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domingo, 7 de enero de 2024

DD - Capítulo 159

Capítulo 159
La Era de los Tiranos (IX)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
5 días después, las legiones llegaron a la capital imperial de Habsburgo. - ... Los Señores Demonio sólo pudieron quedarse en silencio mientras atravesaban las altas puertas. Era la primera vez que pisaban la capital de Habsburgo. Esperaban una victoria gloriosa y llena de alegría; sin embargo, todo lo que había era humo negro. Sin embargo, allí no había nada. Ni siquiera podían ver un solo animal. El penetrante olor a humo que dejaban las llamas se clavó profundamente en sus narices. Los Señores Demonio levantaron un tosco campamento sobre los terrenos arrasados de la ciudad. Barbatos observó la ciudad con aire desolado antes de que sus ojos se abrieran de par en par al darse cuenta. Se apresuró a hablar con los demás Señores Demonio. - Esto es una retirada táctica. Maldita sea. - ¿Se han retirado deliberadamente? Gamigin frunció las cejas mientras hablaba. Llevaba tapándose la nariz con un paño de seda desde que entraron en la ciudad. Su voz estaba apagada debido a esto. - ¿Recuerdas la 5ª Alianza Creciente? Agares. Tú estabas a cargo de Moscow en ese momento. - Era el Reino de Kiev en ese entonces y no Moscow. Los extremos de la boca de la Señor Demonio Rango 2 Agares se crisparon como si estuviera disgustada. - ¿Por qué traes de repente los malos recuerdos de alguien? - Ya lo han estado haciendo durante esta guerra, pero los humanos también llevaron a cabo una política de tierra quemada por aquel entonces. Además era invierno. Hicieron todo tipo de esfuerzos para llegar a Kiev, pero cuando llegaron ya no quedaba nada. - ¿Así que estás diciendo que el Imperio de Habsburgo abandonó su capital como parte de su política de tierra quemada? Agares se llevó la mano a la barbilla. Siempre tenía una sonrisa en los labios, pero ahora parecía seria. Barbatos siguió hablando a los demás Señores Demonio. - ¿Ves? Las tumbas imperiales estaban todas vacías. Básicamente desmontaron su palacio imperial y se lo llevaron con ellos. Probablemente pretendan trasladar su capital. Maldición, esta es nuestra última oportunidad. Tenemos que enviar a nuestros soldados de élite a perseguirlos. Marbas pregunto. - ¿Esta es nuestra última oportunidad? ¿Qué quieres decir, Barbatos? - Esos bastardos imperiales están intentando recoger toda su capital y trasladarla a otro lugar. ¿Crees que su gente asentiría obedientemente y les seguiría la corriente? Estoy segura de que los obligaron a mudarse. Su sentimiento público debe haber recibido un duro golpe. Están retrocediendo mientras intentan consolar a esa gente. Probablemente se mueven a paso de tortuga. Este es el momento en que podemos acabar con este imperio. Si los perseguimos y les mordemos el culo, ¡entonces todo Habsburgo será nuestro! Ahora bien, camaradas. ¡Levantemos nuestras banderas y ataquémoslos ahora! Barbatos miró a los otros Señores Demonio. - ... - ... Barbatos frunció el ceño. Esta no era la respuesta que quería. - ¿Qué? ¿Creen que me equivoco? Pues díganlo. Marbas habló con cuidado. - Barbatos, la 2ª legión se conforma con capturar la capital de Habsburgo. La mejor táctica es una victoria sin derramar sangre. Hemos conseguido apoderarnos de la ciudad más reputada del centro del continente sin derramar una sola gota de sangre. ¿Hay alguna razón para que sigamos innecesariamente con más batallas? Gamigin intervino. - Mhm. Estoy de acuerdo. Por lo que sé, esto significa que los altos mandos del ejército humano dieron la espalda a su pueblo. ¿No obtendríamos una ventaja psicológica si les dejáramos en paz? Los otros Señores Demonio asintieron. Una mirada feroz apareció en el rostro de Barbatos al ver esto. - ...Eh, mis camaradas cercanos. ¿De qué están hablando? Estoy empezando a dudar de mis oídos ahora mismo. Dejen que se los explique una vez más. Si trabajamos juntos para perseguirlos ahora, entonces podríamos borrar al Imperio de Habsburgo del mapa por completo. Se están retirando apresuradamente mientras también tratan de cuidar de su gente. Agares rio entre dientes. - Sobre eso. A menos que sean idiotas, ¿no esperarían esos imperiales que les persiguiéramos? ¿Eh? Me da la impresión de que están lanzando un cebo y pidiéndonos que lo mordamos. ¿Por qué deberíamos morder el anzuelo intencionadamente? Barbatos apenas consiguió expulsar su ira por la garganta mientras hablaba. - ...No importa si han tendido una trampa o están al acecho para emboscarnos, Agares. Sólo hay 2 cosas importantes. El enemigo está débil y nosotros somos fuertes. - ¿Qué hay que decir que no escondan una carta en sus mangas? - ... Barbatos se daba cuenta de que algo no iba bien. Marbas, Agares y Gamigin, los principales miembros de la Alianza Creciente tenían miradas apáticas en sus rostros. No importaba si el enemigo les había tendido una trampa, ya que podían romperla con su fuerza abrumadora. Era imposible que los Señores Demonio aquí reunidos no fueran conscientes de ello. A pesar de esto, sus mentes estaban obviamente en otra parte. En otras palabras, no estaban interesados en destruir el Imperio de Habsburgo. Sólo podía haber una razón para ello. - Cabrones, no me digan. ¿No quieren conquistar el continente? Los Señores Demonio no creían que la Alianza Creciente pudiera conquistar el continente. La rubia Gamigin ladeó la cabeza antes de hablar. Hizo ver que Barbatos era la rara y no ellos. - ¿Eeh? No hay forma de que la expedición de nuestra Alianza Creciente tenga éxito. - ... - En serio, a veces dices las cosas más raras, Barbatos. Deberías conformarte con apoderarte de la parte norte de Habsburgo. ¿Por qué te pones tan codiciosa? A ese paso se te va a revolver el estómago. Jeje. En todo caso, esto es algo bueno. Dado que han abandonado su capital, lo más probable es que el pueblo de Habsburgo no tenga fuerzas para contraatacar. Si aprovechamos esta oportunidad para limpiar las zonas restantes del imperio, entonces deberíamos poder tomarnos nuestro tiempo para disfrutar de nuestro botín de guerra. - ... - A mi 2ª legión se le asignó originalmente la Mancomunidad Polaco-Lituana, Barbatos. La única razón por la que me uní a ustedes hasta aquí fue para asegurar un camino hacia la Mancomunidad sin tener que pasar por las Montañas Negras. Dado que ahora no hay razón para preocuparnos por nuestra retaguardia, mi 2ª legión regresará a nuestro objetivo original. Conquistar el continente es una tarea considerable que, de todos modos, requerirá mucho tiempo. No hay razón para impacientarnos y tratar de hacerlo todo de una vez. - ¿No ser impaciente? Retrasados... ¿Es eso algo que los Señores Demonio deberían decir? Tenemos ante nuestras narices la oportunidad de destruir un imperio humano. Nuestra misión es acabar con los humanos y darle el continente a la raza demoniaca. Ustedes son... - Ah, ah. ¡A quién le importa esa misión! Sólo es molesta. Ve a perseguir esa gran misión por tu cuenta, mocosa de la vieja escuela. Todos los demonios que realmente querían apoderarse del continente murieron hace muchos años. Aparte de la gente que te rodea, ya nadie cree en esas tonterías. ¿Lo entiendes? Estamos satisfechos mientras podamos alimentar a la gente que nos sigue. - Tú... ¿cómo podría la persona de rango 2? Gamigin intervino con una sonrisa. - Lo siento, Barbatos. Tampoco quiero salirme de mi camino para sufrir pérdidas. Por supuesto, probablemente podríamos acabar con el imperio si combinamos nuestras fuerzas, pero esos soldados imperiales saben muy bien que sería el fin de su nación si les atacáramos ahora, así que contraatacarían mucho más desesperadamente. Jeje. Si eso ocurre, entonces perdería a los soldados que conseguí conservar mientras fingía luchar. Mhm. Las fuerzas de Paimon disminuyeron considerablemente, y tú también perdiste muchos soldados porque tu Facción de las Llanuras fue la que más luchó. Probablemente ahora esté en mi mejor momento~. ¿Debería decir que estoy feliz ya que no hay nada más que pueda pedir~? Jeje. - ... - Oh cierto. Esto no significa que puedas tomar todas las tierras del centro de Habsburgo, ¿de acuerdo? Puede que haya conservado mis tropas, ¡pero aun así luchamos juntos! Confío en que distribuirás la tierra con justicia. Las manos de Barbatos temblaban. - ¿Distribuir la tierra...? - Sí. ¿Por qué crees que movimos nuestras tropas hacia el lado del que tú estabas al mando? Gamigin sonrió alegremente. - Era duro porque tenía que preocuparme constantemente de cuándo se nos acabarían las provisiones. Sí, los humanos no eran idiotas, así que no se desviaron de su camino para enfrentarse a nosotros. ¿Qué ejército era? ¿El Reino Teutón? Seguían a mi legión, pero cuando nos alejábamos un poco, también retrocedían un poco. Jeje. Ellos tampoco querían luchar. En realidad, ya estaba determinado qué ejércitos lucharían más duro durante la 8ª Alianza Creciente. Del lado del ejército del Señor Demonio, era la 6ª legión de Barbatos y del lado humano, el ejército imperial liderado por la Princesa Imperial Elizabeth. Esto se debía a que la 6ª legión luchaba por conquistar el continente, mientras que el Imperio de Habsburgo se defendía desesperadamente para proteger a su nación. Desde el principio, las legiones restantes del ejército del Señor Demonio sólo se movieron por un objetivo político. En otras palabras, actuaron para reducir el poder de la Facción de la Montaña, que era el grupo más numeroso del ejército de los Señores Demonio. Ya que habían logrado ese objetivo, no había razón para que desperdiciaran más de sus fuerzas militares. Lo mismo ocurría con los otros ejércitos de la alianza humana. No sólo les había bajado la moral por los discursos ceremoniales, sino que tampoco tenían motivos para contraatacar activamente mientras el ejército de los Señores Demonio no les atacara de verdad. Los ejércitos humanos saquearon los pueblos y ciudades de Habsburgo para consuelo de sus tropas. Los humanos robaban a otros humanos con el pretexto de una política de tierra quemada y la justificación de ser soldados que habían sido enviados para proteger Habsburgo. Si no los saqueaban, el ejército de los Señores Demonio se lo llevaría todo de todos modos. No había razón para que se contuvieran. Había intereses similares en el ejército del Señor Demonio y en el ejército humano. Los demás miembros del ejército del Señor Demonio y de la alianza humana respetaban los límites de los demás como si lo hubieran prometido de antemano, mientras Barbatos y Elizabeth se enfrentaban constantemente en el frente. El ejército de los Señores Demonio saqueaba este lado, mientras que el ejército humano saqueaba aquel otro lado. Rara vez se producían batallas y, además, eran a pequeña escala. Sólo se centraban en sacar provecho del suelo del Imperio de Habsburgo. El único ejército que, paradójicamente, luchaba de forma bastante activa era la Facción de la Montaña. La cual tenía que luchar para que no se sospechara que había traicionado a los suyos. Como resultado, la Facción de la Montaña sufrió grandes pérdidas mientras aniquilaba al ejército del Reino de Bretaña... Por supuesto, habían hecho un espectáculo de la batalla y la habían hecho parecer más grande de lo que era. Agares sonrió mientras hablaba. - Así es. También tenemos derecho a que se nos dé una parte justa. Bueno, no soy tan codiciosa. Sólo dame una tierra que sea tan grande como un ducado. Está bien si te quedas con la capital, Barbatos. Mm, incluso yo creo que estoy siendo increíblemente generosa. - Ah, me gustaría una zona cerca de las Montañas Negras si es posible. Vine aquí aunque Baal me dijo que no lo hiciera. Sería raro si me dieran tierras lejos de las montañas. Mhm. Me conformaría con Brandemburgo o algo así. - Oh cierto. La ubicación también es importante. Hm. ¿Qué debo hacer? Barbatos se quedó en silencio. - ... Más que rabia, sintió ganas de vomitar. No quería admitir que esas personas eran sus iguales. No tenían ni una pizca de orgullo. Eran una manada de coyotes que sólo se movían en aras de su propio beneficio personal. Ella se marchó sin decir una palabra. Nadie intentó detenerla. Sólo los Señores Demonio de la Facción de las Llanuras la siguieron. Dio una orden con una expresión de absoluta frialdad en su rostro. - Preparen un grupo de persecución. Zepar habló con cuidado. - ¿Vamos a perseguir sólo con nuestra legión? Alteza, lo siento, pero no puedo garantizar que tengamos éxito. Barbatos respondió con severidad. - El éxito no es algo que se predice. Es algo que sales a buscar tú mismo. Puede que los otros Señores Demonio sean unos pedazos de basura, pero, como mínimo, tenemos que demostrar a la raza demoniaca que los Señores Demonio seguimos luchando por su bien. Eso es lo que tiene que hacer un monarca. - ...Entendido. - Hijos de puta. Bien. Si eso es lo que quieren, ¡conquistaremos el continente más adelante! Antes de que llegue ese día, limpiaré toda la basura que existe en el mundo. Fue en este momento, cuando la Facción de las Llanuras se separó de las otras facciones.

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