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domingo, 28 de enero de 2024

DD - Capítulo 188

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Capítulo 188
El Camino de la Peregrinación (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Daisy me miró con sus ojos negros como el carbón. Ella habló. - ¿Cómo te llamas? - ¿Hm? Sus ojos eran rebeldes. No era rebelde simplemente porque no quisiera obedecerme. Sus ojos contenían una especie de certeza. - Dijiste ser Andromalius cuando nos conocimos. Después dijiste ser Dantalian. Y ahora eres Jean Bole. ¿Cómo debo referirme a ti? - Simplemente llámame Dantalian. Daisy abrió ligeramente la boca. - Dantalian. ¿Ese es realmente tu nombre? - Así es. - ...Dantalian. Murmuró. Era como si estuviera tratando de grabar la pronunciación en su lengua y boca. Me alegré mucho de ver esto. No hay nada que te enorgullezca más que ver lo importante que eres para otra persona. Incluso si la otra persona está tratando de matarte. - Así es, Dantalian, mocosa de una aldea de montaña. Me reí entre dientes y saqué una pipa. Este era el objeto que le había pedido a Jeremi. Apreté las hierbas y encendí un fuego con un poco de pedernal. Un aroma me recorrió la nariz. Soplé un poco de humo. Tenía una fragancia agradable. Jeremi dijo que eran hierbas de alta calidad que un alquimista había creado a mano, así que parecía bastante orgullosa cuando me las regaló, pero, efectivamente, era algo de lo que presumir. - Llámame maestro cuando estés delante de los demás. Sin embargo, te has convertido en mi hija adoptiva, por ahora, así que llámame padre cuando sea necesario. Básicamente, puedes llamarme padre cuando vayamos a ciudades o pueblos y cuando haya gente desconocida a nuestro alrededor. - Padre, ¿verdad? Daisy sonrió tranquilamente. Era la misma sonrisa que mostraba en la aldea de tala y quema. En otras palabras, era una sonrisa que dejaba claro que entendía exactamente cómo la percibía. Sólo habían pasado unos días desde la operación del sello de esclava y, sin embargo, ya había vuelto a su ritmo normal. - ¿Qué? ¿No te gusta que sea tu padre? - No creo que exista un padre que maltrate a su hija tan severamente. - Tampoco existe una hija que intente asesinar a su padre mientras duerme. Tenemos un hogar bastante sorprendente. Después de compartir una conversación ociosa durante un rato, llegó el momento de empezar. Saqué un frasco de un bolsillo dentro de mi túnica de sacerdote. - Abre la boca y saca la lengua. - ¿Puedo preguntar qué es eso? - Un afrodisíaco. 3 gotas bastarían para mantenerte excitada todo el día. Daisy soltó un bufido de disgusto. - ¿Ahora le hace beber a su hija un afrodisíaco? Parece que me ha tocado una persona tan impresionante como mi padre. Personalmente creo que es un honor, oh Gran Ser. - El mundo ya sabe que soy impresionante aunque tú no me alabes. Abre la boca. - ... Daisy abrió su pequeña boca. Su roja lengua salió de entre sus labios. Bajé la espalda e igualé mi altura con ella antes de darle precisamente 2 gotas de la droga. Las gotas púrpuras se disolvieron en su lengua casi al instante. Debía de tener un sabor extraño, porque Daisy frunció las cejas. - No emitas ningún sonido pase lo que pase a partir de ahora. Es una orden. - Entendido, Padre. De las 3 opciones de Dantalian, Maestro o Padre, parece que le había cogido gusto a la última. Por supuesto, ella no tenía la más mínima intención de tratarme como su verdadero padre. Lo hacía estrictamente para burlarse de mí. “¿Qué se siente al ser llamado padre?” Qué niña más espeluznante. La agarré por la muñeca y la arrastré al bosque que había junto al camino. Unos cuantos mercenarios nos vieron marchar, pero nadie dijo nada. Nadie.
* * *
Los árboles estaban cubiertos de maleza. La primavera mostraba sus signos a nuestro alrededor. Las ramas de los árboles cubrían el cielo como telarañas y la luz del sol que lograba esquivar estos hilos creaba finas líneas de luz que llegaban hasta la tierra. No sería extraño que ocurrieran cosas en las profundidades de los bosques. Violaciones y asesinatos probablemente los mancharon muchas veces. Los árboles dentro de los bosques realmente han visto muchas cosas. Eran capaces de ello porque sabían permanecer callados. La gente cree que los árboles no pueden hablar. Lo creen porque un árbol nunca les ha hablado. Esta simple razón de no haberlos escuchado bastó para que la gente creyera que los árboles no eran capaces de tener pensamientos sensibles. Creen, sin sombra de duda, que los seres sensibles tratarían naturalmente de hablar con ellos... Por lo tanto, la gente hacía cosas que normalmente no haría delante de los demás bajo la atenta mirada de los árboles. Besar, prometer, mentir, conspirar, asesinar, violar... ¿Cómo enumerar todo lo que ha ocurrido a la sombra de estos árboles? Es comprensible que los bosques guarden silencio. Si alguien se convirtiera en un árbol, incluso él acabaría por mantener la boca cerrada después de aspirar la fragancia de tanto semen y sangre. - ...Aaah. La respiración de Daisy no tardó en hacerse más pesada. Su pálido cuello estaba ahora rojo. Sólo estábamos caminando, pero el número de veces que Daisy se ponía rígida aumentaba gradualmente hasta el punto de ser visiblemente evidente. No llegamos lejos antes de que Daisy ya no pudiera caminar adecuadamente. ¿Era por la vibración que subía por su espalda a cada paso que daba? Los hombros de Daisy temblaban cada vez como si un rayo de electricidad la atravesara. Sus gemidos conseguían colarse por el hueco entre sus dientes y su boca. Dejé de caminar y me agaché. Presioné la espalda de Daisy para que se sentara también. A Daisy se le escapó otro gemido cuando le presioné la espalda con la mano. - Ya hemos llegado. Ahora bien, Daisy. Mira allí. Señalé más allá del follaje. Daisy me siguió con la mirada ausente. Parecía que le costaba percibir las cosas que tenía delante. - ¡...! Los ojos de Daisy se abrieron de par en par tras un momento. Parecía olvidar la corriente eléctrica que asaltaba su cuerpo mientras miraba lo que tenía delante. Finalmente fue capaz de escuchar el sonido que venía de esa dirección. Jeremi y Luke estaban más allá del follaje. - ¡Señorita, por favor espere, hgh, no puedo...! - Oh querido. Eres bastante grande para ser un niño, ¿eh? ¿Intentas meterte con alguien creciendo así? Luke estaba sentado en una roca. Sus pantalones estaban bajados y sobresalía un miembro demasiado grande para un niño de 11 años. Jeremi, que se había quitado la camisa, estaba jugando con él. Masajeaba el miembro de Luke entre sus pechos. - En serio, eres diferente a tus compañeros. Sigues con energía a pesar de que ya te has corrido 2 veces. Parece que valió la pena robarte. - ¡Ya, me he corrido antes...! Hgg, ¡por qué...! - ¿Estás a punto de correrte? Estás a punto de correrte, ¿verdad? Juju. En la punta se siente bien, ¿verdad? - ¡Otra vez... hggh, otra vez...! Luke era incapaz de controlarse debido a la ola de placer que estaba experimentando por primera vez en su vida. Alcanzó el clímax mientras era completamente inconsciente de las babas que salían de su boca. Daisy observó la escena en silencio. ¿Sería porque había visto a una mujer jugueteando con su hermano? Ella se giró para mirarme, una mirada de ira silenciosa estaba en sus ojos, murmuró en voz baja. - ¿Era este tu objetivo? ¿Ordenaste a esa mujer que jugara con mi hermano? ¿Pretendes violarme ahora? Aprovecharse de un par de hermanos en un mismo lugar. Esto parece bastante superficial y simplón para una persona tan grande como tú. Una niña pequeña estaba usando este tipo de vocabulario sin ninguna duda. No era extraño para Daisy. - Jajaja. No me malinterpretes. Eso es algo que el propio Luke quería. - No hay manera. Mi hermano... - Tu hermano está atravesando la pubertad. ¿Crees que tu hermano se negaría si una mujer madura como Jeremi lo sedujera? Las cejas de Daisy se fruncieron. Luego dejó escapar un pequeño suspiro. - Bien. Si esto es algo que Luke quería, entonces no me involucraré. Pero, ¿por qué me muestras esto? No recuerdo haber tenido el asqueroso pasatiempo de husmear en la vida personal de mi hermano. - Oh. No te preocupes. Esta es mi mala afición. Acaricié la mejilla de Daisy. - ¿¡...!? El cuerpo de la chica se estremeció enormemente. Su cuerpo increíblemente sensible la había sorprendido. Daisy apretó los dientes y me fulminó con la mirada. Era como una bestia salvaje. - Mira en silencio. No le hice caso. La agarré por la mejilla y giré su cabeza. Ella se giró para mirar hacia donde estaba Luke con los ojos húmedos mientras todo su cuerpo se estremecía. Jeremi y Luke estaban en medio de su sesión. No, sería demasiado decir que todavía estaban en la mitad. Luke ya estaba completamente agotado. El placer era probablemente demasiado fuerte para alguien de su edad. - Nuestro adorable Luke, ¿sabes qué es esto? Jeremi sacó algo en ese momento. El evento principal iba a comenzar ahora. - ¿Q-Qué es? - Juju. Bueno en realidad, Luke. ¡Esto es asombrosamente una recreación del lugar de una mujer ahí abajo! - ¿Eh? - Mm. En otras palabras, si usas esto, Luke, se sentirá como si lo pusieras en una mujer real. ¡Todavía eres joven, así que no puedes ir más lejos que esto conmigo! Una verdadera vergüenza. Por eso quiero que en su lugar te diviertas con una imitación tan detallada como esta. Esto es algo que hacen todos los chicos. El comentario de Jeremi distorsionó la vida sexual de todos los chicos jóvenes del mundo. Por otro lado, Daisy parecía no entender la conversación que estaba ocurriendo allí. Estaba agachada a mi lado con las cejas fruncidas. Jeremi continuó hablando. - Ahora bien. Te he traído hoy aquí para regalarte esto. Probablemente no lo sepas, ya que te criaste en un pueblo de montaña, pero esto es algo que las chicas suelen regalar a los chicos. Es una vieja tradición que las chicas regalen estas cosas a los chicos que les gustan. ‘Una nación con una tradición así habría caído en la ruina hace mucho tiempo.’ El inocente chico parpadeó. - ¿Es así? - Sí. Me has caído muy bien, Luke. Jeremi sonrió. - ¿H-Huh? - Me alegraría sinceramente que recibieras este regalo que tanto me ha costado preparar. Luke era fundamentalmente un chico de buen carácter. No podía rechazar a alguien que decía que le gustaba. Además, era de alguien con quien acababa de tener una experiencia placentera hace un momento. No había forma de que un chico ignorante del mundo rechazara esto. Él habló vacilante. - Si es un regalo tuyo... entonces está bien. Yo también estoy feliz. - ¿En serio? Jeremi jaló a Luke en un abrazo. La piel de Luke debía estar sensible ya que soltó un grito parecido a un gemido. A pesar de ello, el hecho de que no rechazara a Jeremi dejaba claro quién era la presa y quién el depredador. - Ahora, personalmente te dejaré tener tu primera experiencia con este objeto. - ¿Qué? - Se siente muy bien, ¡así que estoy seguro que también estarás feliz! ‘¿Ahora se daba cuenta?’ Oí un grito ahogado a mi lado. Me giré para ver la cara pálida de Daisy. Estaba mirando a Luke con una mirada inquieta. Su tez normalmente tranquila había desaparecido. Sólo quedaba el miedo a lo desconocido. - No me digas... - Tus sospechas son correctas, jovencita. Daisy me miró con ojos temerosos. Me reí entre dientes en respuesta. Me sentí muy complacido. Era la primera vez que esta chica parecía temerosa. Lentamente tapé la boca de Daisy con la mano. Le susurré a Daisy. - Los slimes que dividen su cuerpo tienen propiedades especiales. Si un lado se lesiona, el otro recibe el mismo dolor. Por supuesto, otras sensaciones además del dolor también se transfieren... Por favor, disfrútalo completamente. La chica frente a mí me miró sorprendida. Podía oír a Jeremi excitándose en la distancia. - ¡Ahora entonces, Luke! Por favor, ¡disfruta de mi regalo! Un slime onahole. Jeremi empujó el objeto que compartía las mismas propiedades que el slime que estaba dentro del cuerpo de Daisy contra la parte inferior del cuerpo de Luke. - ¡...! Daisy arqueó su espalda.

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