Capítulo 160
La Era de los Tiranos (X)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Había algo que he estado contemplando desde hace mucho tiempo.
‘...Soy un Señor Demonio, pero ¿no me falta mucho en términos de dignidad?’
Este era un asunto serio. Incluso mis estadísticas de Fuerza y Encanto eran bajas. Un tipo de carisma que todos los gobernantes deberían tener y que era capaz de hacer que la gente se acobardara ante ellos era básicamente inexistente en mí. Si no tuviera un cuerno en mi cabeza, nadie pensaría que soy un Señor Demonio. Tengo más dignidad comparado con cómo era hace un año. También me acostumbré a ver morir humanos en grandes cantidades y tengo una comprensión decente de la política de este mundo, y sin embargo, no gané ningún tipo de carisma. Tarareé audiblemente para mí mismo mientras hablé en tono serio.
- Así que este es un problema bastante grande. ¿No lo crees tú también? Esto creará un grupo de personas que olvidará que soy un Señor Demonio o que ignorará este hecho por completo. Aah. No entendía por qué los gobernantes creaban palacios tan innecesariamente extravagantes, pero ahora sí. Si te sientas en un trono de oro en un palacio de mármol, naturalmente parecerás digno. Todas las cosas del mundo tienen un significado más profundo, aunque por fuera parezcan inútiles. ¿No estás de acuerdo?
- Sí... ¡Sí, Su Alteza!
Un hombre de mediana edad se inclinaba bajo mis pies. Se estaba postrando. Había polvo y sangre esparcidos por todo su atuendo.
- ¡Yo también lo creo!
Sonreí.
- Me alegro de que lo entiendas. Lamentablemente, no pienso construir un palacio innecesariamente lujoso. Después de todo, ya tengo muchas cosas en las que gastar el dinero. Hmm, esto sí que es un gran problema. Un gran problema. No poseo ninguna dignidad innata. Por lo tanto, no tengo otra opción que adquirirla manualmente. ¿Qué debo hacer para adquirir esta grandeza?
- Su Alteza... ya está rebosante de grandeza.
Levanté mi pie derecho y acaricié suavemente la cabeza del hombre con él. Moví el pie lentamente como si fuera mi mano. El cuerpo del hombre temblaba.
- Gracias por el cumplido. Pero realmente no tengo dignidad. Si la tuviera, ¿habría recibido un ataque tan ruin? Me atacaron a pesar de que debían saber claramente que morirían si fallaban. Por lo tanto, debo haberles parecido un debilucho.
- Su... Alteza.
La voz del hombre temblaba incontrolablemente. Me acerqué a su cabeza. Podía sentir su cuerpo temblar a través de mi pie. La otra parte estaba consumida por el miedo absoluto. No era una mala sensación.
El hombre gritó con su nariz empujada contra el suelo.
- Perdóname... ¡P-Por favor, perdóname!
- Así que he decidido hacer mi propio símbolo.
Quite mi pie y mire al caballero de la muerte que esperaba a un lado. Una vez lo hice, el caballero levantó al hombre por la cintura.
- ¡H-Hiiik!
El hombre colgaba en el aire como un niño. Un líquido turbio fluía por su pantalón. Emitía un olor terrible. Levanté la mano izquierda y se la mostré.
- Fíjate bien. ¿Ves que me faltan dos dedos?
- ¡Sí! ¡Sí! lo veo...
- Verás, tus leales subordinados me los cortaron. Fueron bastante capaces. Ni siquiera tuve la oportunidad de sentir dolor. Jaja.
El rostro del hombre se puso mortalmente pálido.
- S-Su Alteza... Por favor... tenga p-piedad...
Me reí.
- Bueno, el pasado es el pasado y el presente es el presente. Soy una persona bastante benevolente. No te mataría bruscamente ni haría algo brutal simplemente porque tu subordinado cometiera algún que otro error.
- Gracias... hggh, Su Alteza... ¡muchas gracias!
El hombre se frotaba las manos mientras se inclinaba una y otra vez. Era la primera vez que veía a alguien disculparse frotándose las manos. Parecía más patético de lo que pensaba. Bueno, podría ser porque los 10 dedos del hombre estaban rotos.
- Por cierto, ¿qué es ese anillo en tu dedo medio?
- ¿Eh? A-Ah, sí. Es un anillo que significa mi posición como Archiduque.
- Quítatelo y dámelo.
- Hik. E-Este es un anillo que nunca se puede quitar.
- Córtalo.
El caballero de la muerte inmediatamente retorció el dedo del hombre una vez que di la orden.
- ¡Aaaaaaah!
Su grito resonó. El dedo medio de la mano derecha del hombre fue arrancado como un rábano blanco siendo sacado de la tierra. El caballero de la muerte le quitó el anillo y me lo presentó. Asentí satisfecho. El hombre estaba ocupado gritando y gimiendo. Continué hablándole.
- Esto ya no es necesario para ti, ¿no crees?
- Sí... hggghk.
Me levanté y le di unas palmaditas en la mejilla. El hombre había estado babeando, así que mi mano acabó mojándose. Era un poco asqueroso, pero no me importaba.
- No pienso desviarme de mi camino para que me curen está herida. Piénsalo. Estoy dejando sola una lesión que se puede tratar en cualquier momento. Una lesión que además sobresale tanto. Lo más probable es que todas las personas que conozca vean esta lesión. Entonces recordarán el destino de aquellos que fueron contra mí.
- ¿Perdón...?
- Arrepiéntete en la otra vida, tonto.
Saqué una daga y se la clavé en la garganta. La hoja afilada de mi daga se deslizó en la zona donde su cuello se unía a su mandíbula. Su cuerpo tembló y lanzó un grito ante su muerte. La sangre me salpicó la cara. Mantuve los ojos abiertos mientras observaba en silencio los últimos momentos del hombre. Se convulsionó un instante antes de que la fuerza de su cuerpo se desvaneciera poco a poco. Saqué mi daga y la limpié con un trozo de tela. Era una daga que Barbatos me había regalado.
‘Tengo que tratarla con cuidado. Las armas duran más si se limpian las sustancias extrañas, como la sangre, inmediatamente después de usarlas.’
Me la dio para que pudiera suicidarme con ella si fuera necesario, pero no era la primera vez que Barbatos se mostraba tan grosera, así que hice caso omiso de ese consejo. Hablé con un tono tranquilo.
- Cuelguen su cabeza en lo alto del palacio.
Los caballeros de la muerte asintieron. En este día, entre los 26 Archiduques que gobiernan el mundo demoníaco, murió el Archiduque de Atata. El palacio en el que residía el Archiduque fue completamente demolido y las 200 personas que vivían en él fueron masacradas. Las cabezas del Archiduque y de sus sirvientes fueron colgadas de lo alto de la aguja del palacio. Escribí una línea especial cerca de las cabezas.
- Conócete a ti mismo.
* * *
Arrastré mi cansado cuerpo de vuelta a mi castillo de Señor Demonio. En un principio iba a reunirme con algunos Archiduques más, pero la necesidad de hacerlo había desaparecido. Ya había dado un escarmiento a alguien, así que el resto de Archiduques deberían empezar a ofrecerme tributos de forma natural mientras tuvieran cerebro.
Y lo que es más importante, era necesario que reajustara mi estrategia por completo. Se me reveló que Paimon era republicana y que había republicanos escondidos en varios lugares del continente. Me había convertido en su cómplice. Tengo que idear un nuevo plan que sea capaz de aprovecharlo. Me tomé un momento para relajarme en la piscina subterránea. Sin embargo, me dieron una noticia impactante antes de que pudiera terminar mi descanso.
- ¿Barbatos fue derrotada?
Sitri asintió desde el interior de la esfera mágica.
- Sí. Aunque no sufrió tantas pérdidas a pesar de haber sido derrotada.
‘¿A qué se refería?’
- No, ¿cómo perdió la chica que no parece que vaya a morir aunque la mates?
- Bueno, sobre eso...
La explicación de Sitri fue la siguiente “avanzaron hacia la capital de Habsburgo para acabar con el imperio, pero cuando llegaron, la capital ya estaba vacía. El pueblo imperial había abandonado la capital y había huido. Barbatos sugirió que persiguieran rápidamente a los soldados imperiales y acabaran con ellos. Las otras facciones no quisieron cooperar, así que la moción fue rechazada. Así, Barbatos persiguió sola a los soldados imperiales. Sin embargo, el imperio había estado esperando al ejército de los Señores Demonio para perseguirlos. Las tropas perseguidoras se encontraron con una emboscada al pasar por un cañón. Fueron acorralados. 20 maestros de la espada se habían abalanzado sobre ellos. No eran sólo los maestros espadachines de Habsburgo, sino también los de otras naciones humanas. Barbatos había iniciado la persecución con poca antelación, por lo que no pudo movilizar a un gran número de soldados. Para empeorar las cosas, estos soldados estaban agotados, ya que no pudieron descansar mucho después de llegar a la capital, ya que tuvieron que ponerse nuevamente en marcha de forma inmediata. Era natural que el ejército humano, que les había estado esperando, acabara con ellos. Barbatos estaba derrotada. Apenas consiguió salir con vida del cañón. Acabó perdiendo su brazo izquierdo porque 5 maestros espadachines siguieron atacándola insistentemente.”
Un Señor Demonio como Barbatos podía regenerar fácilmente sus brazos, pero si lo miras desde otro ángulo, esto significaba que un Señor Demonio tan fuerte como ella había perdido un brazo. No sería una exageración decir que esto era una derrota total.
Sitri dejó escapar un suspiro.
- Aaah. Es una chica antiestética, pero verla volver con un brazo perdido y sin sus subordinados fue, ¿cómo decirlo? Me sentí mal por ella. Si hubiera sabido que eso iba a pasar, debería haber ido con ella. Ella fue la que más luchó durante esta expedición. No me gusta ver que la persona que más ha luchado también es la que más pierde. ¡Pero eso no significa que pueda disculparme con ella! Uuuugh. ¿Qué debo hacer?
Dijo Sitri en voz baja finalmente. Parece que estaba realmente preocupada por esto. Sólo un pensamiento pasó por mi cabeza después de escuchar la explicación de Sitri.
‘¿Qué está tramando ahora?’
Sitri probablemente no era consciente de ello, pero había veces en que los pensamientos internos y las acciones de Barbatos no coincidían. Lo mismo ocurría con su sexualidad. Cualquiera pensaría que era una sádica, pero cuando tenía sexo conmigo, a menudo se volvía masoquista. Todos los Archiduques se quedaron de piedra cuando vieron el vídeo de la memoria de Barbatos chillando como un cerdo mientras se enterraba en mi entrepierna. Fue así de sorprendente para ellos.
Tiene una lengua grosera, así que la gente de su entorno suele pensar que tiene mala personalidad, pero... no estoy seguro. También era inesperadamente dócil. Cuando cayó en la trampa de Paimon y se vio rodeada de enemigos por todas partes, Barbatos lloró como una niña delante de sus subordinados. En otras palabras, era una persona traicionera. Si sólo te fijas en su forma de hablar y en las caras que ponía, no había nadie tan temperamental como ella.
‘Sin embargo, Barbatos, la persona que más aprecia a sus subordinados, ¿se zambulló intencionadamente en la trampa del enemigo? Las cosas no cuadraban. Tenía la certeza de que debajo se escondía algo muy siniestro.’
Pensé un momento antes de hacerle una pregunta a Sitri.
- Sitri. ¿Cuánta gente había en el grupo de persecución de Barbatos?
Sitri arrugó la frente e inclinó la cabeza desde el interior de la esfera mágica.
- ¿Eh? Mmm... ¿Probablemente unos 1.500? Había al menos más de 1.000.
‘Barbatos tenía aproximadamente 5.000 soldados. Si tenemos en cuenta a toda la Facción de las Llanuras, entonces tenía 15.000 soldados. Y sin embargo, sólo tomó 1.000 de ellos para perseguir al enemigo...’
Había algo sospechoso en esto. Apestaba.
- ¿Había caballeros de la muerte entre ellos?
- Sí. Cientos de ellos estaban alineados. ¿Por qué preguntas?
- No, sólo tenía curiosidad.
Pude ver vagamente las intenciones de Barbatos. Antes de sentirme complacido por ver a través de sus acciones, no pude evitar pensar que era absurda. Realmente es malvada. Debería aprender un par de cosas de Sitri, que ahora mismo sentía verdadera lástima por ella.
‘Esa chica, les mintió, ¿eh?’