Capítulo 251
Un Largo Viaje (III)
Traducción y edición: Sho Hazama
Corrección: Lord
Corrección: Lord
Los subordinados sabían muy bien lo que tenían que hacer. Sin esperar las ordenes de O'Brien, se apresuraron a reprimirlos, aplicándoles grilletes y esposas, tomándoles fotografías, electrocutándolos y tranquilizándolos. Todo se hizo de forma limpia y eficaz.
Oleadas de gritos y rugidos de rabia sonaron desde el interior del bosque, mezclados con aullidos de maldiciones en un idioma desconocido. Las lianas se movían continuamente mientras una figura azul ceniza salía disparada a izquierda y derecha como una flecha, acercándose rápidamente a O'Brien y su tropa. La destreza y velocidad de esta gente era incluso mayor que la de la extraña bestia que acababan de desmembrar, y sus cuerpos azul ceniza al moverse se confundían completamente con el entorno. Sólo a través de lentes especiales podían seguir su paradero.
2 cañones automáticos rugieron de repente, lanzando chorros de metal abrasador como látigos de un demonio. Atravesaron las enredaderas y las ramas, golpeando a las figuras que se acercaban con una precisión despiadada y desgarrándolas en el aire. O'Brien alargó las manos y extendió sus dedos. Su pelo gris ceniza flotó de repente, y entonces un dominio informe se expandió hacia fuera con él en el centro, ¡cubriendo un radio de al menos 10 metros!
Todos los fragmentos de metal que penetraron en el campo de fuerza redujeron rápidamente su velocidad y sus esquinas empezaron a teñirse de rojo debido al calor. El campo de fuerza defensivo de O'Brien era ahora fundamentalmente diferente del que tenía cuando bloqueó el disparo de Su. Ya no utilizaba energía para agotar por la fuerza la energía cinética de estas esquirlas. Cuando estas piezas afiladas se ralentizaron, sus trayectorias empezaron a desviarse un poco, trazando un arco, de modo que cuando salieron volando del campo de fuerza, ya estaban inclinadas hacia arriba. En cuanto se liberaban del alcance del campo de fuerza, las piezas afiladas recuperaban su velocidad, volando en un ángulo de 40° sin rumbo hacia las profundidades del bosque.
Los cañones ametralladores siguieron rugiendo. Los látigos metálicos destrozaban a todas las figuras que intentaban acercarse. Los cañones ametralladores experimentales de la Familia Arthur, en manos de individuos con al menos quinto nivel de destreza armamentística, definitivamente no sólo aumentaban su potencia de forma aditiva. Al lado de cada tirador había un individuo que no parecía tan alto y robusto. Estaban produciendo campos de fuerza defensivos al igual que O'Brien, protegiendo al tirador y ofreciendo su ayuda.
Cuando vieron que los nativos del bosque seguían abalanzándose desde todas las direcciones, sonaron continuamente los penetrantes sonidos de la energía almacenada. Otros 3 cañones ametralladores empezaron a acumular energía, y una vez completados los 10 minutos de almacenamiento de energía, se convertirían en otra pesadilla para estos nativos. Obviamente, los cañones de las máquinas no podían bloquear a todos los nativos, pero O'Brien y los 4 hombres robustos que detectaron a los nativos al mismo tiempo continuaron allí de pie, tranquilos y sin moverse. En poco más de 10 segundos de tiempo, varias docenas de nativos volaron en pedazos bajo el aluvión de balas. Frente a estos cañones de máquinas gigantes ridículamente poderosos, ni siquiera tuvieron la oportunidad de caerse.
Una voz aullante y llena de dolor sonó desde las profundidades del bosque. Cuando los nativos que saltaban a la velocidad del rayo oyeron esta voz aullante, detuvieron inmediatamente sus movimientos suicidas y se dieron la vuelta para huir a las profundidades del bosque. En ese momento, los otros 3 cañones ametralladores ya habían completado su proceso de carga. Los tiradores esbozaron sonrisas malignas mientras sus agudos ojos se fijaban en las figuras que huían rápidamente, una tras otra, con sus visores multiusos. Estos nativos merecían elogios por su valor, pero su intelecto era limitado. Por mucho que corrieran, no serían más rápidos que el chorro de balas de los cañones ametralladores. O'Brien levantó la mano izquierda y dijo.
- Basta.
Los tiradores, cuyos ojos ya estaban algo enrojecidos por la sed de sangre, aflojaron con pesar los dedos del gatillo. Mientras les dieran 3 segundos, podrían obligar al menos a 10 nativos a quedarse atrás. Sin embargo, no podían ir en contra de las órdenes de O'Brien. A pesar de que este nuevo maestro de la familia no había tomado su posición durante mucho tiempo, ya había establecido su prestigio. A diferencia de la mayoría de los Jinetes, a O'Brien no le gustaban las matanzas innecesarias. Por eso, los tiradores sólo podían esperar que los nativos volvieran a atacar, porque sólo entonces tendrían suficiente razonamiento para seguir practicando su puntería.
O'Brien se acercó a los 4 nativos capturados y los observó detenidamente. Eran extremadamente parecidos a los humanos, con la única diferencia del espeso y largo pelo azul ceniza que cubría sus cuerpos. Sus manos y pies eran extremadamente largos, y sus cuerpos poseían un poder asombroso. Sin embargo, sus cuerpos eran inesperadamente ligeros, e incluso los hombres más robustos sólo pesaban unos 50 kilos. Los capturados eran 2 hombres y 2 mujeres. Todos ellos debían ser bastante jóvenes, cumpliendo los requisitos para ser soldados. Aparte de primitivos machetes y afiladas lanzas, su arsenal incluía también un largo tubo metálico de aspecto un tanto extraño. Había algunos minerales brillantes y translúcidos incrustados en un patrón bastante misterioso en su superficie, interconectados con objetos parecidos a enredaderas.
O'Brien sacó un afilado aguijón metálico de un saco que llevaba a la espalda uno de los nativos y comprobó que encajaba perfectamente en el interior de los tubos metálicos. Tras colocarlo dentro, movió el tubo metálico unas cuantas veces e incluso utilizó su campo de fuerza sobre su superficie. Tras aplicar el campo de fuerza varias veces, los minerales incrustados en el largo tubo metálico se iluminaron. Las enredaderas que rodeaban el barril también empezaron a brillar. El tubo metálico tembló de repente, y entonces el afilado aguijón salió disparado desde el otro extremo, insertándose profundamente en el tronco de un árbol milenario.
- Arma de energía electromagnética. Esta tecnología es comparable a la nuestra...
O'Brien dijo y luego arrojó el largo tubo metálico que no podía considerarse muy elaborado al sorprendido jefe de tecnología. Luego miró a los nativos que estaban en el suelo. O'Brien señaló a un hombre y a una mujer entre ellos y dijo.
- Llévenselos. Dejen ir a los otros 2.
Un médico que estaba examinando los cuerpos de los nativos levantó la cabeza. Señaló a la nativa que O'Brien había dicho que soltaran y dijo.
- Su distinguida señoría, está embarazada y será de gran valor para nuestra investigación.
- Suéltela. Puesto que ya hemos completado nuestro objetivo, no hay más necesidad de hacer las cosas más difíciles para una madre y su hijo nonato. La matanza no es nuestro objetivo.
- Pero...
El doctor dudó. Alguien como él, que perseguía con locura la ciencia, sentía que una oportunidad como ésta de capturar criaturas mutadas altamente inteligentes era demasiado rara. Desde el punto de vista de su profesión, esta raza debería ser extremadamente diferente de los humanos y sólo se parecían un poco por fuera. La distancia en líneas de sangre podría ser tan grande como la existente entre perros y tortugas. O'Brien no se enfadó con el individuo que seguía insistiendo en quedarse con la hembra preñada, sino que sonrió.
- Sé que no son humanos y que pueden tener líneas de sangre muy diferentes a las nuestras. Sin embargo, a medida que surgen más y más criaturas inteligentes en la era actual, quizá deberíamos refrenar la arrogancia de los gobernantes del mundo de la era antigua. Tal vez en un futuro próximo tengamos que mirar con ojos de iguales a otras razas que posean un intelecto similar al nuestro.
Estas palabras, que parecían más bien filosóficas, eran algo que probablemente no debería salir de la boca de O'Brien, que aún no había cumplido los 20 años. Además, el médico no aprobaba el contenido de estas palabras. Desde su punto de vista, aunque desde el punto de vista de la estructura fisiológica, la velocidad del cambio y la evolución de las últimas décadas había superado incluso la de varias decenas de miles de años en la era antigua, tener un cerebro de mayor volumen no significaba inteligencia. El conocimiento tenía que acumularse y transmitirse; esto no era algo que unas pocas décadas pudieran resolver. Esta afirmación no concordaba con el razonamiento normal.
Sin embargo, el sentido común y la experiencia de este especialista en medicina y biología le decían que discutir con el maestro por un asunto sin importancia era una decisión increíblemente estúpida. Por eso sabiamente decidió mantener la boca cerrada.
Los subordinados colocaron a los 2 desafortunados nativos elegidos en cajas de transporte portátiles y, tras sujetarlos, cerraron la tapa y les aplicaron gas anestésico. Este tipo de caja de transporte podía ser grande o pequeño. Los había de anestesia, de congelación y de muchas otros tipos, especialmente utilizados para almacenar especímenes vivos mutados a gran escala. En cuanto al transporte, en la mayoría de los casos lo llevaban subordinados especiales con resistencia y poder reforzados. En este entorno extraño y lleno de incógnitas, los vehículos todoterreno eran poco fiables.
Los 2 nativos afortunados se quedaron en el lugar original. Creían que cuando se marchara la tropa de exploración, los miembros de su clan vendrían a rescatarlos. Al cabo de 2 o 3 días, los anestésicos de sus cuerpos irían perdiendo eficacia.
Mientras sus subordinados inspeccionaban el campo de batalla, O'Brien abrió un sistema de inteligencia portátil de combate. La distancia hasta aquí era de más de 700 kilómetros desde Ciudad Dragón y también de más de 550 kilómetros desde el cuartel general de la Familia Arthur, por lo que no había forma de conectarse a la red de los Jinetes. El mapa del sistema de inteligencia indicaba que se encontraban en el interior de un vasto valle. Si todo el valle estaba cubierto de este tipo de bosque, entonces tenía un tamaño de más de 1.000 kilómetros cuadrados. Su ubicación actual era simplemente el borde mismo de este bosque.
Este vasto bosque, donde miles o decenas de miles de flores mortales flotaban en el cielo, contenía un mundo extraño y exuberante. Parecía primitivo por fuera, pero en realidad había nativos capaces de utilizar armas de energía... ¡El valor de este bosque era absolutamente incalculable!
Sin embargo, los objetivos de O'Brien terminaban aquí. Después de 1 mes de exploración, los suministros y la munición de esta tropa empezaban a acabarse. Él mismo tenía grandes cantidades de puntos de evolución que también necesitaban convertirse en nuevas y poderosas habilidades. Por eso decidió traer primero este generoso botín de guerra. Al fin y al cabo, no importaba qué tipo de secretos revolucionarios se escondieran aquí, todos le pertenecerían en última instancia.
O'Brien era extremadamente paciente. Sabía que su competencia contra Su era interminable y difícil, pero confiaba en reír el último en este maratón. Mientras tanto, la otra razón era porque en medio mes sería el cumpleaños de Perséfone. Esta impresionante General que se había convertido en el centro de atención de todo el mundo después de la reciente serie de disturbios, sin duda celebraría un gran banquete nocturno para sí misma en la Ciudad Dragón. Había demasiadas razones por las que O'Brien no quería perderse esta distinguida celebración.
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