctamente su música.
Del mismo modo, los soldados son los que libran las batallas, no el estratega. Por lo tanto, los estrategas tienen que preparar un campo de batalla en el que todos y cada uno de los soldados puedan luchar con valor y de forma ordenada. Si no se dan cuenta de esto, un día se enfrentarán a la derrota.
Realmente, esta fue la razón por la que perdí contra la Reina Henrietta... Ahora me siento triste.
Paimon me habló con una mirada preocupada.
- Definitivamente, la señorita Farnese rebosa talento. Sin embargo, los campos de batalla no son tan delgados como para que una chica de 18 años pueda ver a través de ellos tan fácilmente. Las guerras no proceden como uno espera... sería bueno enseñarle a la señorita Farnese este hecho.
- Estoy totalmente de acuerdo.
Paimon dio un consejo bastante sensato. Era sensato y también una advertencia preciosa. Si no supiera que Laura iba a convertirse en la comandante militar causante de históricos baños de sangre en todo el continente, probablemente habría cedido.
Canciller de Hierro Laura de Farnese. No era precisamente un buen apodo. En realidad fue creado por Bretaña, una nación enemiga. Significaba algo así como “alguien que iba por ahí creando baños de sangre en el campo de batalla a pesar de ser la canciller de una nación.”
- Sin embargo, Paimon, yo soy su partidario. Personalmente deseo apostar por su talento.
- ¿Crees que esa predicción se hará realidad? Debes estar bromeando, Dantalian.
- Por supuesto, es una broma. Sin embargo, en realidad puede haber una posibilidad. ¿No son los partidarios las personas que creen en este tipo de posibilidades? Quiero al menos ser quien crea en ella aunque nadie más lo haga.
Paimon parecía desconcertada.
- En verdad, no puedo decir si eres buena o mala persona. Dantalian, como comandante, no puedo aceptar una estrategia tan excesiva.
- Ya, calma. Paimon, por favor considera mi dignidad aquí. Si miras esto desde otra perspectiva, simplemente enviaremos una unidad destacada una vez.
- Hmm. Eso es cierto, pero...
Paimon aún parecía indecisa. En serio, la gente siempre revela su verdadera personalidad en momentos como este. Esto era propio del Señor Demonio que trabajó cuidadosamente durante cientos de años para construir una nación republicana.
- ¿Qué te parece esto? En la rara posibilidad de que Laura tenga éxito, me concederás un deseo, pero, si Laura fracasa, te concederé un deseo a ti en su lugar.
- ¿Un deseo?
Paimon parpadeó sorprendida.
- Sí. Cualquier cosa, siempre que esté dentro de las posibilidades del que concede el deseo.
Paimon se tapó la boca con el abanico mientras reflexionaba.
- Cualquier cosa... Por ejemplo, si dijera que quiero un collar hecho con tus dedos... ¿me lo concederías?
- ¿Eeh?
Mi voz se alzó por si sola.
‘¿Qué tonterías está diciendo esta señora?’
Paimon balanceó ligeramente su abanico.
- Simplemente lo traigo a colación como ejemplo. Me preguntaba si estabas haciendo esta apuesta con la resolución de dar un dedo.
- No, bueno, definitivamente es posible. No es que mi dedo tenga el valor de 1.000 monedas de Oro... También podría simplemente regenerar uno nuevo.
‘¿Pero no es esto un poco demasiado perverso? Yo había hecho un collar así para Barbatos. No me digas. ¿Empezó a estar de moda entre las Señoras Demonio porque Barbatos no paraba de presumir de él? Los collares hechos con dedos se convirtieron en una gran moda, algo por el estilo... Me resulta difícil decir que es imposible que algo así se ponga de moda. Los Señores Demonio son todos pervertidos, después de todo.’
Este es un lugar aterrador. Si mi madre me viera ahora, probablemente se lamentaría y preguntaría cómo su amable hijo pudo acabar juntándose con semejantes pervertidos. Sólo puedo disculparme por haberme convertido en un niño tan poco obediente.
- Muy bien, Dantalian. Aceptaré encantada esta apuesta.
- Muchas gracias.
Me sentí un poco incómodo por esto, pero se lo agradecí de todos modos. Un viento del oeste vendría del Mar Blanco durante esta estación. Los cuales eran bastante raros, y era aún más raro que duraran más de un par de días. Sin embargo, un fuerte viento del este comenzó a soplar unos 2 meses después de que la fortaleza fuera rodeada.
Laura solicitó inmediatamente un consejo de guerra.
- Hoy es el día. Dejaré esto a tu cuidado, hermana mayor Sitri.
- De acuerdo. Todavía no entiendo lo que está pasando, pero sólo tengo que romper cosas y causar el caos, ¿verdad?
Dijo Sitri con confianza mientras se marchaba. 500 elfos oscuros montados en lobos se marcharon con ella. Paimon aún parecía dudar. Aceptó el plan de Laura, pero también hizo preparativos por si se nos acercaban naves de fuego. Colocó 60 espíritus de agua cerca del puente.
Sitri regresó después de mediodía. Todo su cuerpo estaba cubierto de sangre.
- ¡Vaya! ¡Realmente había muchas galeras en la aldea! No sé qué tenían en esos barcos, pero ardieron en llamas después de que les disparáramos unas cuantas flechas de fuego. Gracias a eso, pudimos sembrar el pánico sin mucho esfuerzo. Jeje, fue un desperdicio presenciar todo eso yo sola.
Sitri hablaba orgullosa del resultado de la batalla con una gran sonrisa en la cara. Miré a mi lado y vi que Paimon se había olvidado incluso de taparse la boca con el abanico, ya que la tenía abierta.
- Ah, cierto. También había 9 magos.
Entonces Sitri tiró al suelo los objetos que llevaba en la mano izquierda. 9 cabezas estaban atadas.
- Quería capturarlos como prisioneros, pero se resistieron, así que los maté a todos. Lo hice bien, ¿verdad?
- Sí, lo hiciste bien. Como se esperaba de la hermana mayor Sitri. Tu habilidad para llevar a cabo tareas es perfecta. La forma en que los decapitaste también nos da una idea de tu sentido estético.
Laura sonrió alegremente.
- ...
Paimon se quedó mirándola como si viera un fantasma. Su boca se abría y cerraba como si quisiera decir algo, pero no conseguía pronunciar palabra. Al final se volvió para mirarme. Le devolví la sonrisa. Moví la boca sin hacer ruido.
“La. Apuesta. Lo recuerdas, ¿verdad? Tienes que concederme un deseo más tarde, ¿muy bien?”
La cara de Paimon estaba llena de desesperación. Por eso necesitas buenos subordinados.
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