Capítulo 242
El Engaño de la Política (IV)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: pendiente
Corrección: pendiente
Le dieron 100 monedas de Oro por mover una sola roca. Esta noticia se extendió rápidamente por todos los pueblos. La gente empezó a chismosear entre sí preguntándose si Su Alteza el Señor Demonio no estaría gastando una broma extremadamente extraña. 3 días después, se publicó un nuevo decreto en la puerta principal del Gran Salón de la Asamblea. Era otra orden ridícula.
- Se darían 300 monedas de Oro a quien devolviera a su posición original la roca que Yammer había movido hacía 3 días.
Esta vez nadie se quejó. Todos corrieron directamente al pie de la colina.
- ¡Quítense de en medio, viejos! Se romperán la espalda si se esfuerzan demasiado.
Se gritaban unos a otros mientras corrían hacia la roca. Un joven había llegado primero, pero a los demás no les importó mientras se aferraban a la roca como un puñado de sanguijuelas.
- No, ¿por qué se comportan así si yo he llegado primero? Esto es mío, ¡es mío!
- No existe tal cosa como tuyo o mío. Juju, el decreto no dice que sólo una persona puede moverlo.
- ¡Dios Santo, este tipo intenta robarme a plena luz del día!
Al joven le enojó realmente. Incluso un anciano que pasaba de los 60 años dejó escapar un bufido mientras se pegaba a la roca.
- John, ¿ya has olvidado la ayuda que te presté cuando te morías de hambre durante el invierno pasado?
- ¿Qué? ¿Por qué sacas ese tema ahora?
- ¡Mocoso! Las Diosas probablemente se enfurecerán y te llamarán bastardo si me ahuyentas ahora.
Más gente se acercó a la roca una vez que el joven dudo.
- ¡Eh! Sabes que mi familia tiene una herrería, ¿verdad? Intenta llevarte todo esto para ti. Si lo haces, no te prestaré más herramientas de labranza.
- Si no quieres convertirte en un paria en tu pueblo, entonces será mejor que compartas. O puedes intentar irte de tu pueblo y vivir por tu cuenta.
El joven parecía a punto de llorar. No se podía evitar. Al final, un total de 14 personas movieron juntos la piedra. Una vez que colocaron la piedra frente al Gran Salón de la Asamblea, el oficial de orden público salió corriendo y les dio las monedas de Oro. En realidad, había 300 monedas de Oro en la caja. Los 14 ciudadanos lanzaron un grito de celebración y se repartieron el oro en partes iguales.
Algo extraño ocurrió después de esto. La gente empezaba a hacer cola ante el Gran Salón de la Asamblea casi todos los días. El número de personas superaba las 100. Por desgracia, nunca volvió a aparecer otro decreto para mover la roca. La gente se lamentaba.
- Uugh, como pensaba, Su Alteza sólo estaba aburrido...
- ¡Debería haber estado allí entonces!
Poco después, unos enanos llegaron y empezaron a esculpir la roca. La gente empezó a mirarlos con curiosidad. Estaban grabando palabras en la roca. Los enanos se marcharon en cuanto terminaron de tallar las palabras, al final lo que tallaron fue.
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En la piedra se grabaron esas 3 enmiendas. La gente se dio cuenta inmediatamente de que eran las leyes creadas recientemente. También comprendieron que no se trataba de una broma al azar de Su Alteza el Señor Demonio, sino que era para que pudiera transmitirles sus decretos con la mayor claridad posible.
En realidad había más cláusulas en los nuevos decretos; sin embargo, Dantalian decidió grabar las cláusulas más importantes en las cabezas de su pueblo. La piedra se llamaba “Piedra de Yammer”. Le había puesto el nombre él mismo. Luego reunió a la gente en la siguiente Gran Asamblea que se celebró y habló allí.
- A partir de este momento, si deseo darles a todos una orden o solicitar su cooperación, entonces colocaré un decreto frente a la Piedra de Yammer. Para aquellos de ustedes que no sepan leer, ordenaré a un apoderado que lea el decreto en voz alta para ustedes.
- ¿Pero por qué se llama la “Piedra de Yammer”?
- Yo soy quien creará estas leyes, pero ¿por qué he elegido poner el nombre de un ciudadano normal en esta roca simbólica en lugar de llamarlo simplemente “Roca de Dantalian”?
- ¡Hombres y mujeres de mi feudo, es porque son ustedes los que en última instancia llevan a cabo estas leyes! Su derecho a vivir libre e igual proviene indudablemente de mí, Dantalian. Sin embargo, no soy yo quien debe vivir sus vidas libres e iguales. Ténganlo en cuenta. Sólo ustedes pueden vivir sus vidas. ¡Su Señor nunca podrá vivir sus vidas en su lugar! Al igual que las Diosas nos han dado la vida, también debemos ser nosotros los que cultivemos nuestras propias vidas. En otras palabras, su Señor es como un sacerdote que actúa como médium entre todos ustedes y las Diosas. Por lo tanto, la llamaré Piedra de Yammer. Esto significa que estas son sus leyes. Pueblo mío, vivan teniendo esto en cuenta.
Naturalmente había artimañas ocultas en estas palabras. Lo más crítico era el hecho de que el soberano era sólo una persona, el Señor Demonio Dantalian, y no el pueblo. El pueblo vivía de forma libre y como iguales; sin embargo, dentro de los derechos “benévolamente” otorgados a ellos por el Señor. Esto significaba que el pueblo tenía que vivir sintiéndose constantemente agradecido al señor, y, era obvio, pero esto les llevó a tratar a Dantalian como un ser sagrado.
¿Cuál es la razón por la que vivimos bien? Obviamente es porque trabajamos duro. Sin embargo, ¿por qué somos capaces de trabajar duro en primer lugar? Es porque Su Alteza Dantalian les concedió el derecho a vivir libremente. Aunque vivamos bien, disfrutemos de paz y gocemos de libertad, todas estas cosas son fundamentalmente gracias a Su Alteza Dantalian... Era una lógica extraña y peligrosa.
- ¡Gloria a Su Alteza Dantalian!
Sin embargo, la gente no dudó mientras celebraba. La autoridad era un concepto desconocido para el pueblo de todos modos. Sólo había una cosa importante para ellos. El hecho de que todos bajo su Señor eran iguales. Esto significaba que no había nobles ni esclavos y que todos eran iguales. Era natural que la gente apoyara fervientemente a Dantalian, ya que acababa de declarar al pueblo, que solía sufrir la tiranía de los nobles, que “no habrá nobles ni esclavos en este territorio”.
* * *
Volví a mi habitación de Señor Demonio después de terminar mi discurso en el Gran Salón de la Asamblea. Tuve que marcharme apresuradamente porque la gente no paró de gritar mi nombre durante un rato. Daisy había estado a mi lado de principio a fin como mi asistente. Una vez que volvimos a mi habitación, pudimos volver rápidamente porque el dispositivo de teletransporte a mi habitación estaba terminado, Daisy abrió la boca y me miró fríamente.
- Esto no tiene sentido.
- ¿Qué dices que no tiene sentido?
- Todo. Todo lo que has dicho está lleno de engaños y mentiras, padre.
- No entiendo qué quieres decir con eso.
Me reí entre dientes. Daisy me contestó una vez que lo hice.
- Nadie puede vivir la vida de otra persona en su lugar, y es obvio que la gente tiene derecho a vivir su propia vida. Tú no puedes vivir sus vidas en su lugar, así que ¿cómo les estás dando el derecho a vivir sus vidas? Está incumpliendo a tus propias palabras, padre. Esto es una contradicción.
- ¿Oh?
- Todo lo que hiciste fue reunir a la gente y decir algunas palabras que suenan bien para engañarlos.
Me tumbé en la cama y me estiré.
- Mmm. ¿Y qué?
- ...
- Parece que nuestra Daisy se ha convertido en una activista republicana mientras yo no miraba. ¿Fue infectada por Luke? Esta es mi tierra, en otras palabras, mi posesión. No tengo ni idea de si lo que estás diciendo es contradictorio cuando todo lo que estoy diciendo es que lo que es mío es mío. Si quieres coger algo que es mío y convertirlo en de los demás, entonces, ¿no sería la gente la que debería levantarse por su cuenta y no yo?
Nunca he pretendido crear una región democrática. ¿Por qué iba a hacerlo? Fue en ese momento cuando la bola de cristal que había sobre la mesa junto a mi cama empezó a brillar. Tenía varias bolas de cristal, pero la que brillaba era la que estaba directamente conectada a Paimon. Me levanté rápidamente y activé el orbe.
- ¿Te ha ido bien, Dantalian?
La hermosa y pelirroja Señor Demonio se mostró en el aire.
- Sí, he estado descansando bien gracias a ti.
Paimon me tendía la mano así de vez en cuando. No era por alguna razón importante. Teníamos conversaciones informales sobre asuntos personales y sobre cómo se estaba desarrollando la reciente revolución. Paimon se quejaba a menudo de que la revolución iba a ser más difícil de lo esperado. Yo sonreía amablemente y la consolaba cada vez que lo hacía.
- Señorita Paimon, por favor, no se aflija demasiado. La gente a menudo se vuelve esclava de la tradición y olvida el hecho de que es igual y libre. Usted debe superar ese poder del olvido y conducir al continente a la verdadera sociedad ideal... No hay forma de que esto sea fácil.
- Ahh. Por supuesto. Sin embargo, no puedo evitar quejarme...
- Si miraras las penurias que la señorita Paimon está soportando actualmente desde otra perspectiva, esto no es angustia sólo para la señorita Paimon, sino angustia que tú has asumido en lugar de la humanidad y la raza demoniaca combinadas. Esa angustia será naturalmente pesada.
- ...
- Haz lo que puedas de la mejor forma. Incluso si todos los demás son incapaces de entender a la señorita Paimon y te critican, yo, al menos, siempre estaré aquí para apoyarte. Hasta el día en que el republicanismo triunfe.
Nuestras conversaciones terminaban casi siempre así. Paimon probablemente también lo estaba pasando mal. Tiene sus aliados en la Alianza para la Liberación, pero, estrictamente hablando, no eran camaradas en igualdad de condiciones. Hasta cierto punto, Paimon era su líder. Como líder, no podía mostrar su lado débil a sus subordinados.
Además, entre los Señores Demonio de su mismo rango, ninguno entendía el republicanismo. Sólo yo estaba en posición de escuchar a Paimon. Personalmente pienso en esto como una especie de consejo. Puedo mantener mi amistad con Paimon charlando con ella así un par de minutos. No había nada que perder con esto.
Una vez que giré la cabeza, vi a Daisy mirándome fijamente.
- ¿Mm? Ah, ¿dónde estábamos?
- Estabas hablando de que no tienes intención de reconocer el derecho a la libertad de tu pueblo.
- Así es. Si quieren conseguir sus propios derechos, entonces deberían empezar una revolución o algo así. No hay razón para concederles sus derechos precipitadamente. Así es la vida.
- Aaahh.
- ¿Hm? ¿Quién te enseñó a suspirar cuando alguien está hablando?
- No. Acabo de darme cuenta de que fue estúpido por mi parte plantearte esto. Aunque sé qué clase de persona eres.
- No sé qué intentas decir. En cualquier caso, es cierto que eres estúpida.
- Sí, todo es culpa mía. De verdad.
‘Huh. Daisy estaba admitiendo honestamente su error por alguna razón.’
A pesar de que era alguien tan orgullosa que nunca reconocería sus errores aunque fuera a morir. Esto la hizo parecer un poco más linda que de costumbre. Esto me agradó, así que decidí no atormentar a Daisy esta noche.
‘Por eso la gente debe ser sincera consigo misma. Te vuelves mucho más agradable de ver cuando eres honesta.’
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