Capítulo 22
Intrusos (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
La mano de Li Gaolei tembló de inmediato. Era algo muy raro en alguien como él, que normalmente tenía la cabeza fría. Sin embargo, Lawston no se percató de ello y señaló la pantalla antes de hablar.
- No sé si son buenas noticias o no, pero si la célula intrusa no encuentra alimento en un minuto, morirá. Esto podría explicar en parte por qué poseen una velocidad casi 100 veces superior a la de otras células, ya que necesitan grandes cantidades de energía. Además, las células intrusas nunca masacrarían a las de su propia especie.
- Analicen inmediatamente sus genes.
Lawston sacudió la cabeza, y dio otro golpecito en el teclado, apareciendo otra imagen. Lo que aparecía eran fragmentos de genes dispersos y aplastados, por lo que era prácticamente imposible recomponerlos en una secuencia genética comprensible. Lawston señaló la imagen y dijo.
- Mira, éste es el genoma del intruso. Ni siquiera puede considerarse un gen, ¡sino más bien cortas cadenas de ADN que no tienen ningún significado! Sólo puede haber una explicación. En el momento de la muerte de las células intrusas, éstas destruyen completamente su propio genoma. Mira, ¡parece que estas células ya tienen la inteligencia para tomar decisiones por sí mismas!
- ¿Cómo es la muestra? ¿Puede formarse el genoma de una célula intrusa viva?
El tono de Li Gaolei era serio. Pero Lawston volvió a negar con la cabeza.
- La muestra ya no tiene células intrusas vivas. Usted mismo ha visto cómo esta célula no deja mucho tiempo ni a otras células ni a sí misma. La breve imagen que acabamos de ver era la última célula intrusa que encontré. En cuanto la trasladé a la placa de Petri filtrada con genes estándar, recuperó inmediatamente su vitalidad y comenzó a devorar. Este proceso continuó hasta que todas las criaturas del interior de la placa de Petri murieron, lo que supuso un total de...
El doctor miró la hora en el monitor y pronunció una cifra que hizo que Li Gaolei volviera a sudar frío: 2 minutos y 1 segundos. Si Li Gaolei se situara en el último piso del edificio de la sucursal y mirara todo lo lejos que pudiera, sería comparable a una célula y el alcance de su visión sería la placa de Petri. Li Gaolei habló en tono sombrío.
- Si esta cosa entra en un organismo, ¿habría un periodo de incubación? ¿Cambiaría de nuevo?
- Actualmente, no parece que vaya a hacerlo. Una célula tan viciosa no necesita un periodo de incubación. Sin embargo, podría no ser el caso después de que cambien. Las acciones de una sola célula podrían ser completamente diferentes después de formar un órgano completo.
Respondió Lawston. Se enjugaba continuamente el sudor que aparecía en su rostro, al parecer todavía tenía algunos temores persistentes.
- Afortunadamente, fui lo suficientemente cuidadoso cuando recibí su muestra original y procedí basándome en las normas experimentales, así que nada de eso llegó a mis manos.
De repente se dio cuenta de que la expresión de Li Gaolei era extremadamente desagradable. Su boca se ensanchó de repente y jadeó. Dijo tartamudeando.
- Tú... es imposible que tú...
- ¡Maldita sea! ¡Hice contacto con esa cosa!
Li Gaolei escupió las palabras nubladas que tenía reprimidas en el pecho. Lawston retrocedió inmediatamente unos pasos, y un armario con equipo de laboratorio se hizo pedazos de repente. El botiquín y una botella de ácido fuerte que había encima se balancearon un poco. Cayó de repente, directo a la cabeza del doctor. Si este ácido fuerte de 1.000 cc caía sobre su cabeza, no podría garantizar su seguridad. Li Gaolei se adelantó y agarró con firmeza la botella de ácido. Su brazo musculoso estaba a sólo unos centímetros de la cabeza del doctor. Cuando este levantó la cabeza, sus ojos inyectados en sangre tras sus gruesas gafas se abrieron de par en par. Sin embargo, el miedo que sintió ante el ácido fuerte fue mucho menor que el miedo que sintió al mirar el brazo de Li Gaolei.
Éste rio amargamente. Cogió una jeringuilla de la bandeja cercana y la pinchó en el vaso sanguíneo de su propio brazo. Succionó un tubo de sangre y lo colocó con cuidado en el tubo de ensayo al vacío. Extrajo un total de 3 tubos de sangre. A continuación, su palma izquierda disparó una oleada de llamas azules, convirtiendo inmediatamente en cenizas la jeringuilla infectada con su sangre. Sólo quedó una aguja quemada.
- Ayúdame a examinarla, a ver si... si he sido infectado por esa cosa extraña.
El doctor apretó su cuerpo contra el armario, sin querer acercarse lo más mínimo a Li Gaolei. Se limitó a asentir con estupefacción. Li Gaolei se lo pensó un momento y luego le ordenó.
- Borre todos los datos de copia de seguridad de la imagen y deje sólo un juego para mí. No se lo digas a nadie, ni siquiera a los altos cargos de la empresa. Los de la división tampoco pueden saberlo, especialmente la general Li. ¡Ella no puede saber nada de esto! Si alguien se entera, independientemente de si fuiste tú quien lo filtró, Pei Li morirá.
Lawston tembló de inmediato, y sólo ahora despertó de su estado de miedo. Pei Li era su única hija, y este año cumplía 7 años.
Durante los 3 días siguientes, Li Gaolei permaneció sentado en silencio en su despacho. Sus manos sostenían continuamente su mandíbula mientras contemplaba el cielo oscuro. No pronunció ni una sola frase durante el resto del día. Cuando sus subordinados entraron para hacer el informe diario que les exigía la empresa, Li Gaolei se limitó a escuchar en silencio antes de indicarles que se marcharan con un gesto de la mano. Li Gaolei pasó así toda la noche en su despacho. No comió nada y sólo bebió agua.
A primera hora de la mañana del cuarto día, el humo y la contaminación surgieron fuera de la Ciudad Péndulo. Las tropas de Li habían regresado. Li Gaolei cambió por fin su postura y se levantó. Alzó la mano y se acercó al teléfono. En cuanto pulsó unos botones, dudó un instante. Sin embargo, su mano estuvo en el teléfono todo el tiempo. De repente, sonó el teléfono. La mano de Li Gaolei se puso rígida momentáneamente. Sólo cuando sonó varias veces, pulsó el botón de respuesta. La voz de Lawston sonó desde el teléfono.
- ¡Soy yo! ¿Hay alguien ahí?
- Le escucho.
Respondió Li Gaolei. Su voz era áspera y dura para los oídos. Después de estar sentado allí varios días seguidos, hacía tiempo que su garganta se había vuelto rígida. Afortunadamente, el doctor reconoció su voz y le dijo.
- ¡Qué bien que estés ahí! Los análisis de las muestras de sangre han concluido. He utilizado todos los métodos, y todos ellos han demostrado que no había rastros de la célula intrusa en las muestras de sangre. ¡Menos mal!
Li Gaolei sintió de repente que la energía de su cuerpo abandonaba su cuerpo. Ni siquiera podía mantenerse de pie y se sentó en la silla junto a su escritorio. El teléfono transmitió inmediatamente la voz algo nerviosa del médico.
- ¡Hola! ¿Hola? ¿Se encuentra bien? Hola, deme una respuesta...
Li Gaolei se recompuso y finalmente habló.
- Estoy bien. Espérame ahí. Ahora echaré un vistazo a los resultados de las pruebas.
Colgó el teléfono sin esperar la respuesta del doctor. Una hora después, salió del laboratorio de la decimosexta planta. Llevaba el pelo revuelto y los ojos un poco hundidos. Su barba desordenada parecía un poco más larga de lo habitual. Si estuviéramos en los viejos tiempos, si un hombre alto, abatido y de aspecto frío como él entrara en el mundo del espectáculo, tendría muchas posibilidades.
Casi como una forma de expresar el terrible estado de su cuerpo, el estómago de Li Gaolei gruñó de repente. Sólo ahora se dio cuenta de que tenía hambre, y no un hambre normal. Una cantidad anormal de sudor recorrió su cuerpo. Li Gaolei recordó de repente que no había comido en los últimos días, así que decidió tomar una buena comida en el comedor inferior. Después de pensarlo un momento, decidió utilizar el teléfono que estaba en un rincón.
- Soy Li Gaolei. ¿Dónde está la general Li ahora mismo?
Se conectó con la operadora central, y la tripulación del interior reconoció naturalmente la voz de Li Gaolei. La respuesta fue inmediata.
- La general Li está practicando en el campo de tiro subterráneo.
Li Gaolei sintió una oleada de ansiedad por alguna razón. Sin embargo, se dirigió hacia el ascensor y bajó en él hasta el campo de tiro subterráneo del segundo piso. Atravesó las puertas insonorizadas del campo de tiro, y el penetrante olor de la pólvora asaltó inmediatamente sus sentidos. Los estruendosos sonidos de las armas resonaban alto y claro por todo el lugar, produciendo un tipo indescriptible de tosquedad y aspereza. Li Gaolei dominaba la mayoría de las armas de fuego de la era antigua, pero no podía reconocer de qué tipo de arma procedía este ruido. 2 miembros del personal del campo de tiro estaban discutiendo en voz baja detrás del mostrador.
- Oye, ¿qué clase de persona puede usar ese tipo de cosas?
- No lo sé. ¡Probablemente sólo algún gigante o un individuo mutado podrían usar esa cosa!