Capítulo 14
Capítulo 14 - Problemas (II)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Había un viejo tanque de la época antigua tanto en la parte delantera como en la trasera del grupo. En medio había 3 camiones repletos de soldados. El más llamativo era un camión de mando de tipo giratorio con blindaje de vehículo. El objetivo de esta flota era claro: una vez que llegaran a su destino, los tanques se detendrían frente a la Base N11 y sellarían su entrada. Los soldados que sumaban más de un centenar encima de esos 3 camiones formaban líneas defensivas detrás de los tanques. Aunque estos soldados no estaban equipados con un nivel de habilidad como la pequeña tropa de Turner y su equipo no era de tan alta calidad, su número era 5 veces mayor. Además de los 2 tanques, eran perfectamente capaces de aplastar a las fuerzas armadas de la Base N11.
El vehículo blindado de mando también llevaba unos cuantos luchadores encima. Su camuflaje oscuro, sus rifles automáticos modernos y sus movimientos enérgicos los distinguían de los soldados ordinarios.
Su, que estaba escondido a un kilómetro de distancia, entrecerró los ojos. Estos combatientes estaban preparados con habilidades de segundo nivel, y entre ellos, ¡había incluso 2 soldados que eran de tercer nivel! Después de ver el excelente rifle de francotirador en manos de uno de los soldados de tercer nivel, se escondió aún mejor.
Los soldados de delante ya habían utilizado sus altavoces para aconsejar la rendición, y algunos de sus combatientes especializados entraron en la cueva. En ese momento, el techo del camión de mando se abrió y salieron 2 individuos vestidos de comandante. Observaron la colina que ocultaba la Base N11.
- ¡Escuchen, gente en la Base! ¡Estamos operando bajo las órdenes de la Compañía Roxland! A partir de este momento, la Compañía Roxland asumirá el control de esta base. Todos ustedes tienen 3 minutos para abrir la puerta y rendirse. ¡Todas las instalaciones de la base deben estar perfectamente intactas! De lo contrario, ¡todos ustedes sufrirán las consecuencias!
El altavoz repitió la monótona pero efectiva amenaza. Mientras resonaba en el aire, de repente sonaron disparos desde el interior de la cueva. Aunque todavía estaba lejos, Su supo inmediatamente que se trataba de los sonidos de disparo de las defensas automáticas que rodeaban la base. Poco después, los soldados especiales salieron de la entrada de la cueva en un estado bastante lamentable. Cuando salieron, su número se había reducido en 2; sin embargo, el paquete que traían ya no estaba con ellos.
Un momento después, sonó una enorme explosión. La cueva estalló con un humo espeso e innumerables rocas aplastadas. Poco después, aparecieron grietas alrededor de las montañas. El estruendo continuó y, finalmente, ¡la mitad de la ladera fue volada por la poderosa explosión! Los fragmentos rocosos se dispersaron continuamente hacia abajo, algunos de ellos golpearon el exterior de los tanques y a los soldados que llevaban mucho tiempo agachados en el suelo. Todos los soldados de la Compañía Roxland estaban equipados con cascos de acero y chalecos antibalas, por lo que casi nadie resultó herido. Bajo la lluvia de piedras, aunque el camión de mando voló más de medio metro por los aires, los comandantes siguieron perfectamente erguidos como si estuvieran clavados al camión.
Tras volar la cubierta de la montaña, quedó al descubierto la gran puerta de la Base N11. Ya no quedaban señales de las armas automáticas defensivas en el exterior de la base. La puerta en forma de engranaje se derrumbó y se pudo ver la máquina de transporte. En cuanto se produjera otra explosión, o incluso algunos disparos de los tanques, la puerta de entrada a la base se abriría. Por la firme infraestructura de la puerta de la base, aunque esta potencia explosiva fuera grande, no debería haber causado una destrucción tan completa. Sin embargo, sin saber cómo, la puerta de la base fue arruinada de esta manera.
Justo en este momento, algo inesperado sucedió. Las intensas ondas de choque viajaron a más de un kilómetro de distancia, derrumbando directamente una pequeña casa de 2 pisos. Su, que estaba en el tejado de este edificio abandonado no tuvo otra opción que saltar. Aterrizó suavemente en el suelo. En cuanto quedó al descubierto, los comandantes del camión de mando se fijaron inmediatamente en él. Los 2 individuos parecieron levantar sus binoculares al mismo tiempo hacia su dirección. Mientras tanto, los soldados de élite alrededor del camión de mando también se dieron cuenta de la presencia de Su, y levantaron la mira de sus armas uno tras otro. Por supuesto, con una distancia de más de 1.200 metros, sólo el francotirador de tercer nivel con el rifle de francotirador RF 1.000 producido por la Compañía Carter Roman podía suponer una verdadera amenaza para él.
Cuando aterrizó, inmediatamente se acurruco en el suelo. Levantó su rifle largo y apuntó directamente al francotirador de tercer nivel. El suelo seguía temblando y los vientos provocados por la explosión resonaban, levantando la capa de Su. Sin embargo, el rifle de francotirador en sus manos no pareció moverse lo más mínimo. Sus pupilas se contrajeron inmediatamente hasta formar una cruz, pero no apretó el gatillo. A esta distancia, no tenía necesidad de utilizar ningún instrumento óptico. Su ya había reconocido que uno de los comandantes encima del camión era Lizzy, ¡la mujer que irrumpió en su habitación!
La mujer vestía un uniforme de oficial superior bien ajustado, y en el lazo de su hombro había una brillante estrella dorada. Su pelo corto estaba completamente oculto dentro de una boina, y una capa de integridad moral cubría su rostro. Sus ojos parecían parpadear con intención asesina. En ese momento, Lizzy se había convertido por completo en una soldado de sangre fría. ¿Dónde se había metido la chica completamente borracha y apasionada de aquella noche? El comandante a su lado señaló hacia la figura distante de Su y ordenó.
- ¡Mata a esa persona!
El francotirador de tercer nivel respondió e hizo su movimiento. Su dedo se acercó al gatillo y apuntó para disparar. Su estaba como una estatua, sin mover un músculo. Su ojo verde ampliaba continuamente los movimientos de aquel francotirador, hasta el punto de que se podían ver claramente incluso las leves sacudidas de sus músculos faciales. No se precipitó en su disparo. A esta distancia, en cuanto el francotirador diera señales de disparar, Su podría esquivarlo fácilmente. Además, tenía la fuerte sensación de que no debía ser él quien disparara primero. En ese momento un gritó de Lizzy calmó la situación.
- ¡Alto!
Presionó la mano del otro comandante. El francotirador, naturalmente, sabía quién estaba realmente al mando. Después de escuchar la orden, inmediatamente aflojó el dedo del gatillo. En el instante en que aflojó el dedo, la fuerte presión que sentía desapareció de repente.
- Oficial superior, esa persona es extremadamente sospechosa. Parece que nos ha seguido todo este tiempo. Además, parece un francotirador, así que creo que es mejor que nos deshagamos de él...
El otro comandante pareció no estar de acuerdo con la orden de Lizzy. Pero ella lo interrumpió fríamente.
- ¡He dicho que lo dejes marchar! ¡No lo provoquen!
- Pero...
El otro comandante no era un personaje fácil de convencer. El rostro de Lizzy se ensombreció aún más.
- ¿Vas a dudar de mis órdenes por tercera vez? ¡Dame una respuesta, oficial de rango medio!
El otro comandante se puso firme con un sonido de pa y respondió con voz alta y clara
- ¡Obedeceré completamente su orden! General.
Aunque este comandante era joven, valiente y tenía bastante talento en asuntos militares, no se atrevió a desafiar su autoridad por tercera vez. A pesar de que podía notar claramente que Lizzy tenía algún tipo de relación oculta con aquel francotirador lejano, lo que despertó sus celos y le hizo querer matar inmediatamente a aquel tipo, no le hizo perder la razón, especialmente porque esta era la tercera vez que Lizzy reiteraba su orden. En la Compañía Roxland, aparte de su extraordinario talento, casi todos conocían su naturaleza decisiva, despiadada y sin escrúpulos. Ella permitía que cualquiera dudara de sus órdenes, pero sólo las 2 primeras veces. Los que querían intentarlo por tercera vez nunca salían vivos del campo de batalla.
El plan para anexar la Base N11 era precisamente su estilo, no dando a la base prácticamente ninguna posibilidad de negociaciones pacíficas y utilizando en su lugar grandes cantidades de explosivos químicos para volar la puerta de la base. Sólo después de eso abriría las llamadas negociaciones. En opinión de Lizzy, una tortuga que ha perdido su caparazón no tiene ningún poder de negociación. Tras volar la puerta por los aires, los habitantes de la base N11 sólo tenían 2 opciones: rendirse incondicionalmente, convirtiéndose en esclavos, según el humor de Lizzy, o morir todos si decidían resistirse. Ella barrió con la mirada a los soldados de élite que rodeaban el camión de mando y dijo fríamente:
- ¡Bajen las armas! ¿Necesitáis que se los repita una segunda vez?
Estos soldados de élite bajaron inmediatamente las armas que tenían en sus manos. Sabían que no podía haber la menor vacilación al seguir sus órdenes ni ningún movimiento o palabra que pudiera causar algún malentendido. Una vez terminada la supresión, miró hacia el lejano Su. Por su intuición, aunque no tuviera ningún dispositivo de visión, sabía que él podía ver sin duda todas y cada una de las expresiones de su rostro. Levantó la mano y señaló al distante Su. Las comisuras de sus labios revelaron una vaga sonrisa. Sus ojos brillaban tanto que parecía que iban a arder. Creía que él sería capaz de leer lo que quería decir.
“¡Te convertirás en mío tarde o temprano!” Eso fue lo que dijo su ojo izquierdo. “¡Definitivamente te encontraré!” Su ojo derecho tenía este significado. Su permaneció en silencio y no trató de predecir lo que sucedería en este lugar. Guardó su rifle modificado, se dio la vuelta y desapareció entre las ruinas del desierto.
Cuando Lizzy se dio la vuelta y miró hacia el segundo al mando que tenía a su lado, la vaga sonrisa llena de deseo hizo que sus ojos ardieran de furia. Extendió la mano izquierda, dio unos ligeros golpecitos en la frente del oficial secundario y le dijo.
- Sé que sigues sin querer. Sin embargo, a tal distancia, ¡él podría atravesarte fácilmente el cerebro!
La cara del segundo oficial se desencajó. No creía ni por un segundo que alguien pudiera acertar a un blanco a 1.200 metros de distancia sin ningún dispositivo de puntería. Sin embargo, el oficial secundario de repente se dio cuenta del francotirador de tercer nivel por el rabillo del ojo. El francotirador estaba medio arrodillado en el suelo con la cara completamente pálida. El sudor ya había empapado por completo su uniforme militar, y la razón por la que no se había desplomado por completo se debía puramente al apoyo del rifle de francotirador de segundo nivel.