Capítulo 133
Un Otoño Abundante (I)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Una hambruna golpeo el otoño de este año. Era una estación en la que se suponía que abundaban los granos dorados de trigo; sin embargo, los campos estaban desolados. Había cadáveres de soldados y personas que habían muerto de hambre esparcidos por las calles.
Un hijo devoto se esforzó por cavar una tumba para su padre. Ese hijo murió a la semana siguiente. Se había contagiado la Peste Negra del cadáver. En cambio, los que habían abandonado a sus familias para sobrevivir por su cuenta habían vivido. Los que eran leales a sus familias y vecinos morían antes. La Peste Negra se extendió más en las ciudades donde los ciudadanos se preocupaban los unos de los otros. La gente de lugares con poca moral huía a los rincones del continente para sobrevivir. La inmoralidad se convirtió en la nueva moralidad y la supervivencia en una broma superficial.
Había una escasez casi total de trabajadores. El grano se secaba y moría antes de poder crecer completamente. Una gran hambruna siguió a la Peste Negra... los gobernantes del continente humano estaban desconcertados por esta calamidad sin precedentes. Comprendieron que los campesinos morían a causa de la epidemia. Comprendieron que tenían menos trabajadores. Sin embargo, ¿no significaba esto también que había menos bocas que alimentar? Alimentar a una familia de 10 y a una de 3, es obvio cuál sería más fácil. A pesar de ello, ¿por qué moría de hambre un gran número de personas en todo el continente? El problema radicaba en los propios gobernantes. Cuando la Alianza Creciente invadió inicialmente, los gobernantes de cada nación dieron la siguiente declaración con el fin de reclutar soldados de manera efectiva. - La distribución de Hierbas Negras será prioritaria para los militares. - Si deseas recibir la cura, ¡sé voluntario como soldado! |
Esto se hizo bajo la lógica de que se otorgaría una recompensa apropiada a las personas que lucharan contra los Señores Demonio por el bien de la humanidad. La lógica en sí no tenía ningún fallo; sin embargo, los gobernantes no esperaban el impacto que tendría una declaración como esta, ya que la gente caía como moscas con cada día que pasaba.
La Princesa Imperial Elizabeth von Habsburg golpeó la mesa con la mano mientras gritaba.
- ¿¡Los suministros tampoco han llegado hoy!? Ustedes son los que prometieron apoyar a nuestro ejército. ¡Esto no es diferente de violar un tratado internacional!
Un sudor frío recorrió la espalda del embajador del Imperio de Anatolia.
- Pido disculpas, Su Alteza. Si nos da 3 días más, entonces...
- La última vez pedisteis 4 días, la vez anterior una semana. ¿Ahora necesitan otros 3 días? Ahh. A este paso, más vale que digan que llegaran los suministros cuando acabe la guerra.
Esto no sólo ocurría en el Imperio de Habsburgo. Esta misma escena estaba ocurriendo en todos los campamentos de la alianza humana. La guerra contra la Alianza Creciente entró en su apogeo hacia el final de la primavera. Aunque la guerra se prolongara, creían que podrían resistir fácilmente mientras pusieran sus ojos en la cosecha de otoño. Cada nación planeaba sus provisiones en torno a esta creencia. Sin embargo, la cosecha real fue pésima en comparación con lo que esperaban.
Esto se debía a que la mano de obra en las aldeas agrícolas era prácticamente inexistente. La población ya había disminuido a causa de la Peste Negra, pero los trabajadores que aún gozaban de buena salud se alistaron en los ejércitos para recibir las Hierbas Negras. La mayoría de las personas que permanecían en las aldeas agrícolas eran ancianos sin fuerza o mujeres.
La cosecha de este año fue casi la mitad... no, había muchos lugares donde la cosecha había disminuido a un 20 por ciento este año. Los sabios gobernantes se dieron cuenta de que habían caído en un círculo vicioso. Es necesario un ejército para luchar contra la Alianza Creciente. Hay que tomar mano de obra de las zonas agrícolas para mantener las tropas. Si toman gente de las zonas agrícolas, entonces la cosecha disminuirá. Si la cosecha disminuye, entonces sus suministros se reducirán. Al final, no podrán mantener sus ejércitos...
Después de despedir al embajador, la princesa imperial Elizabeth se agarró el pelo. Su hermosa cabellera plateada parecía deshilachada.
- Esto es malo. La Alianza Creciente no es el problema. A este paso, las bases de la nación acabarán desmoronándose...
Murmuró para sí misma con ansiedad. Últimamente, el número de días que la princesa imperial se quedaba despierta toda la noche pensando en cosas había aumentado. Su lucha contra la Alianza Creciente, las cuestiones relativas a los suministros, las condiciones políticas en curso en el sistema imperial, el movimiento rebelde de la facción del Segundo Príncipe, etc. Había muchas cosas en las que pensar, pero la verdadera razón de su insomnio eran sus pesadillas.
Su hermano pequeño siempre aparecía en sus sueños. Se le caían los ojos y de las cuencas vacías brotaban lágrimas de sangre. Su hermano pequeño gritaba y repetía “Hermana, no puedo ver, ayúdame” una y otra vez. Entraba en pánico y empezaba a buscar en el suelo los ojos de su hermano pequeño; sin embargo, el suelo ya estaba sumergido en sangre. Era imposible saber dónde estaban sus ojos. Buscaba desesperadamente en la sangre para encontrar sus ojos, pero sus brazos, piernas y todo su cuerpo acababan empapados de sangre. Cuando por fin encontraba sus ojos, giraba la cabeza y descubría que su hermano pequeño ya se había ahogado en el mar de sangre... Verdaderamente, una horrible pesadilla.
- Su Alteza, la Reina de Bretaña ha llegado.
Un soldado anunció desde fuera de su tienda. La princesa imperial se sintió interiormente encantada mientras respondía.
- De acuerdo. Por favor, dígale que pase.
- No hace falta que me lo diga porque ya estoy aquí.
Una mujer abrió la entrada de la tienda y entró. Su pelo rojo como la sangre ondeaba. Henrietta Bretaña. Ella era el monarca femenino que gobernaba el Reino de Bretaña.
- Pareces bastante cansada. ¿Has dormido algo?
- No... No es momento de dormir.
La princesa imperial del Imperio de Habsburgo y la reina del Reino de Bretaña. Estos 2 individuos se habían hecho amigas durante esta guerra. Las 2 heroínas se habían reconocido mutuamente. Si los humanos hubieran tenido el control abrumador del continente, entonces estas 2 heroínas probablemente habrían estado luchando por la supremacía. Sin embargo, por mucho que se intentara endulzarlo, la humanidad no estaba en una buena situación ahora mismo. Tenían problemas internos y externos. La Peste Negra los estaba destrozando desde dentro, mientras que la Alianza Creciente los atacaba desde fuera. Para empeorar las cosas, una gran hambruna también estaba teniendo lugar.
-Existe la posibilidad de que esta vez la humanidad sea realmente destruida por la Alianza Creciente.
Las 2 heroínas llegaron a la misma conclusión. Por lo tanto, se alegraron de saber que alguien compartía su opinión. Sería terrible tenerlas como enemigas, pero también eran las personas más confiables para tener como aliadas. La reina y la princesa imperial no tardaron más de una semana en hacerse amigas íntimas.
- Déjame preguntarte honestamente. Elize, ¿te quedan provisiones?
No hubo charla trivial. Fue directa al grano en cuanto se sentó a la mesa.
‘Esta es probablemente la prueba de que la reina está en una situación similar.’
- No. No tenemos nada de que prescindir... Por mucho que intentemos conservar nuestras provisiones, como mucho, sólo nos durarán un mes.
- Un mes, ¿eh? Eso es más o menos lo mismo que nosotros. Nuestro lado tiene suficiente para tal vez un mes y medio. Esto también si excluimos los suministros necesarios para cuando regresemos al reino.
Las 2 dejaron escapar un suspiro al mismo tiempo. Era casi como si lo hubieran planeado de antemano. Una vez lo hicieron, se miraron antes de soltar una carcajada. A la princesa imperial le pareció extraño. Por alguna razón, podía ser más sincera delante de esa persona que ante sus propios vasallos. ¿Sería porque ella también estaba destinada a cargar con el destino de toda una nación? La princesa imperial no pudo evitar sentirse molesta por haber tardado tanto en conocer a Henrietta.
- Muy bien, entonces. Sólo nos queda una opción.
- Sí. Una batalla corta y decisiva.
La Reina Henrietta asintió con la cabeza. Las 2 líderes femeninas originalmente tenían la intención de prolongar la guerra. Sabían que la mayor debilidad de la Alianza Creciente eran sus suministros alimenticios. Es difícil mantener un ejército de monstruos sin cadáveres humanos. Iban a evitar luchar tanto como fuera posible hasta que los grandes cuerpos de monstruos colapsaran sobre sí mismos. Este era el plan original.
- Quién hubiera imaginado que nuestras provisiones se quedarían cortas en un 50%. Nunca hubiera esperado esto.
Ahora la situación ha cambiado. El ejército humano terminó teniendo el problema de las provisiones en su lugar. A lo sumo, un mes. Tenían que terminar esta guerra en un mes. Esto probablemente forzará una cantidad anormal de estrés en los soldados. Un cruel paisaje infernal se desplegará ante ellos... La Reina Henrietta entrecerró los ojos mientras miraba a la princesa imperial.
- Pero ese no es el único problema. Seamos sinceras. ¿Cómo está la situación en su lado? ¿Se siente como que una revolución va a suceder en Habsburgo?
- ¿Una revolución?
La princesa imperial Elizabeth gimió. Ella quería negarlo y decir que eso sería ridículo. Si la otra parte fuera una gobernante normal, entonces Elizabeth lo habría negado sin dudarlo; sin embargo, la Reina de Bretaña era especial. No tenía sentido darse aires delante de ella.
- Sólo puedo decir que estamos en una situación precaria; sin embargo, llevo 5 años trabajando junto a los republicanos. Casi todos los republicanos de nuestro régimen me apoyan.
La reina Henrietta sonrió amargamente.
- Es peligroso, pero puedes manejarlo. Así es para ti... Me das envidia. La situación en nuestro lado es bastante mala. Como puedes ver, me convertí en gobernante con el cuerpo de una mujer. Adquirir la cooperación de los nobles fue esencial durante el proceso de mi ascensión. No sería exagerado decir que mi influencia se mantiene gracias a los nobles. Probablemente sea lo mismo en la mayoría de los países.
Sirvió en una copa la botella de vino que había sobre la mesa.
- ¿Está bien que bebas alcohol?
- Los dioses crearon el alcohol para que se consumiera en momentos como éste.
- Hm. Si ese es el caso, entonces yo también tomaré una copa.
La Reina Henrietta parecía sorprendida.
- ¿Oh? Pero usted dijo que no es saludable beber por la noche.
- No tengo la intención de mantener mi salud y al mismo tiempo hacer que una amiga se sienta sola.
- ¿Una amiga? Una amiga, ¿eh?
La reina meditó sobre la última vez que había oído esa palabra mientras servía a la princesa imperial una copa de vino. Las 2 sonrieron mientras chocaban sus copas. La reina se humedeció la garganta con el vino antes de hablar.
- Me reuní en secreto con la gente de la República de Batavia y escuché para qué tipo de república están trabajando y qué tipo de reformas son necesarias para lograrla... pero es imposible. No está a un nivel que los nobles de mi nación puedan entender. Sin duda, pronto se producirá un levantamiento.
La expresión de la princesa imperial se tornó severa.
- Pero, ¿qué otra cosa puedes hacer? Como mínimo, tienes que hacerles ver que intentas hacer reformas. La ira de los soldados rasos aumenta día a día. Los oficiales nobles están cada vez más inquietos. Probablemente temen que sus soldados intenten matarlos.
La Reina Henrietta dejó escapar un suspiro.
- Así que es lo mismo en su lado también, ¿eh? Los plebeyos desean un cambio mientras que los nobles desean mantener el status quo. Es como si un ejército tuviera 2 ejércitos diferentes en su interior. No es posible llamar a esto una fuerza de combate adecuada. ¿Sabías que el entrenamiento ya es cosa del pasado? La voluntad de luchar de los soldados está bailando en un hilo. Tuve que decapitar a 3 desertores cuando venía hacia aquí.
En realidad fueron 12, se dijo a sí misma la reina. Si hay muchos desertores, eso por sí solo podría bajar la moral. Sólo 3 de ellos fueron ejecutados públicamente, mientras que los otros 9 fueron eliminados en secreto. Esto era algo que la propia reina había ordenado.
- Un ejército que tiene que fabricar el número de desertores, esto no es una broma...
Las 2 bebieron su vino en silencio. La boca de la princesa imperial se sentía increíblemente amarga. No era sólo por el vino.
La moral no subía. ¿Con qué propósito estaban sacrificando sus vidas? ¿Estaban luchando de verdad por el bien de la humanidad? ¿Por el bien de sus familias? Estas dudas se extienden por los soldados como esporas. Cuantas más dudas haya, más débil se vuelve un ejército. También influye mucho en la fuerza militar. La única gracia salvadora fue el hecho de que distribuyeron las Hierbas Negras de antemano. Los soldados trataban eso como algo que tenían que devolver. Ya no podían confiar en los nobles, pero no irían contra el gobernante que les había dado las Hierbas Negras, este era el consenso básico.
- Si intento impulsar reformas, los nobles se rebelarán. Si no hago ninguna reforma, entonces las quejas de los plebeyos acabarán estallando. Perderé el apoyo de mis soldados. Es un dilema. Las cosas serían diferentes si mi poder como soberana fuera más estable.
La princesa imperial simpatizó con los problemas de la reina. Si su poder soberano fuera lo suficientemente fuerte, entonces podría simplemente haber impulsado reformas sin tener que preocuparse por las revueltas.
Sin embargo, Henrietta ascendió al trono como mujer y Elizabeth inició un golpe de estado como tercera princesa imperial. Su poder soberano estaba muy lejos de ser estable. Sería más exacto decir que apenas salían adelante gracias a su carisma.
‘10 años. Si hubieran tenido 10 años más, entonces su autoridad se habría estabilizado.’
Podrían haber creado un héroe entre los plebeyos. Podrían haberles hecho lograr suficientes cosas como para evitar que los nobles se quejaran de alguna manera. Si impulsaban las reformas utilizando a ese héroe como símbolo, ni siquiera los nobles podrían hacer mucho al respecto. Su poder como soberana se fortalecería, recibirían más apoyo de los plebeyos y sus naciones se volverían ricas y poderosas.
‘¿Por qué tenía que ocurrir esto ahora?’
La princesa imperial no podía evitar tener este pensamiento a menudo. Ya era leche derramada, pero era tan desafortunado.
‘Sólo necesitaba 10 años. 10 años habrían bastado para cambiarlo todo. ¿Por qué tenía que ocurrir esto ahora...?’
Las 2 gobernantes hablaron hasta altas horas de la noche. Más que de una reunión oficial, se quejaban de sus problemas. La reina y la princesa imperial estaban en la cima de sus naciones. Estaban en posiciones que no les permitían consultar libremente sus problemas con los demás. Sólo podían ser sinceras entre ellas. La reina Henrietta habló mientras se levantaba.
- Yo, voy a acabar con mi ejército.
- ¿Qué?
- Las reformas son imposibles de todos modos ya que los nobles se rebelarán. Usaré la batalla como excusa para matar a todos los plebeyos. Mis soldados son actualmente las únicas personas de mi reino que han escuchado “ese” discurso. Arrancaré de raíz las semillas de la revolución.
La princesa imperial estaba a punto de discutir, pero mantuvo la boca cerrada. Los ojos de la reina no sólo estaban llenos de pena, sino también de rabia. Ella anhelaba más que nadie una nación rica y poderosa. El pueblo es la base de una nación. La reina se sintió profundamente enfurecida por el hecho de haber tenido que matar a ese pueblo suyo con sus propias manos.
- Un monarca es básicamente el padre de los plebeyos. En otras palabras, voy a tener que matar a mis hijos. ¿Era Dantalian el nombre de esa persona? Ese bastardo me está haciendo cometer un crimen inmoral... Sin duda algún día me vengaré.
Esas fueron las últimas palabras que dejó la reina antes de abandonar la tienda.
- ...
Elizabeth se sumió en profundos pensamientos mientras se quedaba sola en sus aposentos. Estaba recordando al individuo que Henrietta acababa de mencionar. Señor Demonio de Rango 71, Dantalian, ella estaba recordando las palabras que él había dicho.
- Ese fue el último aliento del chico. “¿Por qué?” No vertió rabia ni resentimiento hacia la persona que lo mató... Simplemente preguntó por qué. El chico no entendía por qué su querida hermana le había matado. El chico había amado sinceramente a su hermana. Eres una asquerosa, repugnante y asesina pedazo de basura.
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Como genio, recordaba perfectamente las palabras de Dantalian. Por lo tanto, el dolor causado por esas palabras aún estaba vívido. No había forma de que la Princesa Imperial Elizabeth pudiera contener su confusión cada vez que se despertaba sudando frío por las pesadillas sobre su hermano pequeño.
‘¿Cómo lo sabía todo ese hombre? ¿Cuál es la identidad de ese hombre?’
- ...Dantalian.
Murmuró; sin embargo, su pregunta no pudo ser respondida mientras caía aún más en la confusión. La imagen de Dantalian permaneció en la mente de la princesa imperial mientras se sumía en el sueño. Como era de esperar, la princesa imperial volvió a soñar con su hermano pequeño y se despertó sintiendo sangre en la mano.
- Robert, lo siento. Ha sido culpa mía. Lo siento, Robert. Lo siento...
Elizabeth se llevó la cara a la almohada y se secó las lágrimas con ella. Tuvo que apretar los dientes para que su llanto no se oyera desde fuera.
Al día siguiente hubo una reñida batalla en las Llanuras de Bruno. La 1ª legión de la Alianza Creciente y el Reino de Bretaña entraron en una batalla sin cuartel. El ejército de monstruos liderado por el Señor Demonio Sitri recibió muchas bajas, pero lograron rodear al ejército del Reino de Bretaña. Fueron aniquilados. La batalla fue tan feroz que sólo la reina de Bretaña y algunos de sus vasallos cercanos lograron escapar con vida. Ese día, la reina abandonó la alianza humana y regresó a su país. Se dice que la reina de Bretaña lloró constantemente por sus soldados mientras regresaba a su nación.