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jueves, 28 de diciembre de 2023

DD - Capítulo 152

Capítulo 152
La Era de los Tiranos (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Todos permanecieron callados ante la abrumadora declaración. Les estaban diciendo que se deshicieran de la capital que tenía una historia de 500 gloriosos años. Tenían que echar a la fuerza a los ciudadanos de la capital que albergaban esa gloria en sus corazones, como si estuvieran echando a un puñado de animales. Para empeorar las cosas, también se les ordenó desenterrar las tumbas de los emperadores anteriores por dinero. Un tirano. Kurz tragó saliva. La misma palabra rondaba por la cabeza de todos los generales que en ese momento estaban sentados en la tienda. Alguien habló en medio del frío silencio. - ...Alteza, comprendemos bien cuánto aprecia sabiamente a sus hombres. Kurz se giró rápidamente para mirar al oficial adjunto, el barón Wittenmyer. Era famoso por tener canas a pesar de ser joven. Parecía constantemente sombrío debido a las bolsas bajo sus ojos. ‘Es el general sabelotodo.’ Kurz chasqueó mentalmente la lengua. No sólo estaban presentes los miembros de la Facción de la Princesa Imperial. Individuos talentosos que una vez fueron de las facciones de los Príncipes Imperiales o que se apartaron completamente de las disputas estaban todos reunidos aquí. Entre ellos, el Barón Wittenmyer era un joven que una vez estuvo fervientemente del lado del Príncipe Heredero antes de convertirse a la Facción de la Princesa Imperial. Kurz Schleiermacher no podía evitar sentirse incómodo cerca del Barón. El cual era un poco demasiado ético para su gusto. Kurz oyó que el Barón Wittenmyer nunca había salido con una mujer, así que se preguntó qué tipo de alegría podría estar viviendo el Barón. - Su Alteza se levanta antes que nadie y duerme más tarde que nadie. Durante esta época de desesperación en la que nuestros soldados se mueren de hambre, los oficiales al mando de otras naciones comen comidas extravagantes como cerdo a la parrilla, y sin embargo, sólo Su Alteza come lo mismo que los demás. - Eso fue un ligero acto de hipocresía. La Princesa Imperial respondió sin vacilar. Kurz Schleiermacher estaba asombrado mientras escuchaba su conversación. Elizabeth había calificado abiertamente su buena acción como un acto de hipocresía. ¿Podría algún otro gobernante hacer lo mismo? Kurz sabía que la auténtica buena voluntad sólo nacía cuando alguien era capaz de admitir su hipocresía. El barón Wittenmyer continuó. - En efecto. Su Alteza se niega a llevar elaborados uniformes militares y viste trajes deshilachados y negros como un sacerdote. Su ropa de cama también es similar a la de los oficiales de bajo rango... Por supuesto, sé que es una forma de mostrar un tipo de orden militar. Un general mayor gritó. - ¡Barón Wittenmyer! La Princesa Imperial levantó su mano derecha para detener al general mayor. Sus ojos indicaron a Wittenmyer que siguiera hablando. - Está bien. - Sin embargo, al igual que algunas mentiras se mezclan con todas las verdades, creo que algunas partes de la verdad también se mezclan con todas las mentiras. La habilidad de manipular hábilmente la verdad y la mentira... Su Alteza puede referirse a esto como hipocresía, pero yo me atrevería a decir que esa es la virtud de un gran gobernante. ‘¿No está diciendo algo bastante bueno este sabelotodo?’ La actitud de Kurz cambió. El sabelotodo Wittenmyer no estaba argumentando en contra de tirar la capital, ni estaba hablando de cómo deberíamos mantener la dignidad del imperio. El barón continuó. - Puede que mi perspicacia sea corta, pero estoy seguro de que Su Alteza es más apta para ser la gobernante que cualquier otra persona. El hecho de que alguien de su calibre tome una decisión tan tiránica... Estoy seguro de que debe haber algunas ventajas y desventajas en su decisión. Deseo conocer los pros y los contras que Su Alteza ha considerado. Y creo que los demás aquí presentes también sienten la misma curiosidad. El ambiente en la sala cambió al instante. La gente ya no criticaba a la Princesa Imperial por dar esa orden. Ahora simplemente sentían curiosidad por saber por qué su sabia señora tomaba una decisión tan contundente. Todos se giraron para mirar a la princesa imperial con una mirada seria. ‘Vaya. Como era de esperar de los sabiondos.’ Kurz Schleiermacher estaba sinceramente impresionado. El barón se había adelantado a todos. Primero fue un poco lejos al burlarse de la virtud de la Princesa Imperial. Una vez que lo hizo, los leales a la Princesa Imperial se enfurecieron. Esto por sí solo fue capaz de alterar ligeramente el estado de ánimo de la sala. Inmediatamente después, reveló que su burla era en realidad un cumplido. Lo hizo diciendo que toda verdad escondía alguna mentira y que ésa era la virtud de un gobernante. Todos los presentes sabían ver el mundo con pragmatismo. Sabían que esa era realmente la virtud de un gran líder. Todos estaban de acuerdo con la intención del barón Wittenmyer. También se hicieron la misma pregunta “¿Por qué la Princesa Imperial se había decidido por un plan que no sonaba más que a autosatisfacción? ¿Había algo que ganar con ello?” ‘Es tan formulista que casi no me habría dado cuenta.’ Kurz reconoció que el ambiente había cambiado gracias al sabiondo. Se había librado del susto y ahora se limitaba a esperar a que la Princesa Imperial hablara. Y finalmente lo hizo. - Barón Wittenmyer, responda a mi pregunta. ¿Qué perdería nuestro Imperio Habsburgo abandonando la capital? - Entendido. Al abandonar la capital, habrá 3 tipos de pérdidas: a corto plazo, a medio plazo y a largo plazo. En primer lugar, en cuanto a las pérdidas a corto plazo, perderíamos el sentimiento público. Ya hemos borrado casi la mitad del territorio de nuestra nación mediante nuestra política de tierra quemada. Gran parte de los ciudadanos que perdieron sus hogares han creado campos de refugiados cerca de la capital. El sentimiento público en torno a la capital ya es increíblemente inestable... Si anunciamos que también abandonaremos la capital, el símbolo del imperio, sin duda el pueblo iniciaría una rebelión. Los otros generales asintieron. Así es. Una rebelión iniciada por el pueblo era probablemente lo que más debían temer. Normalmente, podrían someterlos usando la fuerza militar, pero la situación actual no era buena. - El ejército de los Señores Demonio se acercaría a nosotros desde el exterior, mientras que nuestro pueblo se agitaría en el interior. Además, aunque no queden tantos, los miembros existentes de las facciones de los otros Príncipes Imperiales intentarían aprovecharse de ello. El imperio caerá en la ruina. - ¿Cuáles son las pérdidas a medio plazo? - La administración dentro del imperio será destruida casi en su totalidad. La administración no se maneja simplemente entre vasallos. Dónde tiene que ir un informe, dónde se gestionan las tareas colectivamente, y qué tipo de procedimientos tienen que seguir los planes políticos, todas estas cosas se gestionan dentro de la administración. Si abandonamos la capital... entonces el imperio sufrirá un drástico estado de caos aunque consigamos sofocar la rebelión. ‘Como era de esperar del oficial adjunto que se encarga de la administración militar.’ La Princesa Imperial hizo otra pregunta mientras los demás asentían con la cabeza. - ¿Cuáles son las pérdidas a largo plazo? - Los humanos ya no tendrían la fuerza para luchar contra el ejército de los Señores Demonio. Ha pasado medio año desde que ese maldito Señor Demonio pronunció su discurso... Nuestra situación es bastante mejor en comparación de ese momento, pero ha habido discordia entre oficiales y soldados en los ejércitos de otras naciones. He oído que el grado de desorden causado por la insubordinación es incontrolable. El sonido de gemidos provenía de varios lugares de la sala. Los presentes sabían mejor que nadie lo que se sentía cuando los soldados no confiaban en sus comandantes. En los últimos meses, han tenido que salir literalmente al frente para recuperar la confianza de sus soldados. Hubo un buen número de generales que murieron en batalla debido a eso... Si los presentes no tuvieran tanto talento y suerte, probablemente no estarían sentados hoy aquí. El barón Wittenmyer dejó escapar un pequeño suspiro. - Su Alteza nos dice que abandonemos la capital mientras estamos en esta situación. ¿Con qué propósito estamos trasladando la capital? El imperio que debería proteger a su pueblo huye para preservar a la familia real... La dignidad de nuestra nación caería en picado. Esto no sólo afectaría a Habsburgo. Los pueblos de otras naciones también se decepcionarían al ver esto. Nos denunciarían diciendo que esto es simplemente lo que hacen los nobles. El ejército de los Señores Demonio haría uso activo de esto y haría retroceder a los humanos en términos de justificación, concluyó el Barón. - Sugiero que salgamos todos juntos y nos enfrentemos a un final valeroso. Podemos evacuar a la gente mientras hacemos que la familia real y los nobles del imperio permanezcan. Por supuesto, algunos nobles intentarán escapar, pero les obligaremos a quedarse. Entonces nos enfrentaremos al ejército de los Señores Demonio. Lo más probable es que todos los nobles del imperio caigan en la batalla. El imperio mismo puede caer también. - ... - Sin embargo, la humanidad seguirá teniendo su orgullo. Se hizo el silencio en la sala. Kurz asintió. Él también había pensado en eso. Hacer que la familia real, los caballeros y todos los nobles cayeran en batalla mientras defendían la capital era la mejor opción. Una caída tan noble haría que los aristócratas y los plebeyos volvieran a unirse. Sacrificar la carne para fortalecer los huesos. Pero la carne esta vez es ellos... eso sería todo. ¿Había otro método que éste? - Una idea excelente, Barón Wittenmyer. - Muchas gracias. - Sin embargo, tengo una manera de superar las 3 pérdidas. Los generales se sorprendieron. La Princesa Imperial miró alrededor de la habitación lentamente, pero su mirada parecía como si estuviera mirando a lo lejos en la distancia. - El Señor Demonio Dantalian dijo que yo había cometido algo inmoral. Mi reputación había caído en picado. A pesar de esto, todos ustedes continuaron creyendo en mí y me siguieron hasta aquí. Por lo tanto, creo que todos ustedes tienen derecho a escuchar la verdad. - ... - Asesiné al 4º Príncipe Imperial de Habsburgo... a mi hermano pequeño Robert. El aire se congeló. Los generales miraron desconcertados a la Princesa Imperial y a los demás. - Eso es absurdo... Alteza, ¿qué quiere decir...? Kurz no sabía quién había hablado. Sinceramente, no importaba. Era una voz que hablaba en nombre de todos los presentes. - A los 5 años supe que era diferente a los demás. Podía ver cosas que los demás no veían. Sin embargo, la mayoría de la gente era incapaz de ver lo que yo veía. Entonces llegué a la conclusión de que el imperio caerá a ese ritmo. La tienda se quedó en silencio. Un silencio incómodo. Habsburgo seguía bajo el dominio del Emperador. Sin embargo, fue confinado por la Facción de la Princesa Imperial. El 2do Príncipe Imperial también fue encarcelado en una torre aislada. En realidad, la Princesa Imperial tenía actualmente el control total del imperio. La persona más poderosa del imperio estaba hablando de la caída del mismo imperio... - Es como el Señor Demonio Dantalian había dicho. Los nobles son egoístas y no tienen sentido de la responsabilidad ni del deber. Las políticas están bien mientras les beneficien. La familia real no hacía nada con los súbditos desleales y los súbditos leales eran ignorados o exiliados a aldeas remotas. Puede que nos llamaran imperio, pero en realidad éramos un cadáver putrefacto. Ja ja. Necesitábamos unas reformas masivas. Mi primer objetivo fue detener la lucha entre herederos. En aquel momento, había 6 herederos al trono excluyéndome a mí. Eran demasiados herederos... Me ocupe de 2 de ellos mientras Rudolf se ocupó de los otros 2. - ¿Qué...? La conmoción se extendió por toda la tienda una vez más. La Princesa Imperial se burló de sí misma. - Como era de esperar, la misma sangre corría por nuestras venas. Puede que yo fuera diferente a mi hermano en todos los aspectos, pero éramos iguales en una cosa, la inmoralidad. Sólo tendría sentido que mi hermano y yo cayéramos directamente al fondo del infierno. Robert... los parientes maternos de mi hermano pequeño eran poderosos. El Gran Duque Brunswick le apoyaba. El Gran Duque definitivamente iba a proponer a Robert como una forma de involucrarse en la batalla por el trono. Un pariente materno poderoso sólo obstaculizaría la estabilidad del imperio. Por lo tanto, maté a Robert sin dudarlo. - ... - Era un niño puro. El cual aún no había entrado en contacto con cosas como la política o con sus parientes maternos. Para Robert, yo era simplemente una hermana amable. Por lo tanto, Robert no murió como el cuarto príncipe imperial de Habsburgo, en su lugar murió como el hermano pequeño de Elizabeth... El Señor Demonio no estaba equivocado. Soy una basura repugnante y una asesina. Un monstruo que nació únicamente para proteger el cadáver andante de nuestro imperio. Esa es mi verdadera naturaleza.

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