Capítulo 191
Ruta Alternativa: El Protector de la Princesa (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
‘Esto es realmente lo peor. Puedo decir con confianza que estas fueron las peores 12 horas de toda mi vida. Parece que mi vida ya hubiera terminado una vez, pero ¿a quién le importa?’
Nada más abrir los ojos, caí en un charco de agua. Reuní mis fuerzas para salir nadando, pero lo único que me esperaba era un viaje especial en el tren de la tortura. No era una broma. Me torturaron antes de que pudiera comprender del todo mi situación. Incluso después de rogarles que me perdonaran y que al menos me dijeran por qué me torturaban, no cedieron.
- ¿Quién te apoyó para cometer este crimen?
- Te reuniste con el Capitán Herci el miércoles pasado. ¿Es correcto?
Seguían preguntándome cosas que no tenían ningún sentido para mí. No estoy seguro de por qué, pero mis instintos de supervivencia me decían ferozmente que no debía responder “sí” o “no” a sus preguntas. Tenía la sensación de que mi vida acabaría en el momento en que les diera una respuesta determinada. Yo seguía diciéndoles que no lo sabía y ellos seguían torturándome.
Lo sorprendente eran las pociones. Me echaban una especie de líquido azul y todas mis heridas se curaban. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que había caído en otro mundo. La conversación que tuve con VenusPanties antes de morir y un mundo donde existen las pociones... La princesa imperial Johanna fue el clavo en el ataúd. Irrumpió en la prisión y me llevó con ella. Parece que tuvo una gran discusión con los guardias debido a su terquedad.
La razón por la que digo “parece” es porque me desmayé en ese momento. Acabé desmayándome por el excesivo dolor que sentía. Si la princesa imperial Johanna no me hubiera rescatado, habría muerto... No habría podido soportar más la tortura y simplemente habría admitido cada ridícula acusación y me habrían ejecutado después. Estaba realmente agradecido con ella.
- ¿Tu cuerpo se siente bien?
Sebastian entró en la habitación mientras yo descansaba en la cama. Esta persona era también mi salvador. Puede que fuera la Princesa Imperial Johanna quien le diera la orden, pero oí que él fue quien negoció con los guardias. También fue quien arregló este dormitorio para mí.
- Sí, gracias a sus cuidados.
- No pienses nada de eso. Simplemente seguía las órdenes de Su Alteza la Princesa Imperial.
Sebastian respondió con naturalidad. Era un sirviente de primera clase en el imperio y yo un extranjero sin conexiones de ningún tipo. En términos de estatus, éramos como el cielo y la tierra. A pesar de ello, Sebastian siguió siendo cortés conmigo. Esto por sí solo dejaba claro lo recto que era este hombre.
- Debo pedirle disculpas, pero...
- Se ha producido un problema, supongo. ¿Qué debo hacer?
Sebastian se sorprendió ligeramente por mi rápida respuesta.
- Pareces tranquilo para alguien que salió de prisión hace sólo unas horas.
Era natural desde mi punto de vista. Puede que no conozca las circunstancias, pero la princesa imperial de una nación decidió arbitrariamente arrebatar a un hombre que estaba condenado a muerte. Es imposible que esto no causara un problema. Mi Resistencia se había recuperado gracias a los objetos milagrosos conocidos como pociones. Lo único que quedaba era recuperarme mentalmente.
- Dicen que puedes sobrevivir en la guarida de un tigre mientras mantengas la cabeza fría. Si es algo que puedo hacer, entonces lo haré.
- Una actitud espléndida. Muy bien, entonces. ¿Qué debo explicar primero...?
Sebastian me dio una explicación de la situación actual dentro del palacio. La explicación fue breve y clara, por lo que fue fácil de entender. En serio, si la gente que me torturaba fuera siquiera parcialmente como Sebastian, entonces habría confesado con gusto.
- Esa es la esencia de las cosas. La criada principal y el capitán de la guardia real se han unido para denunciar a Su Alteza Johanna. Ahh. Incluso ahora, Su Alteza está reunida con la criada principal. Hay un límite a lo que puede soportar con su terquedad, así que es preocupante.
- Ya veo.
Líderes de grupos con su orgullo a flor de piel y la Princesa Imperial, una niña. Esto definitivamente no se veía bien. Esto hizo mi posición aún más peligrosa.
‘Pero las criadas y la guardia real, ¿es...?’
- Señor Sebastian, ¿hay alguien entre la familia real que sea especialmente cercano a las criadas o a la guardia real?
- Mm, Su Alteza el Príncipe Heredero Rudolf es cercano a las criadas.
Normalmente, las criadas son supervisadas por la más alta noble del palacio, la Emperatriz. El príncipe heredero Rudolf es el hijo legítimo de la emperatriz, por lo que naturalmente estaba más cerca de las damas de compañía que los demás.
- Entonces, ¿hay alguna persona a la que la guardia real apoye por separado?
- En efecto. La guardia real apoya sobre todo a Su Alteza la Princesa Imperial Elizabeth. A lo largo de los últimos cientos de la línea de sangre de la familia imperial, ella es la más hábil en las artes marciales, después de todo.
Y la guardia real que respetaba la caballerosidad apoyaba al mayor prodigio del mundo, Elizabeth. Bajé la cabeza un momento para pensar.
‘Johanna von Habsburg. Ese era sin duda el nombre de la hermana mayor de Elizabeth. Ella nunca hace una aparición personal en Dungeon Attack. Johanna von Habsburg ya estaba muerta en el punto inicial del juego. La causa de su muerte fue el suicidio. Se ahorcó tras no poder soportar ser violada por los príncipes, es decir, sus hermanos mayores, durante varios años. No sería raro llamarlo asesinato... Para decirlo bien, era una víctima, y para decirlo mal, era una perdedora.’
Sebastian sólo me había hecho un breve resumen, pero me bastó para comprender que la lucha política aquí era infernal. Ser débil en este tipo de lugar no era algo de lo que sentirse orgulloso.
No, fue porque la Princesa Imperial Elizabeth había sobrevivido a este infierno que salió victoriosa en Dungeon Attack. La fuerza era una virtud y la debilidad un pecado. Johanna von Habsburg era parte de los débiles. Si miras esto con calma, entonces ella era en última instancia un personaje mediocre. Era una existencia completamente miserable comparada con su hermana menor, que iba a unir el continente y subyugar a todos los Señores Demonio en el futuro... Sin embargo, fue esta misma persona la que me salvó.
- Señor Sebastian, por favor ayúdeme a tener una audiencia con Su Alteza la Princesa Imperial.
- ¿Se te ocurrió una buena idea?
‘¿Notó la confianza en mi voz?’
Sebastian no trató de ocultar sus expectativas. Puede que pensara bien de mí ya que no estaba perdiendo el tiempo preguntándome por algo sin sentido como por qué ella me había salvado.
- Sí, la situación es bastante peligrosa, pero puede ser capaz de dar un gran golpe.
‘Así es, la razón no importaba. Ella me rescató. Esto significa que mi curso de acción ya estaba determinado...’
Poco después, Sebastian me llevó a la sala de recepción de la Princesa Imperial. El título de Segunda Princesa Imperial no debía ser tan impresionante ya que su sala de recepción era pequeña. Sebastian llamó a la puerta cortésmente.
- Su Alteza, soy Sebastian.
- Adelante.
Una voz claramente aburrida vino de detrás de la puerta. No daba mucha sensación de competencia. De repente me sentí ansioso. Mi ansiedad se amplificó una vez que se abrió la puerta. Una chica con el pelo plateado recogido en impresionantes risos estaba sentada en una lujosa silla. Más precisamente su cuerpo estaba hundido en ella. Desprendía un aura que hacía casi palpable su aburrimiento.
- ¡Vaya! ¡Ya estás despierto!
Sin embargo, soltó un grito bruscamente en cuanto me vio. No estoy seguro, pero su comportamiento me pareció bastante estúpido para ser la princesa de un imperio. Para ser honesto, mi primera impresión de ella no fue muy buena. Pero no dejé que mis pensamientos aparecieran en mi rostro mientras me arrodillaba.
- Este es respetuosamente nuestro primer encuentro, su bella señoría de Habsburgo.
- Sí, mhm. Mi cara es bastante grandiosa.
Dejó escapar una risa fácil mientras presumía. No había ni una pizca de duda en su voz. Mi primera impresión podría haber sido buena...
- ¡Ven aquí! Me interesas mucho. ¿Cómo conseguiste atravesar las defensas absolutas del palacio? ¿Eres realmente un plebeyo que no conoce artes marciales ni magia? ¿Cuál es tu objetivo? ¿Cómo lo hiciste? ¿Realmente tienes un cómplice dentro?
La princesa imperial Johanna me bombardeó con preguntas. Sebastian me rescató mientras yo luchaba por saber qué responder primero.
- Alteza, sólo ha pasado una hora desde que salió de la sala de tortura. Creo que debería estar bien tener esta discusión más tarde...
- ¿Mm? Hm. Es cierto. No tenemos tanto tiempo. Como mucho, ¿quizá 2 horas? Después de 2 horas, tu nombre era Lolita, ¿verdad? Te arrastrarán las criadas o los guardias.
‘Sólo 2 horas...’
Sentía la garganta seca. Sentía como si alguien me estuviera estrangulando por detrás. La Princesa Imperial Johanna sonrió. Era una sonrisa sincera.
- Para empezar, me gustaría pedirte perdón. Lolita, lo siento. Parece que me tratas como a tu salvadora, pero no puedo salvarte la vida. Sólo he conseguido retrasar tu muerte unas 3 horas.
- ...
- Sin embargo, al menos puedo vengarte hasta cierto punto. Los nobles de la corte y todos los demás dentro del palacio se enteraron de este incidente porque yo te secuestré. Si las criadas o los guardias te castigan, entonces todos sabrán que fuiste sacrificado injustamente.
La reputación de las criadas y de los guardias caerá en picado. La Princesa Imperial ante mí no adornó sus palabras mientras declaraba que esto era lo menos que podía hacer con tal de vengarme un poco.
- Ahora bien, no nos queda mucho tiempo para volvernos amigos. Primero quiero oír las respuestas a las preguntas que te hice antes. ¿Cómo llegaste aquí, a este lugar donde la gente normal no puede entrar ni salir aunque quisiera?
Incliné la cabeza hacia el suelo.
- Su Alteza sin duda ha salvado la vida de este humilde.
Johanna ladeó la cabeza.
- ¿Hm? No, espera. En serio, no puedo hacer nada aunque me supliques. Es una pérdida de tiempo.
- ¿Y si te dijera que tengo un método?
El brillo en los ojos de la Princesa Imperial cambió.
- ¿Oh? De acuerdo. Con mucho gusto te escucharé. Sin embargo, Lolita, te aconsejo que tengas cuidado.
Si hasta ahora sus ojos eran como los de una niña traviesa... ahora eran la mirada de alguien que estaba poniendo a prueba a otra persona. Su inocente curiosidad había desaparecido y había sido sustituida por la mirada de alguien que había nacido para gobernar.
- Si no eres capaz de ofrecer un método decente, entonces yo también perderé interés en ti. Esto significa que las 2 horas que te había garantizado también te serán arrebatadas. Volverás a esa infernal cámara de tortura.
Incliné la cabeza. Estaba preparado para eso.
- Se trata de la época en que me torturaban. La criada principal y el capitán de la guardia real visitaron la cámara de tortura. Al principio, no sabía quiénes eran, pero más tarde me enteré por sus conversaciones con el jefe de la guardia.
- ¿Hm? ¿Y eso? No es de extrañar que se preocupen por esto ya que su orgullo está en juego.
- ¿Aunque nos visitaran una vez cada hora?
La mirada maliciosa en el rostro de Johanna desapareció.
- ¿Una vez cada hora? Eso es bastante inusual.
- Sí. Parecía que estaban excesivamente nerviosos.
- Sólo ha pasado medio día desde que un intruso cayó en el lago anoche. De todas las personas, ¿por qué la criada principal y el capitán de la guardia real estarían preocupándose constantemente?
Mi conjetura fue así. El Príncipe Heredero Rudolf tiene control sobre las damas de compañía. Por otro lado, la Tercera Princesa Imperial Elizabeth consiguió el apoyo de la guardia real demostrando un gran talento en el combate a pesar de su corta edad. Ya era un hecho evidente en la política que estos 2 competían por el trono más intensamente.
- Por lo tanto, hay una alta probabilidad de que esta riña política se haya convertido en una batalla por el trono.
- Así que estás diciendo que tienen gente por encima de ellos que los están presionando... Esas personas son Rudolf y Elizabeth. Ellos están tratando de hacer su jugada ganadora. La persona que gane esto probablemente obtendrá el control de todo el palacio. Kuh, terminé pisando la cola de una serpiente mientras trataba de saciar mi curiosidad.
- ¿Y si le dijera que era la cabeza de la serpiente y no su cola, Su Alteza?
- ¿Eh?
Johanna me miró con extrañeza. Yo sonreí.
‘No te preocupes. Me salvaste la vida, así que evitaré que en el futuro seas violada por tus hermanos hasta que al final te suicides. Aunque eso convierta al príncipe heredero del imperio y la futura gobernante del continente en mis enemigos...’
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