Capítulo 194
Ruta Alternativa: El Protector de la Princesa (V)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
El día de la fiesta de caza. Afortunadamente, el tiempo estaba despejado. La gran fiesta de caza era en realidad el debut de Su Alteza la Princesa Imperial en el mundo político. Sebastian y yo esperábamos el mejor escenario. Si el cielo estuviera sombrío, entonces la atmósfera en toda la fiesta de caza también habría sido la misma. Muchos nobles se reunieron en un bosque cercano a la capital imperial. Su Alteza Johanna tuvo que saludar a cada noble individualmente como anfitriona de este evento. La primera persona a la que saludó fue, naturalmente, el príncipe heredero Rudolf von Habsburg.
- Qué buen tiempo tenemos, hermanita. Felicidades.
Los labios del príncipe heredero Rudolf se movieron mientras hablaba. Era obvio que no estaba de buen humor. Sus ojos decían ferozmente que él debería ser el que estuviera en esa posición. Era un poco estúpido. ¿Felicidades? ¿Por qué la felicitaba? ¿Porque hacía buen tiempo? Eso lo hace sonar como si él quisiera que el clima fuera malo. ¿Cómo puede una persona tan estrecha de mente ser el príncipe heredero? Incluso si eres estrecho de miras, al menos deberías ser capaz de ocultarlo.
- No pareces estar de buen humor, Hermano Mayor. ¿Tal vez no te sientes bien?
- ...
El Príncipe Heredero Rudolf se quedó en silencio por un momento. Puede que su tono fuera brusco, pero nuestra Princesa Imperial Johanna tenía una brusquedad que le superaba con creces. Probablemente se quedó sin palabras. Qué desafortunado, Príncipe Heredero Rudolf. Nuestra Alteza se comporta de una manera sin precedentes. Probablemente no conocía la personalidad de su hermana pequeña, ya que nunca se había interesado por ella.
‘La ignorancia vuelve para morderte. Es lamentable, pero tienes que soportar esto.’
- ...No, no me encuentro mal. Gracias por tu preocupación.
- ¡Qué bien! Si empiezas a sentirte mal más tarde, entonces no dudes en decírmelo. Aahh. ¡Caramba! Mi cuerpo no se siente bien después de preparar todo esto. Me di cuenta hace unos días de lo increíble que eres, Hermano Mayor, por haber organizado esto ya 2 veces.
- ...Gracias. Espero que te recuperes pronto.
El Príncipe Heredero Rudolf respondió amargamente. Parecía que no tenía idea de cómo responder.
‘Entiendo cómo se siente, Su Alteza. Sebastian y yo lo experimentamos a menudo.’
Al final, Su Alteza el Príncipe Heredero se alejó casi como si huyera. Los nobles que nos rodeaban empezaron a murmurar. Cualquiera podía decir que Su Alteza Johanna había ganado el primer encuentro. Sin embargo, la capacidad de Su Alteza Johanna era aún desconocida... Los nobles parecían interesados en la princesa imperial a la que no conocían. Los saludos con los nobles de alto rango continuaron.
- ¡Eres mucho más hermosa de lo que he oído a través de los rumores, Alteza!
- Mhm, gracias, Margrave Westfalen. No he oído ningún rumor sobre su aspecto, pero si lo hubiera oído, estoy seguro de que le habría devuelto las mismas palabras.
- ¿Hm? Jaja, muchas gracias.
La mayoría de los nobles estaban satisfechos con la recepción de Su Alteza Johanna. Ella era una persona franca por naturaleza. La etiqueta que le inculcaron desde que era un bebé seguía grabada en cada uno de sus actos, pero ella misma no era muy ceremoniosa. Era un equilibrio extraño.
- A lo largo de mis 50 años de vida, quién iba a pensar que la Princesa Imperial iba a elogiar mi aspecto. Aún me queda mucho por experimentar.
- Eso es lamentable. Si tuvieras la mitad de tu edad, entonces te lo habría confesado.
- ¡Jajajaja!
Su Alteza Johanna parecía realmente desanimada. Esta charla ociosa hizo reír a los otros nobles a su alrededor. Más importante que cualquier otra cosa, ella tenía un ingenio rápido. No un ingenio forzado, sino un ingenio natural. La mayoría de los nobles aquí presentes se encontraban con Su Alteza Johanna por primera vez. Sin embargo, la joven princesa imperial no tardó en agradarles. Una perla escondida. Este mismo pensamiento probablemente estaba apareciendo en sus cabezas.
- Pensar que perdí la oportunidad de recibir la confesión de Su Alteza la Princesa Imperial. Maldigo a los cielos. ¡Hey, Fritz! ¿Has visto esto? ¡Soy un hombre de esta calidad!
- Este tipo se va a convertir en un mono delante de Su Alteza a este paso.
Un caballero mayor que estaba al lado para saludar a Su Alteza sacudió la cabeza. Era un anciano de complexión gruesa. Se puso delante de Su Alteza y se inclinó. Era un saludo cortés, pero ni siquiera eso era capaz de disminuir la intensa presión de este anciano.
- Saludo a Su Alteza. Mi nombre es Fritz von Rosenberg.
Dejé escapar un silencioso “ah” de asombro. Fritz von Rosenberg. Era un individuo increíblemente especial en el juego. No reconocía al héroe, pero tampoco le era hostil. El Margrave Rosenberg valoraba el deber de la humanidad más que cualquier otra cosa.
La humanidad no debería depender de un único héroe, sino luchar como humanidad. Aunque lograsen derrotar al ejército del Señor Demonio, la humanidad sólo acabaría atormentada por la idea del heroísmo...
Hasta el final, los margraves afirmaron que mostrarían al mundo el orgullo de la humanidad. Para demostrar a todo el mundo que la humanidad podía luchar contra el ejército del Señor Demonio sin depender del héroe. Al final, perdieron, pero fueron el primer pueblo de la historia en avanzar más allá de las Montañas Negras. |
Su Alteza Johanna sonrió amablemente.
- Bienvenido, Orgulloso León del Norte. He oído hablar mucho de ti.
“Orgulloso León del Norte”... Era como Su Alteza había dicho. No había mejor título que ese para describir a Fritz von Rosenberg. La persona en cuestión debió sorprenderse, ya que el Margrave abrió ligeramente los ojos. Una fina sonrisa no tardó en aparecer en sus labios.
- Soy un anciano que ha dejado atrás la flor de la vida y que ahora agoniza lentamente. Estoy realmente agradecido por este honor que Su Alteza me ha concedido.
- ¿De veras? Jajaja, qué tontería. Si usted se está muriendo, entonces casi todos en el mundo también deben estar muriendo.
Su Alteza Johanna se rio. Fue suficiente para apenas no ser descortés. El Margrave Westfalen y el Margrave Rosenberg la observaron con gran interés.
- Puede que yo sea joven, pero sé que las cosas no las determina el hecho de ser viejo o joven. Por el contrario, hay vidas que se prueban después de la muerte. Margrave von Rosenberg, mi saludo hacia usted no era un cumplido vacío.
- ...Mis disculpas, Alteza.
El Margrave Rosenberg inclinó profundamente la cabeza. La atmósfera se sentía completamente diferente de la reverencia cortés que había hecho antes. Se sentía genuino.
- Si hay un individuo que recuerde a este humilde, Fritz von Rosenberg, aquí en la metrópoli imperial, entonces esto solo es suficiente para que este regrese al norte felizmente.
- ¡Caramba! Eres demasiado rígido.
Margrave Westfalen habló.
- ¿Por qué te pones tan serio delante de Su Alteza? Por eso eres menos popular que yo, viejo.
- ...Ohh, dicen que los renacuajos tienen mala memoria. Parece que has olvidado cómo te había quitado a la señorita Marienburg.
- ¡H-Hey! ¡Prometiste que nunca sacarías ese tema!
El Margrave Westfalen se tambaleó. El Margrave Rosenberg lo observó y sonrió. Era una sonrisa pícara. Era sorprendente de ver para alguien que sólo había visto el lado serio y tranquilo del Margrave en Dungeon Attack, pero no era incómodo.
- Alteza, mis disculpas, pero si los 2 tuviéramos la mitad de nuestra edad, entonces no se lo habrías confesado a Sir Westfalen.
- ¿Es así? Eso es interesante. ¿Por qué?
- Eso es porque este humilde habría confesado a Su Alteza primero. Debo informar a Su Alteza que he tomado un total de 7 damas del Seño Westfalen.
Su Alteza Johanna soltó una carcajada. Su risa era contagiosa e hizo reír también a los demás nobles que nos rodeaban. El Margrave Westfalen que de repente se había convertido en el hombre al que le habían quitado a sus mujeres era el único con la cara roja.
- ¡E-Eso no es cierto! ¡Su Alteza! Es una afirmación infundada.
- ¿Oh? Amigo mío, ¿pretendes mentir delante de Su Alteza? Podría susurrarte los nombres de las 7 damas ahora mismo si quieres.
- ¡No... fueron 7, fueron 6!
El Margrave Westfalen gritó. Si esto fuera un campo de batalla, entonces las plantas y los árboles habrían temblado. Por desgracia, esto era una zona de caza. Los demás nobles estallaron en carcajadas. Corría un aire cálido entre los margraves y los nobles de palacio, que normalmente eran hostiles entre sí.
‘Esto es bueno. El debut fue un éxito sin precedentes. Ahora bien, ¿cómo procederán las cosas a partir de ahora...?’
La Princesa Imperial Elizabeth se adelantó vistiendo un uniforme militar. Su cabello era plateado como el de Su Alteza Johanna. Sin embargo, a diferencia de Su Alteza Johanna, la Princesa Imperial Elizabeth dejó crecer su cabello. Su cabello plateado ondeaba al compás de sus pasos severos.
Era el turno de la Tercera Princesa Imperial Elizabeth después de los margraves. Ella tenía oficialmente el título de Condesa Evatriae. Mientras no fuera la anfitriona de un banquete de palacio o de un evento, su prioridad era tratada de forma similar a la de los condes.
- Ha pasado mucho tiempo, Hermana.
- ¡Igualmente, Elizabeth! Cuánto tiempo sin vernos. ¿Han pasado casi 2 años?
- Ha pasado más o menos ese tiempo. No poder ver la cara de mi propia hermana durante tanto tiempo me ha hecho darme cuenta de lo ajetreados que han sido los tiempos.
La Princesa Imperial Elizabeth sonrió. Era una sonrisa tan refinada que no se podría pensar que sólo tenía 13 años.
‘Bueno, Su Alteza Johanna también mostraba un nivel de perspicacia que iba más allá de su edad. ¿Qué pasa con este linaje...?’
- La última vez que nos vimos fue en el funeral de nuestra hermana mayor. Si ella estuviera viva, estaría encantada de ver lo galante que has crecido. Es desafortunado.
La expresión de Su Alteza Johanna se congeló por primera vez en ese momento. El aire a su alrededor se volvió frío. Las palabras que había dicho no eran un problema; sin embargo, todos los nobles aquí reunidos habían ganado sus posiciones tras superar una batalla de sucesión a su manera. No eran tan ingenuos como para no darse cuenta de las intenciones de la Princesa Imperial.
Desde el año anterior hasta el comienzo de este año, 2 príncipes imperiales habían muerto sucesivamente. El Tercer Príncipe Imperial y el Cuarto Príncipe Imperial. Se dijo al público que habían muerto de una enfermedad o de un accidente, pero... también había rumores de que la Princesa Imperial Elizabeth había planeado sus asesinatos.
Elizabeth, que ya había recibido estas sospechas, había mencionado a la Primera Princesa Imperial. Ella estaba advirtiendo a Johanna. “¿Por qué te sales de la línea? ¿Quieres morir como nuestra hermana mayor?” La Princesa Imperial Elizabeth sonrió. Realmente parecía una hermana pequeña diciéndole palabras cariñosas a su hermana mayor.
- Es una suerte que nuestra familia aún los tenga a ti y a nuestros hermanos. Por supuesto, nuestro padre también goza de buena salud. Rezo de verdad para que nuestra pequeña familia siga en paz.
- ...
El rostro de Su Alteza Johanna palideció. Pude notar que sus hombros temblaban ligeramente ya que estaba de pie junto a ella. Di un paso adelante. Me interpuse ligeramente entre Su Alteza Johanna y la Princesa Imperial Elizabeth y cortésmente le tendí a Su Alteza Johanna el vino que había preparado de antemano. Ella, naturalmente, se giró para mirarme.
Intercambiamos unas breves miradas. Fue suficiente. La tez de Su Alteza Johanna volvió a la normalidad al recibir la copa de vino. Sus hombros también habían dejado de temblar. En silencio, volví a mi posición original. Desde fuera, parecía simplemente que un sirviente le había ofrecido una copa.
- Así es, Elizabeth. Nuestra familia ha sufrido demasiadas desgracias. La muerte de Robert fue especialmente impactante para mí... Que la Diosa vele por las almas de nuestra familia.
Entonces preparé otra copa de vino y se la ofrecí a la Princesa Imperial Elizabeth. Con esto, probablemente hice parecer que el vino que le había ofrecido a Su Alteza Johanna era completamente natural.
- ...
Por un instante, los ojos azules de la Princesa Imperial se giraron para mirarme. Una sensación desconocida y fría recorrió mi espalda. Fue sólo un breve instante. La Princesa Imperial Elizabeth seguía sonriendo.
- Así es, hermana. Que la Diosa vele por nuestra familia.
Las dos hermanas chocaron sus copas.
Si encuentras errores déjanos las correcciones en un comentario abajo, servirán para mejorar la calidad de la serie.