Capítulo 253
El Hombre más Rápido del Mundo (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: pendiente
Corrección: pendiente
- ¿Mm...?
- Pregunté si Su Alteza realmente piensa eso o no.
Levanté la cabeza y miré a la chica. La habitación era lujosa pero estaba oscura. En este espacio iluminado por unas pocas velas brillantes, los ojos púrpuras de la vampiresa brillaban como gemas, las cuales no tenían emociones. Su mirada sólo contenía belleza.
- No... No exactamente.
Tengo que negarlo una vez aquí. Hice como si hubiera recuperado la sobriedad, como si intentara retractarme urgentemente de mis palabras que se me habían escapado a causa del alcohol. Agarré el vaso de agua que no había tocado desde que habíamos empezado a beber y me la bebí de un trago. “Estoy bebiendo agua para despejarme.” Seguramente estaba dando esa impresión.
- Tú también lo sabes, ¿verdad? Tengo tendencia a exagerar mis palabras. Jaja. Simplemente dije esas cosas porque resulta que estamos bebiendo, así que no te preocupes.
- Como Su Alteza ha dicho, estamos bebiendo esta noche. Por lo tanto... Todo simplemente se evaporará en el aire no importa lo que se diga. Si Su Alteza tiene alguna queja, entonces esta humilde estará más que encantada de escucharla.
- Juju. ¿El jefe de Keuncuska es mi compañera de copas? Parece que también he alcanzado el éxito. Muy bien, entonces. Deberíamos empezar a discutir el establecimiento de una tienda dentro de mi Castillo del Señor Demonio. No tengo muchas ganas de negociar contigo. Te desviviste por revelarme tu verdadero cuerpo, así que yo también debería ser considerado a mi manera, ¿verdad?
- Por supuesto, esta humilde sólo estaría agradecida.
Ivar Lodbrok respondió con calma. Dio un sorbo a su vino. Acabábamos de entrar en un nuevo tema. La otra parte bebió su vino a pesar de esto. ¿Qué significaba esto? Uno es capaz de cerrar la boca cuando bebe alcohol, así que, naturalmente, es capaz de dar un paso atrás en la conversación.
‘Ahora bien. ¿Qué tienes en mente ahora, Ivar Lodbrok?’
Había 2 probabilidades. En primer lugar, la otra parte me estaba dejando hablar. En otras palabras, era como una actitud del tipo “Muy bien, veamos qué tienes que decir sobre este nuevo tema”. Fue prácticamente un gesto instintivo. Es algo bastante interesante, pero la gente tiende a hacer otra cosa cuando quiere estar de acuerdo con algo. Así que, en el caso de Ivar, que bebiera vino y desviara la mirada 30 grados de mí... este tipo de gestos podría traducirse como lo siguiente “A pesar de hacer otras cosas como esta, no solo estoy de acuerdo con lo que has dicho, sino que no puedo evitar asentir debido a alguna fuerza irresistible.”
Estás mostrando intencionadamente que estás distraída. Quieres centrarte en el nuevo tema pero no lo has conseguido porque estabas muy interesada en lo que decía la otra persona. Así de concentrado estaba en tus palabras... Más o menos quería decir algo parecido. A fin de cuentas, era un gesto estratégico.
La gente casi nunca es sincera, así que no tiene más remedio que utilizar este tipo de “herramientas de actuación” menores para fingir sinceridad. Sin embargo, el comportamiento de Ivar Lodbrok no entraba en esta primera categoría. No se suponía que fuera yo quien empezara a hablar antes. Se suponía que la otra parte debía responder desde que yo saqué el tema. A pesar de ello, ignoró el momento y se bebió su vino en su lugar...
Por lo tanto, la segunda probabilidad... ella estaba mostrando deliberadamente su desaprobación. “No estoy muy interesada en el nuevo tema que Su Alteza ha sacado. Además, no estoy de acuerdo con cambiar de tema.” Esta fue una expresión de opinión bastante agresiva. Esto podría pasarse por alto fácilmente en una conversación normal, pero eso no es posible en fiestas de copas entre políticos. En términos de boxeo, esto fue como un gancho ligero. Probablemente quiere ver cómo respondo a este ataque.
Bien. Tardé 2 segundos en llegar a esta conclusión. Moví la mano para dejar el vaso sobre la mesa mientras lo meditaba.
‘¿Debo volver a hacer como si no lo entendiera e ignorarlo? ¿Cómo respondería? ¿Sería una buena medida?’
Un rincón de mi mente vetó inmediatamente esta idea.
‘No. Ahora estoy actuando como si se me hubiera pasado la borrachera rápidamente. Eso significa que ahora mismo debería estar increíblemente nerviosa. Sería imposible no notar la intención de la otra parte. No importa cuánto intente manejar mi expresión, se vería forzada.’
De acuerdo. Aceptaré su opinión. Entonces, ¿cuál sería la mejor respuesta? 3 segundos estaban a punto de pasar. Casi he vuelto a dejar el vaso de agua sobre la mesa.
‘No me queda mucho tiempo. Esto es lo único para lo que sirve tu cabeza, idiota. Date prisa y encuentra una respuesta. ¿No es observar la complexión de la otra parte y responder en consecuencia tu especialidad? ¿Y ese silencio?’
Eso sería lo peor. El silencio es la actuación más novata del mundo. Sólo los peores actores creen que el silencio es el estado más natural.
‘En todo caso, debería ser agresivo. Eso es. Ahora surge algo útil.’
Pensé mientras sonreía suavemente. Así era. Acababa de recuperar la sobriedad. Estoy en pleno arrepentimiento por haber revelado demasiado mi verdadero yo. Ahora mismo debería estar bastante nervioso.
- Ivar Lodbrok.
- ¿Sí, Su Alteza?
- Permítame primero disculparme por intentar cambiar de tema. Sí, declaré antes que se requiere confianza entre nosotros.
A pesar de esto, la otra parte pasó a la ofensiva contra mí. ¿Qué debo hacer? No me queda más remedio que crispar los nervios y gruñir como un perro. Estaba seguro de que ésta era la respuesta mientras hablaba.
- Pero debo admitir que aún me siento indeciso. Te negaste a mostrarme tu verdadero cuerpo hasta el final. Adquiriste un cuerpo que se parecía casi a ti y lo presentaste.
- Su Alteza, eso fue...
Me reí entre dientes como si intentara tranquilizarla.
- No te estoy reprochando nada. Bueno, nos conocemos desde hace varios años. Poco a poco me he ido acostumbrando a tus métodos. Eres el tipo de persona que no soporta que no le preparen pruebas tras pruebas y obstáculos tras obstáculos.
- ...
- Pero espero que puedas entenderlo. Tu decisión de intentar ponerme a prueba hasta el final me ha dificultado abrirme a ti con facilidad. Como mucho, sólo se me ha podido escapar un poco gracias a la influencia del alcohol. Eso es todo.
Ahora debería ser ella la que se sintiera impaciente. Las personas astutas tienden a creer que la solución a la que llegan por sí solas es la respuesta correcta. No importa lo racional que suene la otra persona, al principio la gente siempre dudará de las palabras de los demás. Esto ocurre con más frecuencia cuanto más inteligente se es.
Por otra parte, la gente piensa que está cerca de la respuesta si llega a una conclusión después de meditarla detenidamente. Actualmente, Ivar Lodbrok sólo tiene una pregunta en la cabeza “si estoy siendo sincero o no.” El comportamiento que le había mostrado furtivamente hasta ahora y el hecho de que me pusiera nervioso tras intentar cambiar de tema al principio eran las únicas pistas que tenía...
La chica barrió sus rubias colas gemelas detrás de ella mientras hablaba.
- Muy bien, entonces. Su Alteza mencionó que era capaz de hablar gracias a la influencia del alcohol. Si ese es el caso, entonces simplemente tenemos que recibir la Bendición de Dionisio.
Levanté una ceja como si estuviera sorprendido.
- ¿Oh? En otras palabras, me estás sugiriendo cortésmente que beba hasta emborracharme... ¿Está bien que piense esto?
- Así es.
Levantó la mano derecha y la agitó en el aire. Antes de que me diera cuenta, había cuerdas atadas a la punta de sus dedos que brillaban ligeramente al reflejarse en ellas la luz de las velas. Las cuerdas pronto se enrollaron alrededor de unas docenas de botellas de alcohol que estaban al otro lado de la habitación. Tiró de las botellas hacia ella con un ¡woosh! y las recibió suavemente agitando la capa sobre sus hombros. Fue una actuación fantástica.
- ¡Impresionante!
Me encontré aplaudiéndola. El pálido cuerpo desnudo de la chica estaba en plena exhibición porque estaba usando el manto para recibir las botellas, pero no importaba. Ivar Lodbrok bajó las botellas de vino una a una del manto.
Thud. Thud. Golpe seco. Las botellas se alinearon como los muros de una fortaleza. Una vez superadas las 30, las botellas desprendían un aura imponente.
- Si me permite esta humilde servidora, creo que Su Alteza no es en absoluto un bebedor ligero. Esta humilde también está bastante versada en la bebida.
- ¿Estás diciendo que sería difícil hablar sólo con alcohol normal?
- Así es. Todo lo que se acaba de presentar ante Su Alteza es el licor más fuerte que se puede encontrar en Naraka. Si un vampiro normal bebiera esto, se convertiría en un borracho después de una sola botella.
¿Qué te parece? La chica me ofreció una botella con atrevimiento.
- ¿Le gustaría apostar si la verdad de Su Alteza o la de esta humilde es más ligera?
- Juju. Ahora me estás mostrando algo de grandeza. He estado anhelando un momento como este, jefa de Keuncuska.
La chica frente a mí era indudablemente inteligente. Probablemente recuerda todas las conversaciones que hemos tenido y por eso había llegado a esta decisión. A pesar de no saber que se estaba poniendo la zancadilla a sí misma debido a este lado inteligente suyo.
- ¿Entonces?
- ¿Qué sí participaré en este encuentro? Por supuesto que sí.
Ya que no tenía nada como la verdad en primer lugar. La única persona aquí que tiene algo que confesar eres tú, Ivar Lodbrok.
- A pesar de mi apariencia endeble, soy alguien que ha bebido con Barbatos y Beleth. No puedo decir que sea el mejor del Ejército del Señor Demonio, pero al menos estoy entre los 10 primeros. Te diré esto ahora, pero llegarás a arrepentirte de retarme a una competencia de bebida.
- Poder beber con Su Alteza ya es un honor en sí mismo, así que ¿de qué hay que arrepentirse?
Ambos creemos que no tenemos nada que perder. Desde la perspectiva de Ivar Lodbrok, ya conozco casi toda su verdad. Sabía que su cuerpo principal era otra cosa y que había perdido a su amante a manos de un Señor Demonio hacía mucho tiempo. En otras palabras, no había nada más que ella pudiera revelarme...
Probablemente piensa que mi verdad es lo único que le queda por revelar, ya que todo lo que había ocultado ya fue revelado. Una lucha en la que no tenía nada que perder.
- Pero esta es en realidad una pelea donde sólo tú tienes cosas que perder.
Ella vino a esta pelea tratando de arrancarme algo que nunca existió en primer lugar. Qué tontería.
- Por ejemplo, Ivar Lodbrok.
Saqué mi pipa y me metí la punta en la boca.
‘No tienes ni idea de que preparé hierbas que alivian la borrachera.’
La mitad de las hierbas que se mezclaban en mi pipa eran de ese tipo de alivio. Esta era la precaución que le había pedido a Jeremi que preparara. La medicina no estaba hecha de una sola hierba, sino que se creaba fusionando un montón de hierbas. De esta manera, ella no debería ser capaz de saber lo que estoy fumando sólo con el olor.
- Oooh.
Le di una larga calada a mi pipa. Sentí que mi cabeza se aclaraba. No sé si era por mi estado de ánimo, pero la eficacia de las hierbas era asombrosa.
- Entonces bebamos.
- Sí. Permita que esta humilde le sirva a Su Alteza una copa primero.
Ivar Lodbrok cortésmente me sirvió una copa. Este fue un encuentro en el que el resultado ya había sido predeterminado, pero así es la vida. La vida es un juego, ya que el vencedor siempre está predeterminado. Las grandes empresas construyen casinos porque están seguras de su victoria.
1 hora. 2 horas. Y finalmente, 5 horas. Bebimos sin ni siquiera un momento de descanso. Había pasado mucho tiempo desde que terminamos las primeras 30 botellas, y luego otras 30 botellas, y luego otra. Así, la chica frente a mí terminó así.
- Ugh...
Su rostro estaba rojo brillante.
- ¿Ivarrr Lodbrook? ¿Estás borraacha? Jajaja.
- No... Su Alteeeza, es el que está booorracho.
- ¡Noo, no lo eestoy! ¡Ni un pooco!
Me reí a carcajadas. Realmente parecía un borracho. Tanto Ivar Lodbrok y yo hemos estado arrastrando las palabras por un tiempo.
- Ahoraa bien, aahora es tu tuurno. ¡Es tu turrno de beber!
- Muy biennn... ¡aquí voooy!
La chica desnuda levantó una botella de vino en el aire. Luego bebió directamente de la botella. El sonido de su trago resonó y la botella no tardó en vaciarse.
- ¡Ahoraaa es el turrrno de Su Alteeeza...!
Realmente, Ivar Lodbrok se había quitado la capa en algún momento. Estaba bebiendo desnuda. No sólo su cara estaba roja, sino también su cuello y su pecho. Una chica completamente borracha estaba frente a mí. Sonreí ampliamente mientras respondía.
- ¡Bien... bieen! Esperaa, déjjame darle una calaada a mi pippa.
Me llevé el extremo de la pipa a la boca.
‘Mmm. Qué sabor tan refrescante.’
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